Santina, Lapins y Brooks han sido, durante los últimos años, las variedades con las cuales, con mucho hermetismo, se han realizado diferentes ensayos para determinar si el cerezo podría ser una real alternativa productiva en Perú. Han sido varias empresa, en concreto, entre diez y quince las que han realizado pruebas, pero sin los resultados deseados para dar el salto comercial. Según Gerd Burmester, director de Vecs Perú, han sido diferentes las razones que explican este resultado negativo, pero la principal ha tenido que ver con las variedades seleccionadas, que no se ajustan adecuadamente a las condiciones climáticas del país.

Por lo tanto, debido a recientes protocolos establecidos por Senasa, que han permitido el ingreso de nuevo material genético, las empresas intentarían con nuevas variedades de bajo requerimiento de horas frío, obtenidas por programas de mejoramiento genético como el de Bloom Fresh y también aquellos desarrollados por las universidades de Bolonia (Italia) y Gerogia (EE UU). “Todas han sido desarrolladas para una menor necesidad de horas frío y esas son las que están en proceso de evaluación”, comenta.

-¿Cuáles son las razones por las que no se ha logrado el desarrollo del cerezo a nivel comercial?

-El año pasado hice un informe para una empresa chilena que estaba interesada en entrar a Perú a producir cereza. Lo que pude aprender es que entre diez y quince empresas estuvieron haciendo pruebas de diferente índole, algunas más serias que otras. Todas han fallado hasta el año pasado. Ninguna ha tenido éxito por varias razones. Una de las principales razones, es que el cerezo necesita horas de frío mínimas para su desarrollo en campo. Dependiendo de la variedad, pueden necesitar de 800 a 1.500 horas frío. ¿Qué quiere decir esto? Necesitan temperaturas menores a 7°C y eso en la costa es inusual, quizá en algunos valles en Nasca, Moquegua o Tacna, donde se puede llegará a 100 horas frío en un año normal. Sin embargo, en una año como este, eso no pasará nunca.

-¿También se han hecho pruebas en la sierra?

-En las pruebas en la sierra, como en el Callejón de Huaylas (Áncash), en el valle de Mantaro (Junín) o en Arequipa, si hay menos temperaturas, pero tienes otras variables como una mayor radiación o la altura misma, así como una menor cantidad de humedad. Todos estos factores han afectado las pruebas y por alguna razón no ha cuajado la fruta.

-Hace unos meses se comentó en un evento en Chile que Camposol podría tener sus primeras exportaciones comerciales en 2024/25.

-Me llamó la atención esa información, pero si investigas al parecer Camposol ya lo desmintió. Si alguien dice vamos a tener fruta en el 2024 o 2025, hay que tener en cuenta que recién estamos en el 2023. Por lo observado en las pruebas, en la floración no han habido problemas, pero sí en la cuaja de la fruta. ¿Cómo saber que la flor que te va a salir en 2024 va a cuajar? Nadie sabe y no se sabe porque las pruebas realizadas han sido hechas con variedades que han estado disponibles para el país, como son Santina, Lapins y Brooks que necesitan horas de frío. Entonces, una de las conclusiones de todas estas pruebas es que se tendrá que iniciar nuevamente los ensayos con variedades de menor requerimiento de frío.

-¿Existen estas variedades que se ajusten al clima peruano?

-IFG (hoy Bloom Fresh), SunWorld, la Universidad de Bolonia y de Georgia han desarrollado variedades con menores necesidades de horas frío. El Senasa ya habría establecido un protocolo para su ingreso. No creo que esté claro cuáles son las variedades de menos horas frío más idóneas. Recuerda que todas las pruebas son hechas, como en las uvas, en el lugar donde se consigue la variedad, ya sea en California, Bolonia o Georgia, dependiendo de donde esté el vivero, y de ahí hay que venir a probarlas acá. Entonces, con esta nueva generación de variedades de cerezo hay que iniciar pruebas. Por eso digo que es bien incipiente el avance en cerezo acá, porque estamos todavía en inicios de las pruebas.

-Entonces, descartada la producción en la sierra, ¿cuál sería la mejor zona?

-El lugar ideal es aquel en el cual puedes producir correctamente, teniendo una logística eficiente. Las grandes empresas agroindustriales que tienen los recursos para hacer estas pruebas y que están interesadas en tener un nuevo cultivo rentable, están basadas en la costa. Tienes los valles de Ica, donde tienes temperaturas de invierno de 8°C o 9°C. Lo ideal sería tener una variedad que pueda producirse adecuadamente en esas condiciones. Irte a la sierra es complicarte la vida, sin duda, por la logística y por los espacios de tierra atomizados.

-¿Cuánto tomará esta nueva fase de ensayos con las nuevas variedades?

-De acuerdo a lo que he evaluado, no veríamos cerezas en cuatro años como mínimo, esperando que sean exitosos los siguientes ensayos. Luego viene el reto de lograr que la cereza se produzca antes de la ventana de producción de Chile. Chile empieza a producir significativamente en diciembre y enero. Si logramos producciones en octubre, sería lo mejor dado que encontraremos un mercado más desabastecido.

MERCADOS PARA LA CEREZA

-¿De qué mercados estamos hablando? ¿A cuáles podría apostar el Perú?

-Bueno, uno que pague bien y que tenga poco tiempo de travesía. La realidad es que Chile exporta entre 90% y 95% de su volumen a China. Es una posición de riesgo comercial alto, dado que depende de un solo mercado. Además, las ventas son diferentes si llegas antes o después del Año Nuevo Chino, pues hay un cambio importante en los valores. La cereza es un regalo apetecible utilizado en China. La cereza se utiliza mucho con ese fin. Desde un comienzo, me parece que Perú debería diversificar mercados y no concentrarse en un mono mercado.

-¿En todo caso, las oportunidades comerciales para el cerezo peruano son muy interesantes una vez que se logre un manejo comercial del cultivo?

-Difícil asegurar eso hoy. El año pasado, Chile produjo 300.000 toneladas y en dos o tres años más debería producir el doble y además están trabajando con variedades tempranas, o sea, ellos también están buscando salir antes. ¿Qué va a pasar en cuatro años? No lo sé. Yo no sé ahora cómo anda China en cuanto a producción propia de cerezas, cosa que está sucediendo en uva, por ejemplo, a un ritmo importante. Entonces, no puedes avanzar esperanzado en un mercado interesante. No, eso está por verse.

-Sin bien dices que lo ideal sería ir a mercados cercanos, China siempre puede ser un mercado interesante.

-En China, aparentemente el consumo está creciendo a un ritmo muy acelerado, porque Chile ha venido creciendo agresivamente y los precios siguen siendo buenos. En esa sociedad, conforme va creciendo su clase media, existe más capacidad de compra de fruta importada, sobre todo, de fruta como la cereza, que es cara.

-¿Qué características debe tener la cereza apetecida por el mercado chino?

-Chile ha logrado producir calibres más grandes cada año y, entonces, los calibres más chicos van quedando relegados y destinados a otros mercados. Por tanto, Perú entra con el reto de producir una cereza atractiva de gran calibre que es bien pagada en China. Seguramente, será el principal mercado para Perú también. El consumidor se ha vuelto más y más exigente y su productor principal que es Chile ha estado a la altura, dándole cada vez un mejor producto.

-¿Esta será otro reto para Perú, de no solamente producir frutas, sino que tienen que ser de alta calidad?

-China exige alta calidad en todas las frutas que compra y, en especial, con las cerezas. Además, no es una travesía corta; aunque en unos años tendremos el puerto de Chancay funcionando y algunas navieras haciendo servicios directos a China, cosa que haría que haya servicios de menos días.

MÁS PARECIDO AL PALTO

-En cuanto a inversiones, ¿el cerezo será similar al negocio del arándano en cuanto a costos?

-No tengo esos datos pero hay que evaluar que el arándano te da al año. El cerezo te dará producción a los tres o cuatro años, así que es más parecido al negocio de la palta en ese sentido. Es invertir y esperar.

-¿Crees que en el camino algunas empresas que están tentando este cultivo se hayan desanimado?

-Sí, algunas se han desanimado. Algunas empresas, por ejemplo, intentaron en Piura a muy pequeña escala, y lo descartaron al poco tiempo. Otras empresas continúan, como Camposol, que es la que tiene proyectos más serios. Incluso, están próximos a comercializar la fruta por primera vez desde Chile, donde han realizado inversiones. Ese es un proyecto serio, sin duda, porque ya saben producir cerezas y están explorando en cuatro lugares diferentes del Perú.

-¿Qué otros pasos son necesarios para lograr un negocio del cerezo peruano?

-El mayor reto está en los productores peruanos que van a seguir seguramente insistiendo en lograr el cultivo. También es importante la participación de instituciones, como Senasa, para que establezcan protocolos que cuiden y resguarde otros cultivos, pero que sean razonables en sus exigencias a los productores. Y por otro lado, también es importante el funcionamiento de los gremios para que promueva la colaboración entre las empresas que hacen las pruebas. Todos compiten entre sí, claramente, pero sobre todo en esta etapa, la cooperación es importante y valiosa.

-¿Crees que es cuestión de tiempo para que se encuentre la fórmula del manejo en el Perú?

-Yo creo que sí se va a lograr y no porque se ha conseguido con otras frutas o porque el empresario peruano es pujante y nada es imposible, sino simplemente porque la agricultura viene logrando que se produzcan diferentes cultivos en diferentes lugares, utilizando diferentes manejos agrícolas. Por esa razón, yo asumiría que sí es posible, pero no en el corto plazo.