Novedades en los estudios de portainjertos de paltos
¿Son realmente ventajosos, en relación a su productividad, los portainjertos clonales frente a los de semilla en paltos? Esa es una de las preguntas que se planteó un grupo de investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en Chile. Los resultados de dos trabajos realizados en los últimos dos años, muestran que una de las claves para responder a esta interrogante está en la fisiología del sistema radicular que proporciona cada uno de ellos. Productivamente, es clave entender el balance entre eficiencia de absorción de agua y nutrientes y la distribución de carbohidratos al sistema radicular.
Cuando empezamos a investigar el tema de los paltos y sus raíces hace dos años, el tópico clave era el uso del agua y la sequía, un gran problema en Chile que se extiende por trece años, que no necesariamente está vigente en Perú, pero que sí podría aparecer en el futuro”, advierte el Dr. Italo F. Cuneo, profesor e investigador de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).
Al menos, eso es lo que se desprende de dos de las últimas investigaciones en las que Cuneo participó junto a otros académicos de la PUCV. La primera de ellas, ‘Evaluación del comportamiento del crecimiento aéreo y radicular, eficiencia del uso de agua y de nutrientes y la dinámica de carbohidratos para el crecimiento de palto Hass en sistemas de cultivo sin suelo y protegidos’, comparó el comportamiento del uso de palto Hass sobre portainjerto de semilla Mexicola con el injertado en el portainjerto clonal Dusa® hasta el final de la etapa de floración.
Dr. Italo F. Cuneo, profesor e investigador de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV): “En fisiología nos interesa tratar de entender cómo están funcionando las raíces. Este es un órgano tan desconocido que, hasta hoy, lo clasificamos de una forma muy amplia”.
El otro trabajo realizado por los especialistas de la PUCV, ‘Diferencial en las propiedades hidráulicas y en el metabolismo primario en raíces finas de portainjertos de palto’, tomó como base la investigación que culminó en el trabajo publicado en 2021, para indagar en aquellos mecanismos fisiológicos que podrían marcar las diferencias entre portainjertos de raíces y clonales. “Encontramos diferencias en el crecimiento aéreo, radicular y en la eficiencia del uso del agua entre los árboles cultivados en los dos portainjertos bajo condiciones ambientales y de fertirrigación controladas”, señala.
MENOS RAÍCES, PERO MÁS EFICIENTES
El Dr. Cuneo, presentó algunos datos y conclusiones de ambas investigaciones en la última edición de la Conferencia Redagrícola realizada en Ica, Perú. Estos resaltan la importancia de considerar los conocimientos fisiológicos claves en los programas de mejoramiento genético de los portainjertos de palto, con el fin de que los productores estén mejor preparados para los próximos desafíos ambientales.
“En fisiología nos interesa tratar de entender cómo están funcionando las raíces. Este es un órgano tan desconocido que, hasta hoy, lo clasificamos de una forma muy amplia. Decimos que hay raíces que son finas, que van hasta los dos milímetros de diámetro y el resto son raíces gruesas… En los últimos cinco años hemos demostrado que las raíces leñosas son capaces de absorber agua en vides. Y sabemos que las raíces finas no necesariamente son siempre absorbentes, a pesar de que se vean blancas”, explica el Dr. Cuneo.
Así, en el primer trabajo se midieron parámetros como el área de la canopia, grosor y altura del tronco, floración; área y tipo de raíces, dinámica de los carbohidratos no estructurales y eficiencia del agua, entre otros. Se apreció, como previamente lo habían mostrado investigaciones encabezadas por la Dra. Claudia Fassio en 2016, que los portainjertos clonales obtienen más raíces, “aunque estas son más superficiales, que los de semilla. En términos de área de la raíz, el clonal efectivamente en el tiempo muestra una mayor área de exploración”, afirma el experto.
Aquello, en teoría, sería positivo para los cultivos. “Pero siempre en agricultura hay que detenerse y pensar un poco más allá. Uno nunca está completamente seguro de todo”, sostiene el investigador. Las conclusiones observadas en 2021 fueron reveladoras. A pesar de tener un mayor volumen de raíces, el consumo de agua entre una planta con portainjerto clonal y otra de semilla era muy similar.
“Siempre se ha dicho que hay que tener raíces finas y blancas, porque es por ahí donde se absorbe el agua. Todos sabemos que esa es una máxima. Pero este trabajo nos está diciendo algo distinto”, sostiene el Dr. Cuneo, sobre el hecho de que paltos Hass sobre portainjertos de semilla Mexicola mostraron ser energéticamente más eficientes, con mayor área del tronco, altura del árbol y un contenido más alto de carbohidratos no estructurales (manoheptulosa y perseitol) que aquellas plantas que estaban sobre portainjertos clonales.
Al revisar la investigación, esta señala: “Nuestros hallazgos sugieren que este sistema alternativo de cultivo para palta Hass, además de ser más intensivo, tiene un impacto positivo en indicadores ambientales (agua, nitrógeno y energía) relacionados con la sustentabilidad”. Posteriormente, en el segundo trabajo de investigación profundizaron en esta materia y mostraron “diferencias significativas en las propiedades hidráulicas de las raíces, lo que indica que las raíces finas de Mexicola tienen una mayor capacidad de absorción de agua”.
“Encontramos que hay diferencias claras de capacidad de absorción de agua en raíces finas de un palto clonal versus un palto de Mexicola de semilla. El primero de ellos tiene más raíces, pero más ineficientes. El Mexicola posee una mayor capacidad de absorción de agua y nutrientes a lo largo de la raíz, en cualquier punto: a ocho, cinco o tres centímetros del ápice. Este es uno de nuestros mayores hallazgos”, sostiene el académico de la PUCV.
FOCALIZARSE EN OBJETIVOS COMERCIALES
La decisión de contar con un tipo de raíces adecuadas para la condición de suelo, “es una de las más importantes en el diseño del huerto”, sostiene el Dr. Cuneo. “La mayor resistencia en el transporte del agua desde el suelo, pasando por el tronco hasta las hojas, ocurre en la interfaz suelo-raíz. El agua, una vez que atraviesa de forma radial, se transporta en la planta de manera axial”, explica.
En este sentido y a la luz de las investigaciones citadas, una de las preguntas más importantes cuando se habla de elegir portainjertos, es cuál es su capacidad para captar y transportar agua y nutrientes. “Hay una diferencia fisiológica que hace que unos sean mejores que otros. Y estas son las que pueden determinar una fruta con una condición y calidad versus otra. Aquí es donde se juegan los márgenes”, apunta el investigador.
“Hay que derrumbar ciertos paradigmas: más raíces no significa, necesariamente, que es algo mejor. Su distribución, duración y renovación dependen de factores como suelo, profundidad, distribución, genotipo y estrategia de riego, entre otros aspectos”, agrega. Si bien destaca los beneficios de los portainjetos clonales en términos agronómicos y prácticas culturales –como la uniformidad de plantas y frutos, capacidad para enfrentar enfermedades como la Phythoptora o facilidad de cosecha–, llama a poner atención a los aspectos comerciales, especialmente al considerar que una planta sobre portainjerto clonal tiene un costo varias veces mayor a una sobre portainjerto de semilla.
¿Producimos fruta o producimos raíces?, pregunta el investigador de la PUCV, haciendo alusión a la gran diferencia de costos entre uno y otro. Y contesta: hay que tener la menor cantidad de partición de carbohidratos en la parte subterránea, con un sistema radicular acotado que permita producir lo que el productor necesita. “Queremos las raíces necesarias que hagan el trabajo requerido y que la mayor cantidad de partición de carbohidratos esté en la fruta. De esta manera, obtenemos fruta con mayor cantidad de materia seca, fruta viajera, que logre venderse a buenos precios y que genere retornos al productor”.
En este contexto, y considerando condiciones de estrés de las plantas, destaca que “todos los mejoramientos genéticos debieran estar acoplados a la fisiología y a los objetivos productivos. Si no, puede ser que se seleccionen características para los portainjertos que no necesariamente nos hacen tener mejores plantas”.
Todavía, sin embargo, hay mucho por hacer y conocer. “Estos dos trabajos de los últimos años es lo que se está realizando. No hay muchos grupos de estudio en el mundo que estén desarrollando información sobre esta especie. Creemos que acá hay algo en lo que se tiene que avanzar desde el punto de vista científico”, concluye.