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Bacterias, hongos y levaduras

Microrganismos para enfrentar el estrés en arándanos

La baya azul no se queda fuera de los beneficios que entregan los microorganismos a los cultivos. El Dr. Carlos Castillo lleva cuatro años trabajando en la aplicación de levaduras, que han demostrado su capacidad para mejorar la absorción de nutrientes del suelo, favorecer el crecimiento de las plantas y un incremento en los rendimientos.

05 de Octubre 2023 Equipo Redagrícola
Microrganismos  para enfrentar el estrés en arándanos

La agricultura es una actividad que depende en gran medida del clima. Frente a las condiciones climáticas actuales, que cada vez traen fenómenos más extremos e intensos como sequías o inundaciones, los agricultores deben adaptarse constantemente para mantenerse en el negocio. Una estrategia que gana cada vez más adeptos, es la aplicación de microorganismos benéficos que ayudan a los cultivos a enfrentar el estrés abiótico de manera sustentable.

Los productores de arándanos vienen incorporando estas prácticas desde hace un tiempo, encontrando resultados más que alentadores. El Dr. Carlos Castillo, asesor internacional, especialista en el cultivo de berries, explica que la aplicación de microorganismos se está volviendo imprescindible para mantener productividades altas.

De acuerdo al ingeniero agrónomo, se debe considerar que los microorganismos reaccionan e interactúan directamente con el ambiente. “Debemos entender que las condiciones de temperatura, humedad relativa, presión barométrica, latitud…, influyen sobre la producción de los cultivos y en la relación de los microorganismos con ellos y eso es determinante”, sostiene. Por lo mismo, el asesor enfatiza en que no existe un patrón repetible de manejo agronómico en un determinado cultivo y lugar. “Eso no aplica porque no hemos entendido que, tanto las plantas como los microorganismos, son entes vivos y, como tales, tienen actividades distintas, bajo connotaciones diferentes y que responden a condiciones del clima, de su genética, de la relación de su genética en el lugar donde están establecidos”, continúa.

No se trata entonces de ‘copiar y pegar’, sino de generar programas que se adapten a las condiciones de inoculación o aplicación de los microorganismos. “No podemos esperar los mismos resultados bajo condiciones diferentes. Debemos entender cómo se comportan junto con la interacción que tienen con las plantas dentro de un todo”, precisa.

Las principales limitaciones para el adecuado desarrollo de la raíz dependen del manejo del suelo, flora microbiana y el agua de riego.

MEJORES RAÍCES, MEJORES PLANTAS

El Dr. Castillo lleva cuatro años trabajando en la aplicación de levaduras como agentes benéficos para el arándano, como Saccharomyces o Candida además de otros microorganismos y enmiendas orgánicas, como las sustancias húmicas. De acuerdo con su experiencia en terreno, la incorporación conjunta de ácidos húmicos y levaduras ayuda a mejorar el drenaje, lo que a su vez mejora la salinidad del suelo, disminuyendo los procesos de estrés en las raíces. Ello llevará a tener una mejor relación entre agua, oxígeno, raíz y microorganismos. “Mejorando esa relación, incrementamos las condiciones para la proliferación de microorganismos benéficos”, subraya el experto.

A nivel del suelo, la incorporación de materia orgánica natural genera ácido fosforoso que, con la ayuda de levaduras descompone rápidamente la materia orgánica, aumentando la oxigenación, los índices de fermentación y generando mejores condiciones para las raíces; permitiendo de este modo que no haya estrés o, si lo hubiese, que sea en un grado mínimo. “Al no haber estrés, no aparecen las plagas ni las enfermedades”, afirma.

Según ha podido observar, la aplicación de levaduras mejora la relación directa entre sistema radicular y expresión vegetativa, provocando una mayor absorción de agua y nutrientes. “Además, se incrementa el suplemento hormonal desde la raíz a la parte aérea, favoreciendo al desarrollo foliar y, consecuentemente, la cantidad de fotoasimilados que son enviados a los frutos y a la raíz”, precisa el Dr. Castillo y añade que las aplicaciones a nivel radicular conducen a un aumento en los índices de evapotranspiración, logrando que las plantas capten agua y nutrientes de manera más eficiente debido a una mayor apertura estomática. La ruta de asimilación del calcio y del potasio se realiza a través de la raíz, por lo que este tipo de aplicación también favorecerá ese movimiento.

Tras una serie de estudios, el experto ha logrado establecer que con la presencia y aplicación de levaduras como Saccharomyces o Candida se facilita el establecimiento de microorganismos benéficos como Trichoderma harzianum, Bacillus thuringiensis o micorrizas. Asimismo, un sistema radicular abundante y sano permitirá que la planta coordine todos sus procesos fisiológicos para ser más productiva. Por esto, subraya que es fundamental considerar que el desarrollo de la raíz está en función de los manejos que se realizan en el suelo o el sustrato, de la flora microbiana y del manejo de riego.

PLANIFICAR EL RIEGO PARA UN ÓPTIMO DESARROLLO MICROBIANO

En un manejo con microorganismos, ¿el riego tendrá alguna incidencia? “Normalmente, el riego no recibe la importancia que requiere cuando se prepara un plan de manejo agronómico con microorganismos. “Nos hemos dado cuenta que no sabemos regar, simple y sencillamente, porque ahogamos la raíz”, advierte. Y es que tener raíces anegadas producirá un ‘estrés radicular’ en la planta, que redundará en ‘estrés general’, volviéndose más susceptible de ser atacada por plagas o enfermedades, además de tener menos herramientas para enfrentar el estrés abiótico.

La raíz es un órgano importante porque es el que fija más materia seca fija y lo hace durante la noche. En el día, las células realizan respiración celular, tomando oxígeno y liberando dióxido de carbono al suelo. “Los niveles adecuados de CO2 en el suelo permiten que la relación del CO2 con el agua genere ácido carbónico. Eso hará soluble los fertilizantes para que la planta los pueda asimilar”, señala el Dr. Castillo sobre un proceso clave para el crecimiento de la planta.

La planificación del riego, así como todo el manejo agronómico, se debe hacer según las condiciones a las que se verá expuesto el cultivo. “En un huerto que está al aire libre, el sol inevitablemente llegará a ciertas partes antes que a otras. En aquellos sectores donde llegará más temprano, se activará la fotosíntesis y por lo tanto la raíz. Vamos a tener una planta activa que necesita riego y otra en donde el sol todavía no llega. Si aplicamos el mismo riego, la saturaremos”, advierte el experto.

Los estudios del Dr. Castillo han demostrado que, con la aplicación de microorganismos, siempre y cuando se haga adecuadamente, se obtendrán plantas más sanas y con mejores procesos fisiológicos que permiten disminuir las aplicaciones de fertilizantes. “También nos dan fruta más resistente, de mejor tamaño y con mejor ‘bloom’” destaca. Sin embargo, también es precavido al indicar que, aunque aún no tiene la evidencia para comprobarlo, está trabajando junto a su equipo en responder las interrogantes que todavía dejan estos microscópicos organismos sobre las interacciones que desarrollan en el arándano.

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