Los desafíos y oportunidades de la cereza ultra temprana en Ovalle
Tras años de ensayo y error, la búsqueda de las recetas y variedades que se adaptan a la zona parecen estar claras para el desarrollo del cerezo en el Valle del Limarí. La producción de cerezas primores ha encontrado buenos retornos, pero enfrenta desafíos productivos y también logísticos.

Es la zona que abre la temporada de cerezas en Chile, con las primeras cosechas del país.
Ovalle, la ciudad de la región de Coquimbo, se ha transformado en un hub para el carozo gracias a su ubicación y clima.
Luego de años de ensayos y proyectos, finalmente en los últimos años comenzó a consolidarse la producción en la región, aunque mantiene desafíos productivos para producir lo más temprano posible pero con calidad, ya que esta cereza es la primera imagen de Chile en el exterior.
“Si no eres temprano, el negocio en Ovalle no va a funcionar, y para eso necesitamos genética con las variedades adecuadas, los manejos agronómicos adecuados y también la tecnología”, señala Jorge Astudillo, productor y asesor especializado en cerezas tempranas.
La importancia de ser temprano está en la novedad y la precocidad, características que han conseguido con variedades como Brooks, Rainier, Royal Dawn, o incluso Santina, que viajan en avión a sus destinos, principalmente.
Todo el esfuerzo se realiza para poder cosechar cerezas desde la semana 41 o 42, como lo han conseguido en campañas anteriores, y así conseguir mejores precios no sólo en China, sino también en otros mercados de Asia y Europa, ya que casi no tienen competencia en esa ventana, antes de que comiencen las cosechas que terminan con volúmenes sobre los 120 millones de cajas que comienzan en noviembre y diciembre.
Pero además de los desafíos productivos para producir la cereza más temprana de Chile, las últimas temporadas se han encontrado con focos de mosca de la fruta, que les ha impedido enviar normalmente a China, lo que los ha obligado a repensar estrategias comerciales de este carozo de alto valor.
Por ello, Astudillo señala que la competitividad y ante mercados cada vez más exigentes, la premisa no sólo para la fruta de la región de Coquimbo sino también para todos los productores es la calidad.