La ruta productiva de la pitahaya orgánica
El Proyecto Terra ha delineado una iniciativa en base a la pitahaya, de la que esperan instalar 1.000 ha. en el país. Hoy suman 160 ha de la variedad American Beauty, pero la intensión es incluir otras de pulpa roja para poder exportar los doce meses, siempre de un cultivo 100% orgánico.
Dragon fruit (Pitaya, Pitahaya) with half isolated on white background.
Según sea la especie agrícola, los sobreprecios que se pagan por un producto pueden ser muy tentadores para posicionar un producto en ese segmento. Para obtener la certificación orgánica de Europa, Diego Rodríguez, CEO de R Coorp, reconoce que tuvieron que superar diferentes desafíos.
Además de conseguir que el manejo sea orgánico había que asegurar la calidad de la pitahaya, expresada en el buen sabor de una fruta que hoy producen en Olmos. Tras diferentes investigaciones internas y el desarrollo de controladores biológico con apoyo del INIA, la empresa ya cuenta con la ruta del manejo productivo de la fruta orgánica y con calidad de exportación.
Como resultado de todo ese esfuerzo, la empresa elaboró un manual de producción orgánica de pitahaya variedad American Beauty que esperan próximamente compartir. “Dado que en Perú no hay una trazabilidad a gran escala de esta fruta, a través de nuestro equipo de investigación y desarrollo, área de calidad, de agronomía y tras bastantes investigaciones, hemos desarrollado la ruta de producción de un cultivo orgánico. Esto permitirá que cualquier agricultor pueda incursionar en este cultivo”, sostiene Rodríguez.
Actualmente, el Proyecto Terra está culminando una segunda fase con un total de 160 hectáreas de esta fruta, como parte de un plan que comprenden 1.000 hectáreas de diferentes variedades con pulpa roja en tierras de Olmos.
-¿Cuáles son los principales desafíos que encontraron en la producción de un cultivo orgánico?
-Siempre han estado en el ámbito fitosanitario y de nutrición. En el tema de la nutrición, estamos hablando de costos mayores en un cultivo orgánico que en un convencional, que puede ser de un 50% o 60% más. Otro desafío importante fue el control fitosanitario, sobre todo después de las lluvias por el Fenómeno de El Niño. El control preventivo y correctivo que hemos encontrado es parte de un trabajo bien detallado e incluso, hemos desarrollado nuestros propios controladores biológicos. Para ello, realizamos un convenio con el INIA y empezamos a utilizar sus laboratorios para desarrollar estos controladores biológicos. Eso lo desarrollamos para sostener la certificación orgánica. En su momento, vimos que algunos tipos de insectos y ciertas plagas no llegaban a ser controlados con insumos biológicos. Sin embargo, hemos encontrado muy buenos controladores biológicos para el manejo orgánico en grandes extensiones, como es nuestro caso. Si en algún momento alguna empresa o pequeño agricultor desea incursionar en la exportación del cultivo, podrá ofrecer un producto orgánico.
-¿Cuáles son los problemas fitosanitarios más comunes que están dando problemas al cultivo?
-Especialmente hongos y algunos insectos que afectan la parte de la floración. Con el INIA se ha desarrollado un nematodo que nos permitirá combatir en especial la larva de un escarabajo que hace mucho daño a la planta. De manera convencional, usualmente lo que hacen es aplicar cebos o meterle una dosis bien fuerte de químicos para eliminar este tipo de insecto. A los nematodos, los aplicamos de forma directa a la planta o también a través del riego para llegar hasta la larva. La larva de este escarabajo ingresa a 30 o 40 centímetros hacia abajo; entonces, el químico no llega hasta lo más profundo, más aún porque esta larva sigue descendiendo cuando percibe el químico. Entonces, al final tienes que gastar y meterle más químicos.
-¿Qué afectación origina esta larva en el cultivo?
-Se alimentan de las raíces y matan la planta. Si tú tienes una planta de tres años en producción e ingresa esta larva, te comerá las raíces, porque de eso se alimentan. Entonces, la planta ya no tiene cómo comer, no toma el agua y simplemente se seca. Es muy agresiva y te puede matar todo el campo en muy poco tiempo. Nosotros identificamos esta larva en una planta mayor tras notar que sus raíces estaban cortadas. En ese momento el área de investigación y desarrollo empezó a promover la investigación de algún controlador biológico. En poco tiempo logramos controlar totalmente la plaga y que el campo esté tranquilo. Gracias a los trabajos de investigación del cultivo, hoy tenemos controladores biológicos para todo, según la fenología del cultivo.
CRECE EL INTERÉS POR EL CULTIVO
Si bien aún es poco el volumen que ha comenzado a exportarse de pitahaya –actualmente, se cuentan entre 500 a 700 ha para la exportación-, Diego Rodríguez considera que tiene mucho potencial en la medida que los mercados van conociendo esta fruta exótica. Por esta razón, cuenta, que existen agroexportadoras grandes, Camposol, por ejemplo, que han comenzado a cultivar esta fruta.
-¿Qué tan interesante es este negocio, considerando que es una fruta poco conocida?
-Perú puede exportar a Canadá, Países Bajos, Hong Kong y a Europa. Es verdad que en algunos mercados no conocen muy bien la fruta. Tienen la noción de que la fruta es insípida, dado de que la producción que se ha exportado a través del tiempo no ha sido la mejor. Cuando nosotros hemos enviado muestras a más de siete clientes de diferentes países, todos nos han dado un ‘feedback’ muy positivo, porque hemos logrado producir fruta con Brix por encima de 15°, hasta 20° inclusive. Esto nos ha permitido que tengamos una oportunidad y una ventaja en el mercado. Ahora, siempre va a aumentar un 30% el precio si la pitahaya es orgánica. Entonces, la calidad de fruta y la certificación hacen el diferencial en el negocio.
-¿En qué fallan, entonces, los productores que han comercializado fruta sin buen sabor?
-En parte, depende de cómo se adapta el cultivo a tu zona y el manejo nutricional que reciba. Ahora, estamos encontrando un mercado diferente. Muchos locales se están animando a exportar la fruta desde Perú cuando antes solo era para el mercado nacional. Una de las razones es el precio, pues hablamos de S/.10 el kilo en el mercado interno. Sin embargo, ahora que creció el volumen producido, se observa una sobreoferta, los precios caen y recién ahora se interesan por la exportación. Existe una proyección en los siguientes años muy fuerte de producción de fruta en diferentes regiones del país y eso va a llevar a muchos a la exportación. Mientras más conocida se haga la fruta a nivel internacional, el cliente más la pedirá. Sobre todo, después de la pandemia, hubo un cambio de chip en la alimentación de todas las personas. Todos buscan ahora una alimentación más saludable, orgánica, sin azúcares, que mejore el sistema inmunológico. Todo eso lo ofrece esta fruta.
PROYECTO TERRA, UN PROYECTO DE 1.000 HA
-¿Cómo viene avanzando la exportación de la fruta del Proyecto Terra?
-Muy bien. Hemos enviado muestras a Bélgica, Países Bajos, Francia, España, a Suiza, Canadá. Hemos enviado bastante fruta y eso ha permitido que nos conozcan y que prácticamente tengamos preacuerdos para la exportación que se viene este año.
-El proyecto es de 1.000 ha. ¿Con qué variedades piensan trabajar?
-En efecto, la proyección de siembra va a ser de diferentes variedades, pero todas serán pitahayas rojas, que cumplan prácticamente con la ventana de exportación de doce meses, tanto para fresco como de procesado. La idea es no quedarnos solamente con American Beauty una variedad que se cosecha diciembre a mayo, sino también cubrir desde junio a noviembre.
-Para esta campaña, ¿no les preocupa los efectos del Fenómeno El niño?
-Sí, nosotros tenemos un plan de contingencia a nivel de infraestructura. A inicios de este año, tuvimos el primer impacto de El niño con lluvias en la zona. Nos ayudó mucho a comprender el microclima de la planta, dado que es un fruto que necesita un microclima especial. Fuera de las horas luz requiere una humedad relativa muy importante.
-¿Cuánto exportaron el año pasado?
-El año pasado todavía tuvimos una producción bajísima que solamente llegó a otros países como muestras. Este año, apuntamos a entre 200 y 300 toneladas. El detalle en la cantidad se conocerá en octubre cuando se defina la cantidad de botones florales a través de la poda de producción. Lo que sí sabemos es que el campo va a dar bastante por cómo lo venimos manejando.
No solo en fresco
R Coorp presentó la primera compota pitahaya de pulpa roja en base a American Beauty de nombre ‘Dragoncitos Baby´s’. En el mercado, Diego Rodríguez, CEO de R Coorp, comenta que ya existen compotas de pitahaya blancas y amarillas. “Nosotros hemos desarrollado una compota con un compuesto nutricional destinado no solamente para niños, sino también para deportistas y personas de la tercera edad. Hasta ahora es la única compota de pitahaya roja que existe a nivel internacional y nacional”, apunta.
La fórmula se preparó en los últimos siete meses en base al fruto orgánico sin azúcar con algunos complementos, como es el plátano, quinua y otros.
‘Dragoncitos Baby´s’ se elabora con pitahaya cultivada en los campos de la empresa en Lambayeque y, gracias a su refuerzo con productos como la quinua, se presenta como un suplemento ideal para bebés, deportistas, jóvenes y adultos mayores.
Esta perspectiva de negocio surgió tras la experiencia de la pandemia, donde quedó patente que cada vez más gente se preocupa por la salud y el valor nutricional de alimentos orgánicos, especialmente si provienen de una cadena productiva sostenible, señala Rodríguez.