La decisión de sembrar pasa por un tema comercial
La sinergia que se experimenta dentro de todos los sectores de esta compañía, los ha llevado a ser audaces en la instalación de nuevas variedades. Hoy en día, la preferida es la Sweet Globe, algo que es común en varias empresas iqueñas. La empresa trabaja con 14 variedades, 10 de ellas licenciadas. Desde el área agrícola reclaman la posibilidad de trabajar con otra empresa genetista, además de IFG, pero al final esa es una decisión que toman los gerentes. Tienen hectáreas de granada y piensan seguir diversificando cultivos.
El vínculo entre la parte comercial y productiva debe ser estrecho. Puede parecer obvio, pero en Fundo Sacramento esto se hace evidente. “Si bien es cierto alguien te puede decir que ‘producción manda’, la verdad es que no sacas nada con tú decidir algo si comercialmente no va a tener ningún sentido”, afirma David Hernández, ingeniero agrónomo y asesor de esta empresa. Es decir, la comunicación entre los distintos departamentos de una empresa es la que al final llevará a tomar las decisiones correctas. “Primero hay que dejar que el área comercial defina sus programas, y después nosotros vamos informando cómo venimos. ¿Estamos cumpliendo con el número de racimos? ¿Vamos a tener las cajas? ¿Qué volumen de cajas? Luego vamos a la progresión para que la parte comercial pueda completar sus programas de embalaje, decidir los tipos de embalaje (clamshell, caja, bolsa…) y a qué supermercado va a ir destinado”.
Eso es fundamental cuando en un campo de 200 ha se trabaja con 14 variedades diferentes, desde Red Globe hasta nuevas variedades como Sweet Globe, Summer Royal, Cotton Royal, Sweet Celebration, Sweet Jubilee, Sweet Enchantment, Sweet Saphire, Sweet Nectar, Sweet Globe, Jack’s Salute y Sugar Crisp.
El recambio no es reciente. La firma viene trabajando hace cinco años, “porque el mercado lo estaba pidiendo”, sostiene el gerente comercial de la empresa, José Carrillo. “Quisimos adelantarnos al cambio. Visitamos mucho a los clientes afuera; vamos con ellos a los supermercados, conversamos con los supermercados directamente, por ejemplo, con los responsables de Wallmart y Costco”, añade.
No es un misterio que Ica arriesgó mucho respecto a las variedades nuevas. Antes que en Piura, muchos de los fundos cambiaron sus variedades antiguas por nuevas. Las opciones de seguir sembrando uva están latentes. “Depende”, apunta Hernández. “Se irá viendo”, replica Carrillo. “Yo quiero que sea uva, pero el área comercial quiere diversificar”, responde David. Y eso es porque además de la uva, Fundo Sacramento ha incursionado en el cultivo del granado.
–Muchos fundos están diversificando los cultivos para fidelizar la mano de obra la mayor parte del año, ¿es el caso de ustedes?
–José: Sí, pero estamos diversificando no solo por eso. Es cierto que hay escasez de mano de obra en Ica; hay que traerla de distritos cercanos a Ica, o no tan cercanos. La otra razón de nuestra diversificación tiene lugar pues hay una cierta tendencia a coparse el mercado. Se está llegando a volúmenes bastante considerables de uva…
–También en Piura
–José: Exacto. El año pasado ha habido una mejora en los precios en Ica, pues se creó una expectativa, gracias a que Piura bajó su producción; ellos empiezan primero y dejaron en alto, digamos, el precio inicial. Y eso casi se mantuvo durante toda la campaña. Este año pasa lo contrario; ya se sabe que en Piura va a haber volumen; las expectativas están comenzándose a formar…
Es ahí donde las empresas deben ‘jugársela’ para salir antes con la uva, aprovechando la venta comercial, que en el caso de Ica es cuando termina Piura y antes de que empiece Chile. “Esa es la ventana que nosotros necesitamos; sería a fines de noviembre y diciembre. Esas serían las fechas más adecuadas para nosotros poder salir”, dice José.
Por eso es que la poda había comenzado los primeros días de mayo, con variedades como Red Globe y Sweet Globe, para continuar con Flame, Sweet Celebration y Sweet Jubilee, entre otras. “Estamos podando más temprano que el año pasado, buscando concentrar, entre noviembre y diciembre, alrededor del 85% de nuestra producción”, afirma Hernández. Solo se están quedando rezagados con unos sectores donde se hizo una repoda tardía. “Es una situación que nos tiene medio complicados, por esperar la mejor calidad de esa yema, por la buena madurez de esa yema; nos está prolongando la cosecha más allá de enero; pero este es un caso puntual, no es la tendencia. Hacia diciembre, o a lo mejor en la primera quincena de enero, deberíamos tener 500,000 cajas terminadas”, explica Hernández.
Las variedades nuevas tienen una tendencia a usar menos giberélico, por lo tanto, la parte técnica debe hacer ajustes de manejo y cambiar el concepto y programación de uso de hormonas. “Aquí las uvas crecen de forma más espontanea, por así decirlo. Y bueno, algunas variedades casi no necesitan giberélico. Por lo tanto, en el caso de los asesores, ha implicado que todos tengamos que ir de la mano de la industria, aprendiendo, para poder dar un buen servicio a las empresas que solicitan nuestro trabajo. Hay algunas labores culturales que las seguimos manejando tal como se maneja una variedad tradicional. El cambio está en cómo hacer crecer la planta, cómo mejorar la calidad del racimo, cómo obtener un buen calibre”, explica Hernández.
–¿Hay alguna variedad más complicada que otra en cuestiones de manejo?
– David: Mira, particularmente, diría que la mayoría de los asesores tendemos a vigorizar las plantas, porque es más fácil entregar vigor a una planta que quitarle el vigor, ¿no es cierto? Y obviamente, el vigor tú lo manejas con labores culturales, por ejemplo, dejas más carga, iluminas más, etcétera. El problema es cuando dejamos de hacer esas cosas. Cuando dejamos de controlar la carga y cuando dejamos de iluminar los huertos se nos empieza a complicar las cuestiones de manejo, sobre todo en lo relacionado al color. Les cuesta tomar color a las uvas y la cosecha se alarga más en zonas como en la que estamos, que es la pampa. Un problema que es súper complicado es el manejo de pájaros, para los cuales aún no tenemos malla. Creo que en algún momento será necesario tenerla.
– ¿Realmente son variedades que necesitan menos mano de obra?
– David: Las variedades en sí son vigorosas y la gente las maneja en forma vigorosa. Pero, que sean tan pobres de mano de obra, no es así porque hay que hacer iluminación porque si no se te emboscan y pese a que son productivas, si se te emboscan, igual van perdiendo la fertilidad y eso pasa. O sea, nosotros aquí tenemos experiencia con variedades que se emboscaron y que van en el 30% de fertilidad. Ahí debemos hacer otro tipo de poda, es decir, dejar más yemas y cargadores para lograr la cantidad de racimos que queremos. Pero hoy día somos conscientes de que esos sectores que se han emboscado necesitan iluminación para volver a ser lo que eran, es decir, la variedad con las características que nos vendieron. Todos esperamos que se use menos giberélico y que los racimos raleen solos, que quede perfecto y que no debamos entrar con mano de obra, pero eso, en el día a día no sucede.
Más superficie, pero falta agua
La opción de crecimiento está latente para Fundo Sacramento. Hay bastante superficie que puede seguir desarrollándose. Pero el tema limitante es la falta de agua. “Tenemos 800 hectáreas; desarrolladas son 300; nos falta agua para crecer las 500 hectáreas”, sostiene Felipe Ramírez, gerente de operaciones.
–¿Y hay la posibilidad de que el Fundo Sacramento invierta en otra región, en otra zona?
Una de las fortalezas que tiene Sacramento es la de agrupar; se trata del poder asociativo que hermana Sacramento con los productores chicos; así lo hemos trabajado en Arequipa hace ocho años atrás, cuando un productor inició hectárea y media de uva y no sabía cómo comercializarla, no tenía ninguna brújula; entonces entramos nosotros, lo guiamos, nos asociamos, y ahora ya tienen su packing; hemos exportado con ellos ya nueve, diez años, su fruta, productos de una o dos hectáreas que no tenían ninguna posibilidad de poder comprarse. Eso es lo que hemos venido haciendo. Y yo creo que lo vamos a continuar en la medida de que el mercado lo permita.
SWEET GLOBE: LA PREFERIDA
–Si tuvieran que decidir con qué variedad plantar 10 hectáreas más, ¿cuál sería?
–José: Para mí, la Sweet Globe, es la variedad. Es una uva blanca sin semilla; el racimo es muy bueno, tiene peso, rendimiento… A nivel de mercado, tiene buena poscosecha, llega en buen momento. A mí me gusta mucho.
–David: Es la que menos problemas tiene de manejo. Dentro de las variedades nuevas, las características que se han buscado, es que sean más productivas, que tengan mayor dulzor, una buena poscosecha y que se use menor cantidad de giberélico. Esas son como las grandes cualidades de las nuevas variedades.
–José: Los clientes nos dicen que frente a las variedades tradicionales, las nuevas son las que tienen la preferencia; las variedades tradicionales van quedando un poco rezagadas, poco a poco van a ir saliendo del mercado; los consumidores están comprando nuevas variedades, más grandes, más sabrosas. Nosotros estamos reemplazando cultivos de tradicionales por patentadas.
–¿Y bajo plástico o malla?
–David: Hoy día bajo plástico tenemos tres hectáreas de Sugraone; si bien es cierto que no es la variedad más apetecida, la podemos sacar un poco antes que la Sweet Globe. Por lo tanto, podemos entrar tempranamente al mercado con una variedad blanca que, hasta ese momento, en diciembre, tiene buen precio. En Chile tienen unas Thompson tempranas que pueden partir el veinte de noviembre. En diciembre solo quedan los rezagos de la uva americana, así que hay una ventanita para colocar uvas blancas en esa fecha.
–¿Cómo ven el desarrollo de Ica en los en los siguientes cinco años? ¿Va a haber un crecimiento exponencial de áreas? ¿Van a haber problemas de agua, demano de obra?
–David: Sí, definitivamente, la mano de obra y el agua son dos limitantes que no nos dejan crecer a un nivel tan alto como quisiéramos.
–José: Por eso las inversiones han sido más en el norte. Han sido grandísimas allá.
–Felipe Ramírez, gerente de operaciones: Esa pregunta nos la hicimos hace seis o siete años atrás; este problema hídrico no es de ahora, viene de hace siete, ocho años atrás. La realidad es que hay prohibiciones de perforar pozos. Se dice que va a venir un proyecto que implica traer agua del río Pisco a Sarapampa, pero han pasado ocho años y nada. La mayoría de los productores se han ido a invertir donde hay agua, que es básicamente en el norte. Pero acá venimos sufriendo con esta incertidumbre desde hace ocho años. No creo que exista algún productor en Ica que quisiera sembrar; hay productores que quieren crecer, sí, pero no es que estén creciendo sus áreas o matando espárragos para irse a la uva; hay pero no son cantidades exponenciales que debieran considerarse. Hay productores tan grandes que están asumiendo a otros que les fue mal, que están muriendo; y esos grandes son los que quedan a la larga.