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Para lograr cítricos de calidad

La clave está en monitorear la nutrición

El color, el calibre y la calidad interna en mandarinas, se pueden modular con la nutrición. Sin embargo, es necesario realizar un cambio importante en la concepción de esta, realizando un monitoreo constante del equilibrio nutritivo y de la relación entre los elementos químicos. Solo así se podrá tomar medidas sobre la marcha, de manera que se pueda llegar a la cosecha cumpliendo con el objetivo trazado a inicios de campaña.

09 de Octubre 2018 Gabriel Gargurevich Pazos
La clave está en monitorear la nutrición

José Gutiérrez, gerente de agronomía de AGQ Labs Chile.

Los compradores y consumidores quieren fruta de calidad. Y ese, aunque sea una obviedad, es el reto al que se enfrentan los productores de cítricos. Calidad, calidad y calidad. Sin embargo, conseguirla no es un asunto fácil, porque la calidad se trabaja en campo  y, según explica José Gutiérrez, gerente de agronomía de AGQ Labs Chile, es muy complejo conseguirla y señala como aspecto clave el monitoreo constante de los niveles de todos los elementos involucrados en la nutrición.

Si el objetivo de la fertilización es compensar las extracciones de los elementos minerales del suelo, que las plantas llevan a cabo durante su desarrollo, cultivo o ciclo vegetativo, y suplir los nutrientes ausentes en el mismo, “hay que definir el momento en el que se aplicarán los fertilizantes y revisar los ciclos fenológicos”, afirma el experto. Así, los productores podrán decidir cuándo aplicar potasio o nitrógeno, por ejemplo. “Se deben revisar las tablas de extracción para saber cuánto aplicar y cuánto extraer. Además, es preciso tener en cuenta si la aplicación se realizará de manera foliar o por riego”, añade.

Pero, ¿dónde podría estar el error? “Quizás hizo calor o frío, y la planta no pudo tomar los fertilizantes. Cumplimos con el programa, cumplimos con todos los estándares, pero no estamos logrando el objetivo. ¿Y cuál era el objetivo que debemos conseguir con nuestro programa? Generar carbohidratos. ¿Cómo sé si se están generando? Para ello debo monitorear, controlar lo que estoy haciendo. Si no controlamos, no podremos tomar medidas correctivas. Ese es el principal cambio que hay que hacer en la concepción que tenemos de la nutrición. Midiendo y evaluando podremos tomar medidas sobre la marcha, de manera que podamos llegar a la cosecha con el resultado que nos planteamos a inicios de campaña”.

NITRÓGENO Y POTASIO, LOS MÁS IMPORTANTES

Gutiérrez señala que los elementos más importantes para lograr la calidad deseada son el nitrógeno y el potasio, fundamentales para obtener un buen el calibre, una buena calidad de jugo y un óptimo grosor de la pie. El nitrógeno es un elemento clave en la producción de cítricos. “Si se nos pasa la mano con el nitrógeno, se propiciará una mala vida de poscosecha y anaquel. Pero si no aplicamos nitrógeno y no se realiza un monitoreo, las hojas terminan con un bajo nivel de reserva, lo que provocará que en la siguiente floración y brotación haya flores blancas, que presentan cuajas bajas”, explica y señala que los niveles óptimos de nitrógeno deberían  estar entre 2.4 y 2.6%, porcentajes que se deben respetar durante toda la campaña.  Asimismo, subraya que se debe buscar el equilibrio con otros minerales como el magnesio y el calcio.

“El monitoreo constante sirve para saber si estamos relacionando bien los elementos químicos, dependiendo del ciclo del cultivo”, explica el experto. Por ejemplo, si se aumentan los niveles de nitrógeno, aumentará el tamaño de la corteza. Si se aplica una cantidad correcta de potasio, crecerá la piel y mejorará el calibre.

Un dato importante que resalta el especialista es que aplicar nitrato de potasio vía foliar al 1% (1kg/100 l) genera una conductividad eléctrica de 10 ds/m. “Estoy seguro de que cuando los productores hablan de potasio vía foliar, hablan del 2 o 3%. Hay que tener ojo con las conductividades. En Chile hemos tenido problemas de manchas que aparecen en las cosechas, y ha habido explicaciones bien encontradas, pero yendo hacia atrás, hemos visto que hay un abuso de las aplicaciones de estos nutrientes en los huertos donde aparecieron estas manchas”, explica y resalta que la planta solo absorberá el nitrato de potasio cuando haya más de un 95% de humedad en el ambiente.

Pero además del nitrógeno, para definir el tipo de brote, se deben aplicar micronutrientes como el manganeso y zinc. “A un huerto no podemos pedirle frutas de buenos calibres, de buena calidad por muchos productos que estemos aplicando o por mucho que estresemos o dejemos de estresar a las plantas”, subraya y advierte que la producción será óptima solo si hay un buen manejo, es decir, si hay un balance y monitoreo de los elementos químicos que se están aplicando en campo. Así, por ejemplo, el uso de zinc, manganeso y fierro son muy importantes para la fotosíntesis, para la generación de azúcar y carbohidratos, mientras que el manganeso y fierro son fundamentales para la brotación. “Cuando el huerto brota debe nutrirse con estos elementos, inmediatamente.  Así, las estructuras productivas estarán en buenos niveles”, afirma.

El zinc está muy asociado con las auxinas y es el precursor del triptófano –aminoácido esencial en la nutrición humana, esencial para promover la liberación del neurotransmisor serotonina, involucrado en la regulación del sueño y el placer– y el triptófano está involucrado en la fruta si es auxina. “En cítricos, el que no sabe de auxinas no trabaja en cítricos”, sentencia Gutiérrez, y agrega que también son consideradas como un elemento clave, básicamente porque son un excelente enrraizante. “Si hay buenos niveles de zinc en la brotación, entonces se van a generar buenos niveles de raíces”, asegura el especialista. “No es bueno aplicar en primavera y dejar de aplicar en otoño, pues cerca de la cosecha se generan las raíces que van a nutrir la próxima brotación. Por lo tanto, toda la temporada debemos preocuparnos de que los niveles no bajen”, continúa.

Si el objetivo es impactar con potasio a nivel de fruta, a nivel de hoja, la solución no va por la aplicación foliar. Puede ser de ayuda, pero no es la solución, principalmente por las magnitudes que se necesita impactar. Entonces, ¿cuándo se debe aplicar el potasio? El potasio es clave en el rápido crecimiento del fruto; tiene que ver con la madurez, con el transporte de azúcar a la fruta. “El potasio se mueve hacia la raíz por difusión; por lo tanto, cuando queremos ser eficientes con el potasio, tiene que haber raíces blancas que empiecen a brotar a su alrededor y que por difusión se muevan de una zona de mayor concentración a una de menor concentración. Si empezamos a aplicar potasio y no hay raíces creciendo, porque estamos regando mal, estaremos desperdiciando el potasio, porque las raíces que deberían tomarlo, no están”, advierte el ingeniero agrónomo.

Si hay buenos niveles de potasio, habrá buenos niveles de magnesio; y si hay malos niveles de potasio, habrá malos niveles de magnesio, elemento que está asociado a la clorofila, pero también es fundamental para que se generen y se exporten carbohidratos. “Por lo tanto, cuando vemos en el huerto una deficiencia de magnesio, es porque el error se ha cometido mucho antes”, asegura Gutiérrez y recomienda mantenerlo sobre 0. Durante toda la campaña, desde la primera brotación.

 

Claves de una buena nutrición

• Es importante mantener un equilibrio entre los niveles de calcio, magnesio, nitrógeno y potasio.

• Se debe maximizar los beneficios que aportan a la fruta.

¿Cómo se puede realizar lo anterior? Monitoreando, esa es la forma correcta de lograr una fruta de calidad, porque una vez en el mercado de destino, puede que la fruta esté dos semanas en guarda y debe mantener su calidad, interna y externa.

¿Cuánto aplicar? El experto recomienda generar tablas propias. “Los errores no están en las tablas; hay que entender que hacer una buena fertilización no es suficiente; elijan la tabla que quieran, pero monitoreen. Ese es el cambio de paradigma al que tenemos que apuntar”.

CALCIO: LA IMPORTANCIA DE LA RAÍCES

El calcio es fundamental para la pared celular y tiene la particularidad de moverse por células que están muertas, por espacios intercelulares. ¿Qué quiere decir eso? Cuando hay una célula viva, esta secuestra al calcio. La banda de Caspary obliga a que todo lo que ingrese a la raíz tenga que ser por células vivas; por lo tanto, el calcio ya no entra cuando la raíz tiene la banda de Caspary; sino que entrará por las puntas. Así, cuando hablamos de unidades de calcio se debe estar atento a que las raíces estén en crecimiento.

“Estamos hablando de nutrición, entonces debemos observar las raíces. Podemos hablar de 100, 200, 300 unidades de calcio… Pero si vemos que las raíces no están, no sirve de nada. Y el calcio es fundamental para la calidad que necesitamos. El suelo tiende a secuestrar el calcio; cuando el calcio está en solución de suelo es muy probable que esté secuestrado por el suelo, o que la planta no lo quiera tomar. Es complejo. Y si no tenemos raíces blancas creciendo, más complejo todavía. En el sistema puede haber mucho calcio, pero no va a ser aprovechado. Cuando vemos los niveles de agua podemos y estos están bajos, podemos decir: ¡pongamos una fábrica de calcio!’ ¿Pero ese calcio está realmente aprovechado por la planta?”, explica el especialista.

Por su parte, el bicarbonato de calcio tiene una particularidad; cuando el agua es más fría, se mantiene más soluble. Por lo tanto, cuando el agua viene fría de los pozos, de los ríos, efectivamente, viene con niveles altos de este elemento. Pero en el sistema de riego, en las cañerías, aumenta la temperatura y empieza a transformarse en carbonato. El carbonato será muy insoluble. Y el sulfato hará que se forme yeso.

¿Cuál es la particularidad de esto? Gutiérrez responde: “El sulfato de calcio y el carbonato de calcio necesitan muchos litros de agua para disolverse. Entonces mandamos a analizar el suelo y el agua al laboratorio, y los niveles de calcio son espectaculares. Y digo, bueno, ¿para qué voy a aplicar calcio? Por eso es interesante hacer este análisis. Porque es muy probable que por los niveles que tengan, mucho de ese calcio se transforme en sulfato o inclusive en carbonato. Por lo tanto, si quieren aprovechar realmente el calcio del agua, tienen que ponerle ojo a los niveles de bicarbonato que trae esa agua, para  realmente decir: el agua está aportando calcio. Si queremos aprovechar el calcio que trae el agua de riego, debemos disminuir la presencia de bicarbonatos”.

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