La fórmula que permitió a Chile romper su récord de la cereza más temprana
El 20 de octubre se inició en Ovalle la cosecha de la cereza más precoz del país. Se presume que, quienes recogieron fruta ese día correrán solos en los mercados internacionales hasta el 10 de noviembre. Al cierre de esta edición ya había llegado el primer despacho aéreo a China, con precios en destino un 16% superiores a 2020. Brooks es la variedad más producida hoy en esa zona, aunque desde hace unos años se han introducido otras, de programas de mejoramiento de Italia y EE UU.
Entre el 15 y 20 de octubre pasados, Ovalle fue sede un evento histórico para la industria de la cereza en Chile. En esos días, en esa zona de la cuarta región, varios cientos de kilómetros al norte de su epicentro productivo, se inició la cosecha más temprana del fruto en el país. “Lo que está pasando hoy en la región de Coquimbo con la cereza es una locura”, afirma el investigador del INIA, Gamalier Lemus. Y lo dice con absoluta propiedad, porque fue él uno de los que inició en 1998 un proyecto Corfo, ejecutado por el INIA, que se propuso evaluar el cultivo del cerezo en zonas sin frío invernal. Por entonces, nadie sospechaba lo que pasaría, porque producir una fruta de similares rendimientos productivos y calidad que aquella que se obtiene en la zona central, no estaba en los planes de nadie. “Es espectacular ver cómo están establecidos los huertos hoy en día”, sostiene el experto.
Pero, ¿cómo una especie frutal que se ha establecido y adaptado a climas templados y fríos del país se ha podido desarrollar en las condiciones agroclimáticas del norte? La respuesta está en el trabajo de los investigadores del INIA, quienes comprobaron que el cerezo se podía cultivar (y también producir) en zonas con ciertas limitaciones de frío como lo es Ovalle. Y, si bien no ha sido posible su establecimiento en el valle, debido a las bajas humedades relativas, sí ha encontrado su lugar en zonas de influencia marítima, donde las humedades relativas son altas.
Hace unos años hubo ensayos en Monte Patria y Semita, donde hay mejores condiciones de horas frío. Se llevaron plantas que brotaron muy bien y florecieron, pero no cuajaron. “Esos primeros años, los productores tenían la sensación de que era muy complicado establecer el cerezo en la IV Región”, recuerda Lemus. Sin embargo, hay productores que son pioneros y hoy están produciendo fruta de similar calidad que en la zona central. “La flor del cerezo es muy frágil y en zonas de baja humedad relativa estas no logran cuajar. Eso es lo que pasa en el valle, donde en agosto puede haber temperaturas de 25°C y una humedad relativa del 40%, mientras que en zonas de influencia marítima la humedad relativa no baja del 60%”, explica.
Esas son las condiciones que se encuentran en el Fundo Tabalí, de Agrocomercial Valle Arriba, una empresa especializada en la producción de aceite de oliva (tienen 420 hectáreas de olivos para exportar a granel a EE UU), aunque sus responsables vieron una oportunidad en el cerezo. “Primero tuvimos 3,5 hectáreas (ha) y en una segunda etapa otras 20 ha”, confirma Jorge Astudillo, gerente de producción de la empresa. “El huerto está a 20 km del mar, cuyas humedades relativas altas permiten un buen desarrollo de las flores, condiciones que también son óptimas para que las abejas realicen su trabajo y, por ende, tener una mayor viabilidad de flores”, explica.
US$9/KG A PRODUCTOR PARA LA FRUTA COSECHADA EL 20 DE OCTUBRE
Así, hay un importante territorio que va desde Tuquí, en Ovalle, hasta Pan de Azúcar, en La Serena; donde es posible establecer huertos de cerezos en la región, según los resultados de varios ensayos en parcelas experimentales y comerciales hechos en la zona. “El cultivo del cerezo en la IV Región es hoy una realidad productiva y económica”, sostiene Lemus, cuya fruta este 2021 se comenzó a cosechar el 20 de octubre, según pudo comprobar Redagrícola en los diferentes campos que visitó en Ovalle.
El principal factor que rige en los huertos de la IV Región es sacar lo antes posible su fruta. “Es un factor comercial”, subraya Astudillo. “Es una presión no solo nuestra, sino de todos los que estamos aquí, de cosechar en la semana 42 y 43. Para ese objetivo es que afinamos todos los manejos agronómicos”, sostiene. Aunque ha habido años donde han logrado sacar fruta incluso antes. “En 2019 salimos el 13 de octubre como floreo y partimos la cosecha en firme el día 18”, precisa. En 2020 la cosecha había comenzado alrededor del 25 de octubre.
Si lo que se quiere es tener un huerto productivamente sustentable, el uso de mallas para sombra resulta indispensable, como se puede apreciar en algunos productores que comienzan a tener resultados este año en el sector de Recoleta, en Ovalle. “El hecho de que este año haya campos que hayan iniciado la cosecha cinco días antes que en 2020 se debió a que hubo un 20% más de acumulación de grados días. Los que pudieron cosechar el 20 de octubre estarán solos en el mercado hasta el 10 de noviembre”, sostiene el asesor Walter Masman.
Toda esa fruta recogida tendrá como destino China, y al cierre de esta edición, se esperaban retornos a los productores de US$9/kg para envíos que solo se realizarán vía aérea. “Esa es la fecha y la forma de envío a la que están apuntando los productores de Ovalle”, sostiene Lemus. Tras ella, los precios bajarán. Así, por ejemplo, se espera que el valor de la fruta cosechada una semana más tarde, fluctuará en torno a US$7/kg, mientras que aquella que se coseche el 10 de noviembre, competirá directamente con la fruta de la zona central, una ventana a la que los productores nortinos quieren hacerle el quite.
ASÍ ES LA CEREZA MÁS TEMPRANA DE CHILE
¿Cómo son las cerezas que se obtienen en la IV región? “En el Fundo Tabalí, el 70% de lo cosechado será de calibre sobre 28 mm, que es muy bueno para una variedad como Brooks. La fruta se cosecha sobre 16°Brix y si bien el color era un problema en un inicio, nosotros lo hemos resuelto. Para eso usamos film reflectante. Nos lo recomendaron porque se usa en manzanos y en cerezos Brooks en el sur. Lo instalamos cuando la fruta empieza a pintar, es decir, una semana antes de cosecha y nos ha funcionado bien”, explica Astudillo.
Los diferentes campos han ido adecuando manejos y tecnologías para obtener la fruta que demanda el mercado. “Hay campos donde se está trabajando para obtener fruta de 30 mm hacia arriba”, cuenta Solano Portilla, ayudante de investigación en INIA Intihuasi y encargado de parcela Talhuén, donde la entidad pública mantiene un huerto con propagación de plantas de cerezo en conjunto con el Consorcio Biofrutales. Sin embargo, las exigencias de los compradores a las frutas del centro y norte son muy distintas. Mientras a las primeras se les exige un mayor calibre y una buena firmeza, ese atributo y condición es totalmente distinto cuando se trata de la fruta más precoz del país, “porque se cosecha y se sube lo más pronto posible a un avión, quizás por eso tampoco la vida de poscosecha no es la principal característica de las variedades que usamos aquí”, añade el gerente de producción de Valle Arriba, sobre una fruta que no debe tardar más de cinco días en arribar a China.
DESARROLLO BASADO EN VARIEDADES LIBRES Y YA ARRIBAN AQUELLAS CON ROYALTY
Así es la cereza más temprana del país, cuyos huertos más antiguos fueron plantados con variedades como Brooks, Glen Red y Royal Dawn; en una región que tiene sobre 200 ha plantadas, pero donde hay un interés real y palpable por seguir creciendo en superficie. “De hecho, hay productores que han crecido un 20% más de lo que habían planeado en un comienzo”, apunta Lemus. “Es un tema ‘sencillo’, porque para los productores basta ver cuál es el costo de producción y cuál es la rentabilidad del cultivo”, añade. Y esa rentabilidad, por ahora, se presume de las mejores.
Lo que sí está claro es que quienes planten variedades de más de 500 horas frío se están poniendo una soga al cuello. “Hay casos de quienes plantaron Lapins y Santina y que hoy están en el tercer año, sin muchas perspectivas de futuro, salvo replantar ese huerto con variedades más adecuadas”, cuenta Portilla.
De las variedades tradicionales, las alternativas son tres: Brooks, Royal Dawn y Glen Red. Sin embargo, cuando se piensa en Brooks, irremediablemente viene a la cabeza lo que pasa con esta variedad en zonas del centro y sur. “Allí Brooks va de salida y ya no se venden plantas. Sin embargo, en el norte ha encontrado el lugar ideal para desarrollarse”, sostiene Lemus, sobre una variedad que es una alternativa para aquellos productores que no quieren pagar un ‘royalty’.
“En el norte, Brooks es un muy buen negocio si se cosecha temprano, pero no lo es si pasa del 10 de noviembre”, sostiene Masman. Sin embargo, no es la única variedad que está siendo plantada, ya que en los últimos años han arremetido variedades licenciadas de diferentes programas de mejoramiento. “La gracia de las nuevas variedades, si las comparamos con Brooks, es que tienen una coloración más potente, de calibres muy superiores y levemente más firmes; haciendo que el panorama varietal y comercial sean completamente diferentes”, añade el asesor.
Lorena Pinto, jefe de producto de pomáceas y cerezas de A.N.A Chile cuenta que ha habido una muy buena adaptación de una variedad como Nimba®, “con plantas que hemos visto muy bien. Sweet Ariana® también y esta es una variedad más vigorosa y recomendamos disminuir el vigor conduciéndola en un sistema distinto al eje. SMS 16® es una variedad que aún no es comercial, pero con la cual estamos haciendo ensayos y hemos visto resultados muy promisorios”.
Viveros Los Olmos inició la venta de plantas en 2019, la que se masificó un año después con variedades como Frisco, Nimba y Pacific Red (del programa SMS Unlimited LLC) y Frisco y Sweet Lorenz (de la Universidad de Bologna). “Frisco polinizada con Lapins ha tenido un buen desarrollo de planta, como también en la parte de reproducción vegetativa y frutal”, sostiene Jaime Poblete, jefe de producto de cerezos de Viveros Los Olmos. “La fruta se ve bien y responde a condiciones de bajo requerimiento de frío, algo que comprobamos este invierno y hemos visto un muy buen follaje”, explica Poblete, y añade que Sweet Lorenz está en la segunda y tercera hoja.
Un tema de futuro, según Masmann, será el desarrollo de variedades con mayor coloración de pulpa, si bien estos detalles más finos serán demandados por ciertos consumidores. “Normalmente las pulpas claras están asociadas a variedades con un menor sabor, pero una variedad de pulpa clara con una gran expresión de sabor y firmeza no tendría por qué ser rechazada”, analiza Lorena Pinto.
EN BUSCA DE UNA VARIEDAD CHILENA DE BAJO REQUERIMIENTO DE HORAS FRÍO
“Hay una limitación de variedades y es necesario encontrar una con la que se pueda cosechar a partir del 15 de octubre”, sostiene Gamalier Lemus. Eso es lo que se espera lograr con el Programa de Mejoramiento INIA-Biofrutales, iniciado en 2010 con apoyo de Corfo, que lo financió hasta 2020, año en que el Consocio Biofrutales asumió el financiamiento, recursos que están disponibles hasta finales de este año.
Hoy en día, el INIA y Biofrutales trabajan para conseguir nuevos recursos, que permitan la obtención de la primera variedad chilena de cerezas en 2025. “Tenemos buenas selecciones y esperamos concretar un lanzamiento para ese año”, confirma Lemus. “De ahí en adelante, esperamos que -en ocho años-, podamos ver una segunda o tercera variedad”, añade.
La selección más avanzada se obtuvo en Pan de Azúcar y desde hace seis años se han hecho testeos con ella también en Rengo (Región de O’Higgins), donde los últimos tres años han podido comprobar la evolución de la fruta. “Se parece mucho a una Reinier, con un sabor muy característico y una poscosecha mucho mejor que Reinier y también es más productiva. Hoy es una promesa”, explica Lemus.
LO MÁS COMPLICADO
Independiente de la variedad que se trate, se debe tener en cuenta que la cereza se ha establecido en un territorio donde no hay mucho conocimiento de esta y, donde, climatológicamente, la IV Región no es la mejor zona para su establecimiento. Por ello es que el desarrollo y estrategias técnicas deben ser muy precisas. “Por ejemplo, las aplicaciones de cianamida deben ser en la fecha adecuada, ayudada de técnicas y estrategias que aumenten la brotación y cuaja”, sostiene Poblete.
Manejar la falta de frío invernal es un tema que requiere de precisión en el norte. Por ello, el uso de cianamida hidrogenada es parte del complejo que se usa para acumular frío. “Sin duda que el manejo agronómico ha ido avanzando”, recalca Poblete. Y ello ha permitido que aquellos huertos comerciales más nuevos, con una edad de cinco años, estén produciendo hoy hasta 15 t/ha. En el Fundo Tabalí los mejores rendimientos con Brooks han llegado a 12 t/ha, con un promedio que va entre las 9 y 10 t/ha. “Ese debe ser el número real al que nosotros podemos aspirar”, pronostica Astudillo. Otros huertos han logrado producciones interesantes desde el punto de vista numérico, pero han tomado la decisión de ralear para llegar con producciones entre 10 t/ha y 12 t/ha, para conseguir el calibre adecuado, no desgastar a la planta y cosechar en la fecha que más interesa.
UNA ZONA SIN LLUVIAS, GRANIZOS NI HELADAS; PERO SÍ CON VIENTOS
A diferencia de la zona central, en la IV Región no hay episodios de heladas, ni tampoco lluvias ni granizos en cosecha, “condiciones que hacen que una variedad como Brooks haya encontrado su sitio. En el centro del país, es muy susceptible a las partiduras tras una lluvia, pero como aquí no hay lluvias, se expresa mucho mejor”, explica Astudillo. No es lo único, ya que las condiciones de estrés en Ovalle son menores que en otras zonas como Graneros, en la Región de O´Higgins, donde las altas temperaturas son constantes. “En Ovalle podemos tener días de 30°C, pero hay vientos que suavizan esa temperatura. En cambio, en Graneros pueden ser las siete de la tarde y haber altas temperaturas que afectan a las plantas”, advierte Masman.
A diferencia de las mallas antigranizos, lo que sí se ve en el norte son mallas perimetrales cortaviento, para mitigar el efecto negativo de algunas rachas que, según donde esté ubicado el huerto pueden ser más intensas. “Uno de los aspectos positivos de estas zonas de la IV Región es que hay una menor incidencia de problemas fitosanitarios”, apunta Gamalier Lemus. “Hay presencia de cáncer bacterial, pero no en la frecuencia que puede haber en la zona centro o sur”, precisa Jaime Poblete.
Hasta el Fundo Tabalí han llegado especialistas de la zona centro para ver cómo se comporta este frutal, pero también expertos de California e Israel. “Cada uno con diferentes estrategias de manejo, que pueden ser aceptadas o no, en riego, en inducción de caída de hoja, en rompimiento de dormancia… Todas ellas, las debemos verificar en nuestra zona de producción. Tras seis temporadas, hemos modificado algunas fechas de aplicación. Siempre hablamos de ensayo y error, tratando de adaptar a nuestra condición estrategias que son exitosas en otras latitudes”, cuenta Astudillo sobre este huerto, que ha modo de anécdota dicen se han transformado en una “escuela” en la zona por el rol de pioneros que han asumido, cimentando su camino al andar y abriendo paso a otros productores.
Pero existe una amenaza latente: la disponibilidad del recurso hídrico en medio de un contexto de sequía de la zona y el país, donde la cereza correría con ventaja respecto a otras especies debido a su menor requerimiento de agua, lo que ha llevado a varios productores consultados por Redagrícola a pensar en el recambio, por ejemplo de la uva de mesa. “Si se compara a la cereza con la uva de mesa, la cereza es de periodo de corto, desde floración a cosecha. Son solo cuatro semanas, es decir, los requerimientos de agua son menores y la rentabilidad es mayor”, sostiene Poblete. Y si bien se requiere agua tras la cosecha, esta es en cantidades menores de lo que puede necesitar una uva de mesa o pisquera. “Eso es lo que también motiva a productores de uva de mesa y de pisco a explorar esta nueva alternativa para la zona, porque si con ese cultivo se necesitan entre 8.000 y 9.000 m3/ha/año, esa cifra baja entre 5.000 y 6.000 m3/ha/año con los cerezos”, precisa Lemus.
COMBINACIÓN VARIEDAD/PORTAINJERTO DEPENDE DEL TIPO DE SUELO
En cuanto al uso de portainjertos, los expertos indican que no hay una receta para todos, sino que su uso tiene que ver con el tipo de suelo y la estructura de planta que se quiere conseguir. “Nosotros recomendamos tres portainjertos: Mahaleb, Maxma (14 y 60) y Colt”, precisa Lemus. Aunque es muy probable que se sumen otros, ya que el INIA está ensayando con Adara, “sobre todo en cuanto a la compatibilidad con las variedades y el bajo requerimiento de horas frío”.
Jaime Poblete destaca que Maxma (14 y 60) son los más requeridos en zonas donde hay suelos con gran porcentaje de arena o estructura gruesa con gran infiltración de agua y salinidad. “Hemos visto que con Maxma 60 la expresión de vigor alcanza al 70%, pero mientras menos vigor, más fructificación”, sostiene y añade que con Colt la expresión de vigor es de un 100%. “Con Maxma hemos visto también una mayor velocidad de endardado”, añade y descarta los Gisella para el norte, “porque se estresan en situación de estrés térmico y cuando las condiciones del suelo no son las adecuadas”, advierte.
IFG prueba sus variedades en Copiapó, Vicuña y Ovalle
IFG tiene experiencia en el desarrollo y obtención de variedades de cerezas con bajo requerimiento de horas frío, material que en los primeros años se llevó al sur de California, México, Australia, Sudáfrica y Chile para probar con ellas. “El trabajo del CEAF nos confirmó que podíamos probarlas en el desierto”, cuenta Antonia Sánchez, gerente técnico de cerezas de IFG. Así es como hace tres años iniciaron testeos en Copiapó, Vicuña y Ovalle, “donde hemos visto que las plantas han respondido muy bien, no solo al tema del frío, sino también a los calores del verano”, precisa. Y lo mismo han comprobado en California, donde si bien los huertos no están en Coachella, sí están ubicados en una zona intermedia.
A pocos kilómetros de Ovalle hay producción de las variedades de IFG Cheery Crunch®, Cheery Blush®, IFG Cher-eight, IFG Cher-nine, Cheery Burst® y Cheery Glow®. Se trata de variedades que no son autofértiles ni tampoco son variedades club, aunque el modelo de negocio exige al productor que ha sido licenciado con las variedades de IFG que debe comercializar su fruta con una de las quince exportadoras ya licenciadas o alguna nueva que se licencie. “Hay variedades, las más nuevas, que hasta hace un año había restricción de plantas sin embargo hemos trabajado en tener mas material para hacer plantas y estamos preparados para una gran expansión en superficie”, cuenta.
“Vigorosos”. Así afirma Antonia Sánchez que deben ser los portainjertos que sustenten a las variedades de IFG, en especial, en el norte de Chile, “aunque eso dependerá de las condiciones del suelo. Pero en el norte de Chile se necesita tener un vigor alto”. Así entonces, si el huerto está en un suelo fértil, se podría usar diversos portainjertos, pero si está en suelos con alguna restricción, el que mejor funciona, según Sánchez, es Maxma (14 y 60). “En California se han hecho ensayos con los Krimsk y han mostrado una buena ‘performance’ porque es una zona donde hace calor en los meses de verano y estos toleran muy bien esa condición”.
Las variedades de bajo requerimiento de horas frío, además de ser especiales para zonas donde tradicionalmente no se han establecido huertos de cerezas, son adecuadas para zonas donde, por efecto del cambio climático, es necesario reemplazar variedades que ya no están siendo productivas. “Ese es el caso de Bing, que está siendo reemplaza en ciertas zonas de la Región Metropoliana, y con variedades de cosecha más temprana que ayudarían a anticipar las semanas de cosecha y no concentrar todo el volumen en el mismo período descentralizando así la temporada”, la especialista de IFG.