La batalla contra los hongos tiene un aliado
El Oídium y la Botrytis son uno de los enemigos más importantes para un productor de uva de mesa. Las temperaturas, la luz e incluso la variedad de la uva, son factores que determinan la propagación o inhibición de estos hongos. Además, hay etapas en que las plantas son más susceptibles a la infección. Felizmente, existen productos como el TriTek de Bayer, que proporciona un control efectivo para una amplia gama de cultivos, enfermedades y plagas.
El Oídium y la Botrytis son uno de los enemigos más importantes para un productor de uva de mesa. Las temperaturas, la luz e incluso la variedad de la uva, son factores que determinan la propagación o inhibición de estos hongos. Además, hay etapas en que las plantas son más susceptibles a la infección. Felizmente, existen productos como el TriTek de Bayer, que proporciona un control efectivo para una amplia gama de cultivos, enfermedades y plagas.
Las plantas, como todos los seres vivos, pueden enfermar. Los principales responsables de estas enfermedades son hongos, virus y bacterias. Entre todas las enfermedades de la uva de mesa hay dos hongos que suponen la principal amenaza para los productores vinícolas: el Oídium (Uncinula ecátor) y la Botrytis (Botrytis cinerea) o “podredumbre gris”.
El hongo U. necator es el causante del Oídium, oídio, la oidiosis o cenicilla. Inverna como micelio en las yemas de la planta o como cleistothecia en las fisuras y cavidades de la corteza de la vid, en la mayoría de las zonas de cultivo.Se caracteriza por la formación de manchas constituidas por hifas polvorientas, mohosas y de un color que va del blanco al grisáceo, sobre los tejidos jóvenes de las plantas o sobre hojas y otros órganos; al final quedan completamente cubiertos por una cenicilla blanca. Es un parásito obligado y son las conidias sus estructuras de propagación.
Es importante saber que hay temperaturas que favorecen y otras que inhiben la propagación del Oídium. Por ejemplo, las temperaturas de más de 35°C refrenan la germinación de esporas y hace lento el crecimiento del hongo; las temperaturas de más de 40 º C, matan a las esporas, pero no a las colonias de hifas.
La intensidad de luz también es un factor a tomar en cuenta; cuando es débil favorece al desarrollo de la enfermedad; la luz solar ha sido reportada inhibiendo la germinación de las conidias; en un estudio se demostró que germinaban un 47% en luz difusa y solo un 16% con luz solar.
CONTROL QUÍMICO: APLICACIONES PREVENTIVAS
MANEJO CULTURAL DE BOTRYTIS Y OÍDIUM
– Manejo de Canopia. La práctica del deshoje debe asegurar que la plantación reciba una penetración de luz solar de aproximadamente un 40%.
– Arquitectura de Racimos. La arquitectura del racimo es una importante variable para determinar la severidad de la pudrición por Botrytis; los cultivares con racimos apretados desarrollan pudriciones más severas que aquellos que tienen los racimos más sueltos; el contacto de las bayas reduce la capa cerosa de la baya, lo cual facilita el ingreso del patógeno. Tener racimos compactados, también dificulta la penetración de los fungicidas para el control de oidiosis.
– Manejo de Riego y Nutrición.
El manejo del riego y de la nutrición permitirá controlar la densidad de la canopia mediante su restricción al crecimiento. El exceso de agua y nitrógeno, causan un crecimiento muy activo y suculento, haciendo susceptible a la planta al Oídium. El exceso de riego también contribuye a que el nivel de humedad más alto promueva el desarrollo de esta enfermedad.
Las etapas críticas más propensas al Oídium, son durante el crecimiento activo (flor, brotes y bayas); es ahí donde la planta es más susceptible a la infección. El follaje maduro es más tolerante, y el tejido marrón (lignificado) es resistente. El raquis y el resto del tejido verde siguen siendo susceptible a la infección, incluso después de que las bayas se tornen resistentes.
Pero, ¿cuál es la estrategia de control químico a seguir? Las aplicaciones deben ser preventivas pues se debe asumir que hay una alta presión de la enfermedad a lo largo de todo el ciclo del cultivo; pueden empezar al inicio de la temporada así como dos, cuatro y seis semanas antes de la apertura de yemas, en zonas húmedas; en zonas frías, se recomienda tres aspersiones después de la floración, pudiéndose continuar las aplicaciones incluso hasta la semana diez, justo después de floración. Ojo con las variedades de uva susceptibles, pueden necesitar aplicaciones con intervalos de dos a tres semanas, desde el fruto formado hasta la pre cosecha.
VARIEDADES Y BOTRYTIS
A diferencia del Oidio y del Mildiu, que se nutren exclusivamente en tejidos vivos, el hongo de la Botrytis (B. cinerea) puede vivir perfectamente nutriéndose de tejidos desprendidos de las plantas. Se manifiesta como una masa profusa de color gris compuesta por micelio, codioforos y conidias; por eso se le dice “pobredumbre gris”. Se trata de un parasito Facultativo Necrotrofo. Produce eslerotes como estructura de conservación. Las estructuras de propagación son las conidias.
Como en el Oídium, la temperatura juega un rol importante. Las conidias pueden germinar a temperaturas que fluctúan entre los 1 y 30 °C; a 18°C se considera óptimo. Las infecciones en condiciones optimas de temperatura (de 15 a 20 °C), ocurridas con presencia de agua o a más del 90% de humedad relativa, toman aproximadamente 15 horas; el tiempo necesario es mayor conforme las temperaturas sean inferiores.
TRITEK: HACE LA DIFERENCIA
TriTek es un concentrado único pre-emulsionado de aceite altamente refinado, con un alto contenido de compuestos parafínicos y bajo de aromáticos. Usado solo o en combinación con otros productos, proporciona un control efectivo para una amplia gama de cultivos, plagas y enfermedades. TriTek figura en la lista de OMRI e incluso excede la mayoría de los estándares mundialespara aceites de aspersión agrícolas.
Su formulación única ofrece una fácil dilución en agua y alta estabilidad en el tanque de mezcla.
Sus gotas pequeñas de aceite aseguran una cobertura uniforme del follaje.
Ofrece el más amplio espectro de control con mínimo riesgo de fitotoxicidad.
Actividad insecticida y acaricida, incluyendo huevos, con múltiplos modos de acción.
Actividad fungicida.
Potencializa la actividad insecticida, acaricida y fungicida en las aplicaciones.
Idóneo para el manejo integrado de plagas y manejo de resistencia.
Registro EPA y aprobado para uso orgánico.
Cabe mencionar que la B. cinerea no es especifica de la vid; ataca a muchas plantas cultivadas y salvajes, y puede vivir como saprofito en tejido senescente, necrótico o muerto, como mencionamos líneas arriba.
En el cultivo de la uva, existe una susceptibilidad varietal, en relación a la Botrytis. Las variedades que poseen racimos compactos, están propensas a mayores pérdidas porque la infección avanza rápidamente cuando los granos maduros se comprimen entre sí. Así también las que desarrollan la piel de la baya delgada. Los periodos críticos para esta enfermedad son los comprendidos en la floración, y desde el envero hasta la cosecha.
LA CLAVE ESTÁ EN HACER UNA ESTRATEGIA PREVENTIVA
El control químico del Oídium y de la Botrytis, es un componente importante para enfrentar estas enfermedades. La estrategia debe ser preventiva, sin duda, ya que las aplicaciones con un nivel alto de la enfermedad no son del todo eficientes,por lo que es necesario hacer más aplicaciones por campaña. Oídium y Botrytis, como todas las poblaciones de hongos, pueden desarrollar resistencia a los fungicidas utilizados para su control; es por eso que es necesario revisar las recomendaciones del
Comité de Acción de Resistencia a Fungicidas (FRAC, por sus siglas en inglés), respecto a su adecuado uso.
En cuanto a la dosificación, se debe utilizar una cantidad de agua adecuada a volúmenes que pueden llegar hasta los 2000 litros por hectárea, pudiendo así utilizar las dosis por hectárea dadas por los proveedores, siempre y cuando haya una buena cobertura.
