Importantes novedades en el panorama de las plagas
Los ingenieros agrónomos entomólogos Marta Rodríguez (Dr.Cs.) y Marcos Gerding (M.S.) crearon el Centro de Producción de Insectos Benéficos, Biobichos. Se trata de una iniciativa privada impulsada desde el corazón de Ñuble, a pocos kilómetros de Chillán, que presta sus servicios a distintas regiones del país. Actualmente, esta empresa produce Trichogramma nerudai, Trichogramma pretiosum y Trichogramma bactrae, para el control de polilla del tomate, polilla del racimo de la vid, polilla de la manzana, polilla del brote del pino, entre otras, y Chrysoperla defreitasi para el control de pulgones, arañitas, chanchitos blancos y trips. Además ofrece insumos biológicos como Galleria mellonella, Sitotroga cerealella y Ephestia kuehniella para producción de enemigos naturales.
En su análisis de la realidad de las plagas de frutales en la Región, llaman la atención sobre el hecho de que las altas temperaturas influyen en una aparición anticipada de las plagas y un más rápido desarrollo de las mismas, lo que deriva en un mayor número de ciclos. Asimismo subrayan la introducción de especies exóticas indeseadas. Ya ocurrió con Lobesia botrana y ahora está la amenaza de la chinche pintada (Bagrada hilaris) que se cierne desde las regiones de más al norte, y de la mosquita Drosophila suzukii desde el sur. “Es muy probable que se manifiesten en primavera-verano”, vaticinan.
También apuntan el incremento del ataque de insectos al manejar los frutales bajo estructuras tipo invernaderos o túneles. Así ocurre con pulgones en arándanos, por ejemplo.
En una rápida revisión no exhaustiva de algunos de los principales problemas entomológicos de la zona, aparecen los curculiónidos afectando a los arándanos y frambuesas a nivel de raíz; y los chanchitos blancos, cuarentenarios, además de los pulgones ya mencionados a nivel de follaje. En frutilla, además de pulgones, los trips son problemáticos porque producen russet y malformaciones. En cerezo han llamado a los profesionales de Biobichos para enfrentar el chape (Caliroa cerasi), que desfolia los árboles. En nogal enfrentan el pulgón y polilla. En manzano igualmente las polillas son una preocupación, a la cual se suman el pulgón lanígero el burrito de la vid, que es clave en la zona para este frutal. Los curculiónidos asimismo provocan problemas en avellano europeo, así como en vides. Para estas últimas, las arañitas constituyen una amenaza importante. Y Lobesia botrana, aunque no preocupa tanto a los vitivinicultores, es un riesgo que pende sobre arándanos, ciruelos y cerezos.
Los temas hoy en fruticultura, plantean, son producir de manera más limpia, porque los mercados internacionales lo están exigiendo, y controlar las plagas cuarentenarias. Aprecian tendencias, en ese sentido, como el aumento del uso de trampas de confusión sexual en el caso de polillas, lo cual permite la disminución del uso de insecticidas, y también una mayor preocupación por la resistencia de las plagas a los productos químicos, aspecto este último que acicatea el interés por combinar el control tradicional con otras herramientas y el control biológico. Sin embargo, los oferentes de esta última opción con el uso de artrópodos son pocos; aparte de Biobichos, Biofuturo de Temuco, y en Concepción hay empresas orientadas al sector forestal. “De ahí hay que ir a Quillota para encontrar más”.