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Manejan 1,466 ha de frutales en Chincha

Fruchincha: los cambios de una corporación en un valle que aún no descubre su real potencial

Nació como una empresa exportadora de uva de mesa y, poco a poco, fue ampliando un catálogo de productos que hoy lideran las paltas y mandarinas, incluyendo también granadas y arándanos. Si bien parte de su historia ha estado ligada a Red Globe, los responsables de esta compañía tienen claro que la incorporación de nueva genética en sus campos es un tema primordial, tanto en la uva de mesa, como en los otros cultivos.

18 de Junio 2020 Gabriel Gargurevich Pazos
Fruchincha: los cambios de una corporación en un valle que aún no descubre su real potencial

La historia de Frunchincha ha estado ligada a un nombre en estas más de dos décadas de historia: Red Globe. Gracias a esta variedad es que se fundó esta corporación en 1999. “Muchos de esos campos tienen hoy más de 20 años”, sostiene su gerente general, Francisco Camino, sobre la única variedad de uva de mesa que cultivan en sus campos, de la cual exportaron 182 contenedores la campaña recién pasada. La cosechan entre febrero y la quincena de abril y Camino apunta que Chincha es una buena zona uvera, a pesar de que hay quienes dicen que es mejor producirla en Ica o Piura. “Personalmente, considero que, antes de dar una opinión, es mejor probar”, afirma sobre un territorio en el que han sido exitosos con este cultivo. Y quieren seguir siéndolo. Por ello es que el propio gerente general adelanta el próximo reto de la compañía: “las variedades de nueva genética. Hay muchas que consideramos interesantes y es cuestión de conversarlo con los diferentes programas de mejormaiento”, precisa.

NADORCOTT. La Nadorcott es una de las variedades que maneja Fruchincha. En la imagen, uno de los huertos ubicados en Chincha.

Tras la uva de mesa, vinieron la palta y los cítricos. Y esta compañía, compuesta por once socios (ver nota aparte), exporta su fruta, pero también la de terceros productores, a quienes llaman ‘asociados’, que deben respetar y cumplir las buenas prácticas agrícolas que dicta la empresa. “La fruta de los socios representa entre el 55% y el 65% de la que empacamos y exportamos”, sostiene Francisco Camino. A estos ‘asociados’ se les exige calidad, la cual es controlada por el departamento agrícola de la empresa, que se encarga también de asesorar a cada uno de los productores, dictándoles las directrices necesarias para incrementar las productividades y mejorar la calidad de la fruta exportable, cumpliendo también con una serie de certificaciones que exigen los mercados: GlobalG.A.P., Smeta y Rainforest Alliance, entre otras.


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La mayoría de los campos, de los socios y asociados, se ubican en Chincha, aunque también cuentan con operaciones en Cañete y Nasca. “Chincha permite facilidades logísticas a todo nivel, así como disponibilidad y buena calidad de agua; el suelo es muy rico, principalmente de textura franca, con variantes de franco arenoso al franco arcilloso, dependiendo de la ubicación del predio; y es importante subrayar además el hecho de contar con personal con experiencia para la agroexportación”, explica Juan Antonio Delpero, gerente agrícola de la empresa.

Los campos están repartidos en diferentes sectores del Departamento: los hay cercanos al mar, en la ladera de la montaña y algunos se ubican en puntos intermedios. “Esto hace que muchas veces haya diferencias significativas en cuanto a condiciones meteorológicas, características físico-químicas del suelo y hasta de agua.  De esta manera se determina que el manejo del cultivo sea diferente para cada fundo”, añade Delpero.

En la mayoría de los fundos de Fruchincha la textura del suelo varía de franco a franco arcilloso; eso los obliga a trabajar el ‘suelo’ en los años posteriores a la plantación y no solo antes de esta, “evitando así la compactación en distinto grado y, por ende, problemas de baja capacidad de aire del suelo, donde muchas veces se van sumando otras condiciones limitantes como napa freática alta, salinidad, alcalinidad y microbiota deprimida. Todo esto va generando condiciones de estrés, vulnerando la fragilidad del sistema radicular del cultivo y propiciando de manera complementaria la aparición de plagas y enfermedades, en detrimento de la producción y calidad”, advierte el gerente agrícola.

EN CHINCHA NO ES VÁLIDO ‘COPIAR RECETAS’

Estas condiciones han obligado a la empresa a desarrollar una visión integral del manejo agrícola en Chincha, donde no es válido copiar recetas, sino más bien desarrollar estrategias propias, en base a las necesidades particulares de cada predio. “Por eso, coloquialmente, definimos a la agronomía como ‘la ciencia del lugar’”, dice Delpero. A través del trabajado de los profesionales del departamento agrícola, se han logrado incrementos de producción muy interesantes, sobre todo en paltos. “Y seguiremos adelante, hasta conocer el verdadero potencial de Chincha, desde mi punto de vista, aún desconocido”, indica el gerente agrícola.

EQUIPO AGRÍCOLA. De izquierda a derecha, José Luis Llamoctanta, Eduardo Ascencio, Nelson Bruno, Juan Antonio Delpero, Álvaro Bruno e Italo Real.

CHINCHA: UN VALLE DOMINADO POR PALTOS Y CÍTRICOS

Además de la uva de mesa, en Fruchincha trabajan con paltos, cítricos, granados y arándanos; distribuidos en 1,466 hectáreas (ha), donde hay 743 ha de paltos, 581 ha de mandarinas, 112 de uva Red Globe, 15 ha de granada y 15 ha de arándano. “Adicionalmente, contamos con 189 hectáreas que aún no han sido sembradas”, destaca Camino. A ello hay que añadir los campos de terceros productores, que complementan las producciones propias de paltas y mandarinas. “Nuestros principales cultivos son paltas, mandarina y uva de mesa. Trabajamos con ellos por su buen rendimiento en campo y buena aceptación en los diferentes mercados de destino. Lógicamente, son productos que poseen una curva de madurez en el mercado y nos dan sostenibilidad comercial y económica. Al ser la agricultura un negocio dinámico, no debemos dejar de evaluar nuevos cultivos o variedades que consideremos tengan potencial en la zona”, explica el gerente general.

NUEVAS SUPERFICIES DE PALTOS. “Pensamos seguir creciendo en paltos”, dice Delpero. “Además de hacerlo en Chincha, también tenemos la posibilidad de crecer en Nasca, en campos de uno de nuestros socios”, añade

Precisamente la palta y los cítricos son los principales cultivos de agroexportación del Valle de Chincha. Si bien no existen datos oficiales y actualizados, se estima que hay unas 2,800 ha de paltos y 2,000 ha de mandarina, cultivos que fueron desplazando a la uva de mesa, que tuvo su apogeo en el valle hace una década, pero de las que deben quedar unas 280 ha, principalmente de Red Globe, la mayor parte de ellas en manos de Fruchincha.

En 2019 Fruchincha exportó un total de 1,750 contenedores de fruta producida por sus socios y de productores terceros, a diferentes mercados. “Estamos muy diversificados; tenemos muy buenos clientes en EE.UU., Canadá, Francia, UK, España, Holanda, Rusia, Polonia, Portugal, Japón y China. Esos son nuestros principales destinos”, precisa Francisco Camino.

La planta de empaque de la empresa tiene una superficie de 14,000 metros y cuenta con tres naves independientes para empacar cítricos, palta o uva, y arándanos o granada, de manera simultánea. El gerente general amplía esta información: “Cada nave cuenta con líneas de última generación que nos permiten empacar, por día, hasta 600 toneladas de mandarinas, 200 toneladas de palta, 220 toneladas de uva, 45 toneladas de granada y unas 20 toneladas de arándanos; contamos con 14 túneles de frío, 8 cámaras de almacenamiento y podemos despachar hasta cinco contenedores a la vez, inclusive con temperaturas de despacho diferentes, gracias al tratamiento de frío”.

CÍTRICOS: COLOR Y BRIX PARA COMPENSAR FALTA DE FRÍO

Con 2,000 ha de cítricos, los productores saben dónde debiera poner más atención la industria. “Debemos enfocarnos en mejorar el color y los grados Brix, para compensar la falta de frío nocturno que permite que la fruta tenga un mejor balance de brix y acidez”, sostiene Delpero y subraya que los volúmenes de producción están ya dominados, “pero nos toca seguir trabajando en conseguir mejor calidad exportable y paralelamente seguir investigando e incorporando nuevas variedades de cítricos de alto valor, en aras de  una venta comercial interesante”. Y considera clave que, como industria citrícola, se debe continuar el trabajo de formalización, no solo de los cítricos sino de la agricultura en general. “También debemos saber aprovechar nuestra diversidad de pisos ecológicos que ofrecen grandes oportunidades”, añade.

PALTOS: UN NEGOCIO EN CRECIMIENTO

CAPACIDAD PRODUCTIVA. Por día, en Fruchincha pueden empacar hasta 600 toneladas de mandarinas, 200 toneladas de palta, 220 toneladas de uva, 45 toneladas de granada y unas 20 toneladas de arándanos.

 Juan Antonio Delpero define el palto en Chincha, como “un negocio en crecimiento”. Las extensiones de ese cultivo se ubican en fundos ubicados muy cerca del mar, así como en la ladera de la montaña. Sin embargo, este es un valle extenso compuesto por once distritos (8 costeros y 3 de la sierra) que cada vez más cuenta con más predios de paltos pertenecientes a la comunidad que contribuyen a expandir la oferta de esta fruta. “Gracias a técnicas de manejo, se han superado ciertas limitaciones y hoy en día ya podemos hablar de promedios que superan las 20 t/ha, y picos de 27 t/ha, y creo que aún tenemos para un poco más”, precisa Delpero.

 

Once socios

Corporación Frutícola de Chincha (Fruchincha) fue fundada en 1999. Actualmente, cuenta con once socios: Agrícola Copacabana de Chincha, Don Fermín, Fundo El Rancho, Greenyard Fresh France, DM Agrícola, Agrícola Tecnificada, Benolsa, Compañía Agrícola Santa Giulia, Agrícola Belén, Servicios Don Tobías y Javier Gereda.

En Fruchincha trabajan con las variedades Hass y Fuerte. “Pensamos seguir creciendo en paltos”, dice Delpero. Y además de expandirse en Chincha, también tienen la posibilidad de crecer en Nazca, en campos de uno de los socios. El crecimiento de este cultivo en Nasca ha sido notorio en el último tiempo, gracias a las inversiones que han realizado allí Uvica, Safco y Agrolatina. “Consideramos necesario que, a nivel de industria, se realicen pruebas en distintos valles con la finalidad de documentar la respuesta de otras variedades de palto como GEM, Lamb Hass, Maluma y Carmen Hass, entre otras, para así ir determinando fortalezas y debilidades para cada situación”.

ARÁNDANOS: MEJOR SABOR, MENOR CALIBRE

 Las 15 ha de arándanos en Fruchincha aún están a nivel de prueba. Delpero subraya que la principal limitante para el arándano en Chincha es el tipo de suelo, por lo que deben ser muy cuidadosos en aras de conseguir una correcta preparación del terreno antes de la siembra, respetando su densidad aparente, porosidad total, capacidad de aire y conductividad eléctrica, entre otros factores. “También podemos dirigir el proyecto de arándanos a bolsas o maceta, pero utilizando un sustrato adecuado, con características físico-químicas de alta calidad”, añade Delpero.

Por otro lado, dependiendo de la ubicación en Chincha, la calidad del agua también podría ser otra limitante. Por ello es que una alternativa sería, por ejemplo, una planta de ósmosis inversa. “Por eso, analizar el suelo y agua, es uno de los primeros puntos de partida”, indica el gerente agrícola.

 

Cosechas once meses

Uva de mesa: febrero a inicios de abril. Palta: marzo a septiembre. Satsumas Okitsu y Mihowase: febrero a abril. Satsumas Owari y Primosole: de abril a mayo. Mandarinas Nadorcott y Nova: de junio a setiembre. Granada: abril a mayo Arándano: julio a diciembre.

Donde sí podría haber inconvenientes es en la disponibilidad de mano de obra. “Si la producción de arándano se intensifica en la zona, definitivamente sí se convertirá en un cuello de botella”. El proyecto de la empresa fue desarrollado sobre la base de una variedad como es Biloxi, aunque también cuentan con superficies de Ventura y Snowchaser. “Consideramos que ya hemos aprendido el manejo, ahora nos toca hacer un proyecto más grande, considerando más variedades”, revela Delpero, sobre un fruto que ha gustado en los mercados de destino. “Los clientes nos dicen que el sabor es más agradable que el del norte, pero el calibre es menor”, apunta Camino.

GRANADA: ALTA HUMEDAD RELATIVA EN CONTRA

Si bien la granada camina mejor en otros valles (Pisco o Ica), donde el clima es más seco y además se puede cosechar antes, obteniendo mejores retornos y mejores precios de mercado local, en Fruchincha han apostado por ella y los buenos resultados obtenidos son el mejor respaldo para un proyecto de 15 ha de la variedad Wonderful. En la campaña anterior se cosecharon 9 hectáreas. Un punto que ha jugado en contra es la alta humedad relativa de la zona donde está localizado el cultivo. “Eso ha encarecido los programas sanitarios contra hongos a nivel foliar, con mayores riesgos básicamente de ‘corazón negro’, a causa de la alternaria y pudrición a nivel de la corona a causa de botrytis”, precisa.

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