Feromonas para maíz y otros cultivos extensivos: la apuesta de FMC para crecer en Chile y América Latina
Firma estadounidense apuesta a fortalecer su catálogo de productos biológicos para crecer con su división de Plant Health en la región, tras integrar a su portafolio los productos de la danesa BioPhero. Su meta es llegar a ventas de US$ 150 millones en el año 2025.
La mexicana Renata Alcaraz es la responsable de la división de Plant Health de FMC para América Latina, exceptuando Brasil.
La confusión sexual es una estrategia de protección contra plagas que ya es conocida entre los agrónomos que manejan frutales y hortalizas. La estrategia de liberar al aire formulaciones que confunden y alteran los hábitos reproductivos de los gusanos, polillas o moscas ya tiene una fama reconocida entre los cultivos de alto valor. No obstante, por su alto costo, es poco utilizada en los cultivos extensivos como maíz, soya, algodón y otros cereales que lideran las superficies agrícolas de América Latina.
Es ahí donde la firma estadounidense FMC ve una importante oportunidad de crecimiento. Así lo señala Renata Alcaraz, la responsable para América Latina, exceptuando Brasil, del área de Plant Health de la firma estadounidense. “Queremos ser disruptivos y llevar las feromonas para que sean usadas en los grandes cultivos como maíz, algodón y soya”, dice Alcaraz.
“Queremos ser disruptivos y llevar las feromonas para que sean usadas en los grandes cultivos como maíz, algodón y soya”
Renata Alcaraz, de FMC.
Las feromonas de confusión sexual son unos de los nuevos productos con que la compañía fundada en Filadelfia hace casi 140 años como fabricante de insecticidas busca fortalecer su oferta de productos biológicos para la agricultura. La firma completó en julio pasado la adquisición por US$ 200 millones de la firma danesa BioPhero, especializada en el desarrollo de feromonas, lo que le permite extender su catálogo formado por productos de biocontrol y bioestimulantes. “Estamos en la etapa de desarrollo de la marca, del diseño del posicionamiento y en los procesos de registros para la comercialización de feromonas en la región”, dice la ejecutiva. “Lo estamos trabajando para el gusano cogollero del maíz, para Spodoptera frugiperda, para Helicoverpa, entre otros”.
El lanzamiento de estos productos serán uno de los focos prioritarios de la división área de Plant Health de FMC, la cual reúne el catálogo de productos biológicos de la firma y que ha ido ganando importancia en la estructura. De hecho, la firma integró recientemente a la responsable del área de Plant Health, la Dra Bénédicte Flambard, al comité operativo de la firma y le sumó el cargo de vicepresidente, en respuesta las inversiones que se han hecho para extender esa división con productos biológicos. Ella tuvo un rol relevante en las inversiones para ampliar los laboratorios biológicos e invernaderos en el EIC (European Innovation Center) y en la compra e integración de la danesa BioPhero.
LA META DE LOS US$ 150 MILLONES EN A. LATINA
Renata Alcaraz, quien da soporte a esta división para América Latina desde México, tiene claro la importancia de estos segmentos para los planes de la empresa. “Si bien el área de biológicos existía desde hace varios años en la empresa, no se le había dado el enfoque, los recursos y la energía que se le está dando ahora”, dice la bióloga graduada de la Universidad de Guadalajara, en una entrevista dada a Redagrícola.
De hecho, la firma ha fijado metas ambiciosas para esta división: “en 2025, la división de Plant Health de FMC alcanzará ventas de US$ 150 millones en América Latina”, dice. “Actualmente estamos en US$ 80-90 millones anuales”.
Se trata de una apuesta relevante para la compañía que tiene a América Latina, junto a Asia Pacífico, como sus fuentes principales de crecimiento para el área de los biológicos. “En la región hay una agricultura que busca activamente nuevos mercados para exportar y que se ha ido especializando técnicamente para lograrlo, lo que abre las puertas para que haya un desarrollo relevante del mercado”, dice.
El gusano cogollero de maíz (Spodoptera frugiperda) es una de las principales plagas que afectan este importante cultivo de México y otras regiones de América Latina. En su combate, tal como ocurre en buena parte de los campos de granos y cereales, predominan métodos convencionales de control.
Para conseguir ese objetivo, es clave para la compañía seguir complementando su catálogo de biológicos, para lo cual ha combinado tres mecanismos distintos: el desarrollo de formulaciones internas, alianzas con terceros y las adquisiciones de empresas, como ocurrió con BioPhero. “Estamos buscando activamente nuevas opciones; somos cazadores de productos”, dice Alcaraz. “No solo buscamos productos que sean de buena calidad y excelente desempeño; también deben ser productos que se complementen bien con el resto de nuestra oferta”.
Una experiencia que se ha ido ganando con importantes adquisiciones, como la realizada en 2017. En ese año, FMC integró una parte importante de la división de protección de cultivos de la gigante Dupont, luego de que esta se fusionara con Dow. Esa y otras incorporaciones han sido claves para FMC, cuyas ventas anuales alcanzaron los US$ 5.594 millones en los 12 meses terminados el 30 de septiembre de 2022, con un alza de casi 17%.
PORTAFOLIO EN CRECIMIENTO
Si bien es en las tecnologías de control y protección de cultivos donde históricamente la compañía ha estado más fuerte, la firma se ha ido fortaleciendo en las categorías de bioestimulación/biofertilización así como en lo que llaman Crop nutrition y mejoradores de suelo.
De hecho, RhizoMagic, un promotor del crecimiento de raíces basado en extractos de algas, polipéptidos y micronutrientes, es el lanzamiento más relevante que tienen para México este año. El biofungicida Forenia y el bionematicida Tulinea son otros de los productos que están en el pipeline de lanzamientos para distintos mercados latinoamericanos en los calendarios que vienen.
El objetivo es que ellos logren repetir el éxito de Quartzo en Brasil, un popular nematicida y que se ha transformado en el principal producto de la línea Plant Health de FMC en ese país y en América Latina. Brasil representa cerca del 70% de las ventas de la compañía en esta región.
“En América Latina hay una agricultura que busca activamente nuevos mercados para exportar y que se ha ido especializando técnicamente para lograrlo, lo que abre las puertas para que haya un desarrollo relevante del mercado”
Es en este contexto que la opción de lanzar una oferta de feromonas para cultivos extensivos hace sentido, especialmente en un país como México, donde los productores de su principal siembra, el maíz, no suelen utilizar productos biológicos para la protección, fertilización o estimulación de las plantas. “El desafío para el agricultor es cuidar la rentabilidad por lo que cuidan mucho el costo que asumen con cada aplicación”, dice Alcaraz. “Si logramos reducir el costo del combate contra el gusano cogollero, por ejemplo, claramente les va a ayudar con la rentabilidad”.
En ese sentido, señala que la fabricación de feromonas que realiza BioPhero en Dinamarca es un proceso industrial que permite reducir de manera importante los costos de fabricar feromonas sintéticas. “BioPhero lo que tiene es un proceso de producción muy industrial, que es similar al de hacer una cerveza: se utiliza una levadura y la levadura, a través del proceso de fermentación, produce las feromonas”, dice. “Entonces podemos producir toneladas de feromonas y eso nos ayuda también a tener una capacidad instalada para poder atender un mercado como el de cultivos extensivos y que sea costeable, que sea rentable”.