Expertos anticipan una mejor temporada para la ciruela deshidratada
Una floración más pareja que el año pasado, un aumento de días grados y mejores calibres auguran una temporada más auspiciosa para el sector.
La temporada pasada fue compleja para la ciruela deshidratada chilena. Un ciclo con conversiones anómalas, en que se necesitaron entre 3,9 y 4 kilos frescos para lograr un kilo seco; fruta con una baja materia seca que dificultó manejos como el despepitado; o calibres bajos, fueron parte de los problemas que enfrentó la industria.
UNA TEMPORADA ‘NORMAL’
La actual campaña en tanto, se prevé mejor y ‘más normal’, según comenta Iñaki Erenchun, agrónomo zonal de Prunesco, a la Asociación Gremial de Procesadores y Exportadores de Ciruelas Secas de Chile, Chileprunes. “Respecto a la temporada actual de ciruelas, se presenta bastante normal en comparación con la anterior, que fue bastante atípica”, explica.
Óscar Astorga, miembro del Comité de Chileprunes y administrador general de Superfruit coincide y agrega que “este año viene mejor que el periodo pasado. Aunque no será una temporada extraordinaria, será mejor que la anterior”.
El aumento de días grados, más de un 7% respecto a la campaña pasada, también da señales de mejor calidad de frutos, tanto para fresco como deshidratado.
Respecto al comienzo de la cosecha, Astorga indica que para deshidratado y considerando las condiciones actuales, partiría alrededor del 15 de febrero en la zona costa de Colchagua. Por otro lado, la cosecha para fresco está por comenzar y “todo apunta a una buena temporada para los productores y exportadores de ciruelas deshidratadas”.
En línea con esto, Erenchun agrega que anticipan una temporada con mayores calibres, fruta más dulce, pareja y visualmente atractiva. “Esto es alentador considerando que el año pasado enfrentamos una floración muy desordenada que dificultó obtener frutos homogéneos”, señala.
MAYOR INCIDENCIA DE GOLPE DE SOL
Una de las potenciales complicaciones es el golpe de sol en algunas zonas, donde el fenómeno ocurrió con una mayor incidencia que una temporada normal, “afectando principalmente los perímetros de los cuarteles”, según explica Óscar Astorga. El fenómeno fue más evidente en campos jóvenes que adultos, y en palabras del miembro del Comité de Chileprunes, “no provoca un daño económico significativo”.
Los huertos de la zona precordillerana también presentaron una incidencia más marcada del golpe de sol, generando cierta caída y aborto natural de frutos. “Este fenómeno, aunque impacta en la fruta más expuesta al sol, es considerado normal y afecta principalmente la periferia de los árboles, mientras que la fruta interior mantiene condiciones óptimas”, explica Erenchun.
Lo anterior contrasta con zonas más costeras, como Melipilla y Casablanca, donde el impacto del golpe de sol fue “significativamente menor. En ese entendido, aunque el golpe de sol reduce la calidad de algunos frutos, no representa un problema significativo para la producción general”, complementa el agrónomo de Prunesco.
En definitiva, la temporada se perfila más favorable respecto a la anterior, “con mejores condiciones para una cosecha exitosa de ciruelas deshidratadas, lo que debería satisfacer las expectativas tanto del mercado local como internacional”, concluye Erenchun.