Experiencias de largo plazo con portainjertos
En Chile, al ser territorio libre de filoxera, los portainjertos para uva de mesa se comenzaron a incorporar en los huertos desde hace pocos años en vistas a problemas tales como decaimiento productivo o para enfrentar replantes, principalmente. Sin embargo, estas herramientas también pueden aportar resistencia a nematodos, tolerancia a sales, carbonatos o estrés hídrico y así mismo ayudan a superar limitantes de suelo tales como falta de aireación, bajos niveles de materia orgánica, etc. Luego de 16 años de estudio en campo, los investigadores de INIA Intihuasi han sido testigo de cómo se comportan en el largo plazo las variedades sobre portainjerto vs las variedades de uva de mesa sobre su propio pié.
En la zona norte de la uva de mesa chilena los portainjertos más usados son Freedom, Harmony, Paulsen 1103 y Salt Creek (Ramsey), sin embargo, existen muchas otras alternativas. En el centro experimental de INIA Intihuasi estudian el comportamiento de varios de los diferentes portainjertos disponibles para uva de mesa en parrones plantados hace 16 años. “Hemos obtenidos excelentes resultados en nuestro centro experimental puesto que hemos podido evaluar los portainjertos comerciales comparándolos con el comportamiento de plantas sobre sus propias raíces. Los resultados indican que logramos los objetivos que nos propusimos cuando comenzamos con este proyecto”, señala el investigador Antonio Ibacache.
Los objetivos que se plantearon fueron aumentar vigor y al mismo tiempo lograr una mayor producción y calidad de fruta. “Para esto buscábamos superar el problema llamado ‘decaimiento de los parrones’, el que es provocado fundamentalmente por la edad de los huertos. Esto es, luego de transcurridos cerca de 15 años, el vigor de las plantas comienza a disminuir y junto al vigor cae la producción y la calidad de la fruta”, señala el experto.
-¿Ya cumplido el año 16 del estudio, es posible superar el decaimiento con alguno de los portainjertos probados?
Antonio Ibacache: -Absolutamente. Después de 16 años vemos nuestros ensayos en el campo y podemos comparar con, por ejemplo, Flame seedless plantada sobre sus propias raíces. Observamos que las parras sobre sus propias raíces ya son plantas envejecidas, que producen muy poco y además producen fruta de muy mala calidad. Cuando las comparamos con las plantas injertadas -que están a pocos metros de distancia- e independientemente del patrón en que se injertaron, las parras injertadas se ven vigorosas, produciendo muy bien y con fruta de buena calidad.
-Es sabido que las plantas se comportan diferente sobre portainjerto pero así mismo dependiendo del portainjerto, ¿se les ha hecho un manejo general o específico a cada combinación?
-En general el manejo ha sido específico para cada tipo de portainjerto o para pie franco, si es el caso. Lo que más se modifica es el programa de nutrición. Los propios ensayos indican que hay portainjertos que son más eficientes en absorber algunos nutrientes que las plantas sobre sus propias raíces. Por ejemplo, Harmony, uno de los portainjertos más usados en Chile, absorbe mucho potasio y así mismo bastante fósforo. Saltcreek por su parte, otro portainjerto comercial muy utilizado, absorbe mucho nitrógeno y también mucho fósforo. Por esto, si algún productor está usando algunos de dichos portainjertos debiera restringir o tener mucho cuidado con los aportes de nitrógeno, fósforo y potasio a sus parrones.
-¿Con el nitrógeno porque afecta la producción y con el fósforo y el potasio por los costos?
-Exactamente. Si el productor insiste en aplicar altas dosis de nitrógeno va a sufrir un sobre vigor que se manifestará en menor producción y en menor calidad de fruta. Acompañado de mayores costos en labores tales como deshoje y en manejos fitosanitarios, por oidio principalmente, pero también botritis y pudrición ácida. Pero además aumenta la probabilidad de sufrir desordenes fisiológicos tales como palo negro o baya acuosa.
HERRAMIENTA TAMBIÉN PARA SUPERAR EL REPLANTE
-¿Qué otra limitante, además del decaimiento prematuro, se puede superar en base a los portainjertos?
-También permiten superar el problema del replante. Todos esos parrones viejos que hay que remplazar deben ser replantados sobre portainjertos. Afortunadamente hoy día el productor dispone de conocimiento o puede acceder a información sobre cuáles son las alternativas de portainjerto para su condición. Otro problema serio o limitante que tenemos acá en el norte es la calidad de los suelos. En general tenemos suelos de mala calidad, con texturas extremas. Suelos muy arenosos, suelos con presencia de carbonatos o suelos salinos. Por esto se debe elegir con mucho cuidado el portainjerto para cada condición. Por ejemplo, en un suelo con alto contenido de carbonatos, un portainjerto como Ruggieri 140 sería muy útil. Es un patrón que otorga vigor a la variedad y tolerancia a altos niveles de carbonatos en el suelo. Ese es un portainjerto italiano que está disponible comercialmente en Chile, aunque no en todos los viveros. De hecho, en el ensayo tenemos Ruggieri 140 y así mismo tenemos un parrón comercial sobre este patrón italiano. No es muy conocido pero en mi opinión es un portainjerto muy recomendable para nuestra zona. Por otro lado, no se conoce o no se ha reportado incompatibilidad de este portainjerto con ninguna variedad comercial conocida, tanto de uva de mesa como pisquera.
-¿Qué sucede cuando el portainjerto imprime demasiado vigor a las plantas?
-Hemos visto falta de color en aquellos casos en que el portainjerto le aporta mucho vigor a la variedad, como en los casos de Saltcreek y Harmony o Richter 110. Pero el problema normalmente está asociado a un manejo inapropiado. Cuando el productor aplica mucho nitrógeno provoca un sobrevigor y aparecen estos problemas.
-¿Se da la situación en que el agua de riego aporta todo el nitrógeno que se necesita en la temporada, considerando la alta eficiencia de algunos patrones para tomar nitrógeno?
-Existen problemas, pero dependiendo de la fuente de agua. Tenemos casos de pozos con un gran contenido de nitratos, pero muchas veces es una situación que el productor no considera. En consecuencia, riega con esa agua y además le aplica nitrógeno, por lo que se sobrevigorizan de las plantas, causando serios problemas. A veces, incluso, hay toxicidad directa, que se puede apreciar en las hojas y problemas de palo negro muy serios.
-¿Cómo accede el agricultor a la información más sistemática?
-La información se puede encontrar online en un boletín (Uso de portainjertos en vides: estudio de largo plazo en el Valle de Elqui, Región de Coquimbo), donde publicamos las respuestas que tuvimos con las variedades de uva de mesa Flame, Sultatina, Red Globe y Superior, sobre diez portainjertos en más de diez años de evaluación.
PORTAINJERTOS BIEN EVALUADOS PERO NO MUY USADOS
-¿Qué portainjerto que no sea de los más usados destacó en el estudio?
-Principalmente nos sorprendió Ruggieri 140, portainjerto que ha funcionado muy bien –en vigor, producción y calidad de fruta-, en nuestros ensayos de 16 años, tanto en variedades de uva de mesa como pisqueras. Tiene cualidades que son muy útiles para nosotros, por ejemplo, que es resistente a carbonatos y a sales, y además es uno de los portainjertos más tolerantes a la falta de agua. Sin embargo, presenta una debilidad importante ya que no es tolerante a nematodos. El otro portainjerto que probablemente no está dentro de los más usados comercialmente, pero que anda muy bien bajo nuestras condiciones, es Richter 110. Lo estamos probando a nivel comercial en variedades de mesa y pisquera, con buenos resultados en vigor, producción y calidad de fruta.
-¿Van a incorporar nuevas variedades de uva en sus ensayos en este contexto de boom de las nuevas variedades de uva de mesa?
-Para nosotros es difícil, porque para tener resultados concluyentes hay que hacer trabajos de más de diez años. Los productores que ya están probando estas nuevas variedades tendrán que usar la información que esté disponible, por ejemplo, de California, y extrapolarla. Por su puesto, dependiendo de las características de cada variedad.
-¿En rigor, a cuántos años se debe plantear un proyecto de uva de mesa sin portainjerto?
-No más de 15 años. Ya al año 14 o 15 vemos que las plantas sobre sus propias raíces tienen un decaimiento significativo. En cambio, las plantas injertadas siguen funcionando y produciendo muy bien.
NUEVAS VARIEDADES Y LA INDUSTRIA LUEGO DE UNA LARGA SEQUÍA
-¿Qué crees que sudecerá en los valles del norte ante la gigantezca oferta de nuevas variedades?
-Es probable que algunas duren muy poco, porque no van a cumplir con los objetivos de los productores desde el punto de vista comercial. En el caso del programa de mejoramiento genético del INIA, tanto la variedad Iniagrape-one como las selecciones avanzadas, todas las hemos evaluado sobre diferentes portainjertos, especialmente sobre los más usados a nivel comercial: Harmony, Freedom, Saltcreek.
-¿Qué se puede rescatar como experiencia luego de esta larga sequía?
-Yo creo que en este largo periodo que tuvimos de falta de agua, tuvo como consecuencia que, en general, los productores aprendieron a regar bien. Se acostumbraba a usar 15.000 m3 por hectárea al año en vides, en general. Pero hoy día ya se habla de 8.000 a 10.000 m3 al año por hectárea. Según los estudios, con esos volúmenes se pueden obtener las producciones, las calidades y la condición de la uva que necesitamos.
-¿Cómo ves el futuro de la industria de la uva de mesa en los valles del norte luego de la crisis?
-Me parece que el sector de la uva de mesa pasó por un momento crítico a nivel nacional, pero especialmente crítico en el norte. Sin embargo, sorprendentemente, hubo un resurgimiento gatillado por la incorporación de portainjertos, nuevos sistemas de conducción, uso de mallas y plásticos, etc. Todo eso está permitiendo una renovación. Se han arrancado los parrones muy viejos y se reemplazaron por nuevas variedades, a lo que se ha sumado un mejor uso del agua.
-¿Hoy las plantas que venden los vivieron son todas sobre portainjertos?
-No tengo dudas de que, para el caso nuestro, en el norte, todas las plantaciones nuevas, especialmente en el caso de la renovación de parrones, es con planta injertada. Es una tecnología que ya entró al norte y creo que esa tendencia no va a cambiar.
-¿Según tu experiencia, cuáles son las variedades de reemplazo?
-Dentro de lo que yo he visto. Iniagrape-one es importante aunque está recién partiendo. Están Ralli, Magenta, Timco, entre algunas otras. Entre las tradicionales, Flame todavía es una variedad interesante. Hay producciones de 2.500 cajas por hectárea, con muy buenos calibres, sin partiduras y con rentabilidades interesantes. De hecho, en nuestro centro experimental tenemos cinco hectáreas plantadas con esa variedad temprana, las que producen muy bien.
-¿Pero, es interesante mantenerse como productores de uva temprana?
No. Eso se perdió, porque nos encontramos con la fruta tardía de California y Perú. Hoy día el objetivo de un productor de uva de mesa en el norte consiste en obtener altas producciones, calidad, calibre y condición de modo que la fruta llegue competitiva al lugar de destino. En cuanto a fecha, lo que se busca es cosechar a partir de la segunda semana de diciembre.
-¿Hay algún otro proyecto de investigación relacionado que tengan en vides?
-Dentro de las experiencias con los portainjertos, estamos tratando, a través de un proyecto Fondecyt, de generar un portainjerto chileno que sea tolerante a nuestras condiciones limitantes. Esto es, falta de agua, carbonatos, exceso de boro y salinidad. Lo estamos haciendo a partir de material antiguo de vides que nosotros recolectamos por muchos años desde Arica hasta Salamanca. Son vitis vinífera, pero material que llegó acá en la época de los españoles y que ha permanecido en condiciones extremas de suelo y de clima. Ese material lo tenemos en un banco de germoplasma en el Centro Experimental. Estamos recién trabajando en ese proyecto y tenemos algunas accesiones que son interesantes, pero hay que evaluarlas. Es un trabajo de largo plazo. Ya tenemos plantas injertadas. Esta es recién la primera temporada, pero queda mucho por aprender.