Noviembre comenzó con heladas de diversa intensidad desde la región del Maule-Sur a la del Bío Bío, a la que le siguieron lluvias entre los días 10 y 12 del mes, que afectaron desde la región de O’Higgins al sur, donde en algunas zonas también cayó granizo. Lo anterior encendió las alarmas de la industria respecto a los impactos que estos fenómenos tendrían en la producción de arándanos.

El Comité de Arándanos de Chile-ASOEX aclaró que, a pesar de que cada uno de estos eventos puede ser perjudicial en el berry azul, se debe evaluar el impacto global para dimensionar sus efectos en la exportación de arándanos frescos del país y no solo quedarse en el análisis de algunos productores altamente afectados. Si bien estos casos son importantes, pueden inducir a sobredimensionar los efectos a nivel nacional.

El análisis de las lluvias, granizos y heladas en arándanos en las regiones mencionadas anteriormente, estuvo a cargo de IQonsulting y concluye que la lluvia no tuvo impactos en la producción debido a que muchos productores adelantaron las cosechas de variedades tempranas que estaban listas. Además, las lluvias se disiparon y tuvieron un promedio de 5 mm de agua caída, con solo algunos sectores llegando a 10 mm o más.

Respecto a los granizos, fueron muy acotados y se estima que su impacto en la exportación de arándanos frescos es de solo 0,1% del total estimado para Chile. En cuanto a la helada del 1 de noviembre, se restringió a la región del Ñuble y provocó daños variables entre 10 y 20%. La estimación indica que la pérdida de exportación en fresco estaría en torno a 900 toneladas, el 0,9% de la estimación total del país para la temporada.

Debido a lo anterior, el Comité de Arándanos de Chile decidió no bajar la estimación original de 98.288 toneladas de arándanos frescos y 60.000 de congelado. Esto en un contexto en que los exportadores chilenos están enfocados en exportación en fresco de variedades de mayor calidad, con una alta selección durante la cosecha y el embalaje.