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Estrategias para reducir las semillas en mandarinas de exportación

Los consumidores exigen mandarinas sin semillas. El desafío puede enfrentarse con distintas estrategias, plantea la Dra. Johanna Martiz: el uso de variedades estériles o con una mínima cantidad de semillas, la instalación adecuada de mallas, el diseño del huerto sobre la base de datos conocidos de las especies más riesgosas en el entorno, y el uso de barreras biológicas.

19 de Febrero 2019 Equipo Redagrícola
Estrategias para reducir las semillas en mandarinas de exportación

Aporca de los bordes inferiores de la malla túnel.

El presidente del Comité de Citrícos de Chile-Asoex, Juan Enrique Ortúzar, ha declarado que para cumplir los requerimientos de los consumidores norteamericanos de mandarinas y competir con la oferta de países competidores, “no debemos mandar ni una fruta con semillas”.
Se trata de un problema que no resulta fácil de solucionar, por lo cual la Dra. Johanna Mártiz, de la Pontificia Universidad Católica de Chile(PUC), lideró un proyecto encargado por el Comité con el fin de generar el “Diseño de una estrategia para reducir la presencia de semillas en mandarinas de exportación”.

Mallas perimetrales.

La industria ha orientado su producción al abastecimiento de la demanda durante toda la contratemporada del hemisferio norte, en otoño e invierno de Chile, con plantaciones de distintas variedades de clementinas y mandarinas que cubren ese periodo. De acuerdo a la especialista, ello hace más compleja la obtención de fruta sin semillas. Las clementinas y los híbridos de mandarinas, cada uno por sí solo, son autoincompatibles, o sea que su propio polen no es capaz de fecundarlos. Por tanto, cuando están en una plantación aislada no van a producir semilla. Pero el polen sí es compatible entre las distintas especies, de modo que, si en las cercanías se encuentran otras mandarinas, clementinas, pomelos, limoneros o naranjas valencias, estas especies les entregarán polen fértil y por lo tanto provocarán la aparición de semillas.

El gran protagonista de esta polinización indeseada tiene nombre y apellido: Apis melifera, la abeja. A diferencia de otros frutales, en que diversos insectos contribuyen a la polinización, en los cítricos si no hay abejas no habrá semillas.
Por lo tanto, los campos más afectados serán aquellos que tengan en sus cercanías otros rubros que requieran fuertemente del uso de colmenas, por ejemplo, kiwis y paltos.

La sujeción de los bordes con estacas es inadecuada porque permite la entrada de abejas.

VARIEDADES QUE NO SUFREN EFECTOS DE POLINIZACIÓN CRUZADA

La primera solución que plantea la Dra. Martiz consiste en elegir variedades que sean estériles o que presenten una mínima cantidad de semilla bajo polinización cruzada. Es el caso, ejemplifica, de Gold Nugget, de las variedades de la línea TDE y de Tango, desarrolladas por la Universidad de Caloifornia. Por supuesto esta estrategia corresponde a una opción antes de la plantación del huerto, pero no para un huerto ya establecido.
Una segunda solución, entonces, es el uso de mallas para impedir el paso de las abejas hacia los árboles.

MALLAS PERIMETRALES: LAS ABEJAS SON CAPACES DE PASAR

Una forma de instalarlas que se utiliza en Chile es de manera perimetral (foto 3). Como parte de su investigación, la docente de la PUC realizó estudios en un predio de la zona de Pichidegua (Región de O’Higgins) con mallas de 6 metros de altura. Allí pudo comprobar que las abejas son capaces de pasar sobre ellas y por lo tanto puede haber semillas en los frutos. Sin embargo, logran hacerlo en un porcentaje menor en comparación a tener la vía libre, de manera que continuará los estudios para medir cuál es el nivel de protección o incidencia del problema que se puede esperar de estas barreras.

PRECAUCIONES EN EL MANEJO DE MALLAS TIPO TÚNEL

Figura 1. Comparación de producción de clementinas con malla y sin malla.
Figura 2. Número de semillas promedio por fruto en Clemenules bajo polinización dirigida con distintas variedades de cítricos en las localidades de Cerrillos de Tamaya (Región de Coquimbo) y Mallarauco (Región Metropolitana).
Figura 3. Número de semillas promedio por fruto en W. Murcott bajo polinización dirigida con distintas variedades de cítricos en las localidades de Cerrillos de Tamaya (Región de Coquimbo) y Mallarauco (Región Metropolitana).

Otra forma de instalación corresponde a la malla túnel (foto 1). Se debe impedir en un 100% la entrada de abejas al interior de las mallas, señala Johanna Martiz. Una abeja es capaz de vivir al menos 24 horas bajo la malla, tiempo durante el cual puede polinizar 2 árboles con el polen que trae de fuera. Por lo tanto resulta muy importante tapar todos los espacios por los cuales pudiera introducirse y, en consecuencia, se recomienda aporcar los bordes inferiores de la malla (foto 2). El uso solo de estacas como muestra la foto 4 posibilitará el ingreso de abejas.
Cualquier fisura permitirá la entrada de abejas, las cuales son fuertemente atraídas por el aporte de polen y néctar de las flores de cítricos. Las roturas (muchas veces provocadas por el viento o por la presión de los mismos árboles) deben repararse de inmediato y conviene elegir mallas con sistemas de hilado que impiden el avance de rajaduras hacia los lados.

Por otra parte, hay que tomar medidas especiales de sujeción en sectores con viento, ya que mallas mal puestas se levantarán y la recolocación de las mismas es dificultosa, por la altura de los árboles.

Otro aspecto a considerar será disponer del espacio adecuado para el almacenamiento de las mallas tipo túnel, que se retiran una vez terminada la floración. No se deben dejar al aire libre, pues la radiación solar y las inclemencias del tiempo reducen su vida útil.

Los árboles se verán un poco afectados en su forma por el uso de mallas, pero la experiencia muestra que esto no tiene incidencia en su desarrollo ni en el de la fruta.

En California algunos productores usan malla negra para lograr un aumento de la temperatura con el fin de concentrar la floración. Sin embargo, hasta ahora no se dispone de datos que lo validen, y existe un riesgo de disminución de la luz. En Chile se ha preferido el uso de mallas blancas, aspecto que debe evaluarse.

Las mallas no se levantan para hacer las aplicaciones de productos, de modo que estos deben atravesarlas para llegar a su destino. Es importante medir el cubrimiento logrado en tales condiciones. Lo anterior debe tenerse especialmente en cuenta dada la necesidad de uso de ácido giberélico para una cuaja adecuada en clementinas. Se trata de uno de los inconvenientes relevantes de la malla túnel, sobre todo considerando que el espaciamiento disponible en Chile para el movimiento y accesibilidad de la maquinaria es mucho menor al que se acostumbra en California, aspecto aun más acentuado en laderas de cerros, donde la especialista cree que probablemente la malla túnel no resultará adecuada.

El roce de la malla con los frutos puede provocar russet, generando la pérdida de valor comercial de los que se ven afectados e incluso la caída de los más dañados. La Dra. Mártiz estima que este fenómeno tal vez sea una de las causas de la menor productividad que se registra en huertos bajo malla y está evaluando su nivel de impacto.

MALLA COMPLETA O “NETTING”

Una tercera forma de disponer las mallas es el llamado netting o malla completa (foto 5), toma todo el cuartel protegiéndolo con paredes y techo, de una altura en torno a 4 o 4,5 metros.

Los árboles deben mantenerse pequeños, lo que coincide con los sistemas de formación predominantes actualmente. El netting permite una fácil circulación de la maquinaria. Su mayor desventaja corresponde a la necesidad de una mayor inversión inicial en estructura de postes y tirantes.

En Sudáfrica se ha reportado que, al mantener el sistema completamente cerrado, el crecimiento vegetativo no se detiene en otoño debido a una mayor temperatura interior. Ello induce al retraso en la toma de color de los frutos, especialmente en variedades tempraneras como las clementinas. Una alternativa de manejo consiste en levantar las paredes laterales una vez terminada la floración, para permitir el flujo de aire e igualar la temperatura con el exterior.

Cuadro 1. Comparación de grados días acumulados para Clementinas y W. Murcott con y sin malla.
Cuadro 2. Cruzamientos de W. Murcott y Clemenules con distintos cítricos como parentales, en la zona central y norte.
Cuadro 3. Floración esperada de especies vegetales en una barrera biológica.

BUSCAN LAS CAUSAS DE LA MENOR PRODUCCIÓN BAJO MALLAS

Un estudio preliminar del uso de mallas bajo condiciones locales, en Tamaya (Región de Coquimbo, malla tipo túnel en clementinas) y Mallarauco (Región Metropolitana, malla tipo netting), se inició para buscar las razones por las cuales la producción disminuye en esa condición de manejo.

Se pensaba que la causa podía ser una menor fotosíntesis, pero la hipótesis no halló sustento pues no se encontraron variaciones significativas en este aspecto al comparar con el cultivo al aire libre y bajo malla.

En cambio, sí se midieron diferencias en temperatura y humedad relativa, siendo la brecha más marcada en la variable temperatura. Esto se traduce en una acumulación mayor de grados días, como se aprecia en el cuadro 1.

En el ensayo en Tamaya (Región de Coquimbo), se comparó la producción cosechada bajo malla y al aire libre (figura 1), notoriamente mayor el en segundo caso. Los análisis de calidad mostraron diferencias significativas en color, contenido de jugo (más bajo malla), y acidez (más al aire libre). En términos porcentuales, la producción bajo malla presentó mayor porcentaje de calibres altos, pero esto pudo estar asociado a la menor cantidad de fruta, que lógicamente le permite un mayor crecimiento.

ESTUDIOS SOBRE EL RIESGO DE LOS DISTINTOS CÍTRICOS COMO POLINIZANTES

Figura 4. Ejemplo de diseño de barrera biológica.

Un aspecto relevante en evitar la presencia de semillas se relaciona con saber cuáles son las especies que presentan un mayor riesgo como polinizante entre los cítricos. Para avanzar en el conocimiento de este aspecto se diseñó un estudio en que se aplicaron diversas fuentes de polen sobre W. Murcott y Clemenules, actualmente las principales variedades afectadas. Los ensayos se efectuaron en Mallarauco (Melipilla, Región Metropolitana), y Cerrillos de Tamaya (Ovalle, Región de Coquimbo).

Para este fin fue necesario realizar un proceso de recolección de polen en distintas localidades y desarrollar una metodología de obtención del polen en laboratorio, considerando que las distintas especies y variedades necesitan diversas condiciones de temperatura y humedad para completar la formación del polen. Por otra parte, aspectos morfológicos, como la diferente conformación de sus anteras, afectan el proceso de liberación de los granos. Adicionalmente, se efectuaron pruebas de germinación y viabilidad de los pólenes.

Una vez obtenido este material, se llevó a campo. Allí se elegían las flores, se emasculaban (retiro de anteras), se polinizaban con pincel, se enmallaban y marcaban con tarjetas para identificar los cruzamientos. El cuadro 2 muestra las combinaciones realizadas.

Una vez que maduraron los frutos obtenidos de los cruzamientos se procedió al conteo de semillas presentes en ellos. Las figuras 2 y 3 muestran el número de semillas promedio por fruto en Clemenules y W. Murcott bajo polinización dirigida con distintas variedades de cítricos. Debe tenerse presente que se trata de polinización forzada, de manera que los promedios de semillas en condiciones naturales debieran ser más bajos.

En las figuras puede apreciarse con claridad cuáles son los cítricos de acción polinizadora más potente y también cuáles tienen menor incidencia. Asimismo, se pueden notar importantes diferencias entre lo que ocurre en la Región de Coquimbo y la Región Metropolitana. Por ejemplo, mientras en Tamaya los polinizantes más fuertes de W. Murcott fueron Valencia, Fino 49 y Eureka, en Mallarauco fueron Minneola, Fortune y Clemenules. Por otra parte, los datos permiten descartar ciertas ideas extendidas, como que la presencia de Eureka no genera semillas. Hay que tener cuidado con esto, puntualiza la Dra. Martiz, porque Eureka no es estéril y en zonas donde las temperaturas sobrepasan los 25°C durante la floración, tiene un efecto polinizador importante. Si se comparan los resultados de Clemenules y W. Murcott, claramente las primeras se ven mucho más afectadas por la presencia de otros cítricos en los alrededores.

La información obtenida permitió generar “cartas de polinización” de Clemenules y W. Murcott, con los distintos cítricos como polinizantes, para la zona central y la zona norte, en las que se expresan los rangos de semillas obtenidas de cada cruzamiento realizado en 2016. Esta información será ajustada con los resultados de una segunda temporada con cruzamientos hechos en 2017 y será difundida a la industria esta primavera.

Las cartas identifican con bastante claridad las especies y variedades más “peligrosas”. Se debe tener en cuenta que las abejas vuelan largas distancias; no sería raro descubrir que el origen de las semillas podría estar en un huerto o en el patio de una casa a 4 km de distancia.

BARRERAS BIOLÓGICAS: SI NO PUEDES CONTRA LAS ABEJAS, ÚNETE A ELLAS

Fruto de Clemenules polinizada con polen de W. Murcott en Mallarauco (Región Metropolitana).

Otra investigación liderada por Johanna Martiz consistió en la implementación de barreras biológicas de plantas nativas e introducidas para impedir la contaminación por polen provocada por Apis melifera. La idea es instalar una faja de especies cuyas flores resulten altamente atractivas para las abejas (“si no puedes contra ellas, únete a ellas”), de manera que pasen por allí antes de entrar al huerto, y “limpien” sus patas de polen de cítricos. El concepto es inverso al uso de repelentes, los cuales no han dado buenos resultados porque las abejas se acostumbran a ellos.

Con el apoyo de la Dra. Gloria Montenegro se seleccionaron 26 especies herbáceas, arbustivas y arbóreas, adaptadas a las condiciones de las regiones de Coquimbo y Metropolitana, cuya floración coincide con la de los cítricos en los sitios de estudio (semana 40 a semana 44, septiembre-octubre). Se eligieron plantas de bajos requerimientos de mantención, disponibles en el mercado.

El cuadro 3 y figura 4 muestran un ejemplo de especies vegetales usadas en una barrera biológica diseñada con 356 plantas en total, en una superficie de 120 m2.
Se realizaron experiencias tanto en Ovalle como en Mallarauco, y en ambos casos coincidió la presencia de panales cercanos porque había huertos de paltos en los alrededores.

Después de la floración, mediante análisis de pólenes obtenidos en trampas en las piqueras de las colmenas, se pudo determinar qué especies vegetales habían usado las abejas. Los resultados mostraron una fuerte presencia de Brassica oleracea (brócoli), a pesar de no ser un componente de la barrera biológica. Su uso o el de otras brásicas, como el yuyo (Brassica rapa), debe ser considerado en el futuro. Entre las plantas que se incluyeron en las barreras biológicas, el quebracho (S. coquimbensis) y manzanilla (A. cotula) son las que presentaron las mayor potencial para funcionar como una efectiva y atractiva fuente de polen para la abeja.

“Probablemente utilizando esta metodología la contaminación no baje a cero –comenta la Dra. Martiz–, pero podemos reducirla de manera importante. Y bajar de diez semillas por fruto a solo uno puede hacer una gran diferencia comercial”.

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