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Plantean especialistas del INIA

Estrategias para maximizar el manejo eficiente en el riego

El cambio climático generará eventos ambientales extremos en los próximos años y uno de estos efectos corresponde a la ocurrencia de largos periodos de escasez hídrica debido a la disminución de las precipitaciones anuales. En ese sentido, Carlos Zúñiga E., ingeniero agrónomo del INIA La Cruz y Jaime Otárola A. de INIA Rayentué explican algunas estrategias para aumentar la eficiencia en el riego lo que permitirá producir fruta con adecuados estándares de comercialización.

28 de Septiembre 2020 Equipo Redagrícola

A continuación, los especialistas en riego del INIA plantean distintas estrategias agronómicas, previo a la plantación y en plena producción, que optimizan el uso del agua en zonas donde la fruticultura se posiciona como un importante elemento exportador.

ESTRATEGIAS PREVIAS A LA PLANTACIÓN

Elección de los cultivos en función de las condiciones edafoclimáticas: Para aumentar la productividad, se debe realizar la elección de la especie y de la combinación variedad/portainjerto teniendo en cuenta, además de consideraciones de orden económico y comercial, las condiciones climáticas (horas de frío, período libre de heladas, días grado y la demanda atmosférica) y de suelo (características químicas y físicas y su variabilidad) de tal forma que, bajo una determinada disponibilidad hídrica, estas no sean limitantes para que el cultivo seleccionado manifieste su máximo potencial productivo.

Sectorización de cuarteles de acuerdo a condiciones físicas de suelo: Para lograr un buen manejo de riego se hace necesario contar con un mapa o plano de suelos donde se agrupen los sectores similares en cuanto a las propiedades físicas del suelo que van a definir la cantidad de agua fácilmente aprovechable por las plantas. De estos planos se determinan los suelos predominantes y más representativos para cada sector de riego con el fin de lograr una distribución más uniforme y eficiente del riego.

Considerar oferta y demanda de agua del huerto y elección del método de riego: Considerar la disponibilidad de agua del predio y la eficiencia del sistema es clave para definir la superficie que efectivamente se puede regar en el largo plazo. Es necesario analizar la oferta y demanda de agua a nivel predial para finalmente definir el método de riego a utilizar. La relación entre la cantidad de agua que sale del punto de suministro y la que realmente aprovechan las plantas es lo que se denomina eficiencia de aplicación. Se expresa mediante un porcentaje y difiere entre sistemas de riego.

ESTRATEGIAS EN PLENA PRODUCCIÓN

Programación del riego a través de balances hídricos: Para ocupar el agua de manera más eficiente se debe programar el riego considerando la demanda evapotranspirativa de la atmósfera. Este valor se puede obtener de la red de estaciones meteorológicas automáticas de INIA que están disponibles en internet (www.agromet.cl). Es necesario además tener en cuenta el estado de desarrollo del cultivo. En este aspecto, a través de imágenes satelitales se puede obtener el coeficiente de cultivo de cada especie en particular.

INIA, junto con otras universidades nacionales, con financiamiento FIA, está desarrollando una Plataforma Agrícola Satelital (PLAS), de acceso público, para la determinación de requerimientos hídricos  a nivel predial ( http://maps.spiderwebgis.org/login/?custom=plas).

Control del riego: Como complemento a lo anterior, es indispensable tener un sistema de control del riego a través de calicatas periódicas y de sensores de humedad de suelo. Esto también puede ser apoyado con mediciones del estado hídrico de las plantas mediante el uso de una cámara de presión tipo Scholander.

ESTRATEGIAS DE RIEGO COMPLEMENTARIAS

Existen prácticas de manejo de riego complementarias, que ayudan a reducir el consumo de agua en períodos de escasez, como es el riego deficitario controlado (RDC). El RDC consiste en aplicar menos agua en ciertos períodos del desarrollo de la planta. Por ejemplo, reducir la cantidad de agua en un determinado porcentaje en postcosecha, resulta de gran ayuda puesto que en los meses estivales la disponibilidad de agua alcanza un mínimo anual.

Existen alternativas que permiten reducir la evaporación directa desde el suelo y que no implican afectar a las plantas. Una estrategia es efectuar riegos de mayor duración, pero menos frecuentes para disminuir el agua en superficie y por lo tanto la evaporación del suelo. El uso de sistema de riego por goteo genera el mismo efecto al disminuir la superficie de suelo mojada. Estas acciones se pueden complementar con el uso de un mulch plástico en la sobre hilera o de cubierta vegetal (restos de poda o paja).

Alternativamente, se puede utilizar mallas o cubiertas plásticas sobre los cultivos que disminuyen la demanda hídrica en un 25 a 30%. Por último, los tranques de acumulación de agua son fuentes de pérdida importante de agua por evaporación, estos se pueden cubrir con mallas u otras alternativas que puedan disminuir la evaporación directa. También es necesario considerar su revestimiento para evitar pérdidas por filtraciones.

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