Esfuerzos por innovación y manejos sustentables ya dan frutos
El crecimiento de la fruticultura sureña, con el establecimiento de especies como el nogal, avellano europeo y cerezo hace necesario el desarrollo de investigación propia, que aborde problemas específicos que enfrentan los cultivos en las diferentes zonas productoras del sur del país.
Por Miguel Patiño
El ‘copiar y pegar’ para llevar ‘recetas agronómicas’ de la zona centro norte hacia el sur, ha sido una práctica habitual en la agricultura chilena. Sin embargo, hay manejos que poco y nada tienen que ver y de poco sirve transferirlos a realidades muy específicas. Precisamente ese es el papel que está jugando el Centro de Fruticultura Sur que, a base de investigaciones, está enfrentando los retos productivos de la fruticultura sureña, mejorando su competitividad a través de investigación, desarrollo e innovación en cultivos como el nogal, avellano europeo y cerezo.
Este centro, integrado por seis instituciones (Universidad de Chile; Universidad de Concepción; Universidad de la Frontera; Universidad Austral; INIA y el Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura -CEAF-), se conformó hace tres años para acortar las brechas del desarrollo frutícola, mejorar la productividad del sector y contribuir a diversificar y sofisticar el tejido productivo.
Para Rodrigo Infante, director de este centro y académico de la Universidad de Chile, este ambicioso proyecto -que cuenta con apoyo de Corfo-, se constituyó para hacer la investigación de base que faltaba, así cómo también retomar la investigación que ya existía.
“Teníamos que poner a conversar el resultado de distintas investigaciones”, sostiene, mientras comenta que el foco del centro hoy se comienza a dirigir hacia generar instancias de transferencia para agricultores, mientras continúa un trabajo enfocado en genética, sostenibilidad y poscosecha de estas tres especies en una fruticultura del sur es relativamente nueva “y que muchas veces se tuvo como lógica hacer lo mismo que se hace en la zona centro norte, y la verdad es que no funciona así, y lo hemos visto patente”.
Un ejemplo de lo anterior tiene que ver con las copas de los de los nogales, donde el crecimiento de biomasa de los árboles en el sur es mayor que en la zona centro norte. Por lo tanto, se requiere pensar en densidades de plantación distintas. Es decir, se necesitan manejos de poda distintos. Otra diferencia es que, desde el punto de vista fitopatológico, hay notables diferencias. “No basta con aplicar la receta que ya más o menos conocíamos en la zona centro norte, sino que teníamos que desarrollar una fruticultura distinta”.
Las diferencias entre zonas también han implicado desarrollos diferentes, pese a que gran parte de las hectáreas plantadas con nogales, por ejemplo, están cubiertas casi totalmente por la variedad Chandler. “El comportamiento de desarrollo vegetativo en el sur es totalmente distinto al de la zona central. Es mucho más exuberante y, por lo tanto, eso requiere de un manejo de la copa distinto. Son huertos muy bonitos, pero que se emboscan muy rápidamente. Por lo mismo, sus potenciales productivos decaen rápidamente”, señala sobre cómo contener el contener el vigor de los árboles en zonas sureñas.
PATRONES CONTRA ENFERMEDADES
Otra de las claves tiene que ver con el trabajo con portainjertos, donde ha habido una rápida evolución en los últimos 30 años. “Son pocos los que han introducido los patrones clonales Paradox y RX, que están dando los respuesta a algunos desafíos complejos como nematodos y Phytophthora, problemas que no se pueden abordar con patrones francos. Ya tenemos algunos híbridos interespecíficos interesantes, nos permitirán tener alternativas que han sido seleccionadas localmente para enfrentar esos problemas”, explica. Además, el centro es parte de un proyecto de mejora genética de portainjertos de nogal, para abordar uno de los mayores dolores de cabeza: las bacteriosis, que también afecta al avellano.
En el caso de Phytophthora y nematodos están trabajando con portainjertos que cuenten con resistencia a estos problemas. En el caso de Phythophthora, “los portainjertos están portándose bien, aunque esto es un proyecto a largo plazo, antes de tener de tener un resultado concreto”, comenta Infante, sobre un trabajo que tiene a Juglans microcarpa la principal especie con la cual están realizando los cruces para generar resistencia a esta enfermedad.