Reportajes . ...
Comparte
Estrategias para contrarrestar sus efectos perjudiciales

Enfermedades en el mango: diagnóstico y monitoreo oportuno

El mango peruano es una fruta que va creciendo en el gusto de los mercados externos. Sin embargo, una gran preocupación para los productores son las enfermedades que afectan este cultivo, tales como Antracnosis, Oidiosis, decaimiento y muerte de árboles, y pudrición de la base del fruto. El Dr. Javier Javier Alva, fitopatólogo e investigador recomienda el manejo adecuado para combatir a estos patógenos.

21 de Octubre 2021 Equipo Redagrícola
Enfermedades en el mango: diagnóstico y monitoreo oportuno

“En el estudio de las enfermedades del mango y de otros cultivos, el diagnóstico es lo más importante”, destaca en primer lugar el investigador y fitopatólogo Javier Javier Alva. Para el estudio de tales enfermedades, comenta que se suele recurrir a las técnicas y los métodos clásicos de diagnóstico (el aislamiento de hongos en medios selectivos son útiles). Sin embargo, resalta que recién se están incorporando las técnicas moleculares. Esto es importante porque existen muchos patógenos que son enmascarados por el crecimiento de otros hongos en paralelo, agrega. En ese sentido, el experto puntualiza que las herramientas de diagnóstico deben ser seguras, para poder detectar e identificar a los patógenos. Seguidamente, detalla los síntomas y tratamientos disponibles de las principales enfermedades del mango.

ANTRACNOSIS, EL PRINCIPAL PROBLEMA PARA EL MANGO

¿Cuál es la principal enfermedad del mango? Según Alva se trata de la Antracnosis, cuya detección debe ser oportuna para contrarrestarla, aunque aclara que muchas veces es difícil detectar hongos específicos sobre la filosfera o en tejido de plantas cuando hay presencia de otros hongos. Según estudios que ha realizado, el experto indica que en campo el hongo sobrevive en las ramillas secas, pero suele quedar oculto por el hongo Lasiodiplodia theobromae. Si bien se observa en raquis florales, hojas y ramillas, explica que es en los frutos donde se manifiesta en gran magnitud, sobre todo en la etapa de poscosecha. Añade que la variedad más susceptible es el mango criollo de Chulucanas, que presenta manchas redondas de color marrón y negro en la piel del fruto. Agrega que si la fruta no es tratada a tiempo, cuando la enfermedad muestra sus primeros signos, puede quedar completamente oscura (mancha negra), en consecuencia, no será aceptada en los mercados externos.

El hongo Colletotrichum gloeosporioides como el causante de la Antracnosis.

Haciendo un poco de historia, Javier Alva recuerda que en el año 1997 junto a otros investigadores, identificaron al hongo Colletotrichum gloeosporioides como el causante de la Antracnosis. Aunque señala que se descubrió que el Colletotrichum acutatum también produce esta enfermedad, cuyas manchas oscuras son más pequeñas y más numerosas, pero el mayor predominio lo tiene Colletotrichum gloeosporioides. El investigador explica que los mayores periodos de mojado de la fruta a temperaturas entre 15-30°C favorecen la infección. Asimismo, 15 mm de precipitación acumulada durante un mes dan lugar a la infección latente en frutos. “Esto puede ocurrir a cualquier edad, teniendo en cuenta que de un fruto de floración a un fruto ya maduro cosechable son aproximadamente 140-150 días, entonces el fruto se puede infectar a cualquier edad, pero permanece latente esperando que haya una conversión en azúcares”, apunta el fitopatólogo.

MANEJO DE LA ENFERMEDAD

Esta enfermedad está relacionada con árboles que están muy coposos y tienen mucha sombra interna. Además, los árboles que están débiles y enfermos van a ser una fuente de inoculo. Por ello, recomienda las podas de limpieza y, en especial, la eliminación de ramas y ramillas secas. Así también, señala la importancia de tratamientos de las heridas de poda mayores de 1 cm de diámetro con pasta bordalesa o pasta de caldo sulfocálcico. Para el tratamiento de heridas, menciona que últimamente se trabaja con el hongo biocontrolador Trichoderma, inmediatamente después de la poda con muy buen resultado. De igual forma, se deben recoger y enterrar los frutos caídos al suelo, “teniendo en cuanta que acá el problema en Piura es la mosca de la fruta”. Los ensayos que se han hecho en campo con aplicaciones de fosfitos de calcio, de cobre, de potasio también demuestran cierto control, sostiene Javier Alva y además recomienda estudiarlos en diferentes períodos en poscosecha. Las aplicaciones foliares preventivas son las más recomendadas, tal es el caso de los fungicidas cúpricos: oxicloruro de cobre, hidróxido de cobre como el sulfato de cobre. También destaca los tratamientos con cera y con agua caliente.

OIDIOSIS, PROBLEMA MUY COMÚN

Otra enfermedad endémica bastante común que ataca al cultivo del mango es la Oidiosis, producido por el hongo Oidium mangiferae, que es severo en climas cálidos y secos, como los de Piura (20-25°C), y se presenta más en variedades tardías como Kent y no tanto en la variedad Edward.

El hongo Oidium mangiferae ataca de manera severa en climas cálidos y secos, como los de Piura (20-25°C).

El principal síntoma que provoca es la aparición de manchas de micelio blanco con aspecto pulverulento sobre las hojas y los frutos. Cabe señalar que las esporas de este hongo germinan mejor en ausencia de agua. “Entonces con el Oidium lo que pasa es que no le gusta el agua. La lluvia tiene digamos una acción fungicida para este patógeno”, fundamenta el experto. Para el manejo de esta enfermedad se debe hacer podas oportunas, de tal manera que se pueda favorecer la incidencia de luz en el interior de la copa. En cuanto a la aplicación preventiva de productos contra el Oidium, Javier Alva recomienda el uso de fungicidas azufrados porque actualmente son los más permisibles. “En Piura se trabaja con el azufre polvo seco (20-25-30 kg/ha), que tiene mayor cobertura y se hacen aplicaciones desde que la panícula está emergiendo 2,5 cm, de 4 a 5 aplicaciones cada semana y responde bien”, explica el fitopatólogo.

DECAIMIENTO Y MUERTE DE ÁRBOLES

De acuerdo a la literatura, Lasiodiplodia theobromae y Dothiorella dominicana son los agentes patógenos causantes de esta enfermedad, pero, ¿qué es lo que ocurre en campo? “Yo llegué a determinar un síndrome: la muerte progresiva, la muerte regresiva y la muerte súbita”, comenta el investigador tras indicar que aún faltan estudios para determinar las razones de esos tres síntomas. “Por ejemplo, casi siempre es progresiva en el valle de San Lorenzo (Piura). Igualmente, en Motupe he visto que las hojas viejas se van amarillando de abajo hacia arriba, van perdiendo follaje hasta que al final la planta se queda sin follaje”, profundiza. En cuanto a la muerte regresiva, los síntomas iniciales son en brotes de ramas. Además, hay exudaciones gomosas en la región de las yemas, y las hojas se secan y se retuercen, luego viene la exfoliación y se produce la muerte de ramillas y de ramas. “La planta puede vivir varios años con este problema, pero finalmente muere”, apunta. Respecto a la muerte súbita, expresa que se presenta en cualquier campo, pero mayormente en suelos pesados. De igual forma, señala que si bien la muerte súbita se puede producir en cualquier momento de la fase fenológica de la planta, mayormente ocurre en la fructificación y desarrollo de los frutos o casi al término de la maduración de la cosecha y si es un año lluvioso, por ejemplo, se presenta con mayor incidencia: el árbol se marchita de una manera repentina, y las hojas se secan y se caen. Entonces, agrega que el árbol entero puede morir en 15-20 días. Asimismo, Javier Alva recuerda que siguiendo sus indagaciones ha llegado a determinar que todos estos problemas están muy relacionados a la calidad del sistema de raíces. Además, precisa que si bien la causa primaria está en el suelo, también tiene mucho que ver la calidad del plantón. “Yo he encontrado en viveros en años lluviosos, por ejemplo, increíblemente casos de Antracnosis o también Rhizoctonia solani, causante de la pudrición de la raíz. Y plantas con ese sistema de raíces de mala calidad de ninguna manera deben ir a campo porque después son un problema”. En conclusión, el fitopatólogo puntualiza que los factores que propician la irrupción de estos síntomas -mayormente en la muerte regresiva- son el exceso de aplicaciones, también inductores de floración cuando hay problema de sales o mal drenaje.

PUDRICIÓN DE RAÍCES, DECAIMIENTO Y MUERTE DE ÁRBOLES

El catedrático comenta que se han realizado diversos estudios para determinar que las especies Phytophthora: P. nicotianae y P. palmivora son los patógenos que ocasionan la muerte en plantas. “En un trabajo realizado se aislaron hongos zoosporicos y se identificaron culturalmente y microscópicamente a la Phytophthora nicotianae y Phytophtora palmivora. Luego los resultados de la secuenciación en la Universidad Politécnica de Valencia confirmaron estos casos aislados”, menciona. En relación a la sintomatología de esta enfermedad -resalta- que en la parte aérea se produce la muerte regresiva, la muerte progresiva y la muerte súbita. Mientras que en la base del tallo hay descortezamientos y coloraciones a marrón oscuro en la zona subcortical. “De igual manera, se ha observado cuando hay periodos prolongados de inundación en suelos pesados, hay insuficiente drenaje en épocas lluviosas y después de la cosecha, viene la muerte regresiva, el decaimiento y muerte de árboles, a veces muerte también rápida”. En cuanto al manejo de la enfermedad, recomienda eliminar árboles enfermos y débiles. En este caso, explica que también es de suma importancia llevar al campo plantones de buena calidad con buen sistema de raíces, que no tengan deformaciones. En especial, señala que habrá que evitar trasplantar plantones en suelos con problemas de salinidad. “El problema de la salinidad también afecta mucho a las plantas, se quedan, no desarrollan, por eso es que el buen drenaje es muy importante”, indica. Igualmente, recomienda evitar trasplantar plantones en suelos con problemas con carbonatos. “También cuando hay capas duras de suelo, carbonatos, la planta sufre mucho, entonces allí se recomienda hacer camellones altos para que la capa de raíces tenga un mayor espacio para desarrollar”, apunta Javier Alva.

DECAMIENTO DE RAMAS Y MUERTE DEL FOLLAJE

Según el investigador la sintomatología de esta enfermedad, que es causada por el hongo Neofusicoccum parvum, se presenta en el mango criollo de Chulucanas, sobre todo en años secos. Una de los principales síntomas que se aprecia es una madurez prematura de frutos, “como si le hubiesen aplicado etileno o los hubieran sometido al carburo de calcio”. Y, además, caen grupos enteros de frutos, a lo que sigue una muerte regresiva de ramillas, ramas e incluso del árbol entero. “Pero una vez más ligado a años secos donde hay estrés hídrico porque se riega con agua de pozo”, explica Javier Alva. Asimismo, recomienda tener el árbol bien limpio, hacer podas oportunas, “donde se presenta el problema mejor podarlo y que no le falte el agua al árbol”, pero -alerta- que el problema se ha extendido.

PUDRICIÓN DE LA BASE DEL FRUTO (STEM END ROT)

La pudrición de la base del fruto es ocasionada por la especie Lasiodiplodia theobromae.

Es una enfermedad ocasionada por la especie Lasiodiplodia theobromae. De acuerdo a investigaciones del experto es un problema bastante común, sobre todo, bajo condiciones de estrés cuando se tornan más agresivos. “Y se puede reconocer antes de la cosecha, si es que una persona está bien entrenada”, sostiene. Mayormente aparecen de 3 a 7 días después de la cosecha, pero pueden demorar unos 7 a 12 días adicionales a 13°C, siendo más frecuentes en árboles enfermos. Al respecto, el investigador dice que esos frutos no deben ir para la exportación porque presentan lesiones oscuras con bordes bien definidos desde la zona de inserción del pedicelo que luego avanzan rápidamente en toda la superficie (tres días). Javier Alva resalta que también se menciona en la literatura que el almacenamiento de la fruta en atmósfera controlada (O2: 5% y CO2: 2% a 13°C) durante tres semanas o más, favorece más la enfermedad que en periodos cortos. La baja temperatura y la alta humedad en frutos al final de su vida de almacenamiento también favorecen la enfermedad. En cuanto al manejo de la enfermedad, comenta que la higiene en el campo es muy importante, así como evitar la cosecha de fruta inmadura. También indica que se utilizan mucho los fungicidas en pre y poscosecha. En el tratamiento poscosecha se utiliza el Carbendazim en agua caliente seguido de Prochloraz y luego atmósfera controlada.

Suscríbete a nuestro

Newsletter

newsletter

Lo Más Leído

Select your currency

NEWSLETTER

Gracias por registrar tu correo

Registrate

* indicates required
Newsletters