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Un complejo tema sanitario

Enfermedades de la madera de la vid causadas por hongos: descripción, prevención, diagnóstico y manejo

Es una infección que avanza frecuentemente sin ser advertida, porque a menudo intervienen diversos microorganismos perniciosos de difícil identificación, y porque el control solo es preventivo o dirigido a minimizar la propagación. Partir con material sano es un requisito en el cual el vivero juega un rol clave.

31 de Diciembre 2024 Judit Monis, Ph.D. Asesora de viñedos y sanidad vegetal
Enfermedades de la madera de la vid causadas por hongos: descripción, prevención, diagnóstico y manejo

Corte transversal de un cordón de vid donde se aprecian las marcas (‘pitting’) originadas por el decaimiento de la vid joven o enfermedad de Petri.

Las enfermedades del tronco de la vid, también llamadas enfermedades de la madera, ocurren en todo el mundo y son causadas por patógenos bacterianos, fúngicos o una combinación de ambos.

Los hongos patógenos de las enfermedades del tronco se transmiten por el aire y por el suelo. No solo afectan a las vides (tanto para vino como uva de mesa) sino también a otras especies frutales y arbóreas y colonizan el suelo de huertos o viñedos. El material de plantación de vid puede estar infectado con patógenos importantes, lo que hace que sea relevante probar e inspeccionar el material de vivero para detectar su presencia antes de la plantación.

Este artículo se centrará en la descripción de las principales enfermedades de la madera de la vid causadas por hongos patógenos, sus agentes causales y las mejores prácticas de prevención y manejo.

ENFERMEDAD DE PETRI O DECAIMIENTO DE LA VID JOVEN Y ESCA

El ‘decaimiento de las vides jóvenes’ (hasta 10 años de edad) o ‘enfermedad de Petri’, es causada por especies de Cadophora, Phaeoacremonium y Phaeomoniella. En vides más viejas, los mismos hongos patógenos pueden provocar la enfermedad denominada ‘esca’ o ‘yesca’. Los síntomas de la madera incluyen gomosis marrón, picaduras (foto 1) o rayas y decoloración foliar típica conocida como ‘rayas de tigre’ (foto 2).

Se trata de una enfermedad crónica cuando las vides expresan un decaimiento gradual con el tiempo, o aguda cuando las vides decaen y mueren en pocos días. Este efecto agudo se conoce como etapa apopléjica de la enfermedad. No es raro durante la fase de apoplejía ver plantas muertas con racimos de uva momificados. He inspeccionado viñedos cuyas vides decayeron y murieron dentro de la semana posterior a la aparición de los primeros síntomas.

No se sabe los factores vinculados a la etapa apopléjica, pero posiblemente se deba a estrés.

Foto 2. Típico síntoma foliar de ‘rayas de tigre’, asociadas a esca.

ENFERMEDADES DE CANCRO

Diversos patógenos pueden generar la aparición de cancros, grandes zonas descoloridas en el tronco y cordón de la planta. La enfermedad del ‘cancro Bot’ o ‘enfermedad del brazo muerto’ (foto 3) tiene su origen en diferentes especies de la familia Botryosphaeriaceae.

La especie causal del cancro de Bot más grave es Lasiodiplodia theobromae, mientras que las especies de Diplodia originan síntomas más débiles. La ‘eutipiosis’ se vincula a diferentes especies de la familia Diatrypaceae –siendo Eutypa lata la más común–, pero las especies de Cryptovalsa, Diatrypella y Eutypella también tienen la capacidad de producir cancros en las plantas de vid. En mi laboratorio caracterizamos las especies de Seimatosporium como
un patógeno fúngico que provoca deterioro y cancros en las vides (foto 4), aunque dentro de la misma familia de hongos se ha reportado que Pestalotiopsis y Truncatella también producen enfermedades en las vides.

Otro patógeno del cancro es Diaporthe (conocido además como Phomopsis). Los cancros observados en las secciones de cordones o troncos afectados en las vides (foto 5) tienen apariencia similar, no obstante, suelen originarse en especies de hongos no relacionados, con diferentes ciclos de vida y modos de infección.

Foto 3. Brazo muerto y declinación causados por especies de Botryiospharieaceae.

ENFERMEDAD DE PIE NEGRO

Las especies de Campylocarpon, Cylindrocladiella, Dactylonectria e Ilyonectria (anteriormente conocidas como Cylindrocarpon spp.) son los agentes causales de esta compleja patología. Se encuentran presentes en el suelo y son más activos en aquellos compactados, con pobre drenaje. Los síntomas del pie negro no siempre se distinguen de los del decaimiento de las vides jóvenes, descritos anteriormente, o los de la enfermedad de Pierce, causada por la bacteria Xylella fastidiosa.

SÍNDROME DEL COLAPSO REPENTINO DE LA VID

Debido a la propagación vegetativa de las plantas sumada a las actividades de injerto y poda, es común encontrar diversas especies de hongos y virus que infectan las mismas vides. En California, se ha descubierto que aquellas afectadas con el síndrome de colapso repentino están infectadas tanto con hongos patógenos como con virus (especialmente GLRV-3 y vitivirus). Las plantas mueren poco tiempo después del desarrollo de los síntomas, los cuales, en mi opinión, no se diferencian de los de la etapa de apoplejía de esca.

Mientras hay un común denominador cuando se trata de los virus presentes, no siempre encontramos los mismos patógenos fúngicos asociados con el síndrome. En mi laboratorio, hemos hallado una combinación de patógenos causales de esca combinados con especies de Botryosphaeriaceae, GLRV-3 y Grapevine virus F (un vitivirus). En algunos casos, además hemos detectado especies de Basidiomicetos en las vides sintomáticas.

Los investigadores académicos que han estudiado este síndrome coinciden conmigo en que es causado por una combinación de patógenos virales y fúngicos (¡no siempre los mismos sospechosos habituales!). En mi experiencia trabajando con patógenos que afectan la vid, la presencia de varios virus y especies de hongos en la misma parra es común y pueden actuar sinérgicamente para afectar la salud del viñedo.

ENFERMEDADES DE PUDRICIÓN DE LAS RAÍCES

Armillaria mellea (hongo de la miel, foto 6), además de especies de Phytophthora y Verticillium, son hongos polífagos del suelo capaces de provocar deterioro y pudrición en el huerto. Tal como se describió anteriormente para la enfermedad del pie negro, estos patógenos se encuentran en suelos compactos con mal drenaje.

PREVENCIÓN DE LAS ENFERMEDADES Y DIAGNÓSTICO DE LOS PATÓGENOS

La mejor medida de manejo y control de enfermedades disponible consiste en prevenir la introducción de patógenos en el viñedo. Debido a la complejidad de la infección, ninguno de los programas de certificación (que yo conozco) incluye los patógenos causantes de enfermedades de la madera. Por lo tanto, es posible que el material de propagación esté infectado con diversos hongos dañinos.

Como primer paso, es importante inspeccionar la calidad del material de plantación (integridad de la unión del injerto, ausencia de estrías, de rayas, gomosidad o picaduras). Un laboratorio es el más adecuado para proporcionar detalles específicos de los hongos patógenos presentes en una muestra de planta o suelo.  Los hongos patógenos se pueden cultivar y aislar en medios especializados.

Sin embargo, a pesar de utilizar medios selectivos, los microorganismos pueden competir entre sí. Una especie de hongo de más rápido crecimiento se expandirá sobre otras que se desarrollan más lentamente, lo cual puede dificultar la identificación de algunos de ellos.

En estos casos, el diagnóstico estará sesgado o es posible que el laboratorio no logre informar el agente causal de la enfermedad a menos que se utilicen métodos moleculares sofisticados. No obstante, en ocasiones bastará la identificación de la familia taxonómica de hongos (es decir, especies de Diatrypaceae o Botryosphaeriaceae) aislada de un cancro, para descifrar la causa del problema.

Foto 4. Síntomas de decaimiento en vides causadas por Seimatosporium spp.

En mi laboratorio desarrollamos métodos para aislar ADN de cultivos de hongos y obtener una secuencia precisa con el fin de determinar la identidad de las especies. Recientemente, algunos laboratorios comerciales han comenzado a ofrecer pruebas de plantas y suelos utilizando la tecnología de secuenciación llamada ‘next generation sequencing’ (NGS), también conocida como secuenciación de alto rendimiento (HTS).

Se trata de un método poderoso que permite a un laboratorio detectar cualquier organismo presente en una muestra. Cuando se aplica NGS se puede obtener la secuencia completa del material genético vegetal y su microbioma. Durante la preparación de la muestra, es posible “enriquecer” las secuencias de patógenos de interés específico.

Por ejemplo, el laboratorio puede amplificar únicamente secuencias fúngicas antes de aplicar NGS, lo que aumenta la sensibilidad del ensayo. Los datos se procesan con un ‘software’ que analiza las secuencias de los microorganismos (beneficiosos o patógenos) presentes en la muestra. El método también proporciona datos cuantitativos relativos, generalmente expresados en porcentajes, de cada microorganismo presente.

Como referencia, una muestra de suelo (se aconseja tres compuestos de suelo por ha) en EE.UU. puede costar del orden de US$100 para hongos y unos US$200 para hongos y bacterias. Se recomienda testear el suelo y las plantas antes de plantar, lo cual es posible tanto a nivel de vivero como de productor a nivel de productor. Las muestras pueden enviarse a un laboratorio en California con permisos especiales, ya que se requiere de una inspección del USDA.

Si el resultado indica la presencia de patógenos, conviene trabajar con un fitopatólogo, ya que la interpretación de los resultados puede ser difícil para alguien no especializado. El productor tiene la opción de rechazar plantar si se encuentra un alto porcentaje de microorganismos que causan enfermedades, o en el caso de un vivero puede optar por no usar el material en el bloque madre.

CONTROL Y MANEJO DE ENFERMEDAD

La implementación de medidas sanitarias adecuadas en el vivero resulta imprescindible para producir material de plantación de vid de alta calidad. Se sabe que a partir de una planta de vid infectada se puede originar entre 100 y 200 unidades cada año, lo que significaría producir un número significativo de plantas injertadas infectadas.

El tratamiento con agua caliente (‘hot water treatment’, HWT) consiste en remojar el material vegetal en tanques con agua caliente (50°C) durante 30 minutos en el vivero. A pesar de que el procedimiento reduce la población de hongos patógenos en las plantas, hay informes mixtos sobre su efecto sobre la mortalidad de las yemas de la vid, que impide el crecimiento de las plantas. Los informes en regiones vitícolas más cálidas (por ejemplo, España) han mostrado un impacto menor en cuanto a la mortalidad de las yemas en comparación con el HWT en regiones de clima frío (por ejemplo, Australia).

Muchos de los hongos patógenos que causan enfermedades en la vid son endofíticos, o sea que pueden vivir en la parra sin causar enfermedades. Sin embargo, las mismas especies de hongos son capaces de volverse patógenas durante situaciones de estrés (falta de agua, ola de calor, etc.). Por lo tanto, y debido a que los hongos patógenos no se pueden eliminar por completo en el viñedo una vez introducidos, es importante aplicar las mejores prácticas de manejo disponibles en el huerto.

Recomiendo:
• Inspeccionar las plantas madre en el vivero y el material de plantación para juzgar su calidad.

• El productor deberá cultivar en un suelo bien preparado y drenado, y plantar durante condiciones favorables para el crecimiento de las plantas (temperatura del suelo de 10°C o más y temperatura del aire de 10 a 28°C).

• Principalmente (¡y siempre!) se deberán aplicar las mejores prácticas en el viñedo (es decir, suficiente agua, nutrientes, etc.).

• Se sabe que el efecto de los hongos sobre la vid aumenta a medida que el viñedo envejece pues la población de patógenos continúa multiplicándose anualmente. Por ello, los viticultores deberán adoptar medidas de manejo y control temprano (después de la plantación) para prevenir y minimizar la propagación y dispersión de hongos patógenos, como se describe a continuación.

• Se debe contar con personal capacitado para las actividades de poda. En zonas donde la temporada de lluvias coincide con la época de poda, se recomienda realizar esta práctica lo más tarde posible antes de la brotación. La poda tardía tiene la ventaja de que las heridas producidas sanarán más rápido, ya que las vides están más activas en primavera. Además, la mayoría de las esporas de hongos se habrán agotado y no estarán disponibles para iniciar una nueva infección en ese momento. Si el tamaño del viñedo es extenso y no permite completar las actividades antes de la brotación, se recomienda el método de poda doble. Este consiste en una prepoda de las plantas tan pronto como comienza la dormancia, dejando sarmientos de 30-50 cm de largo. A finales del invierno o principios de la primavera se completa el proceso dejando el número deseado de yemas por espolón. En el caso de zonas con clima estacional menos marcado, nunca podar en época de lluvias intensas y seguir las indicaciones que se señalan a continuación. 

Las heridas de los cortes siempre deben protegerse utilizando fungicidas o un sellador. Durante la poda resulta importante evitar producir grandes heridas, cortar cerca del tronco o llevarla a cabo después de largos periodos de lluvia. Finalmente, es relevante retirar del suelo los restos de vid, ya que estos serán una fuente de inóculo para iniciar nuevas infecciones.

Los estudios económicos realizados por la Dra. Kendra Baumgartner y sus colegas (USDA en la Universidad de California en Davis) han demostrado que los métodos preventivos (poda tardía, poda doble y protectores de heridas de poda) son sostenibles solo si se aplican antes de que aparezcan los síntomas en el viñedo. 

La adopción de dichos métodos en viñas más viejas no permitirá recuperar la inversión y coste de los tratamientos. Una práctica de manejo de enfermedades más drástica incluye la poda de renovación, también conocida como cirugía correctiva.

Foto 5. Corte de un cordón de vid que
pone en evidencia los cancros provocados
por una combinación de hongos
patógenos.

El procedimiento consiste en formar un nuevo sarmiento desde la base del tronco para sustituir el viejo tronco o cordones de vid enfermos. La técnica ayuda a ganar algunos años de producción, pero no curará las plantas de la enfermedad, porque es probable que los patógenos ya se hayan establecido. 

Al reemplazar el viñedo, el productor debe comprender que muchos hongos patógenos pueden sobrevivir en sus restos (durante la preparación del suelo es difícil extraer todas las raíces) y el suelo.

Por lo tanto, la nueva plantación (incluso si el material está libre de patógenos bacterianos o fúngicos) nunca deja de correr el riesgo de volver a infectarse con el tiempo.

Otros métodos para el manejo de enfermedades fúngicas incluyen la siembra de plantas de mostaza blanca o amarilla (Sinapsis alba) como cultivos de cobertura que actúan como biofumigantes, y el uso de agentes de control biológico como especies de Trichoderma y hongos micorrízicos.

PALABRAS CLAVES: PREVENCIÓN Y DIAGNÓSTICO TEMPRANO

El paso más importante para prevenir el desarrollo de enfermedades causadas por hongos en el viñedo es seguir prácticas de manejo precisas en el viñedo. Al igual que las infecciones virales y bacterianas, las enfermedades fúngicas son complejas, pues las infecciones mixtas son comunes y contribuyen a exacerbar los síntomas en el viñedo.

Consultar con un/a fitopatólogo/a experto/a ayuda a evaluar el potencial de desarrollo de enfermedades en función de la presencia de ciertas especies de hongos. La aplicación de diagnósticos tempranos y eficientes contribuye a reducir los niveles de infección del material de propagación y de plantación, evitando consecuentemente la aparición de enfermedades en los viñedos.

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