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Con aceite de Neem

En Texas A&M University crean un innovador nanopesticida sistémico

La investigación liderada por el Dr. Luis Cisneros-Zevallos, reconocido académico del Departamento de Ciencias Hortícolas de Texas A&M University, presenta avances revolucionarios en el desarrollo de nanopesticidas sistémicos. Esta innovación aprovecha la nanotecnología para convertir materiales no sistémicos, como el aceite de neem, en herramientas altamente efectivas para la protección de cultivos. Además, encabeza un proyecto pionero en recubrimientos antimicrobianos diseñados para prevenir la contaminación de alimentos.

20 de Enero 2025 Marienella Ortiz
En Texas A&M University crean un innovador nanopesticida sistémico

En el manejo integral de plagas, las herramientas químicas, biológicas y físicas desempeñan un papel crucial. Sin embargo, el futuro está en el desarrollo de componentes más eficientes, una visión compartida por el Dr. Luis Cisneros-Zevallos y su equipo de Texas A&M University. La nanotecnología, que explora las propiedades de los materiales en dimensiones menores a 100 nanómetros, ha permitido superar barreras tradicionales en el uso de pesticidas.

“Creamos estructuras de nanopartículas capaces de encapsular el aceite en su interior. Estas nanopartículas, que se presentan como un polvo soluble en agua, se aplican directamente a las plantas. Al infiltrarse en el suelo, penetran a través de las raíces y acceden al sistema vascular de la planta, distribuyéndose de manera uniforme por sus tejidos y proporcionando una protección efectiva en todas sus partes”, explica Cisneros-Zevallos.

La magia de la nanotecnología radica en las fuerzas intermoleculares que predominan en estas dimensiones. Estas fuerzas, como los puentes de hidrógeno, generan propiedades únicas que no se observan en el mundo macroscópico. “Manipular estas propiedades permite crear estructuras y soluciones innovadoras que revolucionan el manejo de plagas”, comenta el investigador.

El impacto potencial de estos nanopesticidas es inmenso, especialmente en cultivos hortofrutícolas de alto valor comercial. Una empresa interesada en esta tecnología ya colabora con la Universidad de Texas para llevar estas soluciones al mercado. La patente, compartida entre ambas entidades, refleja la importancia estratégica de este avance, según refiere.

Próximas novedades de impacto

El equipo del Dr. Cisneros-Zevallos también aplica la nanotecnología a la seguridad alimentaria, y viene desarrollando un recubrimiento muy innovador para equipos utilizados en cosecha, transporte y procesamiento de alimentos. El uso de estos recubrimientos superhidrofóbicos evitarán la colonización de microorganismos en frutas, vegetales y equipos agrícolas. Estas superficies, diseñadas para repeler el agua, podrían incorporar antimicrobianos, garantizando alimentos más seguros y con una mayor vida útil.

“Lidero un proyecto en el que participan diez universidades, todas comprometidas con hacer realidad esta innovación en la agricultura estadounidense. El producto final es un recubrimiento, una solución aplicable a cualquier equipo utilizado en las etapas de cosecha, transporte, procesamiento y exhibición de alimentos. Este avance promete revolucionar cada etapa del proceso agrícola. Con esta solución, se eliminará la presencia de patógenos en los alimentos, marcando un antes y un después en la agricultura”, recalca.

Según datos del estudio difundido en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, la implementación de estas herramientas podría reducir las pérdidas postcosecha, que actualmente oscilan entre el 5% y el 45%. Además, señalan que esta tecnología tiene un impacto inmediato en la productividad al abordar los problemas de desperdicio, mientras que a largo plazo podría aumentar los rendimientos mediante el uso eficiente del agua, fertilizantes y sensores inteligentes.

Este proyecto, respaldado con US$2,4 millones por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, busca reducir la contaminación por patógenos, estableciendo un nuevo estándar en inocuidad alimentaria.

Una visión inspirada en la naturaleza

Todas estas innovaciones son posibles, explica el académico, si se toma en cuenta el concepto de la bioinspiración, es decir observar la naturaleza para resolver problemas complejos. “La naturaleza es un laboratorio que lleva millones de años funcionando. Observar y entender sus mecanismos nos permite replicarlos para desarrollar tecnologías efectivas”, destaca el investigador.

El desarrollo de nanopesticidas sistémicos es solo el comienzo, apunta. Desde dispersores de feromonas hasta estabilizadores de esporas de hongos y atrayentes de nematodos, las posibilidades son vastas. El Dr. Cisneros-Zevallos concluye: “La nanotecnología abre un universo de oportunidades en el manejo integrado de plaga. Lo que imaginemos hoy, podría ser una realidad mañana”.

 

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