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Eduardo Letort, presidente del directorio de Expoflores, Ecuador

“En Ecuador la rosa es la reina”

Las rosas son el pilar fundamental de la floricultura ecuatoriana. Sus colores intensos, follajes verdes y brillantes, tallos rectos y de mayor calibre han hecho que la calidad de esta flor conquiste hoy, a más de 100 países alrededor del mundo. No por nada, el 75% de las exportaciones son ocupadas por esta especie.

09 de Octubre 2023 Ximena González Vidal
“En Ecuador la rosa es la reina”

Cuando se habla de flores, siempre habrá países que son referentes. Es el caso del país vecino: Ecuador. Ahí el sector floricultor tiene una trayectoria de más de 40 años. Comenzó a desarrollarse en 1982 en la zona de Puembo y, actualmente, se distribuye en diferentes provincias como Pichincha, Cotopaxi, Azuay, Imbabura, Chimborazo, Cayambe, entre otras. Hoy, siendo un sector cada vez más consolidado, suma exportaciones anuales en promedio de US$1.000 millones y genera aproximadamente 80.000 empleos directos.

La flor ecuatoriana posee características únicas que la han llevado a posicionarse como un producto de primera calidad en los más de 100 mercados internacionales a donde llega, ocupando el quinto producto de exportación no petrolera y el segundo en las exportaciones agropecuarias del país.

En Ecuador se siembra una gran variedad de flores para la exportación, entre ellas rosas, flores de verano, gypsophila, claveles, astromelias y crisantemos, pero, definitivamente, las rosas son el pilar fundamental de la producción.

“La rosa es la reina”, afirma Eduardo Letort, presidente del directorio de la Asociación de Exportadores de Flores de Ecuador-Expoflores, fundador y gerente general de la compañía Hoja Verde. No por nada, el país cultiva un amplio catálogo de esta especie, superando incluso las 500 variedades, además, según datos de Expoflores, hoy el 75% de las exportaciones de flores son rosas.

Pero, ¿qué hace a estas rosas tan especiales? Letort destaca que si bien influyen los manejos que se realizan en campo para lograr rosas tan apetecidas en los diferentes mercados, la ubicación del país a 2.800 msnm, es clave para que esta especie sea la ‘reina’.

“Al tener más horas luz, las plantas tienen, podría decirse, un poco más de azúcares, y eso les permite desarrollar colores más intensos, follajes más verdes y brillantes, tallos más rectos, largos y de mayor calibre, y una vida en florero superior”, dice y añade que generalmente en los supermercados la tendencia ha sido pedir flores más grandes. “Ahí entramos nosotros”.

El uso de tecnología también ha sido fundamental para lograr rosas tan deseadas en el exterior. “Cuando el país empezó a usar más tecnología, sobre todo lo que eran los sistemas de riego y fertirriego, eso nos permitió obtener flores con mejor calidad, poder producir más y mejores variedades y ser más eficientes”.

Eduardo Letort Mena.

LA CLAVE ESTÁ EN EL USO DE LA TECNOLOGÍA
Resalta que, en su mayoría, todas las fincas productoras cuentan con sistemas de riego por goteo además tecnologías para el manejo integrado de plagas y enfermedades. “Las fincas trabajan con sistemas satelitales que les permiten a través de un ‘smartphone’ ir viendo la ubicación de las plagas. Eso va a un ‘software’ que les llega a los técnicos para que sepan exactamente cómo va el desarrollo de la plaga y de esta manera proceder a su control”. Adicional a esto, dicho ‘software’ les permite llevar un registro de agroquímicos, gracias a lo cual pueden ir relacionando qué estrategias de control de plagas les han funcionado mejor.

Ahí dice Letort, ha radicado en parte el éxito que tiene hoy la floricultura ecuatoriana: en la calidad y el uso de nuevas tecnologías. “Eso nos ha ayudado bastante. La ubicación del país también es importante pues nos permite abrir distintos mercados de nicho en el mundo y no depender de uno solo, porque si un mercado se cae, tienes a donde mover la flor”.

RENOVACIÓN PERMANENTE DE LAS VARIEDADES
En línea con esto, y respecto a las variedades de rosa que se producen en el país, Letort cuenta que, en el caso de su compañía Hoja Verde, trabajan con 140 variedades de rosas y dice que cada año, renuevan aproximadamente un 10% de esas variedades.

“El mercado siempre quiere un nuevo color, un nuevo tipo de flor, una nueva forma. Hace unos dos años, por ejemplo, el mercado quería variedades rosadas, luego vino el interés por el amarillo naranja y ahora hay una tendencia más hacia el violeta y esa es una tendencia que debemos seguir”.

Ecuador está a punto de suscribir un tratado económico con China, donde este país desgravará la flor estándar en cinco años y la flor preservada en diez años. ”Eso nos va a ayudar a llegar de manera más competitiva al mercado chino”. Además, se están desarrollando mercados en Filipinas y Tailandia, que ya empiezan a pedir flor del Ecuador y Australia también es un mercado importante para las empresas ecuatorianas. “Estos son nuevos mercados que han ido desarrollándose, todavía no con volúmenes enormes, pero vemos que hay potencial”.

Adicionalmente, están llevando a cabo un acuerdo con Costa Rica, que, aunque no es un mercado potencial para llevar la flor ecuatoriana, sí produce muchos Filler o flores de relleno que puede importar el país, preparar arreglos y reexportarlos. “Ahí puede haber una sinergia muy interesante con Costa Rica”.

El sector genera aproximadamente 80.000 empleos directos.

RETOS Y DESAFÍOS DEL SECTOR
Si bien el sector de las flores en el país tiene una buena dinámica de crecimiento que data desde hace 40 años, enfrenta una serie de retos, entre ellos, la competitividad del sector. De acuerdo con Letort, alrededor del 50% de los de costos productivos corresponde a mano de obra. “Entre los principales desafíos del sector sin duda están los altos costos. La mano de obra está bordeando los US$700 por 40 horas a la semana y competimos con Colombia, que puede tener la mitad de esos costos, Africa, especialmente en Kenya, que probablemente es un 20% de ese costo”. Por eso, dice, deben ser muy eficientes para lograr competir en el mercado internacional.

Comenta que, en la parte productiva, les preocupa el tema climático, pues por las altas temperaturas se podría afectar la producción y la calidad de las flores. “Estamos con un verano súper fuerte, tenemos el tema del Fenómeno de El Niño que se espera empiece a golpear fuerte desde septiembre y octubre y podríamos tener problemas de suministro de agua. Además, en el último Niño, tuvimos inundaciones en la costa, que provocaron crecidas de los ríos, destruyéndose puentes. Si eso sucede de nuevo, nos puede afectar la llegada de fertilizantes y agroquímicos hasta las fincas productoras”, advierte.

En lo que respecta a la parte comercial, Letort manifiesta que al sector le preocupa la guerra de Rusia contra Ucrania por la caída de las ventas, porque, aunque Rusia compra, ya no es en las mismas cantidades de hace unos años. “Ese es un tema nos tiene muy preocupados, porque todavía no se ve un arreglo a corto plazo, y si es que eso se agrava puede ser muy complicado porque incluso se nos puede cerrar el mercado ruso y eso sería un golpe muy fuerte para la floricultura ecuatoriana. Además, si la OTAN también entra a hacer parte de esta guerra ya sería una complicación brutal para el sector”.

Pese a los desafíos que suelen presentarse en el camino, Letort puntualiza que la floricultura ecuatoriana continúa consolidándose y que este año espera alcanzar un crecimiento del 2%. “Esperamos mantener hasta finales del año, ese crecimiento que tuvimos durante el primer semestre y seguir llevando nuestras rosas a diferentes mercados del mundo”, finaliza.

 Rosas tinturadas y preservadas, el ‘plus’ de Hoja Verde

Hoja Verde se fundó en 1997 en los terrenos de la familia Letort, ubicados en Cayambe, cerca de la mitad del mundo. En un inicio se usaron 4 hectáreas (ha) para la producción florícola y actualmente suman un total de 55 ha. “Nos dedicamos solo a la producción de rosa, a la rosa fresca estándar, la rosa spray y, adicionalmente, abarcamos otro segmento del mercado que es la rosa tinturada, un producto que se ha ido desarrollando muy bien en los últimos diez años y la rosa preservada, que es una flor que puede llegar a durar de uno a dos años”.

De estos dos últimos segmentos, Letort resalta que, por ejemplo, la rosa tinturada les permite tener una variabilidad de productos bastante interesantes y, además, pueden desarrollar mercados de nicho fuera de los tradicionales. “Puedes tener rosas pintadas de colores diferentes y eso es muy atractivo para la gente de un segmento más joven. Con estas flores estamos llegando principalmente al mercado asiático, que prefieren colores muy contrastantes y diferentes”, dice. Y es que fueron precisamente las rosas tinturadas las que le abrieron las puertas a Hoja Verde en este destino. “Nosotros no teníamos ventas ahí y como empresa y hoy ese mercado representa el 6% de nuestras ventas en el mercado asiático. Sin duda, las rosas tinturadas nos abren puertas de mercados y segmentos de edad a los que no llegábamos con las rosas tradicionales”.

Por otro lado, el directivo señala que la rosa ha tenido un desempeño interesante con altos y bajos. Resalta que actualmente se está recuperando luego de una caída fuerte en el 2022 y parte del 2023.

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