En busca de echar raíces
Con un potencial enorme y una oportunidad que se pierde por la deforestación, plantaciones y concesiones forestales; el sector busca crecer de manera competitiva en el país. Pero antes se requiere entender la problemática especial del Perú y sus cuellos de botella estructurales. Hablamos con los principales actores que trabajan por impulsar el sector.
El ingeniero John Leigh, director ejecutivo del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), es claro cuando señala que el sector forestal peruano no ha evolucionado mucho en los últimos treinta o cuarenta años. “Ha quedado paralizado. Hemos tenido tres leyes forestales”, señala el jefe del ente rector estatal en estas materias, dependiente del Ministerio de Agricultura (Minagri). “Estos años se han ido entre concesiones forestales que se han cerrado y vuelto abrir. Pero ahora con la nueva ley forestal y con esta nueva gestión se está promocionado mucho lo que es el manejo forestal”, añade.
El Perú posee 73 millones de hectáreas de bosques naturales tropicales, es decir, un 60% del territorio nacional. De estos, 69 millones de hectáreas son bosques húmedos amazónicos (54%), poco más de 3.5 millones son bosques estacionalmente secos de la costa (2.86%) y 2 millones son bosques andinos (0.17%), según datos proporcionados por Serfor. Esta superficie ubica al país en el segundo lugar en extensión de bosques naturales tropicales a nivel de Sudamérica y en el cuarto lugar a nivel mundial.
A nivel regional, Loreto es la región que tiene mayor superficie de bosque húmedo amazónico con 35.2 millones de hectáreas, seguido de Ucayali (9.4 millones) y Madre de Dios (8 millones). Por otro lado, según la clasificación vigente de capacidad de uso mayor de la tierra, el 80.1% del territorio nacional corresponde a tierras aptas para la producción forestal y tierras de protección, mientras que solo el 5.9% corresponde a tierras aptas para cultivos y el 13.9% son aptas para pastos y ganadería. El potencial para el sector forestal, por ello, es enorme.
Dada su extensión e importancia socioeconómica, los bosques amazónicos, andinos y secos del Perú constituyen el patrimonio nacional forestal y de fauna silvestre. Además, son una reserva importante de carbono, fuente de recursos genéticos, especies maderables, frutos, fibras, alimentos, medicinas, combustibles.
Teniendo en cuenta estos recursos, la pregunta es por qué a lo largo de la historia del país ha sido tan complicado sacar adelante el sector. “Los bosques –en su mayoría- están al otro lado de los Andes”, indica Leigh. “Ahí falta infraestructura, están en zonas muy aisladas. Muchas veces no hay ni acceso, solo por río. El segundo punto es el informalismo que existe, que estamos tratando de cambiar…”.
PROBLEMÁTICA DE LOS BOSQUES Y OPORTUNIDADES
Desde el gobierno pasado se formó una Mesa Ejecutiva de Desarrollo Forestal, hoy en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), donde representantes del sector privado se reúnen con representantes del Estado para eliminar cuellos de botella para el desarrollo del sector. Lo que se trata es que los gobiernos de turno entiendan la magnitud de los grandes problemas y las grandes oportunidades que tiene la forestería. Se espera que de ahí salgan políticas de estado estructurales.
Para Erik Fischer, representante privado en la Mesa Ejecutiva del MEF y presidente del Comité Forestal de la Asociación de Exportadores, el tema debe abordarse de una manera integral. “Tanto plantaciones como las concesiones de bosques primarios son dos caras de la misma moneda”, asegura el representante gremial.
El sector se divide en dos. Por un lado las concesiones forestales para explotación del bosque primario y, por otro, las plantaciones forestales. Las primeras otorgan al concesionario el derecho exclusivo para el aprovechamiento sostenible del recurso natural y, por ende, la propiedad de los frutos y productos a extraerse, para conservación y ecoturismo. Las plantaciones, por su lado, son cultivos de especies forestales, ya sean nativas o introducidas, para la producción de madera, productos forestales no maderables, restauración o provisión de servicios ambientales.
Actualmente el país cuenta con más de 50 millones de hectáreas de bosques bajo ordenamiento forestal. Es decir, el 42% del territorio nacional. De estos, el 17.7 millones de ha corresponden a Bosques de Producción Permanente. Las plantaciones forestales con fines comerciales registradas ascienden a 47,499 ha, según información del Registro Nacional de Plantaciones Forestales, registrada entre 2014 y 2017. A nivel nacional los principales departamentos con plantaciones forestales con fines comerciales son Cusco, Apurímac, Ancash, Junín, Cajamarca, San Martín, La Libertad, Ica, Ucayali y Amazonas. Las especies que se producen son eucalipto, pino bolaina, capirona, cedro, caoba tornillo, ulcumano, moena, siringa, tara, bambú.
Para graficar las oportunidades con las que cuenta el sector, Fischer pone como ejemplo a Chile. Señala que el año pasado exportaron US$6,000 millones y cuenta con 2.5 millones de hectáreas donde ha desarrollado plantaciones. Es enfático en señalar que Chile empezó con políticas públicas de fomento al sector hace cincuenta años y que ha desarrollado una industria muy poderosa que pone en valor la madera de sus plantaciones haciendo tableros, aglomerados, molduras, partes y piezas, enchapes.
“En el Perú, solo en la región andina, tenemos un bosque similar al de Chile, con la ventaja de que tenemos un clima más caliente y los árboles crecen más rápido, por lo menos en la mitad de tiempo”, asegura Fischer. Pero señala que esto es un gran reto. ¿Por qué? La tierra en el espacio andino es de las comunidades campesinas. ¿Cómo hacemos para que se integren a un modelo que les permita introducirse al mercado?, se pregunta Fischer. “Ese es el reto del Estado. Desarrollar el modelo que permita que los inversionistas que tienen el capital logren un ‘joint venture’ con los dueños de la tierra para que se puedan hacer estos emprendimientos que demandan muchos años de vida. Hablamos de veinte o cuarenta años”, se responde.
Si no se tiene un modelo consistente que se sostenga en el tiempo con seguridad jurídica, ningún inversionista se la va a jugar. Asimismo, se debe velar por el interés de las comunidades. Fischer añade que en la selva se tiene un potencial de por lo menos 2 millones de hectáreas adicionales de bosques primarios que han sido deforestados. Es verdad que la región amazónica adolece de ciertos factores. El territorio es extenso pero mal comunicado, no hay carreteras, no hay infraestructura portuaria en los ríos, están los costos más altos de energía y combustible, faltan servicios básicos. Sin embargo, hay mucha agua y mucho sol, condiciones imprescindibles para que los árboles crezcan rápido.
El representante gremial señala que es importante desarrollar esta región. “Si los bosques no los pones en valor la variable social se vuelve determinante. Si la madera no se come se va a transformar en otra cosa. Es decir, se va a botar para hacer cultivos de supervivencia. La quema de bosques es la causa del 95% de la deforestación en el país”, añade. “El no entender esta problemática ha hecho que no se impulse como se debe la industria forestal”.
De manera reciente, Serfor ha elaborado un mapa donde se identificó un millón 265 mil hectáreas como sitios prioritarios para la restauración de áreas degradadas en cinco departamentos del país.Las zonas identificadas como prioridad muy alta y alta de restauración se encuentran en Ucayali con 259,161 ha, Apurímac con 244,307 ha, Amazonas con 308,826 ha, San Martín con 300,910 ha y Madre de Dios con 152,307 ha.
Serfor reafirma que las principales causas de la degradación en la Amazonía están vinculadas a la deforestación del bosque por el avance ilegal de la agricultura migratoria a pequeña escala con excepción de Madre de Dios, cuyo principal problema es la minería ilegal. En el caso de la región andina de Apurímac, las causas de la degradación son la sobreutilización de las tierras, el uso de agroquímicos, sobrepastoreo e incendios forestales.
LOS CUELLOS DE BOTELLA
Otro de los integrantes de la Mesa Ejecutiva de Desarrollo Forestal del MEF, además de Erik Fischer y John Leigh, es Enrique Toledo, director ejecutivo de Reforesta Perú, una de las empresas más profesionalizadas en el desarrollo de plantaciones forestales en el país. El especialista comenta sobre cuatro puntos que han identificado como capitales para sacar adelante el sector: el financiamiento forestal, la titulación de tierras, el desarrollo de capacidades técnicas y la promoción de fondos de inversión forestales.
Sobre el primero explica que el negocio en promedio tiene una rentabilidad de 14% a 15%. Sin embargo, las tasas de interés son de 12.5% en promedio en el mercado. “Entonces es difícil que alguien invierta si tu costo de dinero es tan caro como para prestarte a largo plazo”, señala Toledo. “Ahí tiene que haber un trabajo de políticas públicas para promover inversiones degrandes inversionistas y que sean a largo plazo. Nosotros (en Reforesta Perú) creamos lo que se llama grandes valores patrimoniales, en árboles, que son inversiones que generan mucha riqueza a partir del año ocho. Entre el año ocho y el año nueve el inversionista recupera su capital y del año diez hasta el año veinte tienen utilidades crecientes en el flujo de caja”, añade.
El financiamiento, por ello, es clave. Según el especialista es importante buscar un mecanismo que permita tener un programa de desarrollo empresarial para que la tasa de interés a los clientes finales sea competitiva a nivel global. Leigh, de Serfor, señala que si se quiere incentivar el sector debería haber una tasa de por lo menos la mitad de la rentabilidad, de entre 6% y 8%, para que el negocio se vuelva más atractivo.
Los modelos exitosos pueden verse, por ejemplo, en Brasil. Este país ha plantado 7.5 millones de hectáreas y exporta US$9,500 millones en plantaciones forestales generando 4.8 millones de empleos solo con plantaciones forestales. En este caso, la tasa de interés se trabajó como política pública, se hizo a nivel promocional y hoy, por ello, es un referente exitoso en recuperar tierras degradadas generando riqueza y empleo.
El segundo tema es el de la titulación de tierras. Estas se realizan a través del Ministerio de Agricultura en coordinación con los gobiernos regionales. En este punto lo que se propone es que exista una coherencia entre lo que se pone como meta de plantación de árboles y titulación de tierras. Por ejemplo, en Ucayali la meta es 7,500 ha de plantaciones en cinco años, pero para ello se necesita primero que se titulen 300,000 ha. En San Martín la meta de es de 27,500 ha, pero para ello se necesitaría primero que se titulen 300,000 ha.
“Estamos trabajando junto al Serfor y el Minagri en el programa de titulación de tierras para que se identifiquen las áreas que sean atractivas para plantaciones forestales en regiones como Huánuco, Loreto, Amazonas, Madre de Dios, Ucayali y San Martín para que puedan rediseñar su estrategia en función de la demanda de los inversionistas para plantar”, enfatiza Toledo.
El tercer tema es el de desarrollar capacidades tecnológicas de la cadena productiva. Para esto, el Ministerio de la Producción debe abrir un concurso e instalar un Centro de Innovación Tecnológica (CITE) enPucallpa. Este ya tiene un presupuesto aprobado de S/85 millones aproximadamente. Hoy hay un pequeño CITE forestal en Pucallpa, pero que no se maneja con tecnología de clase mundial. No tiene una prospectiva de negocio para el desarrollo de productos innovadores ni para generar una cadena de valor de los productos maderables y no maderables. “Lo que tienen es un pequeño centro que no genera oportunidades de competitividad para los productores. Eso quiere decir que si yo pidiera que me saquen un piso estructurado de calidad de clase mundial, no tienen las máquinas para hacerlo”, añade Toledo. Se espera que el PRODUCE pueda sacar adelante el CITE este año, ya que tiene presupuesto aprobado. Solo falta su ejecución.
El cuarto punto es mejorar la normatividad para promover el desarrollo de los fondos privados de inversión para plantaciones forestales. Señala el especialista que es necesario, por medio de herramientas como esta, mirar el sector con una perspectiva de treinta años. Reforesta Perú es socia de Fusion Amazon Reforestation Fund, uno de los primeros fondos de inversión forestal. Tienen como meta promover inversiones a través de un fondo de US$500 millones para los próximos diez años. Esperan captar recursos del sector privado nacional e internacional. Para ello se han asociado con el Fusion Biotech y con el Grupo Wayruro. Reforesta Perú es el operador y se ha planteado como meta mínima un millón de árboles por año.
POTENCIAL PARA EL FUTURO
Se espera una mayor promoción de las plantaciones forestales y recuperación de áreas degradadas en los próximos años. El Minagri, a través del Serfor, viene trabajando en la Ley de Fomento de Plantaciones Forestales Comerciales. Los beneficiarios serían las comunidades nativas y campesinas, así como pequeños y medianos productores organizados. Los incentivos serán, por un lado, económicos en fondos concursables. Financieros con líneas de crédito, cobertura y seguro. Y tributarios con exoneración del Impuesto a la Renta, aranceles e IGV.
Asimismo, se busca impulsar una mayor producción de madera rolliza. En 2016 se produjo 1.4 millones de metros cúbicos. En el mismo periodo, las exportaciones del subsector forestal fueron del orden de US$7 millones en productos maderables incluyendo papel, cartón y deshechos de papel y cartón; y US$177.6 millones en productos forestales diferentes a la madera. Sin embargo, la figura se desdibuja cuando se tiene en cuenta la importaciones que sumaron US$1,025.4 millones; y US$63.8 millones de productos forestales diferentes a la madera.
El Perú, señalan los especialistas, tiene potencial para ubicarse en ciertos nichos. Por ejemplo, todo lo que es madera para pisos. También, exportación de maderas duras y para molduras. Entre ellas, el shihuahuaco, el estoraque, la cumala. También está la caoba y el cedro, para la elaboración de muebles finos y embarcaciones de lujo. Asimismo, la bolaina y el marupá se miran con interés.
DESAFÍOS A LA CARTA
Hoy la contribución del sector forestal al PBI es de menos del 1%. Leigh, de Serfor, señala que desde su organismo buscan lograr que el sector se más competitivo y tenga un enfoque de diversificación productiva. Además, quieren revertir la balanza comercial forestal que está en negativo en US$865 millones.
En 2018 contarán con el Plan Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (PLNFFS) que tiene como objetivo establecer estrategias para implementar ejes prioritarios de la política nacional forestal y de fauna silvestre, llevándolo a mecanismos concretos que fomenten la competitividad y el crecimiento económico del país en torno a la gestión del patrimonio forestal y de fauna silvestre, mediante su utilización sostenible. El PLNFFS ha sido definido como un Plan Estratégico Multisectorial, es decir que se trabaja en su elaboración con el aporte de los diversos actores y con una visión al 2030.
Cuatro propuestas para dinamizar las plantaciones forestales
• Financiamiento a la medida.
• Impulso a la titulación de tierras.
• Desarrollo de capacidades técnicas (Cites).
• Promoción de fondos de inversión forestales.
Otro gran desafío es reducir las amenazas del bosque, la deforestación y degradación, que aumenta de forma progresiva en el país. Para ello, el Serfor ha constituido el Sistema Nacional de Control y Vigilancia Forestal y de Fauna Silvestre. Asimismo, se trabaja con la Comisión Multisectorial de Lucha Contra la Tala Ilegal. En estos dos espacios se coordina con instituciones nacionales y regionales para enfrentar la deforestación y las amenazas que se ciernen sobre el bosque.
Las principales actividades para impulsar el desarrollo forestal y de fauna silvestre son la zonificación y el ordenamiento forestal, el desarrollo productivo (maderable y no maderable), el fortalecimiento del control y vigilancia y la promoción de plantaciones forestales y recuperación de áreas degradadas.
Una de las principales trabas, asimismo, es el informalismo del sector. Erik Fischer, de Adex, cree que se están aprendiendo las lecciones y los gobiernos se están dando cuenta que el espacio forestal hay que ponerlo en valor con técnicas de bajo impacto y un manejo sostenible. “Es, además, una herramienta para conservar el bosque. De este modo, no solo generas riqueza, no solo aprovechas un recurso maderable, sino que generas conservación con un manejo productivo y ese es el mejor regalo”.
Para el representante gremial ahí está la mayor oportunidad económica del país. Señala que se cuenta con 17 millones de hectáreas que han sido pensadas para la industria forestal, pero que no están funcionando. “Habrán 2 millones de hectáreas que funcionan y de esas, 2,500 ha bien manejadas, certificadas, con buenos estándares. Lo demás se maneja precariamente. Y 15 millones de hectáreas es como cuatro veces el tamaño de Holanda que están abandonadas. Lo cual es una tontería. En los últimos tres años se han quemado un promedio de 155,000 ha. Un camión grande se carga con 25 m3 de madera. Se han quemado 1 millón 250 mil camiones. Esa tragedia nadie la visibiliza y nadie habla de ella. La gente cree que por perseguir el comercio ilegal están salvando el bosque, pero el robo de madera no causa deforestación. Hay que entender las problemáticas de nuestros bosques. El problema es la quema de árboles por hambre, por minería ilegal o por la siembra de coca”, concluye.