El nuevo florecer de la cereza
Desde los primeros registros de exportación, en la temporada 1996/97, y hasta la campaña 2006/07, los envíos de cerezas se mantenían sin grandes altos y bajos. Todo cambió a la temporada siguiente cuando los envíos casi se duplicaron, teniendo a EE UU como el principal recibidor de la fruta. Y todo volvió a cambiar cuando China se fue construyendo como el mercado perfecto, que demandaba una fruta roja que simbolizaba la ‘buena suerte ’y que era perfecta para regalar durante el Año Nuevo Chino, porque la cereza representa ‘prosperidad’. Desde entonces, Chile comenzó a producir para China, mercado que ha llegado a absorber el 94% de la fruta nacional. Sin embargo, tras las últimas campañas, es necesario avanzar en la búsqueda de otros mercados donde poner la fruta y ya asoman algunos como posibles alternativas, en lo que podría significar un ‘nuevo florecer’ de esta fruta en el mundo.
Por Rodrigo Pizarro Yáñez
Y de repente, todo cambió. Y EE UU pasó a ser un mercado secundario para la cereza nacional, que enfocó todos sus esfuerzos de promoción y exportación en China, un mercado que en 2010 sorteaba la crisis económica global de mejor manera que Europa y EE UU. Mientras estas economías caían 3% y 4%, respectivamente, la china crecía 9%. El mayor ingreso de los consumidores venía desde los años noventa del siglo pasado, lo mismo que la modernización de grandes urbes como Pekín y Sahnghái. En 2010, los ciudadanos chinos se perfilaban como los principales consumidores de lujo del planeta tras un rápido crecimiento de sus ingresos. Esta ‘tormenta perfecta’ era propicia para ‘desviar’ cerezas a un mercado donde el color de esta fruta es símbolo de buena suerte y lo positivo. Además, la cereza tiene un ‘valor simbólico’ de prosperidad, por lo que es común regalar cajas de cerezas rojas durante el Año Nuevo Chino (ANC).
Y si en la temporada 2006/07, China ni siquiera figuraba entre los cinco principales mercados de destino de la cereza chilena, de repente todo cambió. Solo una temporada más tarde, el gigante asiático alzaba el vuelo y pasaba de importar casi cero a 5.000 toneladas. Ya en 2010 se empinaba por sobre las 10.000 toneladas, pagando precios muy por encima de cualquier otro país importador.
El consumidor chino quería cerezas, cada vez más. Mientras tanto, EE UU perdía posiciones frente a un mercado que cada día era más atractivo para los productores y exportadores chilenos. Si en 2006/07, el mercado estadounidense representaba 50%, todo cambió las siguientes campañas. Ya en la 2010/11, si bien EE UU seguía siendo el principal mercado (35%), China asomaba como el tercer destino (16%) que, sumado a Hong Kong (23%) y Taiwán (7%) sumaban 46% de participación. El gran salto lo dio en la temporada 2013/14, con una participación del 41% que, si se sumaban a Hong Kong (31%) y Taiwán (6%), tenían el 78% del mercado de la cereza nacional.
En el mundo, los precios también se expandían. En 2001 el valor promedio llegaba a US$2/kg, mientras que en 2014 este alcanzaba a US$4,5/kg. China se salía de la norma y la fruta se cotizaba a un promedio de US$7/kg. Era un buen negocio y todos querían llegar al gigante asiático. Por esos años, el mayor importador del planeta era Rusia, pero los arribos se habían estancado porque los rusos pagaban menos de US$2/kg. A modo de comparación, en la temporada 2013/14 los precios de la fruta en la semana 1 eran de US$6,40/kg en EE UU, de US$6,39/kg en los Países Bajos y de US$14,39/kg en China.
Así las cosas, Chile comenzaba a producir cerezas para China, con el objetivo prioritario de llegar con la fruta antes del ANC. El tremendo salto que dieron los envíos se propició además porque se fue mejorando la tecnología de conservación de la fruta, los sistemas de refrigeración y la flota de buques; también por la aparición de la atmósfera modificada, que modificó por completo la forma de conservar la fruta. Para lograrlo, desde Asoex se ideó una campaña de promoción que tenía la misión de generar reconocimiento de la disponibilidad y arribo de las cerezas chilenas antes del ANC, posicionándolas como un regalo preferido durante esta festividad. Además, se pretendía facilitar la venta y rotación de las cerezas en diversos canales de distribución de China continental, promover la disponibilidad de la fruta chilena durante el ANC y difundir la marca ‘Cherries from Chile’.
Eso iba ayudando a subir el consumo, y ya en 2013 Chile enviaba 13 millones de cajas de cerezas a China. Sin embargo, el consumo aún era bajo, solo 140 gramos ‘per capita’ versus un kilo que consumían los americanos y 5,5 kilos de los turcos. Por entonces, había expertos que pronosticaban que China podía comer todo lo que Chile era capaz de producir.
Un par de temporadas más tarde, los chinos asociaban a la cereza chilena a una fruta de ‘lujo’ y a su industria también. Ello modificó las estrategias de producción porque los chinos querían frutas de calibres grandes y hubo un tiempo que lo que se enviaba a ese mercado eran cerezas de calibres pequeños. Eso quedaba en el pasado porque había que cumplir con los requisitos del mercado. No fue el único cambio, porque también se modificaron los embalajes. Se fueron dejando a un lado las cajas de 5 kg, para pasar a cajas de un tamaño más pequeño, entre 2 kg y 2,5 kg. , como una forma de conectar mejor con el consumidor, sobre todo siguiendo y entendiendo sus nuevos hábitos de consumo. ¿Cómo? Era mucho más sencillo colocar en el refrigerador una caja pequeña que una de 5 kg.
El poder y potencial comercial de la cereza quedó patente en la temporada 2017/18 cuando se enviaron sobre 186.000 toneladas, casi el doble de lo que se había enviado la temporada anterior: 95.289 toneladas, propiciando un nuevo gran salto exportador. En el comercio de fruta con China se ven por primera vez los ‘Cherry Express’, barcos rápidos que cubren la ruta entre Chile y China en solo 22 días, bajando en 30% los tiempos de viaje. Esa temporada fueron 10 ‘Cherry Express’ que zarparon de puertos chilenos. En la siguiente (2018/19) ya se contaba con 26 barcos y en la 2019/20 fueron 31 zarpes con dirección a China.
PRODUCIR Y VENDER CEREZAS EN TIEMPOS DEL COVID-19
En el año del Covid-19, las ventas a China aumentaron 27%, para llegar a las 228.548 toneladas, es decir, 45,7 millones de cajas de 5 kg, concentrando el 91% de la fruta en China y Hong Kong, un 7,2% más que cinco campañas atrás. Frente a un contratiempo como este, que implicó cuarentena en algunas ciudades del país, hubo un efecto menor en cuanto los precios.
La temporada siguiente, 2020/21, estuvo marcada por el ‘jueves negro’ de la cereza, que implicó una serie de noticias falsas relacionadas al descubrimiento de trazas de Covid1-19 en envases de fruta chilenas, ocasionando un remezón nunca antes visto, con ventas que cayeron a cero y precios que se hundieron por cinco días. Una vez que se comprobó la falsedad de las informaciones, el mercado retomó sus cauces normales, aunque el daño ya estaba hecho. Así y todo, la campaña terminó con un récord de 352.949 toneladas exportadas.
Sin embargo, esa marca fue nuevamente superada la temporada recién pasada, registrándose envíos por 356.385 toneladas, en una nueva campaña marcada por la pandemia, aunque esta vez la gran protagonista fue la crisis logística, que tuvo un rol determinante: Afectó directamente en los arribos de la fruta, ya sea en la disponibilidad de los barcos, en el retraso de los zarpes y arribos a puerto; y también en el retraso de la entrega de los contenedores por parte de la aduana en destino. Por consiguiente, la fruta esperó más de la cuenta en el mar a la espera de que los buques pudieran descargar en el puerto. Otro contratiempo de la campaña fueron los costes de los embarques, aunque había tanta presión por cargar la fruta que, en muchos casos, ni siquiera se consideró esa alza.
NO SOLO ANC, NO SOLO CHINA
Con últimas campañas de récord productivo y de exportación, no es de extrañar que las próximas siga aumentando, teniendo en cuenta que hay huertos aún jóvenes que no han entrado en producción y otros que irán aumentando año tras años sus rendimientos productivos. Las proyecciones de los expertos indican que, al menos, Chile podría colocar 90 millones de cajas de cerezas frescas en la temporada 2022/23. Ante ese nuevo récord productivo, una pregunta que se viene haciendo desde hace varias temporadas atrás es, ¿China puede absorber esa cantidad de fruta? Desde el lado de la demanda parece que sí, pero son los propios importadores los que se preguntan si en el país existe la posibilidad de cosechar tanta fruta al mismo tiempo, dado la falta de mano de obra en algunas zonas y los problemas logísticos que, la industria espera que este año no se repitan.
Con un panorama así, ¿hay opciones más allá del ANC? La respuesta es sí, ya que un alto porcentaje de chinos compra cerezas para reuniones familiares o con amigos y para comerlas como ‘snack’. También para celebraciones (cumpleaños, por ejemplo) o visitas a enfermos. El tema pasa por llegar con la fruta en buenas condiciones porque China es un mercado que fue, es y seguirá enfocado en la calidad de la fruta. El mensaje es claro y se vienen repitiendo temporada tras temporada y quien no dé el ancho, solo tendrá una opción: salir del negocio.
Desde hace ya varias temporadas la industria cerecera nacional tiene un reto importante: comprender mejor al mercado chino y buscar la forma de mantener precios altos. Para algunos, el camino adecuado es comunicando que la cereza chilena es una fruta de calidad, inocua, sustentable y consistente en el tiempo. A ello se debe sumar una paleta varietal que incluya otras variedades tempranas y tardías, que permitan cubrir una ventana comercial más amplia, con una fruta que pueda soportar 45 días, desde que se embarcó hasta que el consumidor se la está llevando a la boca. El tamaño, la firmeza, la crocancia y el color, seguirán siendo atributos que determinarán el éxito o fracaso en cuando precios.
Pero, ¿tenemos un mercado que aún está en expansión? Para muchos, sí. China aún tiene la capacidad de absorber una cantidad aún mayor de fruta. Hace unas temporadas atrás, un estudio de la consultora McKinsey comparaba la situación de la clase media en 2012 y proyectaba lo que ocurriría en 2022. En 2012, dice el estudio, había un 3% de clase más rica, mientras que en 2022 sería de 9%. La clase media en 2012 era del 14% y en 2022 sería del 54%. Entonces, aún hay mercado.
Si bien ninguna temporada es igual a otra, en la pasada los problemas logísticos jugaron una mala pasada a los productores. La industria espera que en la próxima este aspecto vuelva a sus cauces normales. Sin embargo, una mayor cantidad de fruta tras al ANC haría peligrar nuevamente el final de la campaña en el giagante asiático. Con un panorama así, hay quienes vaticinan que habría que dejar de lado la ‘chinodependencia’ y avanzar en la búsqueda y posible consolidación de otros mercados.
¿Qué mercados tienen la posibilidad de emerger como ‘nuevos’ destinos para la cereza chilena? EE UU tiene una gran capacidad para absorber cerezas. Lo demostró en los inicios de esta industria. De hecho, cuando Chile exportaba a ese mercado en 2010, las variedades y tecnologías eran otras. Con una industria más madura, nuevo material vegetal y las opciones de conservación, hoy EE UU podría estar disponible para absorber más cerezas.
En la temporada 2018/19 el mercado revelación había sido Corea del Sur, que presentó un crecimiento del 58% respecto de la temporada pasada, totalizando 4.169 toneladas. Si bien en 2019/20 tuvo una caída a 3.224 toneladas, en la temporada 2020/21 Chile envió a ese mercado 5.806 toneladas, teniendo la cereza un 20,3% de participación, en un mercado que es dominado por la uva de mesa (51,6%) y arándanos (22,3%). La última temporada, los envíos a ese mercado crecieron 25% llegando a 6.900 toneladas.
Otro mercado potencial para la fruta chilena es India, donde los envíos crecieron un 53% esta campaña. Es en ese mercado donde Asoex ha estado realizando campañas a nivel de comercio electrónico, minoristas y fruterías. Además, estas han alcanzado a mercados mayoristas de diez ciudades. Incluso, se han posicionado en redes sociales, con una cobertura de más de 2,3 millones de visitas y publicado anuncios en medios impresos y digitales. Hay nuevos mercados para la cereza chilena, hay nuevas rutas, hay futuro para una cultivo que ya en septiembre estará en floreciendo, esperando qué deparará la campaña 2022