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Cynthia Falcón, asesora, especialista en fresas

“El negocio de la fresa requiere de mayor tecnología para dar el salto”

El riego por goteo y el uso de nueva genética son las herramientas básicas para que la productividad en los campos de fresa se incremente y sea un negocio mucho más rentable y atractivo. Además, es importante obtener genética certificada para contar con campos rentables. Una de las metas de los productores es cosechar fruta todo el año y, para ello, se requiere una diversificación geográfica de los campos, que hoy están concentrados en un 80% en el norte chico de Lima.

31 de Julio 2024 Marienella Ortiz
“El negocio de la fresa requiere de mayor tecnología para dar el salto”

Cuando la ingeniera agrónoma y asesora de campos Cynthia Falcón se involucró hace aproximadamente una década en el cultivo de fresas, los productores cosechaban 1 t/ha o 2 t/ha, como máximo, debido al uso de tecnologías tradicionales en riego y variedades antiguas. Hoy, observa con optimismo que un gran número de estos productores han mejorado sus manejos agronómicos y, con ellos, sus resultados en campo. Sin embargo, considera que aún falta recorrer un camino para lograr elevar las productividades, que aún permanecen estancadas en 20 t/ha. La meta es obtener 40 t/ha o 50 t/ ha, como ocurre en países como México o EE UU. Todo este salto será viable si se sigue apostado por el uso de riego por goteo y un mejor material genético.

En 2010, la superficie cultivada era de 1.200 hectáreas (ha) y ha ido creciendo hasta las 2.500 ha actuales, según el Ministerio de Agricultura. Sin embargo, al cotejar los ingresos al mercado local, lo que se exporta en congelado y un poco en fresco, la asesora estima que se han alcanzado las 3.500 ha, pero esto es muy variable al tratarse de un cultivo de ciclo de uno o año y medio de producción. Lamentablemente, señala que no existe una base de datos muy sólida sobre el cultivo.

La fresa es un cultivo versátil y multifacético, apunta. En el país, se produce con fines de exportación en su versión congelada y, para su consumo en fresco, en el mercado local. El mayor volumen cosechado se concentra entre julio a diciembre, sobre todo, proveniente del norte chico. Sin embargo, las empresas buscan llevar la producción a zonas altoadinas para contar con una oferta continua, durante todo el año.

-¿Cómo ha evolucionado la producción de fresas en el país?

-Cuando yo empecé en esta historia de la fresa, los productores sembraban una o dos hectáreas, como máximo. Eran un montón de agricultores bajo la metodología tradicional de un sistema de riego por gravedad o por surcos. También se utilizaban variedades que hoy desaparecieron, como Aromas. A partir de la pandemia, los productores obtuvieron mejores ingresos y ahora se ha dado un salto al sistema de riego y a colocar plástico y mulch para proteger la fruta. Además, han mecanizado ciertas labores y se han agrupado para poder ser más eficientes en algunos costos. Conocí a agricultores que se resistían a utilizar el sistema de riego por goteo, por ejemplo, pero ahora han entendido su importancia.

-En el Norte Chico hay un gran porcentaje de producción de fresas, ¿por qué se ha concentrado en esta zona geográfica?

-El 80% de la producción están en el Norte Chico, desde Barranca, Huacho, Huaura, Huaral, Chancay y hasta Canta. Un poquito en Cañete. Esto se dio así, sobre todo, porque es un negocio que nació para abastecer de fruta a Lima. Ha comenzado a aparecer muchos campos en zonas altoandinas. Recuerdo que unos agricultores me llevaron por un cerrito en Caraz (Áncash) y un camino en pendiente. Mientras avanzaba había un montón de campo de fresas. ¿Cómo han llegado acá? Fue mi pregunta. El agricultor me contaba que muchos migraron de Áncash al norte chico a sembrar fresa, pero al ver la necesidad de tener fruta todo el año, cubrir la demanda entre enero a julio, se han regresado a la sierra y utilizan riego por goteo.

-¿Cuáles son las características idóneas de calidad o de condición de la fresa para su exportación?

-Generalmente, la fresa es cosechada hoy y mañana se está congelando. Lo que se espera, básicamente, es que la fruta esté completamente roja. En cambio, cuando vas a exportar en fresco, aunque no es mucho, la fresa tiene que estar naranja con los hombros blancos para que pueda llegar bien a su destino. Es otra lógica. También hay que tener más cuidado en las aplicaciones con pesticidas. El gran problema en la fresa es el abuso de los pesticidas que impiden su exportación en fresco.

 

LA IMPORTANCIA DE LA NUEVA GENÉTICA

De acuerdo a la asesora, hasta 2017 en Perú se cultivaban variedades como Aromas y Camarosa. De allí, el cambio vino con San Andreas, que es la variedad de día neutro más sembrada en la actualidad, proveniente de la Universidad de California. “En realidad, es una Aromas mejorada”, afirma sobre un material que fue introducido en 2012 y poco a poco fue ganando terreno a las otras variedades. “Ahora representa el 70% de los campos y el otro 30% es de la variedad de día corto Sabrina. Justamente, el año pasado Sabrina tuvo problemas con las mayores temperaturas y no acumuló frío para poder florecer. En el caso de San Andreas, solo bajó un poco la producción”, sostiene.

-¿Hay nueva genética que pueda ir apareciendo en el país?

-Justamente, ahora vamos a hacer un ensayo con Sensation de la Universidad de Florida, que es una variedad de día corto. También está el programa español Fresas Nuevos Materiales, que tiene la variedad Rikas que están introduciendo. En cuanto a la Universidad de California, no sabemos si traerán sus nuevas variedades, mientras no haya un respecto por parte del productor a la propiedad intelectual. Ellos han sacado variedades resistentes a Fusarium, pero no quieren soltarlas en Perú por el tema de la informalidad.

-¿Qué tan importante sería para el Perú que ingrese una variedad resistente a Fusarium?

-Sin duda, uno de los principales problemas en enfermedades de suelo es el Fusarium. Planasa también tiene muchos intereses en introducir nuevas variedades, pero igualmente tienen mucho recelo porque no se respeta la propiedad intelectual. Estuve a cargo del vivero que tenía la Universidad California y Eurosemillas en 2017 y, en esa época, muy poco era el respeto a la patente de las variedades. Sin embargo, en los últimos años, los productores están siendo más conscientes y también se están dando cuenta de la diferencia entre comprar una planta de vivero o de primera generación, pues el rendimiento y la calidad de la fruta es distinta a una de la que se reutiliza del campo. Lo que vienen haciendo los viveros pequeños para aparentemente reducir los costes, es sacar las plantas de un campo que ya produjo y dividen las coronas y las hacen enraizar en bandeja que, de alguna manera, adelanta la producción, pero el rendimiento no es el mejor.

 

CLAVES PARA UN BUEN MANEJO PRODUCTIVO

Muchos de los campos ya están utilizando riego por goteo y esto les ha llevado a también colocar mulch para proteger la fruta de la tierra, explica Falcón. En la siembra tradicional en que la fruta está en contacto con el suelo húmedo, hay mucha pérdida por botrytis o pudrición. El INIA calcula entre un 30% y 40% de pérdidas por esa razón, así como por otros problemas en la poscosecha. Entonces, han comenzado a hacer las camas altas que también le da mejor aireación a las raíces y el agua no se estanca. Además, al estar protegida de la tierra, la fresa tiene mejor color, porque muchas veces la tierra ocasiona heridas microscópicas y la fruta se ve opaca. Se nota cuando una fresa fue producida sobre mulch y plástico. Incluso, tiene más brillo, aunque también entra a tallar la genética. Con el sistema de riego, además puedes tratar el agua de la planta, pues en el norte chico viene el agua, luego de pasar por diferentes pueblos y no es la más limpia, expone.

-¿Qué otras claves darías para tener un manejo productivo de un campo de fresas?  

– Una buena genética es esencial y también previamente evaluarla. Lo que ha pasado aquí es que se introdujo de manera comercial San Andreas y, en el camino, recién se han dado cuenta de cómo es la variedad. Hemos empezado al revés, cuando generalmente se introduce una variedad, luego de evaluarla en campo y ver si calza en la zona geográfica. Por ejemplo, un especialista chino me comentó que por tener climas parecidos a los suyos en determinada zonas de la China, nos convenía San Andreas en la sierra o el valle interandino y otra variedad de nombre Monterrey en la costa. Sin embargo, en el país se pusieron a sembrar San Andreas en todas partes solo porque entró primero. Entonces, comencé a proponer el uso de San Andrés en la sierra y Monterrey en la costa y algunos productores me han escuchado. En la actualidad, algunas empresas tienen Monterrey y San Andreas en similar proporción.

-¿Qué otros temas le falta afinar al agricultor de fresa?

-El tema de fertilización, en el caso de aquellos que ya cuentan con sistema de riego por goteo, necesita entender cómo es el manejo adecuado del fertirrigación para una buena productividad, por ende, una buena calidad. Por ejemplo, un agricultor que tiene sistema de riego me consultó si podía hacerle huecos en medio del plástico y ahí meterle el nutriente, porque no se sentía muy seguro. Lo interesante de utilizar el fertirriego en fresa es que en el día o al día siguiente ves los efectos y así puedes corregir si es necesario. Lo bonito del cultivo es que te expresa todo. Además, falta mejorar las prácticas poscosecha y entender el manejo integrado de plagas para dejar de abusar del uso de pesticidas. Son retos, por así decirlo, del negocio.

 

COSTOS DEL NEGOCIO

-Justamente, hablando de este tema de precios, ¿cuánto es el costo de producir una hectárea de fresa?   

-Con todas las tecnologías comentadas, estamos hablando de una inversión de US$40.000 por ha, considerando plantas importadas.   El costo más alto son las semillas. Aquellos que sacan las plantas de un campo que ya produjo para enraizarla y volverla a utilizar, no tendrán garantías en la sanidad de la planta. Si ese campo tuvo Fusarium, entonces, lo va a replicar. El Ministerio Agricultura reporta que tenemos como promedio nacional 16 t/ha, que es nada. Y solo en Lima, que tiene el 80% están en 20 t/ha, pero hablamos de variedades que tienen un potencial de 60 t/ha y más.

-¿Habrá empresas que sí llegan a 50 t/ha en el país?

-Sí, las empresas llegan a 60 t/ha e, incluso, he visto reportes de más.

-¿Si asumes todos los gastos de inversión, este es un negocio rentable?

-Es considerablemente rentable para quien hace una buena inversión y buen manejo agronómico. La inversión inicial siempre es mayor por el sistema de riego. El problema es que muchos productores alquilan campos y terminan la campaña y se van a otro lugar. Una empresa con un campo propio puede invertir en el sistema de riego y una vez terminado la cosecha desinfecta el campo y vuelve a sembrar las plantas.

-¿Qué costos maneja, entonces, el productor cada campaña?

-Todos los años tienen que comprar nuevos plásticos. En tanto, la unidad de planta está en aproximadamente S/.0,70 céntimos y se necesitan por hectárea aproximadamente  55.000 plantas. Algunos importan plantas, pero les sale muy costoso. Entonces, para que el agricultor siga creciendo se necesitan un vivero local de plantas certificadas y de nueva generación. De esta manera, podrán incrementar los rendimientos, pero hace falta un salto en la tecnología.

-¿Cuál es el futuro del negocio de la fresa en el país?

-Hay mucho interés de empresas como Virú o La Calera que buscan tener campos propios o asociados. Hay una buena proyección, porque hay buena demanda de la fresa congelada en el mercado internacional. Además, no se ha explotado la exportación en fresco que también tiene mercado. La única empresa que exporta fresco es Del Ande con algo de 600 mil kilos en campaña, que podría ser mucho más. Claramente, esto es más difícil, porque hay que cuidar mucho la poscosecha.

 

2024, una campaña demorada

-¿Cómo empezó la presente campaña agrícola?

-Todos se han demorado un poquito, porque estaban con el miedo del clima del año pasado, esperando que no se repita el escenario de altas temperaturas. Los agricultores suelen sembrar en marzo, pero esta vez empezaron a sembrar con más fuerza entre la primera y segunda semana de abril.

-¿Cómo proyectas que será el resultado de esta campaña?

-Pienso que el área va a bajar, según he estado hablando con algunos que hacen acopio; me dicen que más o menos serán 1.700 ha en el norte chico cuando el año pasado, por ejemplo, había 1.900 ha. Muchos agricultores fueron golpeados financieramente con los resultados del año pasado. Si bien la producción será menor, lo positivo es que el agricultor está tomando nota de que es necesario buscar nuevos cultivares, avanzar con el uso de la tecnología y estar alertas con el cambio climático que ya se siente.

 

 

LIBRO SOBRE LA FRESA EN EL PERÚ

El libro ‘El cultivo de fresas en el Perú’ es una próxima publicación de Cynthia Falcón, con el apoyo de la Universidad Nacional Agraria La Molina (Unalm). Esta publicación virtual proporcionará información técnica sobre la producción del cultivo, basada en las experiencias de Falcón en las condiciones subtropicales del país. Explicará cómo se centralizó el cultivo en el norte chico de Lima y cómo abordar los distintos desafíos del cultivo.

¿Qué falta para entrar al negocio del fresco?

“Más tecnología”. Eso, según la experta es lo que necesita el país para entrar al negocio de la fresa fresca. “Primero, hay que empezar a cosechar en bandeja en campo, es decir, es un manejo más delicado. Asimismo, no hay agricultores que tengan cámara de frío en campo para que la fruta recién cosechada sea procesada y, en pocas horas, enviada vía avión a los mercados. Un productor me comentó en su momento que solía tener problemas porque no hay espacios aéreos. Los espárragos y arándanos llenaban los espacios, los fletes habían subido, por eso prefería el mercado local que tiene buenos precios para el fresco. En el 2023, se pagó S/.3,5 el kilo en campo para el mercado local. Incluso, en la sierra, en Cusco, Áncash se paga hasta S/.8 o S/.10 en épocas en que no hay oferta”, explica Falcón.

 

Más superficie versus mayor productividad

“Podemos crecer en superficie. Del 2010 hasta la fecha se ha duplicado el número de hectáreas y, seguramente, volveremos a duplicar el área en unos años, pero en realidad el desafío es que esos campos sean más productivos. ¿Qué ganamos teniendo 10.000 hectáreas, pero produciendo 20 t/ha?. Yo me enfocaría en que la productividad sea más alta, como en México. En ese país, de 14 toneladas subieron a 40 t/ha en el transcurso de diez años. Está dentro del ranking de las zonas más productivas. También está EE UU con 50 t/ha”, explica la asesora.

 

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