El manejo de enfermedades requiere acciones más razonadas e integradas
La superficie de avellano europeo en Chile ya supera las 22.000 hectáreas y se proyecta que en 10 años llegará a 45.000 ha. Además de ubicarnos en las ligas mayores de la fruticultura de frutos secos, esto implica la necesidad de manejos fitosanitario a la altura de un producto cuyos consumidores demandan productos de la mayor calidad e inocuidad posible. Por esto, es relevante comprender que el control de enfermedades debe realizarse en un contexto de Manejo Integrado razonado, en el que las aplicaciones de productos fitosanitarios es solo un componente. Aquí revisamos algunas de las enfermedades más prevalentes de esta especie frutal, y aspectos claves para evitar o disminuir su impacto económico y ambiental.
El Dr. Jaime Guerrero C., ingeniero agrónomo, académico e investigador de la Universidad de La Frontera, en Temuco, lleva muchos años vinculado a los problemas fitopatológicos del cultivo del avellano europeo. Desde el año 1987, trabajando entonces en INIA Carillanca, ha participado en el desarrollo de diversas especies frutícolas para el sur de Chile, entre las que se incluye el avellano europeo.
–Existe la idea de que el avellano es una especie sin mayores problemas fitopatológicos en Chile, y que es fácil de manejar. ¿Es así?
-Es un error esta creencia generalizada, y ya ha quedado demostrado en varias circunstancias de sitio y espacio. Es una especie frutal en la que hemos detectado una cantidad creciente de hongos y bacterias fitopatógenas, como también hongos de pos cosecha, patógenos que pueden afectar tanto la productividad como la calidad y condición de la avellana. Entonces, hay que otorgar prioridad al aspecto fitosanitario desde que se opta por dedicarse a producir avellana europea.
-¿Cuáles son los hongos que pueden infectar la fruta del avellano europeo?
-Hemos generado información que demuestra que hay varios tipos de hongos que pueden afectar a la semilla de avellano europeo, ya sea como fitopatógenos o como hongos contaminantes. La prevalencia de estos microorganismos y su relación con factores ambientales y de manejo es motivo de investigación, al efecto de diseñar estrategias de manejo tanto en pre como en pos cosecha. Por ejemplo, es frecuente detectar especies de los géneros Penicillium, Aspergillus, Fusarium, Tricothecium, Cladosporium, así también lo es Phomopsis. La incidencia de estos hongos es muy variable dependiendo del cultivar, origen de la semilla y del manejo de la plantación, no solo en el ámbito de la fitosanidad sino que también en lo concerniente a la higiene en los procesos de cosecha y de pos cosecha; especialmente en aquellas plantaciones de mayor edad y donde la semilla permanece demasiado tiempo antes de ser colectada, almacenada y secada. Sin duda esto constituye un aspecto relevante que puede deteriorar la calidad, condición e inocuidad de la avellana europea producida en Chile. Respecto de los hongos detectados en pos cosecha, se debe cosechar y secar tan rápidamente como sea posible para mantener las avellanas limpias y evitar el desarrollo de hongos en la semilla, pero esta acción no siempre es factible realizarla con la celeridad requerida debido a factores diversos propios de cada plantación. Principalmente por la ocurrencia frecuente de lluvias estivales, especialmente en el sur de Chile.
LAS ENFERMEDADES DE ORIGEN BACTERIANO SON LAS MÁS PREVALENTES
El tizón y cancro bacteriano, provocado por Xanthomonas arboricola pv. Corylina (Xantomonas), se considera hasta ahora la enfermedad más prevalente en avellano europeo, pero desconocemos el real impacto en la producción. Varios síntomas pueden asociarse en campo con esta enfermedad, por ejemplo: manchas necróticas en hojas, muerte de yemas y ramillas, cancros en ramas y tallos, y, eventualmente, manchas necróticas oleosas en fruta inmadura e involucro. Para un diagnóstico adecuado se requiere experiencia y confirmación en laboratorio especializado. En situación de ambiente favorable y plantas débiles, Xantomonas puede causar la muerte, por lo que es muy relevante que las plantas de avellano europeo provengan de un vivero donde se ejecuten labores de manejo que propendan a entregar una planta de buena calidad.
Debido a su condición epífita la bacteria puede mantenerse en diversos ambientes por periodos de tiempo prolongados y puede infectar a la planta por aberturas naturales y heridas; su diseminación en la plantación ocurre por diversas vías. Cabe mencionar que la bacteria Pseudomonas también ha sido reportada en avellano europeo y últimamente con detecciones cada vez más frecuentes.
LOS HONGOS DE LA MADERA CONSTITUYEN UN RIESGO PARA LA PRODUCCIÓN DE AVELLANA
“Efectivamente es un asunto preocupante acrecentado por el aumento significativo de la comercialización de plantas de avellano europeo que no provienen de viveros certificados, lo que conlleva un mayor riesgo de propagar estos hongos fitopatógenos. En todo caso es muy pertinente consignar que esta situación es historia conocida en otras especies frutales en Chile. Más recientemente se ha reportado Armillaria mellea, Diaporthe australafricana, Diplodia coryli y Nectria ditissima que afectan la madera del avellano europeo, incidiendo severamente en el desarrollo y producción de las plantas”, afirma Guerrero.
-Hay una enfermedad denominada Mancha parda, ¿qué importancia tiene y cuál es la causalidad?
-Se trata de una fisiopatía de la avellana europea de causalidad compleja y de prevalencia incierta, pero que también afecta al avellano europeo en otros lugares del mundo; no se conoce con precisión la causa de la Mancha parda (Brown stain), pero se asocia a factores climáticos y nutricionales y eventualmente con hongos. En Chile es una enfermedad frecuente en diversas condiciones donde es cultivado el avellano europeo, con variaciones entre cultivares y entre temporadas, incluso en árboles de una misma variedad y en similar condición de clima y suelo. La enfermedad es fácil de diagnosticar ya que el manchado se advierte con facilidad cuando el fruto se encuentra a la mitad de su crecimiento, los tejidos afectados varían de café a café oscuro y la semilla adquiere consistencia acuosa y cae anticipadamente en verano. Las avellanas afectadas parcialmente y que logran madurar, están vanas o la semilla es de calibre pequeño y presenta defectos.
Como referencia, durante la temporada 2013/14, en 10 plantaciones comerciales de la Región de la Araucanía se detectó una alta incidencia de esta enfermedad no infectiva, con incidencia de hasta 60% en avellanas inmaduras del cultivar Barcelona, las que cayeron anticipadamente, y las avellanas maduras con evidencia de Mancha parda que permanecieron en los árboles estaban vanas (20,5%) o la semilla presentaba defectos (46,7%). Aquella temporada se caracterizó por heladas tardías de primavera, amplias diferencias de temperatura entre el día y la noche y lluvias frecuentes en verano.
-¿Que otras enfermedades consideran que son recurrentes?
-Hemos detectado en las últimas dos temporadas, en numerosas plantaciones, aumento de la prevalencia de dos enfermedades del follaje (hojas), se trata de oídio y de Alternaria. Sobre estas no se dispone de suficiente información respecto del efecto directo o indirecto en la producción de avellana y cuáles serían las acciones de manejo más apropiadas.
UNA FORMA RAZONADA DE PENSAR EL CONTROL
Destaca Guerrero que en el manejo de las enfermedades e insectos plaga del avellano europeo se advierten algunas acciones que son inquietantes, debido a que en la mayoría de los casos se aplican fungicidas o bactericidas sin un adecuado diagnóstico, hasta el momento en base casi exclusivamente a aplicaciones de bactericidas y fungicidas cuyo activo es el cobre. “Otro aspecto es que no siempre se realiza un seguimiento de la eficacia de los tratamientos y se piensa que por el solo hecho de aplicar se soluciona el problema. ¿Pero cómo puede ser?, si no has hecho un buen diagnóstico y no se ha verificado el efecto”, explica el investigador. Guerrero además destaca el riesgo de contaminación por el excesivo uso de productos basados en cobre.
Según el científico la opción es conocida y esta consiste en un programa de Manejo Integrado. “Posee indudables ventajas en eficacia y seguridad para el medio ambiente y los seres humanos, es esencialmente preventivo y se basa en un diagnóstico veraz, oportuno y sitio específico. Además porque se incorporan ingredientes activos de síntesis química, bioantagonistas, extractos de plantas, bacteriófagos e inductores de defensa. En este contexto, es común observar que síntomas asociados con deficiencias o fitotoxicidad nutricional sean confundidos con la acción de fitopatógenos, adoptando decisiones erróneas, por lo tanto es requerido hacer análisis químico de suelo y análisis químico foliar para descartar el factor nutricional como causante de una enfermedad”, señala el investigador. La supervisión sistemática durante la preparación y aplicación de los tratamientos fitosanitarios sería otro aspecto al que no siempre se le asigna la importancia requerida.
En cuanto al ataque de microorganismos fitopatógenos, Guerrero precisa que luego de un diagnóstico de campo, en que hay sospechas de la presencia de una enfermedad, es necesario hacer un diagnóstico de confirmación; esto se hace mediante el envío de muestras a un laboratorio que puede ser de universidades, entidades públicas o privadas, los que otorgan el servicio.
LA CALIDAD SANITARIA DEL VIVERO ES FUNDAMENTAL
El especialista subraya que de todas las formas de control, sin duda la mejor es la prevención, estrategia que empieza con asegurar la calidad del material que se va a plantar. “La planta que se compra debe estar sana (balanceada nutricionalmente) y limpia, porque es una inversión para muchos años. Si está en buenas condiciones, se va a adaptar y crecer mejor. El problema es que hay una gran demanda de plantas de avellano europeo y en este caso en particular, la propagación agámica es una actividad cotidiana que conlleva un alto riesgo porque en muchos casos los síntomas aun son imperceptibles. Si utilizas un material infectado con fitopatógenos vas a tener una planta enferma”, afirma Guerrero.
-¿Y cómo saber si un vivero es seguro?
-Lo primero, por supuesto, es que el vivero esté registrado en el SAG y que cuente con una certificación fitosanitaria. Segundo, realizar acciones agrícolas en pro del bienestar de las plantas y del ambiente donde se producen. Por ejemplo, Xantomonas está en todos lados por lo que en el trayecto del vivero al campo el árbol se puede infectar, de manera que -aun con un certificado- no me pueden demostrar que la planta está libre del problema. Lo que sí pueden probar es que su planta ha sido producida en un sistema ordenado, limpio y con las debidas precauciones fitosanitarias, no solo de enfermedades sino también de insectos plaga y nematodos. El manejo fitosanitario no pasa por aplicar un producto fitosanitario, sino por un esquema de trabajo minucioso y dedicado donde prime el orden y la higiene laboral. En un vivero estos aspectos debieran ser una constante. El vivero también debe estar ubicado en un sector que asegure accesibilidad y manejo seguro de las plantas, con una buena preparación de suelo, disponer de riego, y que los factores predisponentes a fitopatógenos sean mínimos. Asimismo es necesario disponer de un adecuado y riguroso sistema para reducir las fuentes de inóculo y realizar acciones fitosanitarias preventivas. Hay que destacar que plantas con equilibrio nutricional resisten mejor a los fitopatógenos.
UN PROYECTO QUE BUSCA HACER LA DIFERENCIA
El proyecto “Directrices tecnológicas sustentables en fitosanidad para la producción, calidad e inocuidad alimentaria de la avellana europea exportable, en un contexto de adaptación al cambio climático en la zona centro sur y sur de Chile”; ha obtenido financiamiento FIA para su realización en los próximos dos años. Participan la Universidad de la Frontera, Frutícola AgriChile, INDAP, Universidad de O’Higgins, y productores de avellana europea. El director del proyecto es el Dr. Jaime Guerrero C.
Se pretende generar directrices tecnológicas sustentables que contribuyan a resolver las principales carencias en cuanto a la situación fitosanitaria del avellano europeo, como por ejemplo:
*Insuficiente información validada de prevalencia de enfermedades fúngicas o bacterianas según estructura y fenología de la planta.
*Mínima o inexistente cuantificación diagnóstica en pre y pos aplicación de productos fitosanitarios.
*Estrategias de control extrapoladas desde otras especies frutales.
*Momentos y épocas de aplicación de los productos fitosanitarios, y volumen de agua utilizada no siempre adecuados.
*Eficacia relativa y disímil de los ingredientes activos de fungicidas y bactericidas.
*Mínima utilización de preceptos relativos al Manejo Integrado Fitosanitario.
*Aumento de incidencia de fitopatógenos y de hongos de pos cosecha.
*Comercialización de plantas de avellano con riesgo fitosanitario implícito.
*Condiciones de sitio inapropiadas para el establecimiento del avellano europeo
LA RECETA POR SÍ SOLA NO ES GARANTIA
Entonces, la aplicación de productos es solo una de las variables a considerar, y cuando se llega a ellos, no basta con la “receta”, sino también es clave la forma en que se utilizan. Uno de los aspectos sobre los que el Dr. Guerrero hace énfasis es contar con el equipamiento para aplicar productos fitosanitarios que sean adecuados a la superficie del frutal; de tal forma que puedas realizar la labor en un tiempo breve, ya que los Fitopatógenos infectan muy rápidamente; en el caso de bacteria, por ejemplo, esta es capaz de infectar en menos de 24 horas. Debe haber lugares de reabastecimiento de agua y producto a una distancia prudente para evitar gasto adicional y compactación del suelo que generan los traslados largos. Hay que ser metódicos y considerar los detalles.
Las aplicaciones de cobre para Xantomonas tienen que ser preventivas en una estrategia integrada, porque se trata de una bacteria epífita, que siempre está presente. “En medicina se utiliza el concepto de ‘campo quirúrgico’, un médico no hace un corte en la piel si esta no ha sido desinfectada. Entonces, antes de la poda, hay que reducir el potencial de inóculo, como hace el médico. Desinfectas, podas y después sellas nuevamente. Para que la eficacia de control sea óptima no solo importa el ingrediente activo, sino que también otros varios aspectos que no siempre son considerados, por ejemplo, el pH del agua, un volumen de solución acorde con las características fenológicas y edad de las plantas, el tamaño de la gota correcto, lo que se verifica con papel hidrosensible, las boquillas adecuadas, la velocidad del tractor y la presión adecuada. A veces se observa caída de flores y se atribuye a un fitopatógeno, pero resulta que fue el agua que golpeo la flores con demasiada presión”, apunta el investigador.
Otro aspecto importante, según el fitopatólogo, es el hecho de que el cultivo del avellano europeo está siendo asimilado rápidamente, también en los sistemas productivos de menor tamaño, situados en un contexto de agricultura familiar campesina (AFC). “He aquí otro desafío especialmente importante en fitosanidad, ya que de no ser manejado adecuadamente puede constituir un factor de restricción para el éxito productivo de estas plantaciones recientes y las que vienen. Además lo es debido al riesgo de contaminación por productos fitosanitarios cuando se hace un manejo inadecuado por desconocimiento y por recetas que se copian indefectiblemente”, remarca Guerrero.
-¿Frente a qué síntomas en las plantas el productor debiera preocuparse?
-Hay síntomas primarios y secundarios, los que deben ser distinguidos durante el diagnóstico. En el caso del avellano europeo son recurrentes necrosis de yemas, muerte de ramillas y ramas, cancros, machas y lesiones en las hojas, menor crecimiento aumento de defectos en la semilla. No siempre es una la causalidad de esta sintomatología, pero con la experiencia se torna más fácil establecer relaciones de causalidad en cada condición de cultivo. Estos síntomas deben ser cuantificados para definir las acciones a seguir. La creencia y la copia del vecino no siempre son apropiadas y veraces.
De acuerdo al científico, el cambio climático global y el cambio climático local: sitio específico, pueden también potenciar el desarrollo de algunos fitopatógenos, y alterar el equilibrio biológico en las plantaciones.
“Una aplicación no hace el control, así como una golondrina no hace al verano”, insiste Jaime Guerrero. “Es perentorio, continúa, que los profesionales y productores incorporen los preceptos que son fundamentales para mantener el equilibrio en los sistemas productivos intensivos, para que se logre la rentabilidad esperada gracias a un producto de calidad e inocuo, producido en un ambiente de respeto por la naturaleza, incluido el ser humano”. La producción de avellana europea es un negocio rentable y que requiere de la aplicación de un Manejo Integrado Fitosanitario, donde lo básico es el diagnóstico oportuno y la supervisión de los tratamientos fitosanitarios, el orden y la higiene laboral.
FUENTES
Parte de la información de este artículo fue tomada de material de trabajo facilitado por el Dr. Guerrero y de:
Guerrero, J.; Pérez, S. y Ogass, K. Hongos de pos cosecha, un riesgo potencial para la calidad y condición de la avellana europea.
Guerrero, J.; Pérez, S. y Ogass, K. Mancha parda. Fisiopatía de la avellana europea de causalidad compleja y de prevalencia incierta.