Rodrigo Viñambres, presidente del Comité del Avellano, es productor de la región del Maule en la zona de Camarico, San Rafael, con alrededor de 470 hectáreas (ha) plantadas. Sus primeras plantaciones de avellano datan de 2009. Sin duda puede hablar con propiedad de este frutal en ascenso.

–¿Por qué conviene asistir al Encuentro Nacional del Avellano (ENA) 2024?

–Hay varias novedades. Este año está orientado a cómo ven la avellana chilena a nivel internacional. Estará Mallikarjuna Kumaraswamy, del grupo Olam, un operador grande de Turquía, y participará Stefano Gagliasso, encargado de desarrollo de la avellana en el mundo de Ferrero, quien anteriormente se desempeñaba en un puesto de compra de avellana. Además contaremos con la presencia de la Dra. Luciana Tavella, entomóloga de la Università Cattolica del Sacro Cuore, de Piacenza, Italia, para tratar el tema del chinche asiático, que al parecer ha provocado grandes daños en Turquía e Italia esta temporada.

Además se tratarán otros temas técnicos y comerciales. Hoy son entre 48.000 y 50.000 ha de avellano y aumentan a razón de 2.500 a 3.500 ha/año, cuantifica el entrevistado.

–Por eso el énfasis del evento en traer operadores. Como directorio estamos motivando a la gente a hacernos cargo de una realidad que se nos va a venir: ¿dónde va a caber toda esta fruta?, ¿dónde se va a procesar?, ¿dónde vamos a ubicar la fruta que no sea del gusto del poder comprador actual?

“Gato gordo no está saliendo a cazar”, refranea el presidente de los avellaneros, porque resulta muy cómodo tener un poder comprador a nivel interno que actualmente lo toma todo, pero el futuro es impredecible. “Tenemos que incentivar la llegada de nuevos operadores al país”, afirma.

ACCIONES PARA PREVENIR EL DAÑO DE UN INSECTO FUNESTO

Viñambres señala que el Comité apunta a levantar la alarma respecto del chinche asiático, también llamado chinche hediondo o chinche parda marmoleada (Halyomorpha halys), puesto que ya se encuentra de Santiago al norte y también se ha detectado en Buenos Aires.

–En Chile tenemos buena capacidad de contención, somos ordenados y ejecutamos lo que nos indican –verifica el líder gremial–. Estamos tomando contacto con el SAG, con el cual firmamos un convenio de monitoreo como Comité, y queremos aprovechar la visita de la Dra. Tavella para visitar campos de avellano y verificar si existe presencia del chinche. Queremos ser proactivos más que reactivos.

–¿El riesgo es muy grave?

–A título personal, como agricultor, yo veo como algo funesto que nos pueda pasar.

Más allá de temas sanitarios, tecnológicos y de mercado, hay un llamado al intercambio horizontal:

–El ENA es un día en el año en que tienes la posibilidad de juntarte con productores desde Rancagua hasta Osorno. Hay gente con muchos años en el cultivo y vale la pena conocerla. Ellos tienen la experiencia de los errores cometidos y los éxitos alcanzados. No estar en el Encuentro es pérdida.

TAREA: QUE EL PARAÍSO PRODUCTIVO NO SE CONVIERTA EN EL PARAÍSO PERDIDO

Uno de los objetivos del Comité del Avellano es fomentar un producto chileno sustentable, inocuo, de excelente calidad y protegido de elementos exógenos que compliquen el cultivo.

–Si se logra esto, los clientes van a llegar. Y tenemos la suerte de que acá la calidad viene por defecto, a diferencia de otras partes del mundo. Dirigentes del INC [international Nut & Dried Fruit Council] nos comentaron: “ustedes están en un paraíso productivo”. Debemos cuidarlo entre todos. Yo creo que estamos en un P x Q donde nadie nos corre. El presidente de L’Ascopiemonte me hablaba hace unos días de lo conveniente del precio de arriendo de la tierra apta para avellano en Ucrania y otros lugares del mundo. Pero cuando le pregunté dónde plantaría, me respondió: en Chile. Y lo mismo me han comentado otras personas que tienen plantaciones en el exterior.

Los socios del Comité del Avellano suman prácticamente la mitad de la superficie de este frutal a en Chile. Sin embargo, se aspira a aumentar el número de participantes:

–Extendemos una invitación muy especial a los productores pequeños y medianos a asociarse. Si plantaste y todavía no tienes producción, la inscripción es gratuita hasta que alcances los 1.000 kg/ha. La cuota social es muy razonable, tiene un valor fijo por hectárea; para un productor chico el ahorro de la entrada al ENA le paga el costo completo. El directorio está tratando de actuar por bloque, y subir a la carroza desde el más chico al más grande. Debemos tener alguien que levante la mano para hablar con el gobierno, cualquiera que sea, y la industria.

La mayoría de los comités de frutales han sido impulsados por la industria comercializadora, sostiene Rodrigo Viñambres:

–Los productores solo se han involucrado cuando ha habido dramas, pero ya llegan tarde. Hoy el avellano es un cultivo sin dramas, con anticipos, además de un flujo de pagos muy conveniente y garantizado si cumples la norma. Entonces parece natural cuestionarse para qué hacer esfuerzos adicionales. Quienes tenemos otras especies sabemos que eso no es lo normal. Mañana no va a ser así. ¿Qué va a pasar? El día en que esto se apriete, ¿dónde vas a guardar 10.000 o 20.000 toneladas? Si lo hacemos en galpones, en maxisacos, la calidad se echa a perder… Es una preocupación del Comité estar preparados. En la variedad Barcelona y polinizantes, Ferrero no premia con un 16% extra respecto del precio internacional como sí hace con Giffoni. Ahí se va a abrir un tema. El año pasado exportadoras de nueces hicieron envíos de Barcelona con cáscara, con retorno neto a productor muy similares a los obtenidos con AgriChile. Eso parece muy interesante.

¿Cómo abrir mercados?, se pregunta el presidente del Comité. “Con fruta de muy buena calidad –propone–. Y tenemos una oportunidad, a través del Comité, de poder sumar todos”.