El 30% de la producción peruana de palta Hass de las zonas altoandinas estaría en riesgo por la sequía
En especial, la fruta en la zona del centro del país que se encuentra en la fase de engorde no estaría recibiendo la dotación hídrica requerida, advierte Prohass.
El reciente crecimiento de la oferta peruana de palta ha sido posible en parte porque se han incorporado agricultores de las zonas altoandinas del país, algo distinto a lo que ocurre con las uvas de mesa y arándanos concentrados en la costa. Lamentablemente, estas producciones, sobre todo, en la sierra central, estarían recibiendo menor dotación de agua debido a una sequía que pone en riego el resultado para la campaña del 2023.
Juan Carlos Paredes, presidente de Prohass, explica que existe preocupación por la producción en estas zonas que representan el 30% de la oferta exportadora peruana, porque se trata de sistemas de producción que no están recibiendo agua de lluvia y tampoco cuentan para el abastecimiento de represas o reservorios de agua que garanticen mínimamente el riego en lo que dure la escasez.
Por ejemplo, dice que en Ayacucho ya se percibe como negativo la falta de agua debido a que están en la época de engorde de fruta. “Existe el riesgo de que si la fruta no recibe el agua suficiente pueda quedar un poco chica. No podría comentarte cuál es la dimensión o el tamaño del problema, pero existe ese riesgo, sobre todo en las zonas andinas”, apunta.
Incluso para la costa, señala que esto puede ser un problema, pues las reservas de las represas en el norte y sur del país están por debajo de los promedios históricos.
“No perdemos la esperanza, sin embargo, que esto cambie. No creo que sea un año con mucha lluvia, pero ojalá que por lo menos permita salvar la campaña”, indica tras señalar que se espera que en las próximas semanas o en enero se presenten las nubes y comiencen las lluvias.
El incremento de hectáreas en zonas altoandinas ha sido constante en los últimos años. La primera región de la sierra central con mayor producción es justamente Ayacucho que incrementó su superficie en 288% entre 2018 y 2022, al pasar de 591 hectáreas hasta las 2.296 al día de hoy, según Prohass.
Otra zona de la sierra central con un gran crecimiento es Huancavelica que pasó de 339 hectáreas hace cuatro años a 1.793 en la actualidad, lo que significa un alza de 429%.