Durmiendo con el enemigo
Al ser una plaga cuarentenaria, cualquier caja de uva exportada no puede llevar ningún chanchito blanco en su interior. Solo basta que aparezca un ejemplar para que todo el lote sufra un rechazo. En esta entrevista la experta Karina Buzzetti, analiza las características de la plaga y sus estrategias de control.
Pueden parecer inofensivos, pero no lo son. Sus daños causan importantes pérdidas a la exportación de uva de mesa. Y es que el chanchito blanco a medida que se va alimentando de las vides va transmitiendo un virus que es capaz de debilitar a las plantas. Sin embargo, eso no es todo, ya que es capaz de producir una sustancia azucarada que es el alimento perfecto y preferido de algunos hongos. Pero esos daños ‘no son nada’ comparados a los rechazos de frutas en las diferentes inspecciones, dado que su ausencia en fruta corresponde a un requisito fitosanitario para la exportación de uva de mesa hacia destinos como Asia, México, Colombia, Bolivia, Nueva Zelanda y Panamá.
“Se citan al menos tres especies en uva de mesa, pero en total son al menos cinco las de importancia en frutales concentradas en dos géneros: Pseudococcus y Planococcus”, explica Karina Buzzetti, directora de investigación de Consultora Agri Development Ltda.
– ¿Es una plaga complicada de identificar morfológicamente?
– Sí, ya que sólo cuando trabajas sobre adultos intactos, no estresados y con todas sus setas completas puedes identificarlos por sus características macroscópicas como el largo de las setas, número y ubicación de las mismas o color de la secreción ostiolaro del cuerpo, sin necesidad de usar herramientas más complejas de la taxonomía tradicional, pero por lo general lo que se detectan son huevos o ninfas, donde no puedes recurrir a esta técnica. De igual manera, si encuentras adultos lastimados, incompletos o sin la cubierta cerosa perderás datos importantes que no te permiten tener una orientación sobre su identidad, requiriéndose por lo general una observación especializada vía preparación taxonómica.
– ¿Con qué técnicas se trabaja hoy en día para su identificación?
– Principalmente se utiliza la taxonomía tradicional en base a claves, no obstante han existido grandes avances en la identificación con ayuda de técnicas moleculares como el PCR en tiempo real. Sobre la implementación de esta última técnica, el nivel de certeza en la identificación es mayor, por lo que se persigue implementarla no sólo en las inspecciones cuarentenarias, sino también en muestras de huertos con el fin de obtener el dato de la identidad de plaga presente con mayor seguridad y rapidez.
– ¿Cuáles son las condiciones ideales para que la plaga esté presente?
– Es un insecto que rehúye de la luz, por lo cual huertos sombríos permiten una rápida propagación de esta plaga, ya que facilitan su migración de un punto a otro y disminuye la mortalidad natural de ninfas por deshidratación. De igual manera, racimos apretados o cercanos a la madera poseen mayor riesgo de infestación por la plaga. Un huerto enmalezado o envejecido permite refugios naturales que a su vez limitan la eficiencia de los controles realizados en la temporada.
– ¿Es una plaga que se dispersa muy fácilmente?
– El insecto en sí posee una movilidad limitada, ya que si bien ninfas y adultos tienen capacidad de desplazamiento esto ocurre más bien de forma limitada, dentro de una planta o en plantas colindantes que se topan, favoreciendo la infestación local dentro de los períodos migratorios del insecto. Otro tipo de dispersión ocurre más bien por la acción del hombre, al mover material infestado de un sector del huerto a otro.
RECHAZO TOTAL, EL PEOR DE LOS MALES
– ¿Cuáles son los principales daños que causa?
Si bien ninfas y hembras adultas se alimentan de la planta y sus frutos, el principal daño que se ocasiona con su presencia es el rechazo cuarentenario, seguido lejanamente por daños cosméticosen la fruta o fisiológicos en la planta.
– ¿Cuán importante es el monitoreo para determinar su presencia?
– El monitoreo constante es necesario tanto para determinar su presencia como para obtener datos relevantes de su comportamiento y biología, herramientas fundamentales para implementar un buen programa de manejo.
– ¿Cómo se hace ese monitoreo hoy y qué aspectos se podrían mejorar para hacer que ese monitoreo sea más efectivo?
– Existen distintos enfoques del monitoreo. Cuando ya se tiene certeza de su presencia en el huerto, algunas empresas que prestan este servicio trabajan con estaciones de monitoreo, utilizando plantas indicadoras sobre las cuales se realiza el seguimiento de los estados dominantes y su ubicación durante distintos períodos. Otros utilizan un recorrido al azar dentro del huerto en el cual se verifica el nivel de infestación de brotes y frutos, entregándose alertas al agricultor cada vez que se determina el riesgo de infestación de frutos. El uso de trampas de feromonas podría apoyar el monitoreo, ya sea para determinar presencia o para seguimiento de la biología, aunque aún se debe conocer si esta herramienta es compatible de implementar en aquellos casos donde convivan simultáneamente más de una especie de Pseudocóccido.
– ¿Cómo se está controlando hoy?
– En agricultura convencional, el control fundamentalmente se hace con herramientas químicas, basado en un programa de insecticidas y algunos controles culturales como la eliminación de racimos que se encuentren adheridos a la madera. Otras medidas culturales que se deben tener en cuenta son la ventilación del huerto, asociada a la apertura de ventanas de luz, desmalezado y eliminación de bayas en racimos muy apretados.
– ¿Cuál sería la estrategia correcta para el control de la plaga?
– La estrategia ideal se basa en el conocimiento de la biología de la o las especies presentes, para escoger en base a ello el posicionamiento de las aplicaciones de insecticidas. Sin ese dato se realizan aplicaciones por calendario, por ejemplo, de productos de contacto en períodos donde la plaga no está expuesta a ellas, o bien, se utilizan insecticidas reguladores de crecimiento cuando el estado dominante es el adulto. En ambos casos, aún ante el uso de buenas alternativas de manejo químico, el resultado será malo.
– ¿Es posible hacer un manejo integral?
– La condición de plaga cuarentenaria genera un menor atractivo para poder utilizar un manejo integral. Sin embargo, la constante dificultad de manejo, así como las restricciones desde el punto de vista de las tolerancias ha llevado a avances en este tema. Para mí es posible realizar un manejo integral no sólo utilizando productos selectivos y herramientas de manejo cultural, sino también buscando disminuir el número de aplicaciones químicas al posicionar ciertas herramientas donde además son útiles para otras plagas presentes en el huerto.
USO DE FEROMONAS, LA ALTERNATIVA
– La restricción del uso de químicos podría abrir el uso, por ejemplo, de feromonas, ¿lo ves factible?
– Si bien todo dependerá de la relación costo-beneficio para el agricultor, es factible su uso, en especial en aquellos casos donde la infestación esté generada por una sola especie de chanchito blanco, e idealmente en un huerto joven sin otros frutales colindantes, pues disminuye el riesgo de infestaciones cruzadas.
– ¿Cuáles podrían ser los beneficios de las feromonas?
– La selectividad, asociada al bajo o nulo impacto sobre la población de enemigos naturales de esta u otras plagas, así como la no generación de residuos que deban ser sometidos a regulaciones de tolerancias. También y no menos importante, está el menor riesgo toxicológico para el usuario y el ambiente cuando se le compara con algunas de las alternativas insecticidas convencionalmente utilizados.
– ¿Se pueden usar tanto para monitoreo y control?
– Los trabajos realizados en Chile por la Dra. Zaviezo y su equipo muestran una evidencia sólida de que ambos usos son factibles, tal y como ha sido demostrado para algunas especies en EE UU. Ante esta evidencia, esta herramienta sería útil para mejorar la eficiencia de un programa de manejo integrado, ya que permitiría al agricultor contar -vía monitoreo- con datos relevantes del comportamiento del ‘peak’ de machos, asociados al ‘peak’ de hembras adultas; mientras que, por otro lado, se podría utilizar como herramienta de manejo de las poblaciones disminuyendo el nivel de población.
– ¿Le ves futuro a esta técnica?
– Si bien falta afinar varios detalles, como técnica de control le veo un buen futuro, favorecido por la constante presión que se ejerce en los mercados de destino sobre la disminución del uso de pesticidas de mayor toxicidad sumado a la búsqueda de la disminución del número de residuos detectados en la fruta. A su vez, resulta compatible con las regulaciones locales que actualmente interfieren en el ejercicio agrícola, como por ejemplo las normativas que regulan aplicaciones de fitosanitarios en zonas colindantes con poblados.