Disminuir el estrés térmico y reducir la producción de frutos con anomalías: claves para la construcción de fruta de calidad
El impacto de las altas temperaturas estivales durante el crecimiento de los cerezos ha sido determinante en las malformaciones de los frutos de la temporada siguiente. Un estudio del Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF) dio cuenta de ello y cuantificó los daños de acuerdo a cada variedad, planteando además la necesidad de desarrollar tecnologías novedosas. Eso es precisamente lo que se persigue con un segundo estudio, apoyado por el FIA a través del Gobierno Regional de O´Higgins, que propone el desarrollo y validación de un protector solar que, en una primera campaña de testeo ha demostrado ser eficiente.
Por Rodrigo Pizarro Yáñez
Tras la cosecha, y ya en verano comienza una carrera de cara a la siguiente temporada, que estará marcada por un reposo que permite la supervivencia de los árboles durante los meses de invierno. Pero el desarrollo de la yema floral se juega en pleno verano y, muchas veces, con altas temperaturas, que tendrán un efecto negativo en promoviendo el desarrollo de un porcentaje de frutos malformados, en algunos casos más altos, dependiendo de la variedad.
El estudio de la biología reproductiva del cerezo con énfasis en las primeras etapas de desarrollo de la yema floral, que ocurre en verano, fue el objetivo de un proyecto realizado por el Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF) de la Región de O´Higgins. Los estudios que realizaron en terreno revelaron una problemática que, si bien no es nueva, reviste de importancia para la industria de la cereza: los frutos dobles, con ‘hijos’ o ‘espolón’ y con ‘sutura profunda’. Los frutos con “sutura profunda” muestran una especie de “surco” bien marcado que restringe el ingreso de los productos desinfectantes y promueve el crecimiento de bacterias y hongos que los hacen inviables comercialmente.
“Si bien la problemática es conocida, podría acentuarse en un futuro próximo considerando un escenario de cambio climático que afectará a la zona centro”, sostiene el Dr. Rubén Almada, investigador del CEAF. Las causas de estos defectos hay que buscarlas en las altas temperaturas a las que están expuestos los árboles durante el verano, cuando se produce la organogénesis de las yemas florales.
“La primera fase del desarrollo productivo de los cerezos comprende la inducción y la organogénesis floral las que son fundamental para la generación de yemas florales funcionales, la construcción de la calidad de la fruta y la productividad de los huertos, sostiene el Dr. Rubén Almada, líder del grupo de Genómica del CEAF, sobre un trabajo que se inicia casi un año antes de la cosecha, donde todo manejo agronómico juega un rol fundamental.
En el trabajo realizado por investigadores del CEAF se demostró que, si las yemas florales están expuestas a altas temperaturas (estrés térmico) durante el periodo de inducción y organogénesis floral, se generarán frutos dobles.
Se trata de un tema no menor porque tiene un impacto en la calidad de la fruta del año siguiente. Así, la idea era determinar qué porcentaje de fruta tenía malformaciones, porque para nuestro conocimiento hasta ahora no se había hecho una cuantificación del problema en los huertos. “Encontramos cerca de un 15% de frutos dobles y también con sutura, especialmente en variedades como Santina y Royal Rainier, pero con Lapins y Bing, la incidencia del problema llegaba al 30%. Incluso conversando con un productor de la región de O’Higgins, que cultiva la variedad Tulare, nos contó que un 50% de la fruta tenía el problema mencionado en años con alta incidencia”, apunta el Dr. Almada. La diferencia en la incidencia de “frutos dobles” entre variedades sugiere que existe un componente genético aunque aún las bases moleculares aún no han sido establecidas.
El problema está desencadenado por las altas temperaturas durante el desarrollo de la yema floral en verano. De hecho, en una investigación realizada en Japón, expusieron plantas de cerezo en maceta a temperaturas sobre los 30°C, con una variedad local llamada Shatonishiki, encontrando que a altas temperaturas se induce el problema. “Nosotros lo comprobamos en Chile cuando encerramos plantas de la variedad Bing en una cámara que se llama ‘Open Top Chamber’, donde la temperatura era mayor en unos 4°C a la temperatura ambiente”, cuenta el especialista. Tras ello, y ya en invierno, analizaron las yemas florales y comprobaron que eran multipistiladas y durante el antes y después de la ruptura de las yemas, encontraron que había una serie de malformaciones de los órganos florales, como, por ejemplo, pistilos múltiples, que son los que ocasionarán los frutos dobles y también anteras que se transforman en otros órganos. “Se pierde la definición de cada uno de los verticilos de la flor: sépalos, pétalos, anteras y pistilos. Por ello, aparecen anteras con forma de pétalo o anteras que se transforman en pistilos”, precisa, sobre un tema que además afectaría la calidad del polen y la caída de los pistilos, que se traducirá en problemas de cuaja y de productividad.
Los trabajos han demostrado que en las regiones Metropolitana y O’Higgins hay una mayor incidencia del problema que, por ejemplo en la Región del Maule. Sin embargo, las anomalías también se han presentado más al sur. “Agricultores de la zona sur ya nos han comentado que han visto el problema. No es raro que en un escenario de altas temperaturas este vaya avanzando hacia mayores latitudes”, advierte el investigador del CEAF.
EN DESTINO
“Productores nos comentaban que en parte de la fruta cosechada no se veía una sutura profunda aparente ya que la epidermis del fruto crecía sobre el “surco”. Sin embargo, cuando la fruta llegaba al mercado de destino, se había degradado epidermis y se manifestaba la deformación y eso es algo que, evidentemente, impacta en la calidad de la fruta”, explica el Dr. Almada.
DESARROLLO Y VALIDACIÓN DE UN PROTECTOR SOLAR
Ante ese escenario y buscando potenciales soluciones, surgió la idea de desarrollar y validar un protector solar novedoso, con componentes activos que buscan reducir el estrés térmico causado por altas temperaturas y regular el proceso de desarrollo floral, a través de un proyecto FIA (FIA PYT 2021-0543) denominado ‘Desarrollo y validación de un protector solar novedoso con componentes activos para disminuir el estrés térmico por calor en yemas florales y reducir la producción de frutos “dobles y/o con sutura profunda” en huertos de cerezo dulce (Prunus avium L.)’.
Si bien en el mercado hay protectores solares, más del 80% están hechos a base de caolín, “el protector solar CEAF es novedoso porque contiene moléculas que buscan no solo disminuir el estrés térmico causado por las altas temperaturas, sino que también, y en cierta medida, tratar de modular el proceso de desarrollo productivo”, explica el Dr. Almada.
El proyecto como tal inició en octubre de 2021 y en enero de este año hicieron las primeras aplicaciones en huertos de la región con las variedades Lapins y Santina. “Ya hemos medido algunos parámetros fisiológicos en las plantas, como el potencial hídrico y de conductancia estomática y tiene un impacto positivo sobre el estatus hídrico de la planta”, explica el investigador del CEAF. Asimismo, han recolectado yemas durante la formación para ver cómo andan las reservas de almidón y proteínas. Además, una ves que florezcan las plantas esta temporada, esperan hacer un análisis de la calidad de las flores y, posteriormente de la fruta.
El proyecto incluye cuatro formulados, que están siendo comparados con el caolín. Ya lo hicieron en la temporada recién pasada y lo harán en la próxima también. “Hemos visto que los potenciales hídricos foliares se tornan menos negativos. Lo medimos en un huerto que estaba algo estresado hídricamente y las formulaciones anduvieron mejor que el caolín”, subraya, sobre un testeo que se realizará en cuatro huertos, abarcando un número mayor de plantas.
El objetivo del proyecto “es generar un producto que sea competitivo, novedoso y comercializable “, precisa. Cuando ocurra la cosecha, se verá en una primera instancia la incidencia de frutos mal formados, ya sea de frutos dobles o de sutura profunda. “Este año no fue particularmente caluroso, pero sí fue más cálido que el verano 2021. Podemos esperar que haya cierta incidencia de malformación en aquellos árboles que no fueron tratados”, precisa el especialista.
Si los resultados tras los ensayos son positivos se espera proteger la invención y probablemente licenciar el producto para su producción y comercialización.
Así, los productores contarán con una nueva alternativa para proteger sus árboles. Hoy por hoy, muchos productores está usando caolín, pero los profesionales del CEAF han visto que lo aplican a diferentes concentraciones, por ej. 1,8% porque a los productores no les gusta que los árboles queden “blancos” hasta al 5%, tampoco se consideran los estadios del desarrollo donde la yemas florales son más sensibles al estrés térmico por altas temperaturas y que podrían hacer más eficiente y sustentable el uso de los protectores solares”.
10% Aproximadamente es lo que representan los frutos dobles y con sutura profunda. Muchos de ellos no se cosechan y quedan en los árboles. Algunos productores ralean los frutos dobles incrementando la mano de obra necesaria para el manejo agronómico del huerto.