Demostraciones validan a México como productor de maíz sin glifosato
Después de cuatro años de la producción de maíz sin el uso del glifosato, investigadores demostraron que el cultivo del grano se mantiene sin alteraciones tras la reducción en las importaciones del herbicida.
Investigadores del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) y del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) demostraron la viabilidad de la producción de maíz a gran escala sin el uso del glifosato.
En 2020 la publicación de un decreto presidencial limitó las importaciones del uso glifosato. La estrategia está orientada hacia la prohibición por considerarlo un producto que representa un riesgo para el ambiente y la salud.
Tras la reducción en las importaciones, en México hay 24.000 hectáreas de 22 estados libres del agroquímico. En estas regiones productivas, los cultivos no presentan ninguna alteración, ni pérdidas en la productividad de alimentos.
Se trata de la implementación del proyecto “Transición agroecológica. La estrategia busca la producción de maíz a gran escala libre de agrotóxicos. El objetivo es ampliar la escala de transición agroecológica en 14 regiones agrícolas del país.
El proyecto se enfoca en productores de mediana y gran escala. La Secretaría de Agricultura seleccionó las regiones con base en el proceso de transición impulsado con el programa Producción para el Bienestar de apoyo al campo.
La investigación arrojó que el 64 por ciento de los suelos presentaban deterioro químico, físico y biológico. A ello se sumó la pérdida de nutrientes que conlleva a la pérdida en la producción y altos costos de producción en suelos improductivos y estériles.
Así, durante cuatro años de llevar a cabo prácticas agroecológicas se han conseguido mejoras. Entre estas, la calidad de los suelos; recuperación de fertilidad y el incremento en el rendimiento del cultivo. Además, una mejor calidad del grano; rentabilidad y resiliencia de la planta y la biodiversidad del suelo.
La transición hacia modelos de producción agrícola busca integrar las dimensiones de justicia, salud y sustentabilidad.