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Alternativas para el desarrollo hacia el sur

Cuáles son las variedades de palto más resistentes al frío

El tema del agua se ha convertido en una espina clavada en la palta chilena, que comienza a explorar nuevas zonas productivas hacia sectores del sur donde existen condiciones favorables. Las proyecciones del cambio climático indican que  alrededor del 2050 esas condiciones podrían extenderse hasta la región de la Araucanía, sin perjuicio de otros microclimas. Hoy, el especialista Francisco Gardiazabal analiza las opciones más favorables para este avance territorial.

18 de Abril 2022 Equipo Redagrícola
Cuáles son las variedades de palto más resistentes al frío

Francisco Fabres

La zona donde se concentra la producción de palta en Chile –entre los ríos Elqui, en la región de Coquimbo, y el Cachapoal, en la de O’Higgins– vive una situación cada vez más preocupante debida al cambio climático. La fuerte sequía ha derivado en escasez de agua desde el río Aconcagua hacia el norte. El Mapocho, el Maipo y el Cachapoal se han visto menos impactados, aunque los dos primeros presentan altos niveles de salinidad.

Lo anterior, sumado a la atractiva rentabilidad de este frutal, ha llevado a explorar zonas productivas de mayor oferta hídrica hacia el sur. Francisco Gardiazabal, socio en GAMA, empresa de asesorías en I+D en paltos y cítricos, menciona que en la provincia de Colchagua ya hay huertos en producción con superficies importantes, que superan las 200 hectáreas. En la 7ª región también existen iniciativas en las cuencas del Mataquito y del Maule, y en la zona de Chanco. Pero la búsqueda no se detiene ahí, el especialista da cuenta de plantaciones de Hass interesantes incluso en laderas que dan al lago Llanquihue, región de Los Lagos.

De hecho, el Dr. Fernando Santibáñez, profesor de la Universidad de Chile especialista en bioclimatología, sistemas y modelos ambientales, plantea que las proyecciones del cambio climático al año 2050 extienden la aptitud para la producción de paltos hasta la región de la Araucanía. “Esta es una de las pocas especies de la fruticultura chilena, junto con los cítricos, que podrán verse favorecidos por el cambio climático en la medida que se les asegure la disponibilidad de agua”, afirma.

PRINCIPIOS A CONSIDERAR EN LA ADAPTABILIDAD DEL PALTO AL CLIMA SUREÑO

Si bien al moverse hacia el sur la disponibilidad de agua aumenta, en contrapartida se presenta la desventaja de una mayor frecuencia temperaturas bajas, durante periodos más prolongados o más avanzada la primavera. Entonces, las pesquisas apuntan a lugares con microclimas benéficos, por una parte, y por otra se debe tener en cuenta el comportamiento de las distintas variedades ante el frío como un factor al seleccionarlas.

Existen tres razas de palto, asociadas a las zonas donde se sitúa su origen, explica Francisco Gardiazabal: antillana, guatemalteca y mexicana. La primera tiene la menor tolerancia al frío; la segunda presenta una condición intermedia, y la tercera es la más resistente. Respecto de la salinidad, la situación es exactamente inversa. La raza antillana resulta de poco interés para Chile, excepto como portainjerto.

Las variedades de la raza mexicana son tempraneras: en nuestro país les toma 5 a 7 meses pasar de floración a madurez. La raza guatemalteca, en cambio, tarda 10 a 18 meses en este proceso, y probablemente un poco más dentro de nuestras fronteras: de 12 a 18 meses. Este lapso de tiempo se reduce en las áreas más calurosas.

Para analizar los efectos de la temperatura sobre la floración y cuaja, hay que tener en consideración las particulares características del palto, advierte el socio de Gama.

Su flor presenta flores masculinas y femeninas en “dicogamia protogínea”, o sea que una misma flor abre primero como femenina, cierra y vuelve a abrir en estado masculino. Además, hay variedades de palto que tienen flores tipo A y otras variedades con flores tipo B. Un árbol A abre flores en estado femenino la mañana del primer día, en la tarde las cierra, permaneciendo así hasta la tarde del segundo día, en que abre flores en estado masculino. Una variedad B abre flores en estado femenino la tarde del primer día, las cierra en la noche y al día siguiente en la mañana abre flores en estado masculino. Así, la apertura de las flores masculinas de un árbol A coincide con las femeninas de un árbol B y se produce la polinización; a la inversa, un árbol B poliniza al A (figura 1). Hass, Mexícola y Reed son variedades tipo A; Fuerte, Edranol, Bacon y Zutano, tipo B.

Figura 1. Secuencia de apertura de flores masculinas y femeninas en paltos tipo A y tipo B (a la izquierda), permitiendo la polinización (a la derecha).

Lo descrito en el párrafo anterior se cumple exactamente en diversos lugares del mundo, pero en Chile ocurren variaciones. Gardiazabal estudió el tema con varios alumnos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), que lo abordaron en sus tesis y hallaron en distintas variedades la presencia de flores de tipo masculino y de tipo femenino tanto en la mañana como en la tarde (figura 2). Esto ocurría en distintos días, o sea el día en que había flores femeninas en la mañana no había masculinas en ese horario, sino que otros días otras flores estaban en estado masculino en la mañana. La situación señalada para nuestro país no impide que los árboles del tipo A sirvan de polinizantes al tipo B, y viceversa, pues igualmente un tipo de árbol tendrá flores de tipo masculino cuando el otro las tenga de tipo femenino. En todo caso, la inclusión de ambos tipos en cada huerto, en nuestras condiciones, se considera un requisito para garantizar la polinización.

Figura 2. Floración en paltos en Quillota, tipo de flor según variedad.

TEMPERATURAS ÓPTIMAS Y RANGOS APROPIADOS PARA LA FLORACIÓN Y LA CUAJA

Las temperaturas más adecuadas para las variedades tipo A –detalla el especialista de Gama– van de 18 a 33ºC en el día y de 12 a 17ºC en la floración. La variación de temperaturas entre el día con 20°C o más, seguido de noches con 10°C o más y otro, por ejemplo, con 30º y 15º, favorece la floración y la cuaja en las variedades tipo A. En las variedades tipo B lo óptimo se sitúa en 25ºC diurnos y 20ºC nocturnos o 25º en el día seguidos de 10ºC en la noche.

De acuerdo a Fernando Santibáñez, temperaturas sobre 30°C en floración y sobre 33ºC son indeseables durante el desarrollo de los frutos, ya que los paltos cierran los estomas desde que se produce este aumento de temperatura y hasta el día siguiente. Si hay muchos días seguidos con temperaturas sobre 33°C se produce aborto de frutos. Por otra parte, la humedad relativa más adecuada es mayor a 60%. Un ambiente seco, con humedad relativa bajo 30% en floración puede crear problemas de cuaja y caída de frutos. Esto ha hecho fracasar proyectos en precordillera sometidos a vientos desecantes, especifica el académico de la Universidad de Chile.

Las temperaturas óptimas para el palto no son lo común en la zona productiva nacional. Por ejemplo, señala Gardiazabal, en los sectores costeros las temperaturas nocturnas pueden bajar mucho en la noche y retardar el crecimiento del tubo polínico, de modo que cuando llega al óvulo este ya está degenerado y no logra fecundarlo. La probabilidad de que ocurra el fenómeno descrito no necesariamente aumenta hacia el sur, la fuerte variación de temperaturas está dada más bien entre el litoral y el interior. Por ejemplo, de Viña del Mar a La Serena (400 kilómetros aproximadamente) la variación es de 1°C; de Viña del Mar a Los Andes (90 Km) la variación aumenta considerablemente más.

“Muchas veces nos encontramos con que hemos tenido una linda floración y la cuaja no alcanza a lo que esperábamos –plantea el socio de GAMA. En palto Fuerte, por ejemplo, suele verse gran cantidad de paltines que corresponden a frutas con una semilla rudimentaria o sin semilla, vale decir que la polinización se realizó, pero la fecundación fracasó, a menudo por las bajas de temperatura. También esto puede ocurrir con excesos de temperatura”, explica el especialista y puntualiza valores de referencia importantes:

-Temperaturas menores a 15ºC o mayores a 33ºC por media hora o más pueden reducir la viabilidad del polen.

-Temperaturas bajo 10ºC por media hora o más disminuyen la germinación del polen y el crecimiento del tubo polínico.

-Con temperaturas diurnas de 12 a 17ºC solo un pequeño porcentaje de flores abre al estado femenino: cuando se dice que se requieren más de 20ºC para una buena polinización, se debe principalmente a esto. Una flor que solamente se abre en estado masculino nunca llegará a ser un fruto. Ello ocurre sobre todo en las cercanías de la costa.

Figura 3. Como se aprecia en los resultados de una evaluación efectuada por la PUCV, es normal que una parte de las flores no abra al estado femenino y no llegue a ser fruto. Con temperaturas de 12 a 17º esta proporción aumenta.

-Temperaturas diurnas mayores a 28ºC aceleran la abscisión de las yemas florales y de las flores antes de la antesis, o sea caen las flores cerradas (antes de abrir).

-Con bajas temperaturas en floración decrece la viabilidad del óvulo y, como se señaló, el periodo de crecimiento del tubo polínico demora más tiempo.

-Temperaturas diurnas entre 20 y 25ºC dan una mayor cuaja por mayor traslape de sexos.

Se está estudiando en qué medida los valores en distintos sectores sureños difieren de los señalados, pero en general los paltos en el Sur florecerán más tarde que en la zona central (posiblemente 1 a 2 meses después) y en esa época tendrán buenas temperaturas de floración y para cuaja.

Las temperaturas que se necesitan en la floración son muy importantes para tomar una decisión de plantar o no plantar palto. Francisco Gardiazabal comenta que, en el caso de Hass, a medida que uno se va más hacia el sur o que los climas son más fríos, hay un retraso muy importante en la floración. Por ejemplo, en la zona de Chanco (región del Maule) la floración de Hass prácticamente parte a fines de noviembre o diciembre y termina en enero, mientras en Quillota va desde septiembre a comienzos de noviembre.

Igualmente se producen variaciones en la época de cosecha. En Llanquihue se ha observado frutas de la variedad Hass aptas para ser consumidas en el mes de febrero. Podría ser muy interesante para un mercado tardío.

En las zonas más frescas de producción en Australia hay a lo menos un mes de desplazamiento de todos los eventos fenológicos.

IMPACTO DE LAS HELADAS, FORMAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL

Otro aspecto muy importante son las heladas. En invierno pueden dañar las yemas y provocar la muerte de las flores en su interior (fotos 1 y 2).

Fotos 1 y 2. Las yemas de la izquierda en la foto 1 están dañadas por efecto de una helada, mientras a la derecha en la misma imagen se aprecia una yema de color verde que sobrevivió y está brotando. Al cortar las yemas dañadas (foto 2) se observan en su interior las flores muertas; esa rama solo originará brotes sin frutos.

La foto 3 permite comparar el daño de una helada de invierno en sectores afectados versus sectores más protegidos de un mismo predio en palto Hass. Los árboles en la parte superior del cerro se notan de un color amarillento porque están llenos de flores; a continuación hacia abajo se observa una franja de paltos cuyo color verde refleja la falta de flores; finalmente, en primer plano, se ven árboles que perdieron todas sus hojas, flores y frutos por la helada: su siguiente producción no será antes de dos años. A veces ocurre también la muerte de la variedad, sobreviviendo el portainjerto.

Foto 3. Impacto diferenciado de heladas en un mismo predio.

La mejor forma de protección contra heladas es pasiva: ubicar el huerto en un lugar donde su ocurrencia sea nula o mínima. También resulta válido sectorizar a nivel predial, situando los paltos en las áreas más protegidas, como podría ser la parte alta de laderas, y utilizar los sectores problemáticos con otras especies.

Además, existen formas de mitigación, como la utilización de aspersores de agua sobre el follaje, en que la congelación cumple un rol protector y que han demostrado su eficacia en el sur. Asimismo, es posible el uso de estufas y ventiladores. Los helicópteros resultan caros, ya que protegen un área muy reducida.

RESISTENCIA AL FRÍO DE LAS VARIEDADES

En la foto 4 aparecen paltos Hass a ambos lados de Bacon. Resulta visible la mayor resistencia de esta última variedad al frío, pues no solo se encuentra con su follaje intacto, sino que está floreciendo.

Foto 4. Tolerancia y susceptibilidad a heladas. Al centro, palto Bacon que resistió una helada e incluso está floreciendo, mientras a sus costados árboles Hass muestran severos daños.

El cuadro 1 agrupa variedades utilizadas en Chile en orden de susceptibilidad al frío. A continuación se sintetizan sus principales características relacionadas con las temperaturas.

Fuerte: tolerante al frío (-2,7ºC por media hora). Estados fenológicos en la zona central: madurez de cosecha julio a noviembre; floración septiembre a fines de octubre. Genera muchos paltines cuando hay problemas de frío, especialmente en las noches.

Edranol: tolerante al frío (hasta -3,3ºC por media hora). Estados fenológicos en la zona central: madurez de cosecha agosto a noviembre; floración septiembre a inicios de noviembre.

Foto 5. Edranol afectada por una temperatura bajo -3,3ºC. La fruta se ve aparentemente bien, pero no lo está, ya que los pedúnculos se encuentran quemados.

Bacon: muy tolerante al frío (hasta -4,4ºC por media hora), probablemente la variedad de mejor comportamiento en este aspecto. Estados fenológicos en la zona central: madurez de cosecha julio a noviembre; floración septiembre a inicios de noviembre.

Zutano: tolerante al frío (hasta -3,3ºC por media hora). Estados fenológicos en la zona central: madurez de cosecha julio a septiembre; floración septiembre a inicios de noviembre.

Ettinger: tolerante al frío (hasta -3ºC, estimado). Estados fenológicos en la zona central: madurez de cosecha julio a septiembre; floración septiembre a inicios de noviembre.

Negra de la cruz: muy tolerante al frío (hasta -4,4ºC por media hora). Estados fenológicos en la zona central: madurez de cosecha abril a junio; floración agosto a octubre.

Mexicola: se utiliza principalmente como portainjerto, para viveros. Resistente al frío entre otras razones porque la cosecha es muy temprana, antes de las heladas. Estados fenológicos en la zona central: madurez de cosecha marzo a mayo; floración agosto a octubre.

Reed: sensible al frío, similar a Hass (hasta -1,1ºC por media hora). Estados fenológicos en la zona central: madurez de cosecha fines de enero a marzo; floración de fines de octubre a inicios de diciembre.

Con las variedades que son resistentes al frío, el clima en cuanto a la floración no es tan exigente como en el caso de Hass. “Cuando Hass fracasa en alguna zona, no solo por heladas sino por condición climática de productividad –como muy bajas o muy altas temperaturas en cuaja–, Bacon, Zutano y Edranol (con un polinizante adecuado) son mejores productoras”, afirma Francisco Gardiazabal.

Respecto de portainjertos, el experto indica: “Mexicola ha demostrado ser un muy buen portainjerto. Si yo tuviera que trabajar en la zona sur donde no hay problemas de salinidad en las aguas, recomendaría perfectamente trabajar con él. También se puede utilizar Zutano, no hay muchas diferencias entre ambos: cualquiera de los dos”.

Cuadro 1. Resistencia al frío de distintas variedades de palto.

OTRAS INFLUENCIAS CLIMÁTICAS

El clima puede influir en la forma de la fruta. Por ejemplo, en la variedad Fuerte de una zona calurosa la palta tenderá a una forma alargada, mientras en un área más fresca (costera), asumirá un aspecto redondeado (fotos 6 y 7). Lo mismo ocurre en Hass.

Fotos 6 y 7. Se aprecian diferencias en la forma de los frutos de la variedad Fuerte producidos en climas más cálidos (6) o más costeros (7).

El viento no afecta mucho la productividad del palto, incluso un ensayo en California mostró altos rendimientos en zonas muy ventosas. El fenómeno se explicaría porque el viento al mover las hojas modifica el microclima interno del árbol generando mayor fotosíntesis. No obstante, el viento puede provocar mayor porcentaje de descarte por efectos como el russet o alteración rugosa en piel de la fruta, sin llegar a ser un problema relevante.

LOS SUELOS: OTRO ASPECTO A CONSIDERAR

No solamente el clima se comporta de manera diferente hacia el sur, también los suelos son distintos.

Experiencias que se ubican en sectores de cerro cercanos a los ríos Mataquito y Maule –testimonia Gardiazabal–, han verificado que los terrenos resultan más fáciles de trabajar en comparación a lo que se aprecia, por ejemplo, en el valle de Aconcagua. Los suelos en general son arcillosos, lo que suele ser inconveniente para este frutal, sin embargo, tienen gran cantidad de macro y microporos, característica favorable para evitar la asfixia radicular, ante la cual el palto presenta marcada sensibilidad. Además, se encuentran suelos pizarrosos, muy metamorfoseados, con pizarras frágiles que se rompen fácilmente y que asimismo cuentan con gran cantidad de poros. La elección del suelo es un aspecto fundamental en el éxito de un huerto de palto debido al problema citado de falta de oxígeno, que se asocia a excesos de humedad y no hay portainjertos de paltos resistentes a la asfixia radicular. Por lo tanto, suelos livianos de buen drenaje resultarán más adecuados, en tanto que altos contenidos de arcilla, poca porosidad o suelos delgados con capas impermeables que dificulten el escurrimiento en profundidad, serán limitantes.

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