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Cuaja y calibre, dos puntales para hacer de los cítricos un buen negocio

Sumar kilos con el tamaño de fruta que el mercado prefiere no es todo, pero sí es una base sólida en el éxito de la citricultura. El asesor internacional Francisco Mena desglosa las principales variables de manejo a considerar con el fin de obtener ambos objetivos: floración de calidad, ausencia de semillas, riego, nutrición, poda, uso de fitohormonas y reguladores de crecimiento.

17 de Marzo 2021 Equipo Redagrícola
Cuaja y calibre, dos puntales para hacer de los cítricos un buen negocio

Francisco Mena

Francisco Mena, asesor internacional, socio en GAMA, empresa de asesorías e I&D en paltos y cítricos, ingeniero agrónomo, máster en citricultura, considera que el volumen de producción es una de las variables más importantes en cítricos:

–En la medida que logramos muchos kilos –plantea–, el negocio puede defenderse mejor. Los kilos se relacionan básicamente con dos aspectos: cuaja y calibre de fruta.

A continuación se analizan los factores de mayor influencia en ambas variables.

CUAJA Y FLORACIÓN

Al contrario de lo que se podría pensar de manera intuitiva, más flores no necesariamente se traducen en más frutos. De hecho un exceso puede ser perjudicial, como se aprecia en el cuadro 1, donde un árbol con 124.000 flores da origen a menos de la mitad de frutos cosechados que un árbol con 7.500 flores. Ello se debe a que en el primer caso las flores tienen una menor calidad por tratarse de ovarios más pequeños, además de generarse una mayor competencia en las primeras etapas de cuajado y división celular del fruto. Así, cuando llega la segunda caída, provocada por efectos nutricionales, el árbol ya ha sufrido un fuerte desgaste en sus reservas y no es capaz de sostener lo producido.

Cuadro 1. Influencia de la intensidad de la floración sobre la abscisión de estructuras reproductivas (Agustí et al., 1982).

–No queremos floraciones excesivas, queremos floraciones equilibradas –aclara el especialista–, con brotes mixtos donde se combinan hojas y flores. Brotes generativos sin presencia de hojas no dan origen a una cantidad importante de frutos y cuando lo hacen tampoco son de buen tamaño. En evaluaciones en España se ha identificado que de las inflorescencias sin hojas el porcentaje de frutitos 60 días después de floración alcanza a un 3,7%, mientras un 35% de las inflorescencias con hoja tiene fruto en ese mismo plazo.

Se debe apuntar a floraciones equilibradas con brotes mixtos donde se combinan hojas y flores.
Brotes generativos con escasa presencia de hojas dan origen a pocos frutos y de pequeño tamaño.

Adicionalmente, las estructuras con hojas dan origen a flores con ovarios más grandes que las sin hojas (Guardiola et al., 1984), lo cual impacta positivamente en el tamaño de los frutos a la cosecha.

Flores con ovarios más grandes permiten llegar a frutos de mejores tamaños a la cosecha.

LA PRESENCIA DE SEMILLAS CONTRIBUYE A LA CUAJA

Los frutos con semillas tienen mejores niveles de cuajado. Sin embargo, la presencia de semillas no resulta un atributo deseable en la comercialización de mandarinas y el mercado lo castiga.

–Recibí un mail del gerente de una exportadora –ejemplifica Mena– donde estimaba que la diferencia de precio entre la W. Murcott con y sin semilla en 2020 fue de 20 centavos por kilo, en promedio. Pero, agregaba, al final de la temporada el diferencial resultó aun más marcado, porque hubo mayores volúmenes totales de fruta. Y existe una tendencia al crecimiento de los envíos chilenos en el futuro…

En consecuencia, se han buscado soluciones como la postura de mallas para aislar los árboles en floración e impedir la entrada de abejas que efectúan la polinización entre variedades compatibles. Se trata de una buena alternativa, pero es recomendable fijarse muy bien en la calidad del tejido de las mallas, pues se han visto algunas con espacios desuniformes que posibilitan el ingreso de abejas, lo cual puede dar origen a una cierta cantidad de semillas. El asesor junto a unos clientes de Paihuano está probando el uso de techos completos durante toda la temporada, pues en esa zona a veces la floración empieza cuando todavía no ha terminado la cosecha y adicionalmente la incidencia de golpe de sol es más alta.

Se está probando el uso de techos completos durante toda la temporada en zonas donde la floración empieza cuando todavía no termina la cosecha.

No obstante lo anterior, en otras especies de cítricos, las semillas sí son convenientes. Francisco Mena expone el caso del limón Messina, apireno, el cual, cuando no hay polinización cruzada no genera semilla, tiende a tener problemas para lograr altas producciones. La utilización de la variedad Fino como polinizante y abejas como agentes polinizadores ha permitido subir su productividad. Actualmente el experto considera que la mejor combinación corresponde a un 25% de polinizantes en la plantación, ubicados en todas las hileras para lograr un mejor trabajo de las abejas, como muestra la figura 1.

Figura 1. Esquema de distribución de la variedad Messina con Fino como polinizante.

LOS PRODUCTORES CON MEJOR GESTIÓN DEL RIEGO SON LOS MÁS EXITOSOS

La disponibilidad de agua constituye una clave para lograr una buena productividad en cítricos. El profesional señala que ha sido necesario revisar al alza los coeficientes de cultivo (Kc) en algunas variedades (cuadro 2). W. Murcott se comenzó a trabajar como si fuera una clementina y los calibres no eran buenos. Eso llevó a subir los Kc, con lo cual aumentó la productividad y se mejoró la curva de calibres. Actualmente, se está trabajando con sondas de capacitancia para ir evaluando los riegos y tratar de aumentar la eficiencia en el uso del agua.

Cuadro 2. Coeficientes de cultivo en cítricos como resultado de la experiencia.

Los antecedentes disponibles hasta hoy indican que el riego deficitario controlado en cítricos no es aconsejable. Ensayos realizados por investigadores del IVIA, en España, con disminuciones de 25% y 50% de la dotación de agua, muestran que cuando hay restricciones en la primera etapa de desarrollo de mandarinas (cuando se produce la división celular y cuaja de frutos), los kilos bajan fuertemente, sobre todo por caída de frutos. En las etapas 2 y 3 el estrés hídrico afecta el calibre. Ensayos similares que Gama está realizando en Chile con W. Murcott comprueban bajas importantes en la producción respecto del testigo con riego completo.

Sobre la gestión del riego, el especialista advierte:

–Los sistemas hay que diseñarlos de acuerdo a la demanda hídrica del cultivo, no a los costos. En la medida que el valor de la mano de obra nos ha ido apretando cada vez más, hemos tendido a sistemas que reponen la lámina de agua en menos tiempo. Pero técnicamente los sistemas tienen que estar pensados para reponer el riego diario en 15 a 18 horas. Por otra parte, hay que ser realistas en la cantidad de litros por segundo que tendremos por hectárea (ha). La experiencia de la sequía nos demuestra que tener muchas ha mal regadas sale mucho menos rentable que tener pocas ha con buena disponibilidad de agua. Los huertos deben ser dimensionados para garantizar el suministro necesario al cultivo que vamos a poner.

Como referencia, Mena plantea el siguiente cálculo de requerimiento de agua en W. Murcott:

Kc = 0,8

ET0 máxima demanda = 6,8 mm

Eficiencia de riego = 90% (gotero)

Requerimiento: 6,8 x 0,8 = 6,0 mm/día

0,9

Descarga del sistema = 6,0 mm en 18 horas = 8 mm en 24 horas

6,0 mm/día = 60 m3/día = 0,7 L/seg/ha

Adicionalmente, se debe llevar a cabo una mantención preventiva de los equipos, así como las cloraciones y acidificaciones frecuentes para prevenir taponamientos. La práctica constante de realizar aforos, revisar presiones, usar caudalímetros y verificar coeficientes de uniformidad es la única manera de asegurarse de que a todas las plantas esté llegando la cantidad de agua programada.

–No basta con hacer los cálculos y echar a andar la bomba. Uno no puede pedirle a un huerto que sea uniforme en su desarrollo y producción si la distribución del agua, y por ende la de los nutrientes, no es pareja. Hemos visto que los productores con una buena gestión de riego son los más exitosos.

EL NITRÓGENO ES CLAVE, PERO REQUIERE UN MANEJO PRECISO

En la caída fisiológica se produce una de las más importantes pérdidas de fruta, justo cuando los contenidos de nitrógeno (N) foliar llegan a un mínimo. Una vez que la caída cesa y quedan en la planta los frutos que esta realmente puede sostener, se observa un reinicio de la acumulación de nitrógeno (figura 2).

Figura 2. Variación de contenido de N en brotes de naranjo Washington Navel.

Al comparar distintas fuentes nítricas (sulfato de amonio, sulfato de amonio con inhibidor de nitrificación, nitrato de amonio solo o nitrato de potasio con nitrato de calcio), la mayor producción se ha logrando con sulfato de amonio más inhibidor o con nitrato de amonio. Al añadir el factor calibre, el sulfato de amonio obtiene los mejores resultados (figura 3).

Figura 3. Rendimiento y calibre en cítricos usando distintos fertilizantes nitrogenados (IVIA, 2000).

El asesor cita el caso de un campo de mandarinos en la zona de Hijuelas, región de Valparaíso, que entre 2006 y 2011 lograba un promedio anual de 31.000 kg/ha, en el cual la incoporación del inhibidor de nitrificación junto con la urea, acompañada de otras prácticas que ayudaron a mejorar productividad, permitió pasar a un promedio de 51.000 kg/ha/año a partir de 2012 (cuadro 3).

Cuadro 3. Producción de un huerto de mandarinos clementinos. Hijuelas, 2006-2015.

En general en los cítricos, constata Francisco Mena, al aumentar el N a nivel foliar, los kg aumentan y también el número de frutos. Sin embargo, el peso promedio de la fruta se reduce por efecto de la mayor competencia. Aunque la producción total se incrementa con niveles altos de N, puede haber efectos indeseables en la calidad de la fruta: más grosor de la cáscara, menos porcentaje de jugo, coloración más verde. No se han detectado efectos consistentes sobre creasing, solidos solubles (ss), acidez (a), ni en la relación ss/a; sí se ha establecido que a mayores niveles de N baja la toxicidad por sulfato y boro.

En el caso de cítricos dulces y limoneros tempranos, el profesional señala que las aplicaciones de N deben terminar en diciembre o a más tardar en enero. Fundamenta su opción en investigaciones del IVIA, donde se encontró que aplicaciones más cercanas al otoño de ácido giberélico o de nitrato en mandarinos se asociaron a una tendencia de la fruta a coloraciones más verdes. Los estudios, apunta, muestran que la clorofila se degrada más rápido cuando no hay aplicaciones tardías de giberélicos o nitrogeno, y que los carotenoides son más altos cuando no se hacen dichas aplicaciones.

EL VALOR DE LA NUTRICIÓN CARBONADA QUE SE ASOCIA A LA FOTOSÍNTESIS

Cuadro 4. Efecto de distintos tratamientos relacionados con carbohidratos, sobre la cosecha en naranjo dulce.

Por supuesto, el nitrógeno no es la única variable de nutrición, tal como se puede apreciar en los resultados de un ensayo donde se trabajó con inyecciones de sacarosa. Al usarlas, la producción por árbol aumenta respecto del testigo sin tratamiento, pero cuando hay defoliación el problema no se resuelve con estas inyecciones. En dicho ensayo, la alternativa de efectuar un anillado no produce efectos positivos en comparación al testigo (cuadro 4).

La nutrición carbonada básicamente depende de la fotosíntesis, donde la pérdida de agua posibilita mantener los estomas abiertos para poder así fijar el  CO2. Mientras mejor el riego, más tiempo permanecerán los estomas abiertos y por ende habrá más fotosíntesis. Asimismo, en la medida que los árboles se encuentren bien iluminados y tengan la mayor cantidad de follaje fotosintéticamente activo, aumentará la capacidad de aprovechar la luz, el otro gran factor de este proceso fisiológico.

LA PODA PARA MANEJAR LA ILUMINACIÓN Y COMO PRIMER RALEO

Lo recién señalado en cuanto a la luz y el follaje, lleva al tema de los sistemas de poda. Mena considera que las podas mecánicas, si bien rebajan las plantas, estas quedan cubiertas en los centros y no hay un aprovechamiento importante de esas zonas; por lo tanto, tienden a ser menos productivas. Adicionalmente, al no hacer cortes selectivos, se van dejando tocones que se transforman en nuevos chupones y que vuelven rápidamente a generar sombreamiento.

En consecuencia, prefiere trabajar con podas manuales porque posibilitan seleccionar los brotes e ir dejando espacios entre los que resultan elegidos, de modo de favorecer una buena iluminación y aprovechamiento fotosintético de la luz. Recomienda podas en las que se abre el centro, formando una “V”, se efectúan entresaques laterales por fuera, y por arriba se hacen ventanas tipo tragaluces.

Francisco Mena recomienda podas manuales en las que se abre el centro, formando una “V”, se efectúan entresaques laterales por fuera, y por arriba se hacen ventanas tipo tragaluces.

–Hacemos la poda más importante lo antes posible una vez terminada la cosecha. Pensamos en la poda como agente iluminador y también como el primer raleo de fruta. Las yemas todavía no se han diferenciado y podemos tener un impacto sobre el tamaño de los ovarios, un primer golpe a favor del calibre.

En cítricos dulces, se efectúa una segunda poda en diciembre, básicamente para remoción de chupones y mantener iluminado el centro.

–Sin embargo en limonero dejamos los chupones para que la fruta del centro, normalmente la de mejor calidad de exportación, no sufra golpe de sol ni se amarille muy rápido si el invierno es muy frío.

USO DE FITOHORMONAS: EXTRACTO DE ALGAS Y GIBERÉLICO

Las fitohormonas contribuyen a una buena cuaja. Un ensayo donde se evaluó un extracto de algas con un contenido importante de auxinas, en 3 y 4 aplicaciones al 0,3% en limoneros Messina, se tradujo en incrementos de 12 a 13% en el número de frutos, lo cual incidió en aumento de kilos de 11 a 19%, en comparación a un testigo sin aplicación (cuadro 5).

Cuadro 5. Efecto de aplicaciones de Kelpak en limonero Messina.

En el caso de las mandarinas, especialmente, debido al empleo de variedades que generan fruta sin semillas, a veces la capacidad partenocárpica de los árboles es reducida (capacidad de cuajar cuando la fruta no tiene semilla). Para suplir esa capacidad partenocárpica, se utilizan aplicaciones de ácido giberélico (GA3). La mayor parte de las clementinas responde bien a dichos tratamientos, como se observa en el cuadro 6. En el caso de las naranjas y los híbridos, en general no se aprecia efectos ante las pulverizaciones de GA3. La W. Murcott tampoco produjo mayores diferencias en ensayos efectuados en España (Agustí et al., 2005).

Cuadro 6. Efectos de las aplicaciones de ácido giberélico en variedades de clementinas.

Las aplicaciones de giberélico retrasan el patrón de caída de frutos, lo que puede tener un efecto negativo sobre el tamaño de estos. Un ensayo efectuado en Quillota mostró que si bien al usar GA3 se pasó de 1.641 a 1.715 frutos por árbol, el peso del fruto se redujo de 70,6 a 66,9 g, con lo cual los kilos por árbol se mantuvieron iguales (113 kg) debido a la redución de calibre. El efecto negativo sobre el tamaño se solucionó cuando se combinó el tratamiento de GA3 con 3,5,6 TPA.

EL CALIBRE DEPENDE DEL SUMINISTRO DE METABOLITOS Y LA CAPACIDAD DE SUMIDERO

Cuadro 7. Datos reales de liquidación a productor para W. Murcott, temporada 2020.

El cuadro 7 muestra los datos reales de una liquidación de 2020 para W. Murcott, donde se aprecia que los calibres 5 y 6 retornan del orden de la mitad y un tercio, respectivamente, en comparación a los calibres 1 a 4. En adelante, pronostica Mena, el calibre 5 va a tener restricciones tan severas como el calibre 6.

Desde luego la genética define el calibre de los cítricos: no podemos esperar mandarinas del tamaño de naranjas. Pero dentro de esos márgenes naturales, actúan otras variables.

Por una parte, el “suministro de metabolitos” corresponde a la cantidad de nutrientes, agua u hormonas que la planta entrega a sus frutos; por otra, la “capacidad de sumidero” se refiere a cuántos nutrientes, agua u hormonas pueden atraer hacia sí esos frutos.

Por ejemplo, ramillas con hojas llevan más agua, nutrientes y hormonas a las inflorescencias –suministro de metabolitos–, lo cual las hace desarrollarse mejor.

La fuerza de sumidero viene en parte definida genéticamente, pero un número excesivo de flores baja su calidad, afectando esa fuerza. Por otra parte, una gran cantidad de flores y frutos aumenta la competencia por los recursos. Todo ello afecta el tamaño de los ovarios y el crecimiento.

Una planta en buenas condiciones tendrá una mejor respuesta de absorción, movilización y síntesis de fotosintatos, aportando un mayor suministro de metabolitos, los que ante una potente fuerza de sumidero de los frutos incrementarán la velocidad de desarrollo y por ende el tamaño final de estos (figura 4).

Figura 4. Factores que determinan el tamaño del fruto.

Además de los manejos culturales de agua y fertilización, los reguladores de crecimiento son una herramienta muy útil para el aumento del calibre.

Al inicio de la etapa I se puede ocupar 2,4-D en dosis de 10 a 20 partes por millón (ppm). Aplicaciones entre 0 y 4 semanas a partir de floración generan los efectos más marcados. El uso posterior no solo es menos efectivo sino que puede inducir granulosis en variedades sensibles, como Nova. Su acción se vincula a la capacidad de sumidero de los frutos, no provoca raleo.

El especialista descarta el 2,4-D en clementinas pues, aunque incide favorablemente en el crecimiento, se asocia a una persistencia de los estilos en el fruto. Esto da origen a heridas abiertas, con riesgo de infección por hongos en postcosecha. Además, el porcentaje de jugo disminuye y la piel se torna más rugosa. En cambio en naranjas la persistencia del estilo cierra el ombligo, ayudando a incrementar el porcentaje de embalaje y a evitar el ingreso de plagas como chanchito blanco y el ácaro Brevipalpus chilensis.

El 2,4-D da buen resultado en aplicaciones tardías para retener fruta en la caída de otoño en W. Murcott. Sin embargo, no se encuentra autorizado al no contar con registro en Chile, aun cuando sí lo tiene en todos los mercados de destino de nuestra fruta. El Comité de Cítricos y la empresa Anasac están haciendo una importante labor para obtener el resgitro de uso del 2,4-D en Chile y se espera esté disponible ojalá en el 2021.

APLICACIONES DE AUXINAS PARA AUMENTO DE TAMAÑO DEL FRUTO

Otra práctica dirigida a aumentar calibre consiste en la aplicación de auxinas al final de la caída fisiológica de los frutos, lo que coincide con el final de la etapa I de desarrollo del fruto.

Básicamente los productos que se han empleado son dos, indica el magíster en citricultura: 2,4-DP y 3,5,6 TPA. El primero se utiliza al término de la caída fisiológica, entre 50 y 100 ppm (50-100 mg/L-1). Induce un menor raleo de frutos que el 3,5,6 TPA, razón por la cual se aplica antes.

Las aplicaciones de 3,5,6 TPA se efectúan al final o inmediatamente después de caída fisiológica. Su uso antes de la época indicada puede producir sobrerraleo, aunque es posible ocupar dosis más reducidas, con la ventaja de no generar problemas de residuos, especialmente en variedades tardías.

Cuando se aplica a fines caída fisiológica o inmediatamente después, se trabaja con 10 a 20 ppm (10-20 mg/L-1). En clementina se lleva a cabo con 85% de la fruta sobre 18 mm; en naranja, sobre 24 mm; en limonero, sobre 21 mm y en W. Murcott, sobre 15 mm.

–En limoneros –previene el entrevistado– hemos visto que afecta la forma de la fruta y reduce la floración de otoño. Los ensayos han mostrado claros efectos de incremento de calibre en clementinas. En W. Murcott, para enfrentar el problema del bajo precio de los calibres 5 y 6, el equipo de Gama ha probado muchos tratamientos desde 2011 a la fecha (ver ejemplo en el cuadro 8). La aplicación de 20 ppm de 3,5,6, TPA en 15 mm de diámetro ecuatorial promedio ha evidenciado mejores resultados en general tanto en peso promedio como en cantidad de kilos de calibres 1 a 4.

Cuadro 8. Promedio del número de frutos, kilos y peso de frutos por tratamiento para aumento de calibre en W. Murcott. Llayllay, 2012.

En cuanto al uso de estos productos hay que ser cuidadosos con los mercados de destino, pues no están registrados en todos ellos.

–¿En mandarinas convienen más tener semillas con buen calibre o calibre pequeño sin semillas?

–Buena pregunta –comenta Francisco Mena–. Uno podría pensar, de acuerdo a las cifras indicadas en el texto, que si tengo buenos calibres con semilla la diferencia de precio por kg va a ser del orden de 20 centavos, opción mejor que los 40 a 60 centavos menos de retorno por los calibres 5 y 6. Pero la respuesta correcta es: ninguna de las anteriores. Hay que poner en el mercado lo que el mercado quiere, desde el punto de vista de la calidad interna, del calibre, del color y de la ausencia de semillas. De lo contrario, quedas fuera.

LOS OTROS FACTORES DE ÉXITO PRODUCTIVO

Francisco Mena subraya que no basta con el volumen de producción (kilos) y el calibre para lograr el éxito productivo en cítricos en Chile. Además intervienen otros factores que considera igualmente claves y que sintetiza como precocidad (rapidez de entrada a producción comercial), calidad (color, características internas, ausencia de semillas, aceptación del mercado), facilidad de manejo/atractivo para la mano de obra, y bajo uso de pesticidas para minimizar residuos.

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