La inusitada ocurrencia del fenómeno climático “Niño Costero” ha tomado por sorpresa a la agricultura peruana, afectando considerablemente los cultivos a distintas niveles. Sin embargo, se está en el umbral para actuar con rapidez a fin de contener y mitigar los potenciales daños. Stoller es una empresa global con más de 40 años de experiencia en el entendimiento de fisiología vegetal y ofrece soluciones para controlar los efectos producidos por la ocurrencia de estas anomalías climáticas.

La capacidad de pronóstico del clima se limita a un futuro de muy corto plazo debido a los impredecibles cambios que se suscitan en este. A esto se suma bio climático con el calentamiento global, el cual ya es una realidad. El resultado son múltiples desastres naturales que están afectando al planeta. El Perú no es ajeno a climas adversos y la ocurrencia inesperada del fenómeno “Niño Costero”, con altas temperaturas y precipitaciones inusuales, ha provocado huaycos, inundaciones, colapso de la infraestructura y la dolorosa pérdida de vidas humanas. Los campos también se han visto muy afectados y con ellos, la agroindustria no ha quedado libre de daños. Guillermo Sanabria, Jefe del Departamento Técnico y Nuevos Productos de Stoller Perú, explica que esta anomalía en la temperatura está afectando los cultivos en todo el país, en especial en la zona norte. Las precipitaciones inten- sivas y las inundaciones por desborde de ríos y canales de irrigación han causado pérdidas en grandes extensiones agrícolas. Sólo el desborde del río Piura ha afectado más de 10,000 ha de tierras agrícolas, estimándose a nivel nacional en más de 100,000 ha de cultivos los daños directos e indirectos causados por esta anomalía climática. “Sabemos que el clima es el principal factor que determina el comportamiento y la productividad de los cultivos, y la ocurrencia del Fenómeno El Niño afecta en forma negativa y dramática el comportamiento de estos. En este escenario se hace indispensable entender cómo la planta va a interactuar ante climas adversos y elegir las mejores herramientas y tecnologías con el objetivo de mitigar los efectos causados por este fenómeno” precisa.

En relación a los daños sobre las plantas, Sanabria indica que precipitaciones intensas y escasa percolación de los suelos causan anegamiento y muerte por anoxia del sistema radicular de la planta. Por otro lado, bajo condiciones de altas temperaturas y humedad, en suelos con buen drenaje, las plantas desarrollan excesivos crecimientos vegetativos. “El excesivo crecimiento vegetativo limita el desarrollo de raíces, afectando la diferenciación y establecimiento de los primordios reproductivos. Hemos observado que plantaciones de uva de mesa y otros cultivos, entre Chiclayo y Piura están mostrando comportamientos de crecimientos vegetativos excesivos”, indica. Las altas temperaturas afectarán la productividad de los frutales y, en las zonas andinas, maíz, papa y hortalizas. “Este daño se traduce en menores rendimientos y mayor susceptibilidad al ataque de plagas y enfermedades”, precisa.

PREVENCIÓN Y MANEJO DE DAÑOS

“Debido a las altas precipitaciones registradas, los cultivos han recibido una excesiva cantidad de agua por lo que debe trabajarse directamente en el sistema radicular, eliminado el estrés y a continuación, restablecer su crecimiento de forma inmediata. En los frutales, por ejemplo, uva de mesa, las aplicaciones de citoquininas naturales aseguran la fertilidad de la yema reproductiva. Asimismo es importante controlar el vigor vegetativo excesivo a fin de evitar el desgaste energético de la planta con el objeto de recuperar la capacidad productiva”, señala Sanabria.

En ese sentido, el especialista recalca la importancia de conocer al milímetro los campos a través de un mapeo adecuado para decidir, en base a esa información, qué estrategias y productos aplicar. “Es importante contar con un equipo técnico que conozca en profundidad el comportamiento de la plantación. Asimismo, es importante un mapeo completo de los campos para saber qué zonas son más o menos susceptibles a retener agua”, explica y subraya también la utilidad de la meteorología para este propósito: “El calentamiento global ya es un hecho. Cada año, en los últimos diez años, la temperatura promedio ha ido incrementándose en el orden de 0.2°C a 0.5°C por año. Por ello, a nivel agrícola se debe empezar a trabajar con mayor intensidad la meteorología ya que las plantas responden directamente ante cualquier cambio climático. Establecer estaciones meteorológicas en los campos permitirá medir cómo la planta será afectada por la temperatura y la luminosidad para así tomar decisiones al respecto”.

SOLUCIONES INTEGRALES DE STOLLER

Stoller es una empresa global que desarrolla tecnologías para controlar y mitigar el estrés de cualquier naturaleza, para manejar el balance hormonal y nutricional de los cultivos y para incrementar la expresión genética de la productividad bajo cualquier entorno ambiental. En relación a las condiciones de climas adversos que en este momento afecta a los cultivos, Stoller trabaja tres tecnologías apropiadas para prevenir y mitigar los daños causados por el Fenómeno El Niño y por el cambio climático: NITRATE BALANCER, X- CYTE y BIOMASS. “Para manejar y controlar el vigor vegetativo desarrollamos NITRATE BALANCER, que acelera la maduración del brote asegurando la traslocación de los fotosintatos a la madera y las yemas”, explica. “X-CYTE es una de las citoquininas naturales más concentradas y estables presentes en el mercado. Bajo condiciones de estrés por alta temperatura, la planta degrada la producción natural de citoquininas, por lo que es imperativo el suministro de estas. El uso de X-CYTE provee el suministro de estas, aseguran- do de esta manera la diferenciación de los primordios florales asegurando además la viabilidad del polen bajo condiciones de estrés por altas temperaturas. La dosis de uso dependerá de la cantidad de estrés a la cual está sujeta la planta”, indica Sanabria. La tercera herramienta se llama BIOMASS, y es una tecnología que mitiga y elimina el estrés de cualquier índole que sufre la planta. “Cuando la planta es afectada por cualquier condicionante de estrés, tal como altas temperaturas, inundaciones y anoxia, heladas, intoxicaciones, etc.; la planta gatilla el estrés oxidativo. El resultado es la producción exponencial de etileno, hormona vegetal que, cuando trasciende el umbral del límite fisiológico,desencadena la síntesis de enzimas degradativas del sistema celular resultando en la muerte de la célula vegetal, dañando el crecimiento de raíces y reduciendo la capacidad fotosintética de la planta. ¿Qué hacer ante esta situación? El uso de BIOMASS activa la expresión de genes que de- gradan las especies reactivas de oxígeno y activa genes que incrementan la eficiencia fotosintética, controlando de esta manera el estrés, purgando el etileno fuera de la planta y restableciendo el balance hormonal de la misma” precisa.

Este conjunto de tecnologías desarrolladas por Stoller ayudan a controlar los efectos negativos causados por las condiciones climáticas adversas sobre los cultivos. “Aún no podemos controlar directamente la temperatura ni las precipitaciones, factores que determinan y afectan directamente el comportamiento de las plantas. Condiciones que pueden determinar la resistencia o susceptibilidad a plagas y enfermedades, además de condicionar el rendimiento y las características de calidad de las cosechas. Las tecnologías Stoller se desarrollan para lograr la expresión del máximo potencial genético de productividad de la planta. No podemos controlar el factor climático causante del estrés, pero si podemos controlar los efectos de este sobre la célula vegetal y sobre la planta.”, finaliza.