Consumir tomate sometido al calor ayudaría a prevenir el cáncer de próstata
Uno de sus componentes, el licopeno, tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y quimioterapéuticas, pero requiere de calor para aprovecharse de mejor manera.
Prevenir el cáncer de próstata podría estar más al alcance de lo que se piensa y la respuesta estaría en el tomate. Más específicamente en uno de sus compuestos, el licopeno, encargado de entregarle su característico color rojo. Este poderoso antioxidante entrega muchos beneficios a quienes lo incorporan a su dieta, pero sus efectos son incluso mejores cuando se consume tras aplicarle calor.
Así lo indicó Cristina Vergara H, investigadora del Programa Nacional de Alimentos del Futuro del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA, durante una charla que realizó en la conferencia Fruittrade 2022. La ingeniera en alimentos señaló que “el licopeno como todo compuesto tiene su estructura química y en su estado natural está en una forma en que podemos encontrar sus propiedades saludables, pero cuando lo sometemos a calentamiento, su estructura química cambia y se vuelve aún más saludable”.
Estudios sobre los efectos de este pigmento natural evidencian sus beneficios en la prevención de varias patologías, entre las que se encuentra el cáncer de próstata. “Dado que el licopeno tiene tanta evidencia científica que respalda que es saludable y que puede prevenir el cáncer de próstata, es que se recomienda que el tomate sea consumido calentándolo previamente”, explicó Vergara.
Al aplicar calor el licopeno no se desnaturaliza, sino que cambia la posición de su estructura química y aumenta su biodisponibilidad, por lo que consumirlo a través de salsa de tomate también es una buena opción. “Químicamente lo que sucede es que cuando se calienta, la estructura se posiciona de cierta manera que el organismo la prefiere y la usa de mejor manera, aprovechando todas sus propiedades”, concluyó.