Colombia, el gran mercado para el arándano colombiano
En el mercado doméstico se consiguen grandes precios, llegándose a pagar hasta US$18/kg. El consumo local va en franca expansión y, para cumplir con las necesidades actuales, se necesitaría tener entre 2.000 y 3.000 hectáreas e iniciar desde ya el recambio varietal.

El arándano en Colombia, al contrario de lo que ha pasado con otras especies frutícolas, ha tenido un desarrollo tímido y casi silencioso. Su crecimiento ha estado ligado a empresas dedicadas a la producción de flores, quienes han visto en esta baya de color azul como una nueva alternativa productiva, pero también a productores (e inversores) que han decidido aventurarse en un cultivo que tiene al propio país como su principal mercado de destino.
Y es que, del total producido, la oferta exportable aún sigue siendo casi irrelevante, aunque los envíos se hayan multiplicado en los últimos seis años. En concreto, se ha pasado de exportar una tonelada en 2018 a 628,2 toneladas en 2024. Empresas como Elite Blu han enviado fruta a EE UU y otros productores están apostando por mercados un tanto más ‘exóticos’ como Arabia Saudita, Emiratos Árabes y el Caribe. Sin embargo, el gran mercado para los arándanos colombianos es la propia Colombia, “que hoy paga un mejor precio por la fruta”, sostiene Fredy Cortés, presidente de la junta directiva de la Asociación Colombiana de Cultivadores de Blue Berries (Asocolblue). “Incluso por encima de la media del mercado internacional, lo que hace que, dejar la fruta en Colombia, de momento resulte mucho más atractivo”, añade. Y ese mercado doméstico cada día demanda más fruta.

“Uno de los grandes retos es lograr crecer e impulsar el establecimiento de nuevas plantaciones”, subraya Cortés, sobre un sector que hoy llega a 850 hectáreas (ha) instaladas, casi el 100% en maceta y bajo macrotúneles, que produjeron 8.360 toneladas en 2024. La meta es clara en el país: Llegar a 2.000 hectáreas en los próximos dos años. Y las proyecciones indican que podría lograrse, “porque cada vez hay más interesados en entrar en esta industria”, dice el presidente de la junta directiva de Asocolblue.
De esta forma se podría reducir las importaciones de fruta, que hoy van en franco ascenso. “Esto da cuenta de que hemos hecho un buen trabajo de promoción del consumo a nivel local”. Pero el sector, si bien ha ido creciendo, no ha despegado del todo. “No hemos crecido al ritmo que esperábamos”, afirma Cortés, sobre un cultivo cuyos primeros intentos en el país son de 2014 y 2015, con informaciones técnicas que venían de Chile, Perú y México.
“Aunque se trató de trasladar esa experiencia al país, en el camino nos dimos cuenta que, al ser un país tropical, las condiciones para producir eran totalmente distintas”, sostiene Cortés sobre una de las razones que quizás ha influido en que el crecimiento no se haya dado como se tenía proyectado. Por ello, con el paso del tiempo, dice Cortés, se han dado cuenta que hay unos factores claves para producir en Colombia y que deben tenerse en cuenta al momento de plantar arándanos y que serán fundamentales para que el área plantada crezca a futuro: buena genética, plantar en sustrato de coco, bajo cubierta y con sistemas de riego por goteo.
“Colombia hoy necesita tener una buena genética para hacer recambio varietal. Hoy contamos con variedades tradicionales como Biloxi, Emerald y Legacy. pero el consumidor final hoy está buscando otras características: Fruta más grande, más crocante, más dulce y más firme. Por eso, debemos tener variedades que suplan esos requerimientos. Quizá ya hay productores haciendo pruebas, pero todavía nos falta mucho en este sentido”, afirma.
Otro punto clave es no establecer el cultivo con mallas sino bajo invernaderos y la estructura de estos va a depender de la zona en que estén ubicados. Por ejemplo, en el Valle del Cauca, donde las temperaturas son más altas, se requerirá de una estructura más alta. Pero en otras zonas, donde el clima es más benigno, las estructuras pueden ser más bajas.
Y en Colombia no se entiende un huerto de arándanos si no es hidropónico. “La fibra de coco es fundamental”, afirma el presidente de Asocolblue. “Se ha demostrado que, gracias a este sustrato, hay un mejor crecimiento de las plantas, apoyado por una correcta fertilización y un buen riego”, destaca el directivo. Esos, subraya, son los aspectos que se deben considerar al momento de invertir en el cultivo en Colombia, cuyo costo de producción inicial asciende a US$180.000/ha, dependiendo también de la zona de producción, de las características de la finca y de las instalaciones.


¿CUÁL ES EL TECHO DE ESTA INDUSTRIA EN EL MERCADO LOCAL?
De acuerdo con Cortés, hoy no pueden definir con exactitud cuál va a ser el límite del mercado nacional. “Cuando me inicié en el negocio, en 2019, los que ya estaban desde antes decía que en 2022 se iba a saturar el mercado colombiano. Estamos en 2025 y no vemos que se sature. La demanda sigue creciendo y todavía hay lugares donde hay mucha disponibilidad de crecer el consumo arándanos”, dice, pero no descarta que, ocurra en algún momento como ha pasado en otros países.
“En ese momento tendremos que pensar como agroindustria en la exportación de la fruta. Y como lo he dicho, de momento nuestro objetivo es crecer, llegar en 2027 a las 2.000 hectáreas y ojalá en 2032 logremos tener en Colombia unas 5.000 ha plantadas”, puntualiza el directivo de Asocolblue.
NUEVAS SUPERFICIES Y HACER RECAMBIO VARIETAL
“Definitivamente el crecimiento del cultivo del arándano en el país va mucho más lento que el crecimiento del mercado. Los crecimientos no superan entre el 10% y el 15% anual, pero el mercado sí crece a velocidades mucho más grandes”, analiza Luis Carlos Afanador, gerente de Proplantas, de Hortifrut Colombia y más recientemente de Coljardines, empresa que nace de una sociedad con Grupo Hijuelas con el fin de tener un mejor abastecimiento de plantas y de nuevas variedades.
Para apoyar este crecimiento, en Proplantas, compañía dedicada a comercializar tecnología para el agro, diseñaron un programa denominado ‘De 10 a 100’. ¿Qué quiere decir esto? Pasar de 10 hectáreas a 100; pasar de 10 toneladas a 100, pasar de 10 empleados a 100. Afanador comenta que, en el marco de dicho programa reconocieron ciertas necesidades del sector para seguir creciendo. “Hacen falta datos de referencia. Por ello, organizamos una gira técnica a México, España, Marruecos y Chile; para visitar otros productores que Instalaciones de Elite Blu en el departamento de Boyacá hayan tenido una dinámica de crecimiento para entender cuáles fueron sus dificultades y cómo las superaron”, cuenta.
Adicionalmente, están trabajando con la escuela de negocios INALDE Business School para fortalecer las capacidades de los directivos y gerentes de las empresas agrícolas y, además, trabajan de la mano con las universidades para tener personal agrícola capacitado en temas de manejo nutricional, fitosanitario, riego, cosecha, poscosecha y cadena de frío, entre otros. Por otro lado, Afanador destaca que, para abastecer el mercado en el corto y mediano plazo, el país tendría que llegar a al menos las 3.000 ha plantadas. “Con eso estaríamos apenas llegando a un abastecimiento local”, dice sobre un mercado que actualmente es el foco de las compañías que lidera.

“HOY NO ESTAMOS INTERESADOS EN EXPORTAR”
“Hoy no estamos interesados en exportar”, afirma Afanador. “Después de que tomemos una línea de crecimiento y que veamos que en cinco años vamos a tener 2.000 o 3000 ha adicionales que no las necesita el mercado nacional, creo que ahí ya podemos empezar a mirar oportunidades de exportación. Obviamente las podemos tener hoy, pero nuestro foco es el mercado local”.
En línea con esto, destaca que, no por nada, hoy en día, en los almacenes de cadena, el producto que más ingresos genera en frutas y verduras es el arándano con precios que pueden estar entre los US$15,5/kg y US$18/kg. Sin embargo, para poder crecer en hectáreas no basta solo con el impulso de los productores. Se necesita además una buena genética y que los productores puedan tener acceso a un mejor material vegetal. “Por eso nos aliamos con Grupo Hijuelas, un vivero chileno de 60 años en el mercado que tiene programas de multiplicación en muchas especies vegetales, y que hoy produce planta de arándanos por lo menos en siete países. Lo importante es que ya tenemos nueva genética. Hace menos de dos años solo teníamos disponibles variedades públicas como Biloxi, Legacy y Emerald, que son las más plantadas en Colombia”.
Hoy en día, son muy pocos los que avanzan en recambio varietal en el país, y Afanador analiza lo que ocurre con los tres principales productores del país. “Elite Blu es el productor más grande de arándanos en Colombia y el porcentaje que tienen de área con nuevas variedades, no creo que llegue al 1% o 2%. En Hortifrut, que somos el segundo productor, las variedades propias y nuevas variedades están en un porcentaje cercano al 10%, siendo creo los que más hemos avanzado. Y Proyectos Guacheneque, que podría ser el tercer productor más grande tiene el 100% de sus plantaciones con variedades públicas y apenas están iniciando pruebas con nuevas variedades”.

PROGRAMAS DE MEJORAMIENTO SOSTENIBLES EN EL TIEMPO
De acuerdo con Afanador la estrategia de Colombia para crecer a un mejor ritmo debe estar encaminada a tener programas sostenibles de crecimiento apoyado por todos los actores de la cadena: desde proveedores, cultivadores hasta consumidores. “Por ejemplo, el programa ‘De 10 a 100’ va a permitir que crezcamos más rápido y que superemos las dificultades que se presentan”, dice y añade que, el país debe pensar más allá y dejar de creer que el sabor es un ‘plus’ del arándano colombiano para competir en otros mercados.
“Cuando empezamos en el negocio estaban claras cuáles eran las diferencias que tenía nuestro arándano frente a otras partes del mundo. Por ejemplo, que podíamos producir 52 semanas del año, pero ya hay muchos países que lo hacen. Pensábamos que podíamos tener un mejor sabor, pero si pruebas frutas de otros países, las hay muy ricas. Es decir, esas eran unas ventajas, pero hoy no las tenemos tan marcadas”, recalca el directivo.
Lo que sí sería una oportunidad para competir en el mercado internacional, es que el país puede entrar a ocupar ventanas que todavía hay disponibles. Esto en razón de que, Colombia podría concentrar producciones en algunas semanas y de esta manera abastecer unos mercados específicos. “Pero definitivamente hoy esas posibilidades que teníamos antes de diferenciación ya no las tenemos tan marcadas”, concluye Afanador.