Campaña frutícola 2022-23 se realizará con un dólar por sobre los $900
El destacado economista, quien preside Quiroz y Asociado, señaló en la conferencia anual de Fedefruta que hay cuatro factores que mantendrán un dólar alto en la campaña de exportación frutícola que se inicia. No obstante, señala que esto coincide con una debilidad de la demanda en los principales mercados de destinos, especialmente en la Unión Europea.
Entre las complicadas noticias económicas globales y locales que afectan a las empresas agrícolas, hay una positiva a rescatar. Se trata del dólar, moneda en que se fijan los precios de venta de la fruta que se exporta desde Chile a los distintos mercados mundiales. Y la temporada 2022 y 2023 contará nuevamente con un dólar alto. Así lo anticipa el economista Jorge Quiroz, presidente de Quiroz y Asociado, quien señaló que hay varios factores que mantendrán el valor de la moneda estadounidense en Chile por sobre sus niveles históricos en el corto plazo y mediano plazo.
“Estará arriba de 900 en la temporada que viene; pueden ser mil pesos o más”, dice en conversación con Redagrícola tras su presentación en Fruittrade 2022, la conferencia anual que organiza Fedefruta para abordar los grandes desafíos de la industria.
Quiroz explica que hay cuatro razones por las que el dólar seguirá elevado durante el período de peak de la campaña frutícola chilena: la incertidumbre política, la sostenibilidad fiscal, el ajuste económico que se viene y la tendencia global del dólar.
LA INCERTIDUMBRE ALEJA LOS CAPITALES
El primero de los factores que presionan al tipo de cambio al alza, es la incertidumbre política. Quiroz explica que se bien ganó el Rechazo -lo que reduce la posibilidad de reformas más radicales en las bases económicas de Chile, como el fin de las concesiones mineras y de los derechos de agua- y que el parlamento está llevando de buena manera la discusión para avanzar hacia una nueva constitución, la falta de certezas se mantiene. “La incertidumbre es un tema complejo y que en la práctica se ha traducido en que los capitales externos se mantengan alejados y que el capital privado nacional que salió, no regrese”, dice Quiroz. “Y esto en un contexto que se requieren capitales, porque el déficit en cuenta corriente de Chile, el exceso de gasto sobre el producto, hoy está a un nivel récord, el más alto en 30-40 años, y el más alto de mundo: estamos en ocho puntos del PIB”.
PRESIÓN FINANCIERA DE UNA DEUDA AL ALZA
El segundo motivo que indica Quiroz es la sostenibilidad fiscal de largo plazo. Quiroz destaca que todos los últimos seis ministros de Hacienda de Chile han terminado su mandato con una relación deuda pública/PIB mayor al de su antecesor. Desde el 12,8% en que terminó Felipe Larraín en el primer gobierno de Piñera hasta el 36,3% en que terminó Rodrigo Cerda en el segundo mandato de mismo presidente en 2021. Quiroz destaca que, debido al fuerte aumento del gasto en 2021, es posible que Mario Marcel no eleve esta relación en este primer año de gestión, pero sí se elevaría el año que viene. “Hay una propuesta de aumento de presupuesto en 4% de expansión del gasto, en un contexto en que se espera que la economía caiga en 1%”, dice. “Podríamos imaginarnos una relación deuda/PIB cercana al 39%”.
Esto, señala, se ha reflejado en las degradaciones que ha sufrido la deuda pública por parte de las agencias calificadoras, y por el aumento en los costos de financiamiento tanto en pesos, como en dólares”.
EL AJUSTE QUE SE VIENE
El tercer factor es el fuerte ajuste económico que se avecina. Señala que en 2020-2021, “Chile realizó un gasto fiscal (en ayudas y transferencias por la pandemia) equivalente al 12,7% del PIB y un gasto cuasi-fiscal, como se le puede llamar a los retiros desde las AFP, de 18 puntos de PIB”, dice. “O sea gastamos 30,5% puntos del PIB: esto es gastar como país en guerra, lo que no es una metáfora”, señala, dando ejemplo del nivel de gasto al que acuden países cuando deben enfrentar un conflicto armado. Señala que ese alto volumen de efectivo se destinó al consumo, lo que ha impulsado las altas tasas de inflación que enfrenta el país. “La inflación está en su nivel más alto de los últimos 30 años”, señala. “Tras eso viene el Banco Central que debe finalizar la fiesta elevando las tasas de interés, las que están en su nivel más alto desde la crisis asiática”. Esto hace que la economía se enfríe y se contraiga. “Ahora estamos en la etapa de enfriamiento y eso nos lleva a pensar que va a haber una recesión el próximo año”. Recuerda que, según el FMI, Chile es el único país de América Latina que tiene una proyección negativa para la variación del PIB en 2023. “Chile va a crecer mucho menos que el mundo”, dice.
EL ALZA GLOBAL DEL DÓLAR
El cuarto motivo es que el dólar está subiendo a nivel global, haciendo que todas las monedas relevantes del planeta se deprecien. En lo que va de 2022, el euro se ha devaluado 15%; la libra esterlina, en 20%; el yen, en 25%; el yuan, en 12%, y el dólar australiano, en 12%. Dice que ha habido una apreciación global del dólar muy parecida a la que ocurrió durante la crisis asiática y especialmente, tras la caída de las Torres Gemelas en 2001, cuando hubo un movimiento global a refugiarse en el dólar. “La historia muestra que cuando el dólar a nivel internacional sube a esos niveles, también sube en Chile”, dice. “En esta relación, hay espacio para que el dólar sigua subiendo”. Agrega que es muy difícil hacer bajar el tipo de cambio cuando el resto del mundo se está devaluando frente al dólar.
PROYECCIONES EN CHINA, EE UU Y EUROPA
De todos modos, Quiroz señala que la buena noticia que podría implicar un dólar alto para los exportadores chilenos debe matizarse con la salud de los mercados de destinos de la fruta. En este sentido, el economista basa su análisis en tres mercados principales y que suman el 68% de los envíos frutícolas desde el país: China (28%), EE UU (24%) y la Unión Europea (16%).
En este sentido, su mayor preocupación la tiene con Europa, en donde el euro se ha devaluado mucho, reduciendo la competitividad de las exportaciones chilenas en ese mercado. “Puede ser que haya una oportunidad en Europa e los alimentos procesados por los altos costos de la energía, pero es un mercado que va a estar muy complicado, con una devalorización de su moneda durante la temporada y posiblemente en recesión”, dice.
Sobre China, señala que la devaluación del yuan es menor y que, si bien crece mucho menos que a lo que creció durante la crisis subprime, no tendrá un escenario recesivo. No obstante, tendrá problemas logísticos y de regulaciones, en un contexto de risgo financiero por el excesivo endeudamiento de sus empresas.
La mejor oportunidad, agrega, está en Estados Unidos, un país cuya moneda está sobrevalorizada en este momento y que tiene un buen dinamismo del empleo y del consumo. Si bien dice que es posible que caiga en una recesión, estaría sería menor y posterior al término de la campaña 2022-23. “Es un país que no tiene shock de oferta, tiene energía barata, y si tiene una recesión será moderada”, dice. “Estados Unidos será el mercado menos afectado para esta temporada”.