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Un gran problema del que aún falta información

Botrytis en rosas: qué hacer y cómo hacer para bajar la presión de la enfermedad

Tener información precisa y actualizada, estandarizar los análisis, difundir y publicar los resultados son absolutamente necesarios para generar una base de conocimiento sobre un hongo tan versátil como Botrytis cinerea. Teniendo esto se podrá realizar un correcto monitoreo, aplicaciones preventivas y curativas a un hongo que es el principal problema fitosanitario de las rosas.

27 de Febrero 2023 Ximena González V. y Rodrigo Pizarro Yáñez Fotos: Diagnofruit (Este artículo se publicó originalmente en la edición 19 de Redagrícola Colombia.  Puede ver la edición completa haciendo clic aquí)
Botrytis en rosas: qué hacer y cómo hacer para bajar la presión de la enfermedad

Por Ximena González V. y Rodrigo Pizarro Yáñez
Fotos: Diagnofruit
(Este artículo se publicó originalmente en la edición 19 de Redagrícola Colombia. 
Puede ver la edición completa haciendo clic aquí)

 

Hongos fitopatógenos hay muchos. Pero quizás el más versátil de todos es Botrytis cinerea, capaz de adaptarse a diferentes ambientes al aire libre o bajo invernadero, casi sin importar las condiciones agroclimáticas ni tampoco el cultivo, porque el hongo ataca indistintamente cultivos frutícolas, hortícolas y ornamentales. En Colombia es el ‘villano’ más temido de los cultivos de rosas. Para mantenerlo a raya hay que usar ‘herramientas poderosas’ que permitan conocer cada uno de sus movimientos y que, además permitan establecer estrategias de control efectivas.

En la región, en una industria frutícola desarrollada y madura como la chilena, se ha desarrollado el que quizás sea el programa de control más exitoso del planeta contra este hongo, cuyo triunfo, más allá del uso de fungicidas, está en el ‘timing’ de aplicación. Es decir, en los periodos críticos del cultivo, ya sea en uva de mesa, arándanos o kiwis. Sin embargo, en las rosas no funciona así, ya que en este cultivo el objetivo es mantener al inóculo en los niveles más bajos posibles y de forma constante. ¿Cómo? Con un preciso calendario de aplicaciones preventivas.

Eso lo tienen claro los responsables de Diagnofruit, una empresa de origen chileno que desde hace cinco años está realizando un proceso de transferencia tecnológica en Colombia, enfocándose desde un inicio en la floricultura, aunque hoy en día se están abriendo a otros rubros frutícolas. Según cuentan Héctor García, gerente general de Diagnofruit Chile y fundador Diagnofruit Colombia y el Dr. Miguel López, gerente técnico de Diagnofruit Colombia SAS, han podido observar que, sin duda, Botrytis es uno de los patógenos que genera más dolores de cabeza a los floricultores del país.

Botrytis tiene una alta capacidad de generar resistencia a fungicidas que son aplicados para su control y su capacidad de adaptación le permite enfrentar ambientes adversos con mayor facilidad frente a otras especies fúngicas. Por ello, dicen, para su adecuado monitoreo, manejo y control se hace necesario acudir al uso de herramientas como biología molecular y pruebas PCR, que ya han sido implementadas con éxito en Chile.

“La biología molecular potencia el diagnóstico, es más rápida y más precisa para entregar información. Nuestras metodologías en Chile se basan en determinar identidad mediante el ADN, en determinar concentraciones de patógenos mediante PCR, y eso en Colombia tiene un uso poco extendido o nulo”, dice el Dr. López.

-Actualmente ¿Cómo se está controlando Botrytis en Colombia?

-Miguel López (M.L): El control de fitopatógenos en Colombia se centra en la aplicación de productos químicos, la cual además es de alta intensidad porque se realizan dos o tres aplicaciones cada semana. Comparado por ejemplo con frutas como la uva en Chile, donde se hacen aplicaciones seis veces en la temporada para control de Botrytis centradas en el periodo crítico que va desde noviembre a marzo, las aplicaciones en Colombia son muchas, lo que eventualmente favorece la capacidad del hongo de generar resistencia a los fungicidas.

-¿Qué moléculas se usan para el control en rosas?

Las poblaciones de Botrytis pueden adquirir comportamientos variados en el tiempo debido al proceso productivo.

-Héctor García (H.G): La mayor parte de botryticidas específicos tienen uso autorizado en rosas, fenhexamid, fludioxonil, y diversas carboxamidas son la base para el control de pudrición gris. Para evitar resistencia a fungicidas específicos se deben intercalar grupos químicos en la temporada, utilizar multisitios de acción de fungicidas, productos en mezcla y adición de biofungicidas como extractos botánicos o biocontroladores como Bacillus. Pero no podemos corregir a ciegas, es aquí donde el monitoreo de sensibilidad a fungicidas al menos dos veces al año y a las principales moléculas cobra absoluta importancia para realizar ajustes apropiados al programa fitosanitario.

– ¿La aplicación de estos productos se hace para prevenir?

-M.L: En Colombia se vislumbran los productos tanto curativos como preventivos. Por tanto, sí existen aplicaciones de productos de manera preventiva, y pese a esto suele aparecer sintomatología de Botrytis. Por eso, debe haber una evaluación un poco más profunda de las características de Botrytis en cuanto a la sensibilidad a productos y obviamente, si hubiese ciertos grados de resistencia, se modificará el manejo para cambiar y hacer rotaciones de productos.

-¿Qué aspectos se deben tener en cuenta a fin de hacer una buena prevención o control de la enfermedad?

-H.G: Creemos que la principal actividad que debe establecer un productor es la generación de historial. La idea es estandarizar análisis que cada cierto tiempo puedan ser examinados para generar nuevas estrategias posteriores. En el caso de las rosas, y posterior a fechas importantes como San Valentín y el Día de la Madre, es extremadamente necesario juntar los análisis de precosecha y los resultados de poscosecha y evaluar la estrategia realizada durante el periodo. Hemos observado que en Colombia se lleva un exhaustivo monitoreo de Botrytis en campo, esencialmente observacionales, síntomas en tallos y flores. Se generan estadísticas y se toman medidas, pero el problema de eso es que es muy fácil llegar tarde. Esto se refiere a que, para que el monitor observe el síntoma, este tuvo que obligatoriamente desarrollarse, perdiendo la herramienta de poder predictivo. La industria debe apostar a desarrollar técnicas más rápidas, como las basadas en biología molecular.

-En Chile, si bien no en floricultura, pero sí en otros cultivos, el control de botrytis se ha basado en el rigor de la aplicación de programas preventivos-curativos, sin saber si estaban dando resultados. En la experiencia que tienen en Colombia, ¿qué han visto al respecto?

-M.L: Sabemos que, por el tema de la aplicación tan constante, la presión sobre Botrytis es muy alta y eso conlleva a una mayor aparición de resistencia. Adicionalmente, si aparece esa resistencia significa que no hay una efectividad del plan de manejo contra la enfermedad. Por eso estamos desarrollando unos servicios para indagar en los grados de resistencia y efectividad de ciertos productos tomando muestras directamente de campo. Botrytis requiere ser analizado de una manera más profunda y bajo otras perspectivas, como por ejemplo pensar en el patógeno como una población en vez de un individuo único, además de agregar estudios genéticos y fisiológicos finos sobre la resistencia del hongo y de manera programada mediante un monitoreo. La ausencia de esto hoy en día es una debilidad ya que no hay una profundización del entendimiento de Botrytis en las fincas.

-H.G:  La base de un programa de control exitoso de botrytis en la fruticultura en Chile, y probablemente en el mundo, va más allá de los fungicidas. Tiene que ver con el timing de aplicación, la respuesta a la pregunta ¿cuándo aplicar? Por ejemplo, en el caso de uva de mesa y arándanos, el primer periodo crítico es la flor luego en envero y después cercano a cosecha, en kiwi es esencialmente flor y en cerezas es desde el cambio de color en adelante. En el caso de rosas, la historia es un poco distinta, se trata de mantener de forma constante el inóculo en niveles bajos, esto con aplicaciones a calendario de forma preventiva. Dependiendo del clima y otros factores, en ambos casos, de la prevención pasamos a la curación, cuando llegamos a ese nivel, la efectividad cae notoriamente. El cultivo de flores en Colombia, y por ejemplo en rosas, posee una paleta más grande de fungicidas autorizados para su uso, lo que facilita en cierta forma, la generación de estrategias antirresistencia, al menos en la teoría.

-¿Hay alguna metodología que permita ir evaluando los resultados de una determinada estrategia de control?

-H.G: Varias metodologías se pueden sumar para ajustar nuestros programas de control. Las actividades de campo que buscan distintos niveles de expresión de síntomas sirven para segregar lotes y generar cambios en el programa fitosanitario, esto sería lo que llamamos un análisis cualitativo a través de la determinación de frecuencias de síntomas en precosecha. A esto debiéramos sumar análisis cuantitativos, que nos permiten saber, por ejemplo, la cantidad de botrytis en algún tejido blanco, como pétalos. Hoy esto se puede realizar con PCR, sin embargo, desconocemos los valores de riesgo, sin duda hay un camino por recorrer, pero podríamos comparar e ir construyendo historial.

LA MEJOR ESTRATEGIA NO SOLO SE BASA EN FUNGICIDAS

-¿Cuál debiera ser una estrategia correcta?

-H.G: Sin duda, una estrategia correcta no solo debe basarse en la aplicación de fungicidas, sino en analizar de forma holística la producción, fijándose en ciertos factores que inciden con mayor poder en la pudrición de flores o frutos. Los principales factores a observar para fijar una estrategia de control exitosa, aparte de los fungicidas propiamente tal y el ‘timing’ de aplicación, es el monitoreo de una nutrición equilibrada, del inóculo presente y el clima dominante en etapas productivas críticas. Todo esto se debe traducir en umbrales críticos, que deben ser construidos por variedad y de forma local, esto último genera dificultades para su construcción, tanto en Colombia como en Chile, debido a que se debe invertir en investigación, lo que no siempre es fácil de realizar.

-M.L: Hay que considerar que Botrytis puede vivir en poblaciones dentro de un bloque, por tanto, hay que monitorear un número de aislados que sea razonable, que representen un espacio físico, una unidad productiva en particular. En segundo lugar, hay que determinar que pueden existir resistencias específicas o no específicas y que estas pueden ser dadas por mutaciones reportadas tanto como comunes como no tan comunes. Nunca una población de Botrytis va a ser necesariamente igual a otra dentro de un espacio, como un bloque, una finca o incluso un territorio definido a nivel de lugares de la sabana, departamentos, países, etc. Cada unidad productiva va a tener características diferentes, las cuales tienen que ser conocidas y atendidas de la manera lo más personalizada posible para lograr el control y el manejo que requiere.

– Ustedes señalan que el monitoreo es clave ¿Actualmente en Colombia los productores están haciendo monitoreo de Botrytis?

-M.L: Lo que se hace es evaluación de la eficacia de los productos quimicos en controlar Botrytis, o sea si los productos son capaces de controlarla eficientemente o no. Si lo piensas bien, esto no es caracterizar a Botrytis, sino que es entender a los productos químicos. Se necesita entender a este “superpatógeno”, conocer y caracterizar poblaciones, generar análisis históricos sobre carga de inóculos de Botrytis y sus grados de resistencia a través del tiempo. Solo se evalúa principalmente si el hongo fue controlado durante un momento programado del año y si ese control se mantiene tantos meses después o el próximo año, pero esa metodología sigue desconociendo al patógeno.

-Respecto a eso, ¿Cuáles serían puntualmente esos errores que se están cometiendo para controlar el hongo? ¿Cómo solventarlos?

-H.G. Siguiendo en la misma línea descrita, si bien las características del patógeno, como su virulencia y resistencia a fungicidas, por ejemplo, son importantes y debe ser parte del monitoreo continuo. Es un error creer que solo con buenos fungicidas acabaré los problemas de pudrición gris en mis flores. Cuando los problemas son grandes y continuos se necesita un conocimiento amplio de las poblaciones, pero al mismo tiempo se debe establecer análisis sobre mis rosas, que me respondan ¿Por qué se enferman? ¿Por qué hay susceptibilidad? Si hay resistencia a fungicidas cambiaremos los grupos químicos y sumaemos activos biológicos. Si la variedad es susceptible a pudrición gris, como es Orange Crush, aumentaremos el número de aplicaciones. Si continua el problema deberemos mirar las plantas, esencialmente los equilibrios entre nitrógeno y calcio. Además, no debemos olvidar la última pata de esta mesa, que es la poscosecha.

-ML: Un error es no entender las poblaciones del hongo y que su variabilidad genética puede hacer que los grados de resistencia sean distintos. Esto ocurre poque no se entiende su ADN ni su dinámica de población. Hoy en día el hongo se analiza una o dos veces al año, pero debemos ir más allá, es decir, entender como es el hongo en campo, cómo son sus dinámicas, cómo la aplicación de productos hace variar también a las poblaciones.

UN HONGO ALTAMENTE RESISTENTE

-¿Cómo es que Botrytis logra ser resistente a los fungicidas?

El estudio de las poblaciones de Botrytis bajo un esquema de monitoreo multifactorial y usando el método científico puede ser un proceso esencial para comprender el comportamiento de dichas poblaciones en pre y postcosecha y, de esta forma, ajustar los programas fitosanitarios a la realidad de la finca en cada proceso productivo.

M.L: La resistencia se suele dar por una presión selectiva. Significa que hay un estímulo que ataca al patógeno, pero este es capaz de defenderse de dicho estímulo. En este caso en particular, el estímulo es la aplicación de productos para controlar al patógeno, los cuales son principalmente químicos y ese estímulo, sumado a la variabilidad genética, a su capacidad de mutar y a la plasticidad que tiene el hongo para adaptarse a las condiciones del entorno, le permite crear estos mecanismos para que el producto químico no sea efectivo. Por eso es importante conocer los niveles de sensibilidad, porque dentro de una misma población pueden haber hongos más resistentes, otros menos resistentes e incluso otros que son sensibles. Al final, en esa población que comparte el mismo espacio físico, después de la aplicación del producto los sensibles serán controlados de manera efectiva, los con mediana resistencia podrían ser controlados y otros no, pero favoreceré la incidencia de los con alta resistencia, por lo que, con la aplicación de producto, en vez de controlar a Botrytis haré una selección de las cepas más seleccionadas y mejor adaptadas para el manejo del cultivo.

-¿Qué hace falta en Colombia para entender este fenómeno de resistencia a fungicidas en rosas?

H.G. Hace falta información, estandarizar análisis, difusión y publicación de resultados que queden disponibles para la industria, es indispensable generar una base de conocimiento. En Diagnofruit hemos comenzado un trabajo con Bayer que pretende establecer este conocimiento para saber dónde están los principales problemas asociados a resistencia en poblaciones de botrytis en rosas. Un proceso que debemos exigir a las casas comerciales es que cada vez que integren un fungicida al sistema se realicen los análisis que se denominan líneas base, de esta forma establecemos, por ejemplo, los niveles de EC50 (La mitad de la concentración efectiva máxima) a poblaciones que nunca han sido sometidas al nuevo fungicida y eso nos da la oportunidad de ver en el tiempo cómo evoluciona la población en el tiempo una vez que el producto sea incorporado al control.

-¿Existen técnicas para analizar dicha resistencia?

-HG: Existen varias técnicas para analizar la resistencia a fungicidas, clásicas en placas y basadas en biología molecular donde buscamos mutaciones en genes específicos. Para escoger por cual técnica me inclino, es clave la rapidez con que queremos los resultados, el tipo de activos a analizar y si hay historial o no. Aquí también nos encontramos con un hueco, y es que no hay mucha información disponible del comportamiento de las poblaciones locales en términos de EC50, lo que no nos deja comparar y determinar cuándo esta podría estar comprometiendo el éxito del control. Si parto de cero, y quiero saber el comportamiento de varias moléculas hacia una población de botrytis me conviene realizar pruebas convencionales; luego, contando con esos resultados podemos afinar con estudios de genética de poblaciones, para establecer, con precisión que tipo de mutación es la que domina hacia los grupos químicos que más me interesan, de esta forma voy escalando desde lo más general a lo más específico y profundizamos en los problemas específicos de mi finca.

Otro tipo de resistencia, que no debemos olvidar, es la que ejerce la planta sobre el patógeno, bajo esta mirada el equilibrio entre nitrógeno y calcio en distintos tejidos es fundamental; por ejemplo, hojas, pétalos y sépalos, deben ser analizados con técnicas de análisis foliar comunes. El objetivo de esto, de forma muy general, es aumentar el calcio en los tejidos y disminuir el nitrógeno, siempre de forma controlada y para esto debemos construir umbrales.

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