Biogram. Soluciones biológicas para una agricultura moderna
Nació como una empresa familiar y en doce años Biogram se ha afianzado como una de las líderes en la producción y comercialización de insumos biotecnológicos para la agricultura chilena. Hoy en día enfrenta dos retos importantes: continuar con el desarrollo de productos e iniciar el camino de la internacionalización en Perú y Colombia, dos mercados considerados clave por la compañía.
Su larga experiencia en biotecnología fue decisiva para que en 2004 un grupo de profesionales decidiese fundar Productos e Insumos Biotecnológios S.A. (Biogram). Así, con más de una década de trayectoria, es una empresa pionera a nivel nacional dedicada al desarrollo de insumos agrícolas de bajo residuo, con la misión de capturar y transformar el conocimiento biotecnológico en productos de alto valor para la agricultura chilena.
Actualmente cuenta con más de 30 productos, entre los que figuran biocontroladores, bioestimulantes, bioactivadores, acondicionadores de suelo, inoculantes e inductores de defensa de las plantas, entre otros; que son capaces de cubrir las necesidades actuales de la agricultura convencional y orgánica. “La base de la empresa es tener todos nuestros productos certificados, algo que hacemos a través de IMO y BCS, para así dar seguridad a cada uno de los productores para que no tengan problemas con la exportación de sus productos”, explica Eladio Armijo, gerente de ventas y marketing de Biogram.
Productos consolidados en Chile
En más de una década de desarrollo, el producto más destacado entre los que forman el portafolio de Biogram es Biobacter 84G®, cuyo principio activo es una bacteria, la cepa K84 de Agrobacterium radiobacter. Se trata de un bactericida biológico orgánico preventivo de la agalla del cuello o de la corona, una enfermedad de efectos irreversibles que ataca básicamente a los carozos, producida por la bacteria Agrobacterium tumafeciens biovar 1 y 2. “En Chile, Biobacter 84G® es usado mucho por los viveristas y también en las plantaciones nuevas de nogales y cerezos, pero también de almendros, berries, otros carozos y plantas ornamentales”, precisa Armijo. La unidad de 250 mL de Biobacter 84G® asegura un tratamiento para 2.500 plántulas pequeñas o 600 plantas de tamaño de establecimiento en huerto.
Biobacter 84G® es uno de los pocos productos existentes de este tipo en el mundo que contiene esta bacteria. Hoy en día sólo en EE UU, Holanda y Australia se generan formulados de similares características. Tras más de una década en el mercado, se ha aplicado en más de 30 millones de plantas en vivero y huerto y en ninguna de ellas se ha visto presencia de la agalla.
Otro producto exitoso es Harztop. Desarrollado a base del hongo Trichoderma harzianum, es un biofungicida efectivo en el combate de botrytis, que genera pérdidas de hasta un 20% en la producción de uva. Tras ensayos realizados en las temporadas 2012/13 y 2014/15 se demostró la efectividad de Harztop, ya sea sustituyendo o complementando la acción de los agroquímicos en los programas sanitarios, ya que se trata de un producto biológico preventivo de enfermedades de follaje y suelo. Además de la uva, Harztop puede ser usado en carozos, berries, hortalizas, cítricos y nogales. En uva de mesa, las empresas Viticultura & Fruticultura Asociados y Prokambium Consultores, comprobaron que Harztop es una alternativa para el control de botrytus en uva de mesa y que permite reducir el número de ingredientes activos o moléculas químicas restringidas presentes en la fruta.
Dentro del catálogo de la compañía también destaca BioRoot, un bioestimulante y promotor de crecimiento, compuesto de bacterias y hongos benéficos y concentrado de algas pardas, que contribuye al desarrollo de las raíces, mejorando la absorción de nutrientes y reforzando las defensas de las plantas. A BioRoot se suma la línea Metragram, para el control biológico de pololo dorado, gorgojo de los invernaderos, burrito de la vid, chanchito blanco, pololo café, cabrito de la frambuesa, pololo verde y capachito de los frutales.
Actualmente los productos de Biogram son usados por agricultores orgánicos dedicados a la producción de vino, arándanos, manzanas y kiwis. Pero es en la agricultura convencional donde ha habido un crecimiento importante en las ventas, ya que se están incluyendo dentro de los programas de manejo de control de plagas y enfermedades, reemplazando a algunos de los insumos químicos.
Aún cuando los agricultores son sumamente tradicionales a la hora de usar un producto u otro, el catálogo de Biogram ha penetrado con éxito en las diversas zonas agrícolas del país, desde Arica, pasando por Elqui y Limarí, hasta la zona centro y sur. “La comercialización ha sido directa y también con nuestros distribuidores, y los productores han aprendido a darle tiempo a este tipo de productos para que, por ejemplo, un hongo benéfico se vaya desarrollando”, sostiene Armijo. Generalmente los agricultores inician pruebas en un 10% de la superficie, que paulatinamente van aumentando hasta aplicar en el 100% del campo.
El hecho de estar en permanente contacto con los agricultores permite que los profesionales de Biogram puedan conocer cuáles son las reales necesidades de éstos. “Ellos son los que nos explican sus problemas y nosotros traspasamos esos requerimientos a nuestro departamento de I+D que se encarga del desarrollo de productos específicos”, explica el gerente de Biogram.
Biogram inicia el camino de la internacionalización
Entre los planes de futuro se concentrarán en la expansión internacional de la compañía. “Perú y Colombia son mercados interesantes que vamos a explorar”, confirma Armijo. Primero, se están encargando del registro de los productos en ambos países, para una vez que esté concluido ese trámite, iniciar una estrategia comercial con algún distribuidor local. Y lo otro es seguir desarrollando productos para el control del chanchito blanco. “Tenemos un producto, pero nuestro equipo de I+D está trabajando en hacerlo más efectivo y potente”, cuenta. Luego, tal como han hecho hasta ahora, viene la tarea de introducirlo en un mercado cada vez más exigente.