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Avances tecnológicos del avellano en Chile

05 de Mayo 2017 Equipo Redagrícola
Avances tecnológicos del avellano en Chile

Dr. Miguel Ellena Dellinger
INIA-CARILLANCA: fellena@inia.cl.

Durante los últimos años el avellano europeo ha experimentado un fuerte desarrollo en Chile, particularmente en la zona centro sur y sur del país, con fuertes incrementos de superficie plantada, la que hoy supera las 19.000 ha plantadas y produjo del orden de las 16.000 ton durante la temporada 2015/2016. El ”trend” de las plantaciones seguirá aumentando significativamente y por consecuencia los volúmenes de avellanas producidas. Los principales problemas técnicos actuales del cultivo por resolver son: un manejo más sustentable de plagas subterráneas, poda-manejo del vigor, nutrición, gestión del suelo y riego.

Se espera que el país llegue a sobrepasar las 30.000 ha con un volumen de producción cercano a las 60.000 ton, lo que posicionaría a Chile dentro de los principales productores a nivel mundial, probablemente en el 4 lugar ya que Estados Unidos posiblemente continué como tercer productor en importancia dado que en este país presenta un crecimiento interesante. Sin embargo, actualmente Chile es el único productor de contraestación con importancia en el concierto mundial lo que es una gran ventaja para la industria del avellano en Chile.

La industria mundial del avellano europeo se encuentra muy activa, en Italia por ejemplo, hay un plan para establecer alrededor de unas 20.000 ha e incorporar el cultivo en nuevas áreas que actualmente no se cultiva comercialmente el avellano, por ejemplo, como Emilia-Romagna, Toscana, Umbria, Basilicata, con el objetivo de diversificar la producción frutícola y por la alta demanda de la industria. Según los expertos en el mundo no existen riesgos de un “super-plus productivo”. No obstante Chile, como lo ha realizado para la fruta fresca de exportación, tiene que apuntar a producir avellanas de alta calidad. Ese será nuestro mayor desafío en los próximos años. Por otro lado, también será necesario ir pensando en incorporar valor agregado, con producción de materias primas semi-elaboradas para la industria y productos terminados tanto para el mercado interno como de exportación. Lo anterior considerando los importantes volúmenes de avellanas que se producirán dentro los próximos años.

En relación al sur de Chile, esta es una especie frutal de gran relevancia y representa un cultivo clave para el desarrollo de las regiones del Bío-Bío, la Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, siendo una alternativa a rubros tradicionales como cultivos anuales, ganadería y lechería, estos últimos con problemas de rentabilidad y que requieren ser manejados a gran escala para lograr márgenes interesantes. De ahí el gran interés en plantar avellanos por parte de productores e inversionistas.

DE LOS ERRORES INICIALES A LOS RECORDS PRODUCTIVOS

En la actualidad es necesario recalcar que en Chile los productores están incorporando tecnologías que apuntan a mejorar la producción y calidad de la fruta. De hecho los rendimientos son superiores a la mayoría de los principales países productores, significativamente más elevados, por ejemplo, a las

Huerto emboscado y falta de luminosidad al interior de la copa.

producciones de países como Turquía (1.200 kg/ha), principal productor mundial; en Chile muchos huertos superan los 2.500 kg/ha y algunos han llegado a producir sobre los 4.500 kg/ha. Lo anterior gracias a la investigación sistemática que se ha llevado a cabo por más de 10 años de la mano con los productores y empresas asociadas al rubro y validación de tecnologías del exterior que han sido posible gracias a una serie de misiones tecnológicas realizadas tanto en Europa como Estados Unidos por parte de productores e investigadores y también por aportes tecnológicos tanto de productores de vanguardia como de la industria del avellano en Chile.

Como en toda nueva actividad, en los inicios del sector (a partir del 2005-2007) se cometieron muchos errores debido a la falta de información y tecnología “made in Chile”. Se utilizó en su gran parte información técnica proveniente de Europa, generada bajo condiciones de cultivo diferente a las nuestras y por lo tanto no apropiadas para nuestro medio ya que los problemas del cultivo son diferentes y muchas veces son específicos como es el caso de plagas y enfermedades. Un ejemplo clásico es el ataque de plagas subterráneas nativas como los burritos o cabritos (Aegorhinus superciliosus y A. nodipennis).

LOS PRINCIPALES DESAFIOS DE LA ACTUALIDAD

Los principales problemas técnicos actuales del cultivo por resolver son: un manejo más sustentable de plagas subterráneas, poda-manejo del vigor, nutrición, gestión del suelo y riego.

¿Cómo los vamos a abordar? En el caso de plagas subterráneas, actualmente la incidencia de burritos es menor por los programas de control químico implementados en la mayoría de los huertos comerciales. Esto no significa que el problema se haya solucionado como creen algunos productores y asesores, más aun, no es una solución sustentable en el tiempo. Las plagas subterráneas siguen siendo un problema latente para el cultivo y a la larga la constante aplicación, principalmente de insecticidas, genera la resistencia de los insectos a estos químicos, obligando cada vez al uso creciente y con mayores dosis, así como a la búsqueda y obtención de moléculas más tóxicas para las plagas. La consecuencia de corto plazo es el agravamiento de los problemas y el surgimiento de nuevas plagas, la alteración y contaminación del ambiente, poniendo en peligro la salud humana.

Es necesario poner una alerta sobre la gravedad en el uso indiscriminado de los pesticidas y también es necesario crear conciencia del peligro que implica el uso de substancias tóxicas para el control de plagas, enfermedades y malezas. Por ello, nuestra sugerencia es desarrollar estrategias y tácticas de control, de acuerdo a los principios del Manejo Integrado de Plagas (MIP). En la actualidad no se concibe la producción de alimentos sin la aplicación del MIP para mantener las poblaciones de fitófagos en niveles que no afecten la rentabilidad del cultivo. La acción de control bajo el criterio de MIP debe considerar, no solamente la implementación de un método de control, sino que la utilización coordinada e inteligente de varios métodos (físico-mecánico, cultural, etológico, biológico, químico). El objetivo es conseguir una reducción poblacional significativa, donde el control químico debería utilizarse como último recurso y con una elección adecuada del producto, prefiriendo aquel que sea el más amigable con el ambiente para evitar un desequilibrio mayor y muy especialmente se debe considerar la protección de la salud del aplicador y de los consumidores.

Actualmente, junto a una empresa nacional y otra extranjera, estamos formulando un proyecto para mejorar un prototipo desarrollado para el control físico del insecto. Esta tecnología va permitir bajar significativamente el uso de insecticidas con todas las ventajas que ello implica. Esperamos comenzar a realizar las pruebas del equipo con productores de avellanas durante la próxima temporada. Esta tecnología permitirá a su vez el control de esta plaga en otros frutales de importancia como son arándanos y frambuesos y contra otras plagas de la madera que afectan a diversas especies frutales.

PODA PARA REGULAR LA ACTIVIDAD VEGETATIVA Y REPRODUCTIVA

En la actualidad existen muchos huertos que evidencian claramente un exceso de vigor, el que está afectando la producción y la calidad de las avellanas. Este problema parte desde la formación de los huertos. La poda comprende diferentes labores realizadas directamente en el árbol, para modelarlo según una determinada forma y regular su actividad vegetativa y productiva.

En los primeros años de establecimiento del huerto, una poda de formación racional de los árboles tiene como finalidad constituir en un plazo relativamente breve la formación elegida de la estructura, en función de las condiciones agroecológicas y agronómicas específicas de cada lugar. Por lo tanto, el objetivo de la poda es formar el árbol, rebajando las plantas a diversas alturas, en relación a la fertilidad del suelo y de la forma de conducción elegida (Multieje, monoeje, vaso arbustivo, palmeta). Este tipo de poda es indispensable para asegurar el equilibrio futuro de los árboles y a la vez simplificar las futuras podas de fructificación de los árboles adultos; adicionalmente favorece la iluminación y aireación de la copa de los árboles. La poda racional de los árboles de avellano requiere un conocimiento previo de la fisiología, comportamiento biológico, hábito de crecimiento de la variedad, fructificación y vigor de la variedad.

Huerto nuevo conducido en monoeje.
Huerto nuevo conducido en multieje.

Inicialmente, cuando comienzan las plantaciones comerciales de avellano en Chile, las podas de formación eran mínimas y en muchos casos se dejaron crecer libremente los árboles por un periodo muy prolongado, lo que afectó la formación provocando un atraso en la entrada en producción y repercusiones significativas en los niveles productivos. Lo anterior por falta de conocimiento, información y creencia de que los avellanos no necesitaban ser podados. Sugiero que en la construcción del esqueleto productivo (nuevos huertos a establecer) se privilegie la obtención de la mayor superficie fotosintética con el menor esqueleto posible. Nuestro objetivo es producir avellanas y no leña como ocurre hoy en muchos huertos adultos en Chile. La copa debe quedar bien expuesta a la luz y al mismo tiempo sostenida por una estructura sólida, capaz de soportar a futuro elevadas cargas de avellanas. Es necesario resaltar, que los árboles requieren poca poda luego que la estructura productiva ha sido formada. Por el contrario, se ha demostrado que las podas fuertes pueden prolongar el período improductivo de los árboles, induciendo un mayor crecimiento vegetativo.

La poda de producción se realiza principalmente durante el invierno en plantas en estado de reposo vegetativo, con pocos cortes de poda, con el fin de eliminar principalmente ramas secas, enfermas, senescentes y mal ubicadas. En estudios recientes se ha investigado el efecto de diversos métodos de poda de producción -basados principalmente en diferentes intensidades de poda sobre la madera- en el desarrollo vegetativo, penetración de la luz en la copa y superficie del suelo, producción y características tecnológicas y cualitativas de las avellanas. La falta de poda de producción ha evidenciado una progresiva reducción del vigor de los brotes, aumento de ramas secas, principalmente en la parte más baja, escasa penetración de luz al interior de los árboles, reducción en los rendimientos y calidad de las avellanas. Se ha evidenciado correlaciones entre la longitud y formación de yemas mixtas. De acuerdo a nuestros estudios y a lo investigado en otros países, los brotes de un año deberían tener una longitud de al menos 15-20 cm. Lo que está ocurriendo hoy en algunos huertos más antiguos -sin poda- es una menor producción de yemas a flor dentro de la copa de los árboles, con un desplazamiento de la producción de avellanas hacia el exterior. Hay que estar muy atentos ya que esta situación conlleva fácilmente a la alternancia en la producción y una progresiva disminución productiva, particularmente en la parte basal e interna del árbol.

UNA ALTERNATIVA ES MECANIZAR LA PODA

La poda mecanizada es la alternativa para el tamaño de los huertos existentes en Chile dada la escasa disponibilidad y costo de la mano de obra. Las podas mecanizadas realizadas racionalmente permiten

Poda mecanizada.

contener la alternancia de producción (años de carga y años de escasa carga de fruta). No obstante, en el primer año (luego de realizada la poda) se produce una pérdida importante de la producción, debido a la eliminación de ramas con presencia de flores femeninas polinizadas o frutos en formación en el caso de podas en verde (primavera-verano). No obstante lo anterior, las pérdidas de rendimiento se recuperan parcialmente al segundo año después de efectuada la poda. Cabe destacar, que luego de dos años de realizada la poda mecánica se recuperan los rendimientos, con incrementos significativos respecto a huertos no podados. Por ello, sugerimos que la poda se realice cada 3 años para mantener la producción y calidad adecuada de la fruta, y así contener el “añerismo” de los huertos. En relación a la poda en verde (primavera-verano), esta puede ser una buena alternativa para el sur de Chile dado que se podrían evitar eficazmente las enfermedades fungosas y bacterianas de la madera.

Estamos montando ensayos en esta línea de investigación ya que es necesario poner a punto esta tecnología para las variedades cultivadas en Chile, particularmente las de mayor vigor, como Barcelona y Tonda di Giffoni, esta última de menor vigor, dependiendo de los sitios de plantación.

*La segunda parte de este artículo, que trata de nutrición, fertilización foliar, gestión de suelo, riego y modernización del cultivo, será publicada en la próxima edición de Redagrícola.

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