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Producción en el Huila rompe paradigmas

Arándanos en la periferia del desierto colombiano

Dos inversionistas están demostrando que el arándano también se puede producir en zonas desérticas de Colombia. Impulsados por un experto peruano, levantaron un huerto en el área de influencia del Desierto de La Tatacoa (a solo 575 msnm y temperaturas que van desde 30°C a 40°C) del cual esperan obtener este año unas 10 t/ha, que destinarán en su totalidad a satisfacer las necesidades del mercado local.

06 de Octubre 2023 Ximena González Vidal, desde Colombia.
Arándanos en la periferia del desierto colombiano

Desafiar el clima y los manuales de cultivo fueron las premisas de dos emprendedores del departamento del Huila que se embarcaron en toda una aventura: producir arándanos a 40°C en Colombia.

Y es que bien dicen que ‘el mundo es de los atrevidos’, y este parece ser el impulso que tuvieron Fermín Canal, médico cirujano de profesión y el contador público Mario Falla, quienes decidieron hace tres años establecer un cultivo de arándanos en la finca Altagracia, en zona rural del municipio de Tello.

Hoy son pioneros en la zona. Rompieron paradigmas y decidieron seguir el modelo de cultivo de países vecinos y ubicados a solo 575 msnm y con temperaturas que oscilan entre los 30°C y 40°C. Hoy producen arándanos en la periferia del Desierto de La Tatacoa, y toda su cosecha es comercializada con éxito en la región.

Fermín Alonso Canal y Mario Falla Chico cuando decidieron emprender en el negocio de arándanos.

Como una locura, así fue vista su iniciativa, pues esta baya generalmente prospera en pisos térmicos altos por encima de los 1.200 msnm y temperaturas bajas, entre los 12°C y 18°C.

Sin embargo, tenían algunas razones para iniciar este proyecto, por ejemplo, el tipo de suelo franco-arenoso con el que cuenta el predio, la alta demanda de la fruta que hay en la zona, y la voz de aliento de un experto peruano que les motivó a iniciar con un cultivo piloto de media hectárea. Gracias a esto, extrapolaron un caso de éxito del norte del Perú donde se siembra arándanos en condiciones semiáridas, las mismas que tiene Tello, Huila.

“Inicialmente en esa zona teníamos un cultivo de uva de mesa Red Globe, plantas que trajimos a través de un vivero peruano que tiene sucursal en el Valle del Cauca. Cuando nos visitaron para la asistencia técnica nos comentaron que climatológica y geográficamente, la zona se les hacía muy similar a la zona norte del Perú donde se cuenta con una alta producción, no solamente de uva, sino también de arándanos”, recuerda Canal sobre.

Hoy, el huerto de arándnos tiene 1,5 ha en producción y otras tantas que están en proceso de formación.

A la fecha, toda la plantación se encuentra en suelo y al aire libre.

FRUTA EN UNA ZONA ‘IDEAL’

Menciona que inicialmente debieron hacer análisis de suelo y agua y con los resultados se vieron aún más motivados para empezar con el huerto de Arándanos del Huila.

“En la zona contamos con suelos arenosos y sabemos muy bien que el arándano es una planta delicada, que no resiste encharcamientos y obviamente estos suelos drenan fácilmente”, explica sobre una zona con suelo de pH ácidos y con una radiación solar importante durante un periodo amplio del día, con buenas horas de luminosidad lo que les permite cosechar fruta entre 13° Brix y 18° Brix.

Asimismo, Canal señala que si bien no se cumplían los requisitos de horas frío nocturnas que requieren algunas variedades de arándano, con la variedad Biloxi que fue la que plantaron, no hubo limitantes por este aspecto pues es la que mejor se adapta a climas tropicales.

Los cultivos se encuentran ubicados en la periferia del Desierto de la Tatacoa.

El inicio no fue fácil. Los empresarios comentan que tras la plantación (realizada el 20 de junio de 2020), de las 3.000 plantas que llevaron a campo solo prosperaron 2.000, a lo que debieron responder con resiembras y agronomía aplicada y los resultados fueron favorables.

Actualmente miden diariamente cada variable que pueda afectar el cultivo, como pH del terreno, conductividad eléctrica, acidez del agua, temperatura y humedad ambiental, entre otros factores que pueden incidir en el desarrollo del cultivo.
“Cuando empezamos no tuvimos en cuenta ciertas recomendaciones agronómicas específicas, como la medición de pH y de conductividad eléctrica del agua con la que regamos y tuvimos una mortalidad de alrededor de 1.000 plantas”, dice Canal y menciona que, tras las correcciones realizadas, lograron que las plantas restantes se desarrollaran adecuadamente.

Frente a esto, Canal índica que este cultivo tiene un manejo agronómico como cualquier otro y requiere algunos insumos especiales teniendo en cuenta la etapa fenológica en la que se encuentre. “Con el análisis de suelo que se hizo inicialmente, debimos seguir unas recomendaciones técnicas en cuanto a la estrategia de nutrición que requería la planta, también por las temperaturas de la zona, debimos tener en cuenta la cantidad de agua que se debe utilizar diariamente para el riego, la medición del pH que debe estar en alrededor de 5,5 y la conductividad eléctrica del agua con la que se riega ojalá menor de 1, pero podemos llegar hasta 1,2 dependiendo de la cantidad de sales o de abonos que utilicemos en el sistema de riego”, explica. Además, hoy realizan una nutrición dirigida a los requerimientos de la planta, el que van modificando de acuerdo al comportamiento de la planta, haciendo dos o tres pulsos de riego, , dependiendo de la intensidad lumínica.

La plantación cuenta con 3.500 plantas de la variedad Biloxi.

Para el riego y al estar en una zona desértica, han debido recurrir a la construcción de un pozo, donde captan agua a una profundidad de 120 metros. La disponibilidad de agua es una limitandte para seguir expandiendo el huerto. “De hacerlo, necesitaremos otro pozo”, precia Canal.

A la fecha, toda la plantación se encuentra en suelo y al aire libre, como ellos mismos dicen, bajo la inclemencia del sol y el agua. Sin embargo, con los manejos agronómicos y programa de riego han logrado sacar adelante la plantación, en una zona donde no caen granizos, como sí ocurre en el altiplano cundiboyacense, una de las principales zonas productoras de arándanos en Colombia. “Ahí obligatoriamente hay que hacer el cultivo bajo invernadero, si no se hace así una granizada puede acabar con todas las plantas”, dice.

De otro lado, el empresario manifiesta que cuando hay épocas de lluvias muy fuertes, lo que hacen es estar atentos para verificar si hay encharcamientos y hacer sistemas de drenajes. Por el contrario, el exceso de radiación solar no ha significado mayor problema. “En Olmos, en Perú, también tienen temperaturas bastante altas y la mayoría de sus cultivos tampoco están bajo invernadero y aun así es una zona donde se produce bastante arándano”, comenta.

UN ESFUERZO QUE RINDE FRUTOS

De acuerdo con Mario Falla, a los diez meses de plantadas, exactamente el 16 de abril del 2021 recogieron su primera cosecha, aunque en un inicio era incipiente ha ido aumentando en volumen y a la fecha, cada semana recolectan fruta. “En ese primer año de producción cosechamos más o menos 0,5 kg/planta y esta campaña esperamos obtener unos 3 kg/planta, que al final de la campaña serán entre 9 y 10 toneladas de fruta”, proyecta el productor.

Falla también comenta que inicialmente llegaron a pensar que pasada una cosecha debían esperar cierto tiempo para volver a producir, pero resalta que desde su primera cosecha todas las semanas tienen fruta, caso contrario a lo que ocurre en países productores como Perú, Chile, entre otros, que tienen estaciones. Bilberries tiene la ventaja de tener cosecha todo el año, aunque con semanas o meses con picos productivos y otros donde se reduce la producción. La meta: seguir creciendo.

Así, los ‘señores de los arándanos’, como dicen son conocidos en la zona, continúan al frente de ‘esta locura’, de este negocio que rompió paradigmas en el Huila y que hoy se vislumbra como una oportunidad de negocio en un departamento que tiene, pese a lo que muchos pensarían, todas las condiciones agroclimáticas para el desarrollo de este cultivo. “Sin duda, la idea es crecer y tener más área de producción. Pero de momento, una de las principales limitantes que tenemos es la disponibilidad de agua, debemos hacer otro pozo y buscar los recursos económicos para plantar más superficie”, explica Canal y destaca que de momento exportar no es algo que les llame la atención.

“En Colombia hay más o menos 650 ha de arándanos en Colombia, principalmente en los departamento de Cundinamarca y Boyacá, y con eso no se alcanza a cubrir el 20% de la demanda de arándanos que hay en el país. Creo que hay un mercado muy grande en Colombia para los arándanos y el precio interno en el cual se vende hoy la fruta, es muy similar a lo que nos pagarían si lo estuviéramos exportando”, finaliza Fermín Alonso Canal.

En busca de apalancamiento financiero

Fermín Canal y Mario Chico, han sacado su emprendimiento adelante con recursos propios y hoy son pioneros en la producción de arándanos en este departamento, sin embargo, pensando en ampliar el cultivo y la producción, han realizado acercamientos con la Gobernación del Huila buscando apoyo. Adicionalmente están conversando con la Secretaría Técnica de la Cadena de Frutas y Hortalizas para hacer unos proyectos de investigación en variedades y ver la posibilidad de tener ayuda en recursos para ampliar el cultivo. “Queremos fortalecernos, pero para ello debemos hacer una inversión en infraestructura. Sin embargo, primero queremos tener una experiencia sólida con esta superficie de 1,5 ha y luego buscar un apalancamiento financiero para sembrar dos o tres hectáreas más”, manifiestan estos emprendedores.

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