Los costos globales de producción de los agroquímicos, superan los 25 mil millones de dólares al año y cerca de 2,25 mil millones de kilos de activos se liberan cada año (Law, 2001). La realidad es que solo el 1% del producto alcanza el “objetivo”, ya que un 25% va al follaje, un 30% al suelo y el 44% restante, es liberado al ambiente (Ríos et al., 2010). Es así, que las aplicaciones agrícolas son costosas, contaminantes e ineficientes y es imperativo mejorar la calidad de las mismas para obtener producciones rentables y sostenibles en el tiempo.

Las ineficiencias, incrementan los costos de producción y aumentan los riesgos de sobre-dosificación o sub-dosificación. A menudo, se otorga más importancia al producto químico que a la máquina aplicadora, sin considerar que las pulverizaciones requieren de equipos de buena calidad y en buen estado para conseguir la máxima efectividad (Bongiovanni, 2003).

En este contexto se impone la tecnología electrostática ya que es capaz de depositar uniformemente el producto, superando a los métodos hidráulicos y neumáticos (Soares y Maciel, 2002). Sin embargo, las pulverizadoras electrostáticas estándar tienen la desventaja respecto a las máquinas VMA de usar boquillas, las que requieren calibración y mantenimiento ya que se desgastan afectando la forma, distribución, caudal y dirección del chorro del caldo asperjado.

APLICACIONES EFICIENTES CON O SIN ELECTROSTÁTICA

En 2015 llegó a Chile una pulverizadora capaz de llenar el vacío en los sistemas de aplicación disponibles, dado que conserva las ventajas de la tecnología electrostática, pero permitiendo variar el volumen de mojamiento (80-2000 l/ha), de manera de que pueden realizar aplicaciones de excelente cubrimiento y al mismo tiempo reducir la contaminación por pérdidas de producto.

Las máquinas VMA, cuyo representante en Chile es DIMAG SPA y que M&V distribuye en forma exclusiva, son de origen italiano, fabricadas por una empresa familiar con más de 50 años de experiencia en atomizadores de bajo volumen. Son máquinas tremendamente versátiles, en alto y bajo volumen, con o sin carga electrostática, según las necesidades de cada productor. Esto evita que, como ocurre con las electrostáticas convencionales, se utilicen sólo un mes al año sólo para aplicar reguladores de crecimiento.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS SUPERIORES

Estas máquinas tienen como principio de funcionamiento el “Efecto Venturi”, por el que el viento generado por la turbina pulveriza la gota logrando un tamaño de entre 80 y 100 micras, evitando el chorreo y cubriendo por completo el objetivo. La potencia de viento que genera la turbina es de 75 m/s, lo cual permite llegar con el producto a todo el follaje de frutales tales como cerezo, pomáceas, uva de mesa, cítricos, entre otros.

“Considerando la tendencia general de bajar los mojamientos pero con buen cubrimiento y ahorro de tiempo de aplicación, en base a esta tecnología en 2017, esperamos tener un importante crecimiento en las ventas respecto del año pasado”, explica Salvador Quesney, encargado línea maquinaria de Martínez y Valdivieso S.A.

La pulverizadora VMA posee un sistema de toberas en lugar de boquillas, por lo que es muy versátil y resulta ideal para aplicar cualquier producto fitosanitario o nutricional, pues facilita la salida del químico evitando taponamientos, calibraciones y mantenimiento al que obligan las boquillas.

Esta innovadora tecnología supera por lejos a los turbo pulverizadores, los que operan con alto volumen, alta presión y una eficiencia menor al 30%, pero que además presentan mayores tiempos de trabajo y mayores pérdidas por escurrimiento y goteo; con gran riesgo para los operarios.

Durante la temporada 2015-2016, se realizaron varios ensayos de campo con los equipos VMA, que arrojaron excelentes resultados en fungicidas, reguladores de crecimiento, aplicación de Protone, utilizando mojamientos entre 500 y 800 l/ha y de paso, permitió reducir el mojamiento entre un 40% y un 60% respecto a una aplicación convencional.

En ese contexto, explica el agricultor Juan Antonio Chacón, de Agrícola Los Carrizos, “en todas las aplicaciones con la máquina Tendone en uva de mesa hemos hecho un seguimiento del mojamiento en base a papeles hidrosensibles y hemos analizado los residuos de los químicos aplicados. Con base puedo decir que la máquina ha cumplido a cabalidad con los objetivos en el caso de los fungicidas aplicados en flor y así mismo en las aplicaciones para color”. Por su parte el agricultor Rodrigo Cifuentes de Agrícola El Sagrado Corazón, señala: “Logramos mejorar la eficiencia de aplicación de modo de que de necesitar 7 días para aplicar el campo completo, pasamos con la VMA a demorar solo entre 3 y 4 días”.

MAYOR EFICIENCIA TAMBIÉN CON MAQUINARIA

“Dado lo importante de las aplicaciones para la calidad de fruta, este año incorporamos a nuestra línea, el modelo llamado “OPTIMA”, el que también cuenta con un sistema de venturi y ausencia de boquillas. Con OPTIMA, competimos con las máquinas convencionales a un precio acorde al mercado, pero logrando una aplicación realmente increíble y reduciendo los mojamientos de manera considerable”, señala Salvador Quesney.

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