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Entrevista a Alejandro Carvajal Gerente general de Fegurri

“Con 3.000 cajas/ha no es negocio. En Piura, el mínimo es 3.500 cajas/ha de buena calidad”

Los efectos de las recientes lluvias de gran intensidad, así como las altas temperaturas por efectos del fenómeno de El Niño, están originando estragos en la producción de uva de mesa en Piura. Según cálculos de los productores, habrá una caída del 30% en la producción de esta fruta, durante esta campaña. Pese a ello, Alejandro Carvajal considera que Piura va a seguir siendo en los próximos años una zona productiva de importancia de uva de mesa para el país, aunque destaca que aún existen algunos desafíos pendientes, como la mejora de la calidad.

02 de Octubre 2023 Marienella Ortiz
“Con 3.000 cajas/ha no es negocio. En Piura, el mínimo es 3.500 cajas/ha de buena calidad”

“Cuando vino la inducción floral en la etapa de formación de la uva de mesa, gran parte de los parrones estaban inundados de agua en Piura”, relata Alejandro Carvajal, gerente general de Fegurri, sobre los acontecimientos que enfrentaron los productores, tras el ciclón Yaku y El Niño Costero en meses pasados. Como resultado, refiere que habrá una caída de 30% en la producción de fruta por los temas climáticos. Sin embargo, esa afectación aún no toma en cuenta los posibles impactos de las lluvias anunciadas para fin de año, producto del fenómeno de El Niño, denominado Global.

Como Fegurri, Carvajal adelanta que la expectativa es alcanzar las 4.000 cajas por hectáreas para tener ganancias o, por último, las 3.500 cajas por hectárea de buena calidad para que sea negocio. Todo ello dependerá de cuándo arranquen las precipitaciones anunciadas, sea en noviembre, diciembre o enero. En todo caso, dice que apuestan a que las primeras lluvias ocurran cuando hayan sacado el último racimo de uva de mesa del campo.

“Por la cantidad de agua, la planta tiende a cerrar estomas y no trabaja, entonces no metaboliza, se queda un alto contenido de amonio, se produce un aborto de frutos malformados, además de asfixia radicular lo que genera muerte de estas. Por ello, las estimaciones para la producción de Piura muestran una caída de 30% menos de uva de mesa. Ahora, la preocupación es descifrar qué va a pasar de confirmarse el fenómeno de El Niño Global, sobre todo si llueve y tenemos fruta colgada”, apunta.
Por lo señalado, destaca que es una campaña de mucha incertidumbre, porque nadie sabe con certeza con qué volumen se llegará a los mercados de destino.

Se estima que habrá un 30% menos de fruta en Piura, debido a las alteraciones climáticas de los meses pasados.

-¿Cuál es la situación actual en la producción de uva de mesa en los campos de Piura?
-Hoy en día, hay mucha incertidumbre. Las variedades licenciadas tienen una buena fertilidad, pero por el evento climático de El Niño y del ciclón, tenemos situaciones en que variedades más delicadas, como la Sweet Globe, se están sobre raleando y los racimos se están quemando. Por eso, vemos una caída de volumen de producción en parrones que están iniciando su brotación y cuando deben cuajar se empiezan a quemar los racimos y, finalmente, hay solo un tercio de lo estimado. Son los efectos negativos que ha dejado la lluvia.
-Entonces, la situación es complicada para la mayoría de variedades de uva.
-Las variedades tradicionales vienen de por si con menos fertilidad y con un evento climático como el actual, les baja aún más. En el caso de Sweet Globe, por ejemplo, en la brotación se han quemado muchos racimos o se han terminado momificando o abortando. Por otro lado, tienes plantas débiles que en la etapa de formación, cuando debían nutrirse, muchas de ellas se vieron afectadas por el agua, por asfixia radicular, entonces no tuvieron una buena formación, es decir que los cargadores no se formaron. Paralelo a ello, tienes el tema sanitario con el mildiu que se gatilló con la lluvia de verano y que hoy día tiene una fase asexuada más resistente a los fungicidas. Además, las lluvias han traído una mayor presión de trips y algo de oídio. Entonces, tienes esos problemas en campo: una baja fertilidad y problemas sanitarios.
-¿El mayor impacto está relacionado con los campos que no sacaron rápidamente el agua?
-Durante el periodo de lluvias, nosotros sacamos alrededor de 30.000 metros cúbicos del campo. Si nosotros no hacíamos ese trabajo de sacar el agua, no tendríamos la fertilidad o la producción que tenemos hoy día. Las plantas ya habrían muerto por hongo de madera, exceso de agua y asfixia radicular. Si tienes el plan de contingencia, de sacar el agua, de llevarla a un reservorio, de no dejarla en el campo, habrá una recirculación que asegura el oxígeno para la raíz. Es fundamental que tu cultivo escape al impacto negativo de la lluvia. En ese sentido, Piura no es fácil. Cuando llueve no puedes entrar a aplicar y te atacan las plagas y hongos. Entonces, hay que ver alternativas, quizá darle opción a alguna empresa dedicada a la aplicación mediante drones.

La empresa viene preparándose con la instalación de más drenes en las zonas bajas del campo, como respuesta a las posibles lluvias intensas en los próximos meses.

-Ustedes ya habían trabajado el trabajo de drenes. ¿Vienen realizando algunos otros trabajos?
-Se viene trabajando más drenes en las zonas más bajas del campo para poder sacar el agua y salvar las plantas. Con lo pronosticado, se estima que viene un evento climático muy potente, con mucha lluvia. Por lo tanto, todo lo que se haga debe ir en beneficio de la planta. Algunos han dejado el campo bajo agua porque ven imposible sacarla, pero no lo es, hay que intentarlo y así atenuar el impacto negativo. Con las recientes lluvias nos dimos cuenta que habían sectores que requerían de más trabajo. En la actualidad, estamos dejando el campo implementado de drenes con estaciones de bombeo para poder sacar toda esa agua y llevarla al reservorio. Esa es una inversión que se depreciará en 20 años, pero vas a salvar el campo y eso te permite estar en este negocio. Si mueren tus plantas, voy a tener que hacer un desembolso mayor para cambiar el cultivo y estar un año sin producción.
-¿Qué otras estrategias están tomando para hacer frente a las lluvias de El Niño?
-Nosotros podamos temprano para adelantar la temporada en un mes, de tal manera que se termine el 15 de diciembre. Lo importante es que no llueva hasta esa fecha, es lo que confiamos. En 2017, durante El Niño de ese entonces, las lluvias empezaron en enero. Otra de las razones para adelantar la cosecha, fue para no cruzarnos con los volúmenes de Ica y del norte de Chile, que es Copiapó, porque tuvimos tres años seguidos en que bajaron los precios en las semanas 5 o 6 del año. Esas son las estrategias que hemos tomado para poder atenuar el tema de la lluvia y garantizar un mejor precio.
-¿Una menor producción de alguna manera tendrá un impacto en los precios comerciales?
-La demanda es la misma, solo que habrá menos volumen, así que podría tener un efecto en el precio. Al haber una menor oferta va a haber un mejor retorno, siempre y cuando la lluvia lo permita, porque podemos tener hoy día la fruta, pero si llueve te va a afectar la producción. Al haber un 30% menos de fruta en Piura, el precio se verá afectado. Sin embargo, este análisis es maquiavélico, porque puede haber un mejor precio, pero si no llegas al punto de equilibrio de la producción por hectárea, te afectará igual.
-¿Cuál es el punto de equilibrio que manejan para lograr una rentabilidad?
-Para que esto funcione tienes que tener por lo menos 3.500 cajas por hectárea. Hoy estimamos que tendremos 4.000 cajas por hectárea. Esperemos que no llueva a fines de año, porque de esa forma aseguramos esas 4.000 cajas. Ahora si llueve, lo que tenemos que enfocarnos es en llegar a 3.500 cajas para no perder, para que al menos empatemos. Sin ninguna duda, todos tienen estrategias diferentes. Muchos no podrán adelantar su campaña porque no se lo permite el huerto. Nosotros tomamos la decisión de podar un mes antes que la temporada pasada, porque nuestro trabajo de formación lo permitía. O sea, ya estábamos con cargadores formados y con una buena fertilidad también, es decir ya teníamos los 170 días o 180 días de etapa de formación. Es difícil adelantarse cuando no tienes días como mínimo, porque si no ahí vienen los problemas en el desarrollo de racimos inmaduros. Por lo tanto, te arriesgas a tener una menor fertilidad, porque obviamente vas a podar temprano con una planta inmadura, yema inmadura, racimo inmaduro, que cuando empiece a brotar puede volverse un zarcillo o un racimo corrido que se va a sobre ralear naturalmente. Por otro lado, tienes la situación de lluvias que afectaron a los campos en plena inducción floral y no pudieron hacer la inducción floral. La yema no tuvo una inducción a fruta, sino a brote vegetativo. Algunos están esperando que eso mejore, pero eso no va a cambiar si la inducción ya se produjo. Un cargador inmaduro ya no va a cambiar su situación. Hace un mes atrás (la entrevista se hizo en quincena de julio), había un 50% de plantas que todavía no se estaban podando por esa razón.

Fegurri espera producir unas 4.000 cajas por hectárea, pero ello dependerá que puedan cosechar antes que comiencen las lluvias anunciadas para fin de año o comienzos del 2024.

-Siendo este tema climático recurrente en Piura, ¿cuál crees que es el futuro del negocio de uva de mesa en la región?
-Piura va a ser la zona uvera del Perú, porque no deja de tener una ventana comercial interesante que es cuando termina Estados Unidos y se queda sola. Solo está Brasil pero no es un competidor porque toda la fruta se queda en el mercado interno y no es de calidad. Los compradores quieren la cadena completa y por eso empiezan con Piura, Ica y Chile. Piura tiene mucha ventaja por sobre el resto de los productores de Perú y Chile. Sin embargo, hay desafíos pendientes para Piura que pasan por tratar de mejorar la calidad y la condición de la uva. Entonces, es necesario tomar una buena decisión de las calidades a enviar a diferentes mercados.
-¿Cuál es la percepción de la uva de mesa piurana en los mercados?
-La calidad de Piura tiene criticas por lo irregular de su condición, siendo algunas buenas y otras de muy baja calidad y condición, en esto debemos enfocarnos para mejorar. Para que Piura se consolide como un buen productor de uva de mesa debe ser más estricto en lo que envía a los diferentes mercados. Hoy día se embarca fruta de diferentes calidades, CAT1, CAT2, y eso hace que al mercado de destino llegue mucho volumen de fruta y una parte importante sea de mala calidad. Entonces, eso nos afecta a todos porque baja el precio general. Por cumplir metas, embalan todo y se ve afectado el precio. Para los que llevamos tiempo en Piura, nos hemos dado cuenta de que se puede producir una fruta con buena calidad y buena condición. Cuando tú consigues esos dos parámetros, calidad y condición, empiezas a ser reconocido a nivel mundial. No es casualidad que te llamen de todos los mercados tanto asiáticos, europeos, americanos, por fruta. La calidad nos va a diferenciar de la demás zonas productiva y así acceder a mejores precios.

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