MycoUp: innovadora tecnología de hongos formadores de micorrizas
M&V ha introducido al mercado chileno una tecnología patentada por la empresa española Symborg que se basa en un novedoso hongo formador de micorrizas llamado Glomus iranicum var. tenuihypharum. Esta especie fue descubierta por los investigadores de Symborg en suelos altamente salinos. Y por esta razón se adapta de forma excelente a la agricultura intensiva, para ser aplicado a través del fertirriego. Entre sus principales ventajas por sobre las otras especies de hongos utilizados para formar micorrizas es que desarrolla abundante micelio fuera de la raíz, aumentando la eficiencia en la absorción de nutrientes y de agua. Además, no esporula dentro de la raíz, lo que le permite ahorrar energía a la planta y hacer más eficiente la incorporación de nutrientes y agua.
La palabra micorriza, de origen griego, define la simbiosis entre un hongo(mycos) y las raíces (rhizos) de una planta. Como en otras relaciones simbióticas, ambos participantes obtienen beneficios. En este caso la planta recibe del hongo; nutrientes minerales y agua, y el hongo obtiene de la planta, derivados del proceso fotosintético vegetal, hidratos de carbono que él es incapaz de sintetizar.
“Nosotros llevamos varios años buscando tecnologías innovadoras y sustentables para los agricultores nacionales. Y creemos que los productos de Symborg serán un gran aporte”, señala Alfonso Besa, Sub-Gerente de Marketing de M&V.
“Hemos realizado ensayos en muchos cultivos hortícolas y frutales donde se ha demostrado que la aplicación de este producto genera una serie de beneficios para las plantas como son:
• Incrementa el crecimiento vegetativo y los rendimientos agrícolas de las plantas, optimizando el aporte de fertilizantes y de agua al suelo.
• Aumenta la tolerancia de las plantas a la sequía y a la salinidad.
• Brinda cierta protección del sistema radicular contra enfermedades fúngicas.
• Mejora la calidad organoléptica de los frutos, así como la concentración de azúcares, expresada en grados Brix.
• Evita la degradación de los suelos, contribuyendo a su regeneración a partir de su efectiva red de micelio.
“Este producto se aplica a través del riego por goteo, haciéndolo coincidir con los momentos en que la planta genera los “flush” radiculares de los cultivos. En hortalizas se aplica normalmente una semana después de transplante. Y en fruticultura hay agricultores que realizan una nueva aplicación posterior a la cosecha para mejorar el desempeño radicular y potenciar a la planta para la siguiente temporada”, añade Francisco García Luna, asesor internacional de Symborg.