El reto de desarrollar la apicultura en el Perú
El Perú está próximo a consolidarse como un gran productor de paltas y arándanos, dos frutales que seguirán creciendo a buen ritmo en superficie hacia el 2020. Sin embargo, el asesor apícola Sergio de la Cuadra, advierte la poca importancia que se está dando a la polinización de eso cultivos, que en otras partes del mundo se viene realizando mediante el servicio tercerizado de colmenas y abejas. Por tanto, indica la necesidad de un desarrollo apícola local que acompañe el crecimiento de la producción frutícola peruana.
¿Las abejas son necesarias para la producción de paltas y arándanos en Perú? Pregunta similar se hacían hace 30 años atrás los fruticultores de Chile; más aún si había que depender de un proveedor externo para contar con insectos polinizadores. En la actualidad, esa pregunta fue superada, porque todos varios cultivos en Chile (los que las necsitan) instalan colmenas de abejas en sus campos y pagan por el servicio de apicultura. “Hoy la instalación de colmenas es parte de los factores de producción de los fundos para garantizar una buena producción”, afirma el asesor apícola, Sergio de la Cuadra.
El palto y el arándano son cultivos de polinización entomófila, es decir, que necesitan de insectos que trasladen el polen desde las flores. En el caso del palto, el polen y la parte femenina maduran a destiempo, es decir, que resulta imposible que una misma flor se autopolinice. Por lo tanto, necesita del polen de otra flor, que puede ser del mismo u otro árbol. En el caso del arándano, por la estructura de su flor y por su disposición colgante, tampoco logra polinizarse a sí misma. Quienes realizan esa labor son los insectos y, principalmente, las abejas.
Cuando los paltos y arándanos crecían de manera silvestre y en pequeñas cantidades, los insectos locales eran suficientes para garantizar la polinización. Esa situación es diferente ahora que los fundos manejan 100, 500 o 1,000 ha de producción de fruta. La cantidad de insectos silvestres no es suficiente para polinizar tal cantidad de flores. Por ello, la apicultura se ha desarrollo de manera profesional como una alternativa para ofrecer colmenas y abejas que garanticen frutas en cantidad y calidad.
En especial, la abeja melífera se ha convertido en el principal agente polinizador de los cultivos agrícolas, debido a que su manejo no implica mayor dificultad. Además, tiene una serie de adaptaciones anatómicas, fisiológicas y de comportamiento, que la hacen ser más eficiente que otros insectos polinizadores.
La abeja va a la flor no a polinizar sino a buscar alimento y la planta le ofrece un sebo o trampa que es el néctar (proteína) y polen (carbohidrato), para ser polinizada. Entonces, hay un beneficio mutuo entre abeja y planta. Cada abeja puede visitar de 500 a 1,000 flores en un solo viaje y puede en un día hacer un total de 10 viajes. Dentro de la colmena pueden vivir entre 10,000 y 40,000 abejas que salen a trabajar. En el caso de que solo hubiese 10,000 abejas, eso se traduce se traduce en 100,000 vuelos y en 100 millones de flores visitadas. “Ningún insecto puede equiparar esa tremenda capacidad polinizadora de la abeja que sale a juntar alimento aunque esté llena de miel. Es obsesiva por el trabajo, es parte de su naturaleza el salir a buscar alimento en las flores”, explica De la Cuadra.
Solo en California, donde hay 320,000 ha de diferentes cultivos, se necesitan más de 1,6 millones de colmenas en cada campaña. Debido a esta carga de necesidad polinizadora, el 90% de las colmenas de EE.UU se movilizan hacia esta zona productiva californiana. Para el apicultor este resulta un negocio atractivo, porque le pagan hasta US$200 por colmena en un mes. Y, si un apicultor tiene 1,000 colmenas, podría obtener facturar unos US$200,000 en un solo mes, monto que le permite financiar toda su campaña, además de producir miel o ir a polinizar otro cultivo.
Debido a estos precios actuales, un gran número de apicultores se trasladan en camiones durante varios días con sus colmenas para llegar a polinizar los almendros en California. Otro caso es el Kiwi que necesita de muchas colmenas.
DIFERENTES NIVELES DE DEPENDENCIA DE LA POLINIZACIÓN CON ABEJAS
El experto señala que el nivel de dependencia de los cultivos es distinta. Mientras el almendro requiere en un 100% de las abejas, el palto necesita un 82%, aunque dependiendo de las condiciones del cultivo, se podría llegar a un 90% y, lo mismo pasa con los arándanos, que necesitarían de un 70%, pero en ciertas condiciones requieren hasta un 90%. A diferencia de Perú, los huertos de paltos en Chile están rodeados de otro tipo de vegetación, donde hay insectos nativos que participan. Sin embargo, en Perú, la agricultura se ubica en zonas desérticas, dondehay una menor presencia de insectos nativos.
En el caso del arándano, el 70% de la polinización depende de la abeja y el otro 30% depende de otros insectos o de una pequeña autopolinización que da a su vez frutos pequeños. “Cuando un fruto de arándano es mal polinizado, el tamaño será pequeño, porque el calibre depende de la cantidad de semillas. Por eso es importante la polinización no solo para tener buena producción, sino para tener buenos calibres”, sostiene el especialista, quien agrega que las abejas no desaparecerán mientras siga desarrollándose la apicultura. Esto es muy importante porque cada vez más la sobrevivencia de las abejas depende de la acción del hombre, casi no hay enjambres silvestres, debido a los pesticidas, contaminación y pérdida de hábitat. De otro lado, cada vez más crece la superficie de cultivos que necesitan polinización. Entonces, se requiere un crecimiento a la par de superficie y abejas, pero eso no ocurre en la actualidad.
PRINCIPALES FACTORES QUE INFLUYEN EN LA POLINIZACIÓN
Es cierto que una buena polinización no depende solo de las abejas. El huerto está influenciado por su entorno como es el clima y viento, así como por el manejo agrícola. “Cuando florece el almendro en Chile, hay muchos días en que la temperatura no alcanza los 12ºC. Entonces, ese es un día perdido para la polinización, porque las abejas no salen a trabajar”, comenta el asesor apícola. Generalmente, los vientos no son una limitante, pero si en algún lugar su velocidad supera los 25 km/h, que es la velocidad de la abeja, puede ser una limitante. Cuando hay mucha ventisca, las abejas vuelan por debajo de los 50 cm para que nos les pegue el viento y no polinizan las flores de mayor altura.
Si bien es vital colocar un número de colmenas por hectárea, también hay otros factores a tomar en cuenta como la densidad de la plantación, la antigüedad del cultivo y la calidad de la floración, entre otros.
Además de la abeja melífera (Apis mellifera), hay otras insectos silvestres, como el bombus (abejorro), que en Chile apoya al trabajo de la abeja en arándanos. En Chile, cuando florece el arándano, puede haber lluvias e, incluso, la temperatura ni siquiera llega a los 7ºC, entonces, allí entra el trabajo del bombus, que resiste hasta los 2 o 3ºC. Claro está que es solo algo complementario, porque una colmena de bombus tiene entre 50 a 80 individuos, mientras que una de abejas tiene entre 10,000 a 40,000 individuos. También hay otros insectos como los dípteros, coleópteros, lepidópteros, entre otros, incluso hasta hormigas hacen una labor polinizadora.
Otro factor es que existe la competencia por atraer al insecto polinizador, pues puede haber flores más atractivas silvestres. Las abejas recorren entre 2 a 3 km, lo que significa en superficie unas 2,000 ha. A veces se les coloca en un terreno con 50 ha de palto, pero las abejas trabajan fuera de esa área porque encuentran algo más interesante más lejos con un mejor alimento. Por lo general, los bosques nativos o cultivos silvestres, incluso los cítricos, son más atractivos. Sin embargo, hay prácticas que permiten direccionar de alguna manera a la abeja. Entonces, no es solo llegar y poner las colmenas con las abejas, “sino que algunas veces se requiere diseñar estrategias si surgen problemas”, sostiene el experto.
Otro inconveniente recurrente es que el fruticultor se olvida de la presencia de las abejas y realizan sus aplicaciones de insecticidas y pesticidas. Todavía el agricultor no entiende que debe cuidar a las abejas y la solución es no aplicar nada durante la estapa floración. Los campos que producen almendros lo tienen claro y no realizan aplicaciones fitosanitarias durante la polinización. ¡Otra alternativa es aplicar de noche, porque incluso si se trata de productos inocuos las máquinas con aspersores de alta presión impactan a la abeja que está volando y ese golpe es tan violento que tira la abeja al suelo, mojada y muerta”, advierte el especialista.
Cuando se trata de productos sistémicos como los neonicotinoides, la planta lo absorbe, lo guarda y lo mantiene activo durante un buen tiempo; entonces, no solo mueren las abejas en el momento de la aplicación sino en los siguientes días, porque el producto sigue activo dentro de la planta y sale por el néctar o savia.
¿PROBLEMA U OPORTUNIDAD?
La superficie de paltos y arándanos crece muy rápido en el Perú. El primero ya alcanzó las 28,000 ha y el segundo las 6,000 ha. En total existen unas 250,000 colmenas en el Perú, la mayoría dedicadas a la producción de miel, según el censo del 2012. Esta cantidad de colmenas es muy inferior a la demanda y hay muchos pequeños apicultores con poca cantidad de abejas ni tampoco están organizados. “Esto que se puede ver como un problema también representa una oportunidad de negocio importante”, afirma Sergio de la Cuadra.
En Chile, la apicultura se desarrolla a partir de la creciente demanda de abejas para polinizar los campos. De acuerdo al catastro frutícola del 2016 de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) de Chile, son 300,000 colmenas que se utilizan para polinizar palto y otras 100,000 para el arándano. En total son 1,375,134 colmenas dedicadas a polinizar los cultivos exportadores chilenos. “Costó mucho que el crecimiento de colmenas fuese a la par con el crecimiento de la superficie de frutales en Chile. Hoy en día, Perú está en un momento similar, en que necesita de un mayor número de polinizadores”, explica De la Cuadra.
En Chile, hay cerca de 30,000 ha de palta, y se ocupan hasta 20 colmenas/ha, que se arriendan a un valor promedio de US$50/colmena. “Solo como a modo de ejemplo, un apicultor que tiene 1,000 colmenas obtiene US$50,000, con los cuales puede costear todos sus gastos durante un año y le queda además la producción de miel y la polinización de otros cultivos. Por eso han entrado cada vez más actores a la apicultura. En arándano llega a las 15,000 ha y se ocupan hasta 6 colmenas/ha, aunque hay casos en el que se han llegado a usar hasta 20 colmenas/ha”, explica el asesor. Así, por ejemplo, un apicultor de la zona central de Chile poliniza hasta cuatro cultivos en una campaña, empezando con los arándanos, para ir luego a los campos de paltos, almendros y kiwis.
En tanto, en Perú, hay 6,000 ha de arándanos, aunque se vaticina que esa superficie se duplicará en 2021, con fechas de floración que va de junio a julio y también de octubre a noviembre. Entonces, ¿qué va a pasar con la polinización de esos arándanos? ¿De dónde saldrán tantas abejas? ¿Van a estar organizados los apicultores? ¿Podrán responder de manera profesional? Son preguntas que aún se quedan sin respuesta para el asesor apícola.
OTROS IMPORTANTES PROBLEMAS QUE SE DEBEN SOLUCIONAR
Para el desarrollo del sector apícola en el país, el experto menciona que aún no se ha trabajado el problema de las abejas africanizadas, que tienen una genética proveniente del África y son muy agresivas. “La presencia de abejas africanizadas ha generado desastres en la industria apícola en cada país que fue llegando, pero muchos de ellos han desarrollado un programa genético para ir eliminarlas con éxito. Esto se hizo en México, Brasil y Argentina, pero no en Perú. Este es un tema pendiente”, advierte De la Cuadra y precisa que esto debiese partir de una política de Estado, ya que no es un trabajo individual.
Los agricultores con grandes extensiones de cultivos en el Perú están hoy buscando colmenas, pero lamentablemente se enfrentan a la falta de una oferta organizada. Algunos de ellos han decido autobastecerse, aunque eso signifique meterse en un rubro desconocido. Además del autoabastecimiento, otra alternativa es incentivar el desarrollo de apicultores locales o de la apicultora en general, finaliza el asesor.