Enfermedades de madera
Las enfermedades de madera, representan uno de los grandes desafíos tanto para la fitopatología, como para la producción frutal, dado por el alto impacto que tienen sobre la producción y sobrevivencia de los huertos, las complejidades asociadas al proceso de infección, que genera desafíos en cuanto a las alternativas de control, que son limitadas a una acción netamente preventiva, que además de lo escaso de las alternativas, posee dificultades logísticas para su aplicación. Sumando esto a que aún existen preguntas no resueltas, respecto a ciclo, proceso de infección y factores eco fisiológico involucrado.
Director Investigación y Desarrollo Bio Insumos Nativa.
Las enfermedades de madera, se asocian tradicionalmente a daños causados en tejidos lignificados por agentes infecciosos que atacan diversos cultivos, siendo los con mayor importancia relativa: vides, arándanos, nogales, granados y paltos. Dentro de los agentes más conocidos que producen este tipo de enfermedades ocasionados por hongos, se encuentran Plateado que es un hongo basidiomycete (Chondrostereum purpureum); los ascomicetes asociados a Brazo muerto, que comprende los hongos pertenecientes a Botryosphaeria, cuyas fases asexuales, Neofusicoccum, Fusiccocum, Lasidodiplodia y Diplodia, atacan gran cantidad de cultivos; y los asociados a la Enfermedad de Petri (Phaemoniella chlamydospora y Phaeocremonium spp).
La identificación de estos patógenos en campo es compleja, en especial cuando han pasado varias temporadas, donde la interacción con hongos saprófitos confunde los síntomas.
En general, uno de los primeros síntomas que deberían observarse, son alteraciones en el crecimiento de las plantas, seguido por síntomas de deficiencia y posteriormente marchitez. Al realizar corte en la madera, a grandes rasgos, daños en forma de cuña o “V”, se asocian a Botryosphaerias, mientras que la Enfermedad de Petri, debería verse como puntuaciones negras en los haces vasculares. Por su parte Plateado, tiene la particularidad de generar color plateado en las hojas, al realizar cortes, se observa una necrosis al centro del tejido leñoso y al pasar el tiempo y avanzar hacia la periferia, la formación de basidiocarpos (estructura reproductiva) tiene un color púrpura característico, que permite la dispersión del hongo.
EPIDEMIOLOGÍA
En general, las enfermedades de madera se han asociado a cortes de poda, etiológicamente (referido a la causa de la enfermedad), las enfermedades de madera, requieren la presencia de cualquier herida que permita el contacto entre la fuente de inóculo (micelio, conidio, espora), con el floema o xilema, siendo posible que está herida la genere podas, injertos, heridas por labores, así como por viento, granizo, golpe de sol. Así, el patógeno encuentra la humedad, temperatura y nutrientes para iniciar el proceso de infección, dependiendo del patógeno este tejido debe estar lignificado obligatoriamente como en el caso de los basidiomicetes (Plateado) o puede ser verde como el caso de Brazo muerto causado por hongos del grupo de Botrytosphaeria.
Una vez ingresado el patógeno, inicia el proceso de crecimiento en el tejido vegetal, a través de la degradación directa de est, como ocurre en el caso de las bacterias o por crecimiento a través de los haces vasculares y posterior degradación de estos, lo que genera la muerte de floema en una primera etapa y luego del xilema, comprometiendo el movimiento de agua y nutrientes, por lo que la expresión de síntomas externos, se produce cuando la demanda de agua y nutriente de los tejidos aéreos supera la capacidad del sistema vascular para suplir esta demanda, alterando en una primera etapa el crecimiento de la planta y en una segunda generando marchitez y muerte de partes o toda la planta. Dado lo anterior, una vez ingresado el patógeno a tejido activo de la planta, es difícil, por no decir imposible eliminarlo, y una vez causado el daño vascular, el efecto sobre el crecimiento de la planta es prácticamente irreversible, ya que se requiere crecimiento de nuevo tejido para reemplazar el perdido por la acción de los patógenos.
En el caso de patógenos, como Botryosphaeria, Neofabrea y Coletotrichum, aunque el daño en la madera puede ser mínimo, representa una importante fuente de inóculo, que es capaz de infectar la fruta como es el caso de Botryosphaeria y Neofabrea; paltos y cítricos en el caso de Coletotrichum.
MEDIDAS DE CONTROL
El manejo de este tipo de patologías, se enfrenta a dos grandes desafíos, la elección de medidas de control preventivas y la logística de la aplicación de estas.
Las enfermedades de madera, poseen un alto grado de relación con la profilaxis y forma en que se realizan las labores en los huertos, por lo que la primera media que debe tomarse, es un ordenamiento de las labores que generen heridas. Siendo la prevención la medida más importante, tanto en huertos sanos como en afectados. En estos últimos, es imprescindible que previo a la toma de decisiones de manejo o mitigación de cuarteles afectados, se realice un mapeo del huerto, estableciendo la cantidad y distribución de las plantas afectadas, esto nos permite cuantificar el nivel del daño y facilita elegir entre arrancar, hacer replantes localizados o bien tomar medidas de mitigación.
La principal norma, es evitar dentro de lo posible la generación de heridas con presencia de agua libre, ya que esto, favorece la movilidad e infección de los inóculos.
Una medida altamente importante, es realizar previo a las labores de poda, en momentos en que la demanda de agua para las plantas es máxima, se deben identificar las plantas afectadas, mapearlas y marcarlas, de modo que previo a la labor de poda, se manejen en forma segregada las plantas enfermas, eliminando todo material infectado, cubriendo las heridas con pastas de poda y antes de realizar el último corte en madera ya sana, es importante la desinfección para evitar el traspaso a dicho tejido sano. Es importante que, durante la labor de poda, las herramientas sean desinfectadas frecuentemente. Más importante que la elección del agente de desinfección, es asegurarse que se extraiga físicamente de la zona de corte, material vegetal que pudiera haber quedado adherido. Posteriormente, es importante cubrir esta herida, siendo este el mayor desafío logístico, en especial en cultivos como arándanos o vides, donde por ejemplo, en una densidad baja de arándanos con 3.300 plantas/ha, podríamos tener un mínimo de 20 cortes por planta, es decir, 66.000 cortes que proteger, lo que hace que el pintado de dichos cortes sea a lo menos complejo, incluso con menores puntos de cortes, como en la vid, la eficiencia de la protección está dada por la minuciosidad del pintado, con el fin de evitar que queden sectores descubiertos.
Frente a esto, hace años se viene planteando el uso de aspersiones de agentes de control, tanto químicos como biológicos. Entre los primeros, el uso de los grupos de benzonitrilos, metoxicarbamatos y triazolesentre. Otros, los que han demostrado una mayor actividad sobre los hongos de madera, pero con la seria limitación de que deben ser utilizados en concentraciones altas y con un periodo residual cercano a los 7 días. Por su parte, dentro de productos biológicos, los hongos como Trichoderma, han mostrado una buena capacidad de colonización de cortes de poda, con una alta persistencia y amplio nivel de control. Así, en ensayos realizados por la Universidad de Talca, en Chile, se ha visto que la aspersión de un formulado comercial de Trichoderma, logró un nivel de control similar al de una pasta de poda, cosa que la aspersión del mismo ingrediente activo de la pasta no logra. (Figura 5), dicho producto puede ser incluso mezclado con la aplicación de cianamida.
La aspersión además tiene la ventaja de cubrir heridas no visibles y que pudieron ser generadas por otros factores como ramaleo, viento y animales, cubriendo todo el huerto. Estos mismos formulados biológicos, han demostrado también la capacidad de eliminar el inóculo de patógenos, específicamente esclerocios de Botrytis, disminuyendo así el riesgo de infección en periodos de floración.
Las aspersiones no deberían ser más allá de 48 horas para productos biológicos y no más de 12 horas para químicos.
CONCLUSIÓN
La principal consideración para el manejo de enfermedades de madera, es considerar que una planta infectada con enfermedades de madera, siempre estará enferma y no mostrará su potencial productivo. Por lo tanto las medidas de control deben ser siempre preventivas, siendo la organización y profilaxis de las labores, primordial y más importante que cualquier manejo en base a aplicaciones disponibles.
En cuanto a la protección de los cortes, el uso de productos asperjables, presenta grandes ventajas en cuanto a cobertura sobre las pastas, pero debe cuidarse de que la logística del huerto, permita realizarlas en tiempos adecuados.