“El promedio a futuro será de 200,000 toneladas de mango”
La última campaña peruana de ese cultivo superó todas las expectativas. Se exportaron más de 230,000 toneladas de mango fresco, estableciendo un nuevo récord. Pudieron ser más toneladas, sino fuese por la pandemia que bloqueó la fruta de Casma. Balarezo advierte, sin embargo, que los precios no fueron los ideales, y que se debe seguir luchando por la formalización del sector.
La pandemia llegó al Perú cuando en Piura, en la localidad de Tambo Grande, en la planta de procesos de Sunshine, terminaban la campaña de mango y empalmaban con la de palta. “No hemos parado. Voy a la planta todas las semanas”, dice Joaquín Balarezo, gerente general de la mencionada empresa, que exporta mango peruano desde hace más de treinta años. Balarezo, quien además fue presidente de la Asociación Peruana de Productores y Exportadores de Mango (Apem), agrega que la firma que dirige compra fruta a productores de Piura, Lambayeque, La Libertad y Ancash. Sunshine tiene tres líneas de negocio: mango fresco, mango congelado y palta congelada. “Nosotros no tenemos fundo, nosotros compramos, acopiamos la materia prima”, precisa Balarezo.
Concretamente, la última campaña de mangos superó el el volumen récord que se había registrado anteriormente, en la campaña 2017/2018, en la que la industria peruana había despachado más de 200,000 toneladas. “Esta última campaña fueron unas 235,000 toneladas exportadas de mango fresco, y esperábamos 220,000 toneladas. En la campaña anterior (2018/19), exportamos 170,000 toneladas”, precisa.
La pasada temporada finalizó temprano, dos o tres semanas después de que se declarará la Emergencia Sanitaria Nacional. “Debió terminar en abril. ¿Qué pasó? El Covid-19 paró la producción de Casma, en la región de Ancash, el último valle que tiene mango… Y había bastante buen producto allá. El caso es que tuve que regresar a Piura a mis cosechadores, rápidamente, dejando fruta en los árboles. El agricultor casmeño sí se vio afectado por el Covid-19. En realidad, hemos debido de exportar, como país, más de 235,000 toneladas”.
Esta es la onceava campaña en la que participa Joaquín Balarezo como exportador, y señala que lo que viene experimentando en los últimos cinco años, son producciones altas. “200,000 toneladas es un montón de mango. Esas cifras no las teníamos hace once años. En las últimas campañas estamos teniendo récord, tras récord… Lo normal, creo yo, es que vamos a tener años venideros con más de 200,000 toneladas. Hay muchas hectáreas de mango en el Perú que están llegando a su máxima madurez, y en el país debe haber unas 32,000 ha de mango de exportación”, explica Balarezo.
EL PROBLEMA DE ANCASH
Queda claro que el Perú pudo exportar más de 235,000 toneladas en su última temporada de mangos, pero la pandemia paró la producción de Casma. Pero, ¿qué pasó exactamente? ¿Problemas logísticos cuando se decretó el Estado de Emergencia? “Tiene que ver con eso, sí”, responde el gerente general de Sunshine, y agrega: “La mayoría de las plantas procesadoras de mango no están en Ancash, sino en Piura. Entonces el mango de Ancash, ya sea de Casma, de la zona del Moro, Yaután o de los diferentes valles, no pudo terminar de salir para ser procesado en el norte. Y tuvimos que regresar a Piura a los cosechadores que estaban en Ancash, porque son piuranos, en su mayoría.. Y luego ya nadie podía salir de sus casas”.
Ese fue el gran problema que al final afectó a los exportadores de mango en la última parte de la temporada. Los agricultores de Ancash no podían sacar su mango, y llamaban a Sunshine para pedir que se lleven su mango. Pero ya no había de llevar esa fruta a Piura.
–Entonces, ¿cuánta fruta se vio impedida de ser exportada?
–Yo diría que, como Sunshine, perdimos unos 40 contenedores; es decir, dejamos de exportar casi 1,000 toneladas. Si no hubiésemos tenido la pandemia, como país hubiésemos llegado a 250,000 toneladas exportadas, quizás un poco más. Como compañía hemos exportado un total de 1,100 contenedores.
–¿El título de ‘campaña récord’ no es tan feliz, pues hubo muchas pérdidas también?
–Bueno, hubo pérdidas para los agricultores de Ancash, básicamente de ahí.
–¿No hubo nada que le jugara en contra a Sunshine? ¿Los precios?
–Bueno, como dije, el hecho de que pudieron ser más toneladas exportadas, de que los agricultores de Ancash no pudieran sacar su mango y llevarlo a las plantas en Piura; otro tema que nos afectó esta campaña fue el precio en el mercado internacional. Con todo este mango que hemos sacado como país, mucho mango, el precio ha sido menor en comparación a los años anteriores. Puedo decir decir que el precio cayó fácilmente en un 20% por kilo, respecto al año anterior. Ese fue el segundo problema de esta campaña; cuando tienes tanto volumen en una ventana donde prácticamente solo está Perú, el precio baja, es lógico.
–En enero, por ejemplo, época de mayor volumen cayó a US$1,11 el kilo. Y en los tres meses siguientes, 1,34 en febrero, 1,64 en marzo, 2,88 en abril… ¿Subió después o se mantuvo a la baja?
–Subió. Los precios, cuando termina el Perú y hay menos mango, pueden llegar a 50% o 60 % más de las cifras que mencionas. Por ejemplo, cuando está solamente Casma, el precio en marzo es bastante mejor que en enero, un 50% o 60 % más, y ahí metemos un montón de mango, en ese pico.
–¿Cuánto es el precio, más o menos, con ese 60% más que se obtiene en ese pico?
–US$1.70, US$1.80. Son épocas en las que ya no hay mucho mango y aun no empiezan exportadores como Costa de Marfil o Brasil, así que hay poco mango.
–¿Esa es la ventanita interesante peruana?…
–Sí.
–En realidad es una ventanita de Casma…
–Lo puedes ver en las estadísticas: en marzo y abril, el precio afuera está mucho mejor que en enero. En enero, en esta última campaña, mandábamos, como industria, aproximadamente, 1,000 contenedores semanales al mundo, a Europa, Estados Unidos. Pero Cuando Casma está sola, se mandan 400, 300, 200
FORMALIZACIÓN PARA SEGUIR CRECIENDO
Balarezo subraya la necesidad de diversificar mercados, porque más de 60% del mango peruano de va a Europa y el 30% a los Estados Unidos. La calidad de la fruta ha estado “sorprendentemente buena este año”, subraya Balarezo, gracias a favorables condiciones climatológicas y a la respuesta que tuvieron los exportadores peruanos frente a la mosca de la fruta y a las exigencias de la UE. Libres de los daños que la plaga ocasiona, las producciones nacionales no solo aumentaron, sino que mejoraron su calidad. El reto ahora es mantener lo bueno que vienen haciendo desde el campo, Senasa y las empresas exportadoras.
–¿Qué otros retos enfrenta el sector manguero nacional?
–Otro reto importante es la formalización. En el sector hay muchos pequeños productores informales, ¡hay 150 exportadores! Claro, también hay exportadores como la empresa que manejo y muchas otras que son formales, pero hay mucho exportador informal; eso no es competitivo, no es un ‘fair play’ como se dice. Muchos agricultores son estafados, hay gente informal que viene solo para la campaña, compra, procesa, maquila y exporta. La formalidad es un gran reto.
–¿Esa es más tarea del Estado que del sector privado?
–Las empresas están haciendo algo al respecto, pero el Estado debería tener presencia en esta tarea, para ordenar un poco la casa en materia de mango. El Estado debe de hacerlo, la autoridad debe poner de su parte, intensificando las tareas de fiscalización, por ejemplo, a las empresas exportadoras. Hay muchos permisos fitosanitarios que corren por allí y que no son de los fundos de donde sale la fruta; hay mucha informalidad en toda la cadena de exportación.
Más y nuevas superficies
- Joaquín Balarezo confirma que hay nuevos proyectos que están en fase de implementación, con los cuales aumentaría aún más la superficie de mango del país. “Hay hectáreas nuevas que están sembrando en Trujillo, Chavín, Olmos y otras zonas de Lambayeque. Son proyectos grandes”, cuenta.