INIA-G2 e INIA-G3 serán los nombres de registro de estas novedades varietales, cuyas descripciones se presentan a continuación:

INIA-G2: Uva roja sin semilla de media estación, con una fecha estimada de recolección 5-7 días después de inicio de cosecha de Thompson Seedless, crocante, de buen raleo natural y fertilidad alta. A lo largo de las temporadas se ha validado su facilidad de manejo y buena vida de poscosecha.

Posee una baya de tipología similar a Crimson Seedless, pero cosechada 2 a 3 semanas antes, y se presenta como una alternativa para adelantar la uva roja tardía, ofreciendo un producto de apariencia similar que permitirá a los agricultores cosechar fruta roja de calidad antes de una ventana de cosecha donde hoy se concentra una gran oferta de uva roja sin semilla.

A lo largo de las últimas temporadas, INIA ha evaluado esta variedad en sus distintas unidades de escalamiento, y posteriormente la entregó a productores participantes del programa.  Durante la temporada 2020/21, se espera ver fruta en plantas adultas desde Copiapó a San Vicente de Tagua Tagua, lo que permitirá constatar el comportamiento y adaptación de este genotipo a las diferentes condiciones productivas y agroclimáticas del territorio chileno.

INIA-G3: Uva sin semilla, de atractivo color rosado, de sabor moscatel, textura crocante, redonda, calibre medio y de cosecha tardía, coincidente con Crimson Seedless.

De acuerdo a los ensayos de post cosecha reportados por INIA, después de una guarda de 30 días, esta variedad mantiene sabor moscatel. La planta es de alta fertilidad, produce racimos de buen tamaño, que ralean bien en forma natural y en general presenta un fácil manejo agronómico. Todo lo anterior permite lograr producciones con bajos costos de intervención.

Después de años de evaluación en las unidades de escalamiento de INIA, sumado a evaluación y seguimiento en poscosecha, la institución decidió registrar este genotipo bajo la denominación INIA-G3.

El desarrollo comercial de esta variedad será también llevado adelante por ANA Chile, y en los próximos meses se dará a conocer su modelo comercial, el que sin dudas obedecerá a criterios de desarrollo de un producto en un segmento nicho de sabor especial.

Se espera que estas dos nuevas variedades del programa INIA-Biofrutales, comercializadas a través de ANA Chile, se conviertan en alternativas que agreguen valor a la industria de la uva de mesa de nuestro país y el mundo.