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Una tecnología que se asienta en el país

Arándanos en macetas, elección de sustratos y sistemas de riego son claves para su implementación

Frente a suelos de condiciones limitantes para el cultivo de arándanos y una demanda creciente de alimentos, la producción en maceta o contenedores se ha convertido en una opción atractiva para los agroexportadores, principalmente para aquellos que no cuentan con los suelos adecuados para producir este berry. Gracias a esta tecnología se pueden obtener rendimientos de entre 18 a 20 t/ha. Esta práctica está asociada al uso de buenos sustratos, riego tecnificado, un adecuado programa de fertilización y control biológico de plagas.

30 de Agosto 2021 Equipo Redagrícola
Arándanos en macetas, elección de sustratos y sistemas de riego son claves para su implementación

Miriam Romainville Izaguirre

Alfonso Rizo Patrón, gerente general de Agrícola Crizol.

Agrícola Crizol, productora de cítricos y palta en Irrigación Santa Rosa, distrito de Sayán en Huaura, ha profundizado en los últimos cuatro años sus conocimientos respecto al manejo del arándano en maceta. Una tecnología que incorporaron debido a las limitaciones encontradas en el suelo de Cañete, Chincha, Huaral y Huaura. “Los suelos son pesados, costaba que la planta se desarrolle. Hicimos una prueba en 1 hectárea (ha), aplicando distintas materias orgánicas y subsolando. Al final funcionaba por un tiempo, pero después el suelo se compactaba y las raíces no se podían desarrollar. Había mucha acumulación de agua en el fondo, en los camellones, cuando las raíces llegaban ahí la planta moría por asfixia”, recuerda su gerente general, Alfonso Rizo-Patrón.

Los métodos de cultivos de arándanos sin suelo involucran muchos componentes, siendo el sustrato y el manejo del agua dos de los elementos más importantes a tener en cuenta. Tras hacer pruebas con distintos sustratos —como pajilla de arroz, fibra de coco y bagazo de caña de azúcar—, identificaron que el mejor sustrato para este berry era una mezcla de fibra de coco, turba (materia orgánica vegetal) y perlita, que busca mantener aireado el sustrato y que, pese al tiempo, no se compacte. “Fuimos uno de los primeros en traer estos sustratos en la zona central”, afirma. Rizo-Patrón destaca que la turba ayuda a que la planta absorba los nutrientes, mientras la fibra de coco y la perlita mantienen el suelo aireado. La frecuencia de riego es corta, ya que el agua discurre muy rápido. Ello permite que el riego sea bastante uniforme y que el suelo retenga más nutrientes.

MACETAS RÍGIDAS. El sustrato especial de fibra de coco, turba y perlita requiere de macetas rígidas.

Este sustrato especial de fibra de coco, turba y perlita requería de macetas rígidas que, si bien demandan una inversión mayor, lo compensan con una mayor velocidad de crecimiento y acotado uso del agua.  “Las primeras 11 hectáreas (ha) se hicieron en una bolsa plástica con solo fibra de coco. La ampliación en 10 ha ya se hizo en macetas rígidas”, anota el especialista, tras sostener que en la agrícola usan las macetas y el sustrato especial preparado por Projar, compañía que se dedica a la fabricación de sustratos y la comercialización de suministros para agricultura y jardinería. Actualmente, Agrícola Crizol cuenta con 21 ha de arándanos en bolsa con fibra de coco y sustrato especial con macetas, de las variedades Biloxi y Ventura.

Tan importante como el sustrato lo es la calidad del material genético y el sistema de riego a ser implementado. “No hay que tenerle miedo a la inversión inicial. Es muy importante no hacer ahorros innecesarios. No ahorrar en la calidad del vivero, no ahorrar en la calidad del sistema de riego y en el sustrato. No se trata de comprar el más barato, sino el más adecuado”, sostiene, tras indicar que en el caso de la agrícola han optado por el material genético de la empresa Fall Creek, cuya sede central está en EE UU.

Debido a que las plantas de arándano son sensibles al estrés hídrico, la recomendación del experto es que el sistema de riego sea preciso y que se monitoree continuamente a la planta. “En el caso de los arándanos, son entre 7 y 12 pulsos por día. El sistema de riego debe ser muy preciso, el diseño debe ser bueno. El cálculo hidráulico y agronómico son fundamentales”, explica. Detalla que el pulso de riego se realiza durante 4 a 6 minutos, con una separación de 30-45 minutos entre cada uno. “Se riega y de ahí se para y se vuelve a regar a los 45 minutos. Ese tiempo puede variar si en el día salió más sol, en esos casos se hace cada 30 minutos”, informa.

PALETA VARIETAL. La agrícola trabaja con las variedades de arándanos Biloxi y Ventura. En un futuro, proyecta sumar la variedad Atlas.

Sobre los sistemas de riego a ser implementados en el campo, señala que los goteros tienen que ser autocompensados y antidrenantes, ya que con ello se evita el vaciado de las conducciones una vez concluido el riego. “Uno apaga el riego o acaba el turno y todas las tuberías quedan llenas de agua. Al bajar la presión se cierra, luego uno vuelve a regar ese mismo lote y un 95% de los goteros empiezan a regar a los 15 segundos. Al quedar así inmediatamente uno empieza a regar. Si no se usan goteros antidrenantes, puede demorar entre 1 a 3 minutos que todos los goteros empiecen a regar”, explica.  El sistema además debe ser automatizado, controlado por una computadora que facilite el cierre y apertura de las válvulas.

“El arándano es un cultivo bastante delicado, ya que requiere condiciones de agua muy particulares. Lo otro a considerar es el manejo de riego. Si la planta no toma el agua, hay un drenaje y se pierde”, expresa. El experto añade que, si los productores del berry identifican mucha presencia de sales en el agua, se debe recurrir al proceso de ósmosis inversa para bajar el nivel de sales. Adicionalmente es muy importante controlar el pH del agua de riego, que debe oscilar entre 5.9 y 6.2.

Además, añade que las plantas de arándano reaccionan muy rápido a cualquier tratamiento de corrección y es necesario prestar atención a los programas de fertilización. “Este es un tema importante”, subraya. Para una producción orgánica se estima una fertilización basada en 250 unidades de nitrógeno, 60 de óxido de fósforo (P2O5), 380 de óxido de potasio (K2O), 60 de óxido de magnesio (MgO) y 60 de óxido de calcio (CaO). El especialista advierte que “hay fuentes granuladas [de nitrógeno, fósforo y calcio] que hay que echarlo a mano en las 8,500 macetas por hectárea que tenemos, pero ya hay fuentes solubles de nitrógeno que se pueden inyectar en el sistema de riego”.  Asimismo, añade que el uso de algas marinas y ácidos fúlvicos estimula el crecimiento de las raíces.

INVERSIÓN. Se requiere de una inversión que oscile entre US$50,000 y US$150,000 por hectárea para optar por la producción en maceta.

Un aspecto en el hace hincapié es en la necesidad de contar con un capital humano que adopte buenas prácticas agrícolas y que sepa aprovechar las ventajas competitivas. “De nada sirve tener la mejor planta, el mejor clima, las mejores condiciones, si no hay un capital humano que le saque el mejor provecho”, sostiene, tras señalar que la zona donde están ubicados les brinda un clima intermedio, con menor humedad, pero con mayores horas de sol al día, comparado con otras zonas de la costa central.

Para poner en marcha un proyecto de arándanos en macetas, se requiere de una inversión que oscila entre US$50,000 a US$150,000 por hectárea. “Las inversiones dependen de lo que uno quiere hacer, si quiere ponerle plástico a todo el suelo, si se necesita una planta de ósmosis inversa, cobertores, macrotúneles, si las plantas las compras en un vivero certificado o no”, explica. En ese sentido, por ejemplo, solo la inversión en sistema de riego oscila entre US$5,000 y US$15,000.

APUESTA POR EL BIOCONTROL

Rizo-Patrón resalta que en la compañía han optado por el uso de control biológico para hacer frente a los principales problemas fitosanitarios que atacan al cultivo. “Tenemos un laboratorio de control biológico y producimos parasitoides, predadores, que nos sirven para controlar plagas muy importantes. Creemos en el control integrado de plagas, por eso hacemos un manejo entre biocontroladores y productos orgánicos para el arándano, y biocontroladores y agroquímicos en el caso de cultivos no orgánicos”, explica y precisa que el objetivo de reducir el uso de agroquímicos está vinculado a una necesidad de respetar la fauna benéfica en sus campos.

El cultivo de arándano es afectado por hongos como botrytis, la alternaria y oídium. Por ejemplo, Botrytis cinerea origina el pudrimiento de la parte aérea del cultivo. “Para el control de hongos y plagas usamos productos orgánicos como trichoderma, cobres orgánicos y extractos de té, canela, ají, y cítricos”, cuenta y precisa que, tras aplicar trichodermas a las raíces de los cultivos, estas cepas van a alimentarse de aquellos hongos que están proliferando en esa región cerca de la planta.

Su estrategia de producir arándanos en macetas ha permitido a la compañía exportar a EE UU, que actualmente es su principal mercado y que valora la certificación orgánica. “Un cultivo orgánico no es solo no utilizar agroquímicos, es también el cuidado del medio ambiente, del suelo, las fuentes de agua, la fauna benefica, el tema social y laboral. Hoy el consumidor es más sensible y entiende que el tema orgánico va más allá del producto en sí”, expresa el gerente general de Agrícola Crizol.

En el caso puntual de Agrícola Crizol, su inversión ascendió a US$70,000/ha, que se espera recuperar en tres años, proyectando que el huerto tendrá una vida útil de ocho años. “Esa es una de las ventajas que tiene la producción en maceta. El desarrollo de la planta es más rápido, por lo que la entrada en producción también es más rápida. En el primer año se puede lograr una producción importante, obteniendo el 60% de la máxima capacidad de producción”, dice. Actualmente, la compañía tiene un pequeño lote, que representa el 10% de la superficie, en su tercera campaña, mientras que el 40% de la superficie está en segunda campaña y el 50% en su primera campaña.

La producción de la agroexportadora es orgánica, lo que no ha sido un impedimento para obtener una óptima productividad. “Se pueden lograr producciones muy interesantes, no diría iguales pero cercanas a una no orgánica. Se pueden obtener entre 18 a 20 t/ha, incluso 24 t/ha si todo funciona perfecto en una temporada un poco larga, cosechando desde agosto a diciembre”, refiere. En el primer año, según estima el experto, se puede obtener una producción de hasta 12 t/ha, al segundo año la producción subiría hasta las 20 t/ha.

La producción de arándanos orgánicos en macetas requiere de cuidados especiales, principalmente en lo vinculado al sistema de riego y sustrato a ser usado para hacer frente a las limitaciones del suelo.  Las ventajas que trae consigo este método de producción permite aprovechar las oportunidades de negocio que ofrece una fruta que seduce cada vez a más consumidores.

PREVÉN SUMAR UNA NUEVA VARIEDAD

Del total de hectáreas de la agrícola, el 75% son de la variedad Ventura y el 25% restante de la variedad Biloxi. “La Biloxi tiene más facilidad para producir, la Ventura requiere más labores culturales para lograr buenas producciones”, explica. La compañía tiene previsto sumar la variedad Atlas de Fall Creek, sin embargo, por ahora el proyecto de ampliación está en stand-by. Una de las ventajas de Atlas es que no requiere labores culturales, tiene una ventana comercial un poco más adelantada que Ventura y tiene gran calibre, así como buen sabor y capa de cera epicuticular pulverulenta, conocida normalmente como “bloom”. La reanudación del proyecto está condicionada a la estabilidad política del país. La proyección es sumar entre 15 a 20 ha adicionales de la variedad de arándano Atlas.

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