Arándanos en macetas: mejor calidad y mayor precocidad
Si usted tiene un clima favorable para el arándano y cuenta con una ventana comercial de precios muy atractivos, pero las características de su suelo resultan un obstáculo demasiado complejo de superar, puede recurrir a una solución técnica eficiente y rentable, aunque de elevado costo inicial. Se trata de la plantación del fruto azul en contenedores, práctica asociada a alta densidad, uso de sustratos, precocidad en la entrada del huerto en producción, riego por pulsos, uniformidad, poda intensiva, pero destacados y estables rendimientos.
Aunque el cultivo de arándano en macetas o contenedores (comúnmente sacos plásticos) ya tiene más de una década de historia exitosa en el país, todavía resulta una novedad para muchos productores. El asesor internacional Fernando Diez, quien trabaja con este berry en Chile, Argentina y Perú, calcula que entre Ovalle y Los ángeles debe haber unas 500.000 plantas en contenedores. Prefiere cuantificar así, en lugar del tradicional guarismo en hectáreas, pues a su juicio tiene más sentido para el sistema en cuestión. Como referencia, las densidades normales van de 5.000 a 7.500 plantas/hectárea (ha), aunque se ha llegado a 10.000 plantas/ha.
Acompañamos a Fernando Diez a la Hacienda Colchagua, región de O’Higgins, donde optaron por la tecnología de macetas para superar las limitaciones físicas y químicas del suelo. Sus contenidos de arcilla (20-25%) y limo (15-20%), su macroporosidad de 20-25%, su bajo nivel de materia orgánica y su pH resultaban poco favorables para el cultivo.
–Para satisfacer la necesidad de aireación de las raíces de arándano –prescribe el profesional–, la macroporosidad debiera ser del orden de 50-60%. Por otra parte, resulta complejo modificar la química del suelo cuando hay contenidos importantes de arcilla, debido a su capacidad tampón, siendo difícil mantener el pH ácido óptimo para este berry, de 4,5 a 5,5. Un proyecto sobre esa base parte con grados de dificultad de manejo y de costos que normalmente terminan ganando la guerra.
En síntesis, la maceta constituye una solución técnica para situaciones físicoquímicas de suelos inadecuados para el cultivo, en zonas donde las demás condiciones son favorables. Además, aporta precocidad en la entrada a producción del huerto, el cual a los tres años equivale a uno tradicional al sexto.
DISTINTAS MEZCLAS EN LOS SUSTRATOS Y SU RELACIÓN CON LA CHEQUERA
Existen distintas alternativas de sustratos, que varían en aspectos como la duración de su vida útil, la necesidad de reposición de material o el consumo de agua. La elección no es solo técnica, “hay que ver cuál sustrato acomoda a la chequera del agricultor”, señala Diez.
–Se trabaja con combinaciones de distintos componentes –indica Diez–, tales como corteza de pino compostada, turba, fibra de coco, perlita, incluso arena. Se puede emplear distintas proporciones de materiales orgánicos que aporten al arándano, hasta un extremo de hidroponía con sustratos inertes, como podría ser la fibra de coco al 100%. El mercado ofrece mezclas preparadas de diversos orígenes, por ejemplo de Finlandia, España e Israel. Garantizan aspectos como uniformidad en el tamaño de partículas y menor contenido de polvo, lo que se relaciona con la vida útil, pero también con el precio. Un alto nivel tecnológico tiene un mayor valor. En mi caso, uso proporciones de materiales importados y mezclo con corteza de pino compostada. Sin embargo, por el nivel de desarrollo que se tiene en el procesamiento en Chile, se requiere una evaluación y ajuste de este último componente. Puede pasar, por ejemplo, que el tamaño de partículas sea mayor de lo esperado, lo cual aumenta la aireación pero baja la retención de humedad. El agua se escurrirá muy rápido y no se formará el bulbo húmedo que buscas para el crecimiento radicular.
–¿Cuáles son los factores que desgastan el sustrato, por qué tienen distintas duraciones?
–Las diferencias se dan al trabajar con materiales orgánicos, en los que se producen distintas velocidades de mineralización. La descomposición depende mucho de las temperaturas, de las calidades de agua y de la actividad microbiana. Mientras más microbiología en el suelo, mayor rapidez en la descomposicion. Por lo tanto, se hace inestable la estructura física del componente orgánico. Una metabolización lenta significa que las partículas no pierden tamaño y por tanto no se produce una pérdida de aireación.
COMBINACIÓN DE LA FISIOLOGÍA VEGETAL CON LA NUTRICIÓN ACTIVA
Con todo, no se debe sacar apresuradamente la conclusión de que la mejor alternativa sea la de un material completamente estable.
–Trabajar con un medio 100% estable es hidroponía, o sea, no se tiene aporte nutricional ni capacidad de intercambio catiónico por parte del sustrato. Yo estoy manejando proyectos de ese tipo, pero implican una supervisión constante del input y de lo que sale. La planta depende totalmente de los aportes a través del agua, no hay espacio para equivocarse. En cambio en los otros sistemas el sustrato hace de buffer, por lo que admite un margen de error. En un material como la corteza de pino compostada hay una contribución nutricional, nitrogenada entre otras, que, por supuesto, hay que saber controlar.
Ese control se relaciona estrechamente con la fertilización, pues habiendo nitrógeno y materia orgánica, se multiplica explosivamente la población microbiana y se acelera la descomposición. Por consiguiente, Fernando Diez, si bien utiliza como base los fertilizantes minerales, enfatiza la “fisionutrición”, combinando la fisiología vegetal con la nutrición activa:
–Hay muchos compuestos que trabajan en las rutas metabólicas de los cultivos, son activadores de respuestas en ellos y se incorporan a sus ciclos. Resultan fácilmente absorbidos y la planta puede hacer con menor gasto energético lo que tú esperas. Hay más eficiencia en el logro del objetivo en el estado fenológico que estés trabajando. Todo va a través del riego y de aplicaciones foliares.
EL VOLUMEN DE SUSTRATO REQUERIDO Y LAS CUALIDADES DEL CONTENEDOR
El volumen del contenedor debe ser suficiente para permitir el desarrollo del sistema radicular. De acuerdo a Diez, un buen resultado se obtiene con 60 a 80 litros. Por razones económicas hay una tendencia a usar el menor volumen de sustrato que sea factible.
–Una apreciación personal: por los años de experiencia creo que volúmenes pequeños de sustrato van a ser complicados porque tendrán una vida media baja, producto de la descomposición.
La calidad de la bolsa inicialmente no parecía ser un problema, pero algo parece haber ocurrido con su fabricación y ahora es un tema importante:
–Las bolsas más antiguas han resistido 10 años bajo alta radiación, alto contenido de sales, todo lo que se daba para que se quemaran en un corto plazo. Pero los sacos fueron perdiendo calidad. Hay empresas nacionales que trabajan muy bien los geotextiles orientados a la agricultura, y yo espero que vuelvan a la calidad original. El nivel de inversión en comparación al sustrato y la planta justifica pagar un margen adicional si es necesario y no estar cambiándolo a los tres años.
Cuando el agua de riego tiene un alto contenido de sales, para desplazarlas es relevante la condición de permeabilidad del contenedor.
–En Ovalle puedes ver el saco recubierto externamente por las sales, fuera del sistema, lo que es extraordinariamente bueno para los arándanos. He abierto sacos después de 8 años y las raíces están sin ni un problema. En cambio los plásticos herméticos solo permiten el drenaje. Hace algunos años debíamos hacerles perforaciones adicionales en la base, aunque ahora hay modelos que vienen con una red de drenaje interno fantástica.
El asesor afirma que en el norte, trabajando con agua de baja calidad para arándano, en torno a los 2,2 dS/m y pH de 7,5, las características químicas de las materias orgánicas que se ocupan en el contenedor permiten reducir el impacto y obtener rendimientos de 20 toneladas/ha.
Los contenedores se ubican sobre una lámina plástica, la cual aísla las raíces de un posible contacto con el suelo, evitando condiciones no deseadas para el cultivo, químicas, especialmente. Por otra parte, el sistema radical no se ancla al terreno y las plantas se pueden cambiar de lugar sin impedimento. Además, opera como mulch en una franja de 70 a 80 cm que por lo general queda limpia de malezas.
EL CONTROL DE MALEZAS Y EL MANEJO SANITARIO SE VEN FACILITADOS
Precisamente otra de las ventajas de los contenedores, añade Fernando Diez, es la disminución del problema de malezas y la facilidad de control.
–Pueden llegar por el agua de riego y el tipo de sustrato influye en la cantidad de malas hierbas que tengas. Pero las veces que debes limpiar y el gasto en control es muchísimo menor que en suelo. Es posible usar herbicidas residuales abajo e incluso en el contenedor y te mantienes limpio. Por eso también la nutrición es tan efectiva, todo va al sistema radicular del arándano.
En general el manejo sanitario resulta más fácil, subraya. El comportamiento del agua del riego por goteo en el contenedor es muy regular, no debieran producirse las situaciones de microasfixia o asfixia que se dan en suelos, puerta de entrada a patógenos. La solución, si ocurre un problema, también es más sencilla y eficaz, se puede lavar, limpiar o sanitizar planta a planta.
–Por ejemplo, cuando del vivero llegan arándanos con ciertas deficiencias, realizas una selección al plantarlas y las asignas a una válvula separada para efectuar un manejo independiente. Les puedes aplicar tratamientos que ellas necesitan pero el resto del campo no, y con eso vuelves a darle uniformidad al proyecto. En suelo cuesta mucho hacerlo.
EL DESARROLLO DE PLANTAS CON RAÍCES CONFINADAS
El sustrato ofrece la condición física y química ideal para la planta de arándano, sin distinción de variedades. Hay donde elegir, pues se observa una explosión mundial de oferta genética mejorada con cultivares capaces de enraizar y crecer rápidamente.
–¿Conviene tener en cuenta el tamaño potencial de la variedad al momento de seleccionarla?
–Nosotros en Chile lo que más usamos son highbush y rabbiteye. La envergadura de las rabbiteye llegan a ser muy superior a la de las highbush y su expresión genética natural es mucho más exuberante. Yo no tengo las pruebas, no he metido rabbiteye a un contenedor. Sería una interesante evaluación, tal vez ese tipo de arándanos se vea limitado prontamente al volumen radicular con el cual funciona bien.
–¿Cómo se evita que el contenedor no se quede chico ante la presión de desarrollo de las raíces?
–Con manejo nutricional y manejo hormonal para que la planta siempre tenga un volumen radicular activo, porque la regeneración de las raíces es un tema al que poner atención. Hay mitos, como que las raíces no tienen suficiente espacio y empiezan a enrollarse haciendo que el arándano colapse. Eso no lo he visto. En la continua revisión del sistema radicular en 12 años con contenedores aun no advierto problemas en la vida media de la planta ni de las raíces. El sistema radical de la especie se presta para este manejo porque si bien existen algunos ejes, en general ves masas radiculares finas.
La densidad de plantas que se utiliza se relaciona con las variedades. Por ejemplo, explica el especialista, Ventura podría distribuirse más densamente que Emerald, ya que la primera tiene un hábito de crecimiento más erecto.
El cultivo en macetas va asociado a mayores densidades. Al cabo de 10 o más años, especifica el ingeniero agrónomo, lo natural es que el tamaño de la planta en suelo debiera ser mucho mayor que la que está en contenedor, si ese suelo tiene condiciones adecuadas y se ha hecho un buen manejo agronómico. Ello, porque no hay confinamiento radicular. En consecuencia, el potencial productivo por planta es mayor en suelo, pero como se utiliza un número más grande de plantas en el caso de los contenedores, el rendimiento se compensa a nivel de huerto.
Mientras más densidad, antes se entra en producción y más rápidamente se llega al plató de rendimiento, porque físicamente ya no hay más espacio donde generar fruta, apunta Diez.
–Desde el punto de vista de la calidad frutal –argumenta– el resultado es mejor, porque la cantidad superior de frutos de una planta grande se traduce en arándanos más chicos, más blandos, más heterogéneos.
LAS PLANTAS SE PUEDEN LLEVAR DE UN LUGAR A OTRO
Al estar en contenedores, las plantas se pueden desplazar. Diez ha tenido la experiencia de partir con un huerto de 10.000 plantas/ha y llevarlo a 7.500, para terminar en 5.000 cuando la envergadura de los arándanos lo requirió, buscando el mejor aprovechamiento del espacio para obtener más kilos de fruta por planta.
–No es complicado, el cultivo ha rentado para hacer todas esas modificaciones. No hay destrozo, no hay retroceso.
El entrevistado añade la homogeneidad de las plantas como otra ventaja del sistema en macetas:
–Cuando uno observa los campos mediante drones, por ejemplo, y empieza a sumar, se da cuenta de que un 10% de las plantas o más no está produciendo o lo hace muy poco. A medida que pasan los años, el empeoramiento de los suelos va agrandando esos lunares. Entonces tienes indexado un costo no productivo. En cambio el sistema en macetas garantiza estabilidad. Las plantas mantienen una calidad productiva de temporada en temporada, puedes programar el número de ramillas y yemas que dejarás en los próximos 7 u 8 años, agrandando o achicando la planta. Las características de suelo, riego y variedad son uniformes. Optas a un flujo casi sin equivocaciones, a no ser que tengas un accidente climático o un error en el manejo.
El sistema exige un rejuvenecimiento permanente de la planta a través de una poda intensa. Para evitar que el costo de personal se escape, se usa cortasetos para la poda de verano y después se mejora en invierno con la poda normal a mano.
ALTA EFICIENCIA EN EL APROVECHAMIENTO DEL AGUA
Es posible adaptar con buenos resultados sistemas de riego que funcionaban en suelo. Pero Fernando Diez comenta que el óptimo es un diseño para regar por pulsos, puesto que se precisan aplicaciones de agua frecuentes y con volúmenes pequeños. El equipo tiene que ser capaz de inyectar la nutrición y cortar, sin provocar un sobreriego indeseado.
Se logra una alta eficiencia en el aprovechamiento del recurso hídrico, llegando a bajar los consumos totales anuales a 7.000 m3/ha e incluso a 6.500 m3/ha sobre la base de fibra de coco y una buena mezcla de sustrato.
PRECOCIDAD Y RENDIMIENTO, PERO EL COSTO ES EL PRINCIPAL INCONVENIENTE
En la zona de Ovalle, Diez asesora campos donde los rendimientos se sitúan entre 20 y 25 toneladas (t)/ha, con cosechas de septiembre a noviembre.
–He llegado a 27 t/ha, con 7.500 plantas/ha de Jewel, aunque hemos bajado por la condición de la variedad, a la cual le cuesta mantener firmeza, tiene problemas de materia seca. Pero en una Emerald no debería ocurrir; por firmeza y tamaño de fruta podría producir aun más.
En contenedores, la curva de producción del cultivo es mucho más precoz que en suelo, testimonia el entrevistado:
–Lo que avanzas en un año equivale a tres. Si mides los kilos acumulados en 10 años, dependiendo de los manejos, el arándano en macetas puede mostrar una diferencia a su favor sobre los 30.000 kilos de fruta por hectárea.
El costo de entrada a este sistema es evidentemente caro –afirma sin ambigüedades Fernando Diez al preguntarle por las desventajas–, por eso hay que tener cuidado en la ejecución del proyecto, partiendo con la definición del resultado comercial que se espera. Un proyecto completo, informa, con 6.000 plantas/ha, cuesta del orden de 70.000 dólares/ha, contra 25.000 a 30.000 dólares/ha del huerto tradicional. Si a eso se le suma macrotúnel, por lo menos son 50.000 dólares adicionales por hectárea.
El cultivo en macetas permite aprovechar ventanas o nichos comerciales, cuando se cuenta con el clima. También abre las puertas en localidades con amplia disponibilidad de terrenos sin calidades físicoquímicas adecuadas para el cultivo. Diez menciona, por ejemplo, lugares en Villa Alegre, Parral, Linares, Los Ángeles. “Donde antes no se podía cultivar, ahora se puede, ese es el punto”.
–¿Cuál es el piso productivo para financiar un proyecto en maceta?
–Uno habla de un piso de 14 t/ha. Algunos productores me dicen que con 10 a 12 t/ha les da, pero creo que meterse en esto para no lograr 14 t/ha es desaprovecharlo. En la zona norte hasta hace dos temporadas lo pagabas a la vuelta del año, si lo hacías bien y salías en septiembre-octubre; a lo más te quedaba un restito por pagar a la segunda temporada.
PRUEBAS CON OTRAS ESPECIES
–Estoy haciendo ensayos en macetas en palto–revela Fernando Diez–. Después vendría un manejo hormonal en alta densidad. Con esto apunto a lograr una curva pareja de producción todos los años. También estoy probando pitahaya (dragon fruit) en Miami, en contenedores de 100 litros.
OPCIÓN “MODULAR”, NO TIENE POR QUÉ SER UN HUERTO COMPLETO
No necesariamente los proyectos deben apuntar a huertos completos. Buena parte de los proyectos que el consultor lleva adelante corresponden a “reparaciones” de plantaciones convencionales:
–El sistema es amigable con el modelo antiguo. Hemos llevado contenedores a sectores que tienen un pésimo comportamiento sobre suelo, mientras otras áreas del predio dan buenos flujos productivos y rentabilidad. Ponemos los contenedores en lugares con pendientes, cambios texturales con fuerte presencia de arcilla y limo. Lo hemos aplicado mucho en la zona de Quillota, por ejemplo. Incluso lo he hecho a nivel de hileras. En un campo de María Pinto las últimas 6 a 7 plantas estaban en un elevado grado de pendiente, recibiendo toda el agua; pasaban asfixiadas. Terminamos las hileras con contenedores y se solucionó el problema.
–¿Cuáles son los riesgos, cuáles han sido las principales causas de fracaso?
–Las razones pueden ser varias. Volúmenes chicos; muchos proyectos en un inicio se hicieron en sacos de 30-40 litros. Sustratos inadecuados, como distintos tipos de aserrines, nuevos o de tamaño de partícula inapropiado, con demasiado polvo y por tanto mala oxigenación, mal movimiento del agua, descomposición acelerada… Eso termina en una pasta sin aire, saturada, en pudrición de raíces. Mala nutrición: fertilización inadecuada, frecuencia inconveniente. Precipitaciones equivocadas, por ejemplo con goteros de 4 L. Se trata de combinaciones de falencias producto del desconocimiento técnico de este tipo de sistemas.
El cultivo de arándanos en contenedores aporta precocidad a los huertos anticipando los retornos, mejora la calidad de la fruta e incrementa de manera importante el total de kilos acumulados, por ejemplo a los 10 años de cultivo. Estas son solo algunas de las ventajas de una técnica de cultivo que Fernando Diez practica con éxito desde hace doce años. Entre las desventajas, el alto costo de instalación del huerto, lo que obliga a tener muy claro el resultado comercial que esperado. Sin embargo, nos mostró el experto, la inversión se puede pagar incluso a la segunda cosecha.